viernes, 4 de junio de 2021

5 DE JUNIO SÁBADO IX DEL T. ORDINARIO SAN BONIFACIO OBISPO Y MÁRTIR

  



Del Común de un mártir. Salterio I

 

SAN BONIFACIO, obispo y mártir. (MEMORIA)

 

Nació en Inglaterra hacia el año 673; después de haber vivido como monje en el monasterio de Exeter, el año 719 partió para Alemania, dónde predicó la fe cristiana, obteniendo excelentes resultados. Fue ordenado obispo y gobernó la Iglesia de Maguncia. Con la ayuda de varios colaboradores, fundó o restauró diversas Iglesias en Baviera, Turingia y Franconia. También convocó concilios y promulgó leyes. El año 754, mientras evangelizaba a los frisones, fue asesinado por unos paganos. Su cuerpo recibió sepultura en el monasterio de Fulda.

 

OFICIO DE LECTURA

 

INVITATORIO

 

Si ésta es la primera oración del día:

 

V. Señor abre mis labios

R. Y mi boca proclamará tu alabanza

 

Se añade el Salmo del Invitatorio con la siguiente antífona:

 

Ant. Venid, adoremos al Señor, rey de los mártires.

 

 

Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA

 

Venid, aclamemos al Señor,

demos vítores a la Roca que nos salva;

entremos a su presencia dándole gracias,

aclamándolo con cantos.

 

Porque el Señor es un Dios grande,

soberano de todos los dioses:

tiene en su mano las simas de la tierra,

son suyas las cumbres de los montes;

suyo es el mar, porque él lo hizo,

la tierra firme que modelaron sus manos.

 

Venid, postrémonos por tierra,

bendiciendo al Señor, creador nuestro.

Porque él es nuestro Dios,

y nosotros su pueblo,

el rebaño que él guía.

 

Ojalá escuchéis hoy su voz:

«No endurezcáis el corazón como en Meribá,

como el día de Masá en el desierto;

cuando vuestros padres me pusieron a prueba

y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.

 

Durante cuarenta años

aquella generación me repugnó, y dije:

Es un pueblo de corazón extraviado,

que no reconoce mi camino;

por eso he jurado en mi cólera

que no entrarán en mi descanso»

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Venid, adoremos al Señor, rey de los mártires.

 

Si antes se ha rezado ya alguna otra Hora:

 

V. Dios mío, ven en mi auxilio

R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

 

 

Himno: TESTIGOS DE AMOR

 

Testigos de amor

de Cristo Señor,

mártires santos.

 

Rosales en flor

de Cristo el olor,

mártires santos.

 

Palabras en luz

de Cristo Jesús,

mártires santos.

 

Corona inmortal

del Cristo total,

mártires santos. Amén.

 

SALMODIA

 

Ant 1. Quien se haga pequeño como un niño, ése es el más grande en el reino de los cielos.

 

Salmo 130 - COMO UN NIÑO, ISRAEL SE ABANDONÓ EN LOS BRAZOS DE DIOS

 

Señor, mi corazón no es ambicioso,

ni mis ojos altaneros;

no pretendo grandezas

que superan mi capacidad;

sino que acallo y modero mis deseos,

como un niño en brazos de su madre.

 

Espere Israel en el Señor

ahora y por siempre.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Quien se haga pequeño como un niño, ése es el más grande en el reino de los cielos.

 

Ant 2. Dios mío, con alegre y sincero corazón te lo he entregado todo.

 

Salmo 131 I - PROMESAS A LA CASA DE DAVID.

 

Señor, tenle en cuenta a David

todos sus afanes:

cómo juró al Señor

e hizo voto al Fuerte de Jacob:

 

«No entraré bajo el techo de mi casa,

no subiré al lecho de mi descanso,

no daré sueño a mis ojos,

ni reposo a mis párpados,

hasta que encuentre un lugar para el Señor,

una morada para el Fuerte de Jacob.»

 

Oímos que estaba en Efrata,

la encontramos en el Soto de Jaar:

entremos en su morada,

postrémonos ante el estrado de sus pies.

 

Levántate, Señor, ven a tu mansión,

ven con el arca de tu poder:

que tus sacerdotes se vistan de gala,

que tus fieles te aclamen.

Por amor a tu siervo David,

no niegues audiencia a tu Ungido.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Dios mío, con alegre y sincero corazón te lo he entregado todo.

 

Ant 3. El Señor ha jurado a David una promesa: «Tu reino permanecerá eternamente.»

 

Salmo 131 II.

 

El Señor ha jurado a David

una promesa que no retractará:

«A uno de tu linaje

pondré sobre tu trono.

 

Si tus hijos guardan mi alianza

y los mandatos que les enseño,

también sus hijos, por siempre,

se sentarán sobre tu trono.»

 

Porque el Señor ha elegido a Sión,

ha deseado vivir en ella:

«Ésta es mi mansión por siempre,

aquí viviré, porque la deseo.

 

Bendeciré sus provisiones,

a sus pobres los saciaré de pan;

vestiré a sus sacerdotes de gala,

y sus fieles aclamarán con vítores.

 

Haré germinar el vigor de David,

enciendo una lámpara para mi Ungido.

A sus enemigos los vestiré de ignominia,

sobre él brillará mi diadema.»

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. El Señor ha jurado a David una promesa: «Tu reino permanecerá eternamente.»

 

V. Venid a ver las obras del Señor.

R. Las maravillas que hace en la tierra.

 

PRIMERA LECTURA

 

De la carta del apóstol Santiago 5, 12-20

 

RECOMENDACIONES DIVERSAS

 

Sobre todo, hermanos, no juréis ni por el cielo ni por la tierra, ni con algún otro juramento. Vuestro «sí» sea «sí» y vuestro «no» sea «no», para no incurrir en condenación.

 

¿Sufre alguno de vosotros? Que rece. ¿Está uno de buen humor? Que cante. ¿Hay alguno enfermo? Llame a los responsables de la comunidad, que recen por él y lo unjan con aceite, invocando al Señor. La oración hecha con fe dará la salud al enfermo y el Señor hará que se levante; si, además, tiene pecados, se le perdonarán. Confesaos, pues, mutuamente vuestros pecados y rogad unos por otros, para alcanzar vuestra curación, pues la oración ferviente del justo tiene gran eficacia.

 

Elías, que era un hombre de la misma condición que nosotros, oró fervorosamente para que no lloviese; y no llovió sobre la tierra durante tres años y seis meses. Y oró de nuevo, y el cielo envió la lluvia y la tierra produjo sus frutos.

 

Hermanos, si alguno de entre vosotros se desvía de la verdad y otro logra convertirlo, sepa que quien convierte a un pecador de su camino equivocado salvará su alma de la muerte y cubrirá la multitud de sus pecados.

 

RESPONSORIO    1Pe 4, 8; St 5, 20

 

R. Ante todo teneos una constante caridad unos con otros, * porque la caridad cubre la multitud de los pecados.

V. Quien convierte a un pecador de su camino equivocado, salvará su alma de la muerte y cubrirá la multitud de sus pecados.

R. Porque la caridad cubre la multitud de los pecados.

 

SEGUNDA LECTURA

 

De las Cartas de san Bonifacio, obispo y mártir

(Carta 78; MGH, Epistolae 3, 352. 354)

 

PASTOR SOLÍCITO, QUE VELA SOBRE EL REBAÑO DE CRISTO

 

La Iglesia, que como una gran nave surca los mares de este mundo, y que es azotada por las olas de las diversas pruebas de esta vida, no ha de ser abandonada a sí misma, sino gobernada.

 

De ello nos dan ejemplo nuestros primeros padres Clemente y Cornelio y muchos otros en la ciudad de Roma, Cipriano en Cartago, Atanasio en Alejandría, los cuales, bajo el reinado de los emperadores paganos, gobernaban la nave de Cristo, su amada esposa, que es la Iglesia, con sus enseñanzas, con su protección, con sus trabajos y sufrimientos hasta derramar su sangre.

 

Al pensar en éstos y otros semejantes, me estremezco y me asalta el temor y el terror, me cubre el espanto por mis pecados, y de buena gana abandonaría el gobierno de la Iglesia que me ha sido confiado, si para ello encontrara apoyo en el ejemplo de los Padres o en la sagrada Escritura.

 

Mas, puesto que las cosas son así y la verdad puede ser impugnada, pero no vencida ni engañada, nuestra mente fatigada se refugia en aquellas palabras de Salomón: Confía en el Señor con toda el alma, no te fíes de tu propia inteligencia; en todos tus caminos piensa en él, y él allanará tus sendas. Y en otro lugar: Torre fortísima es el nombre del Señor, en él espera el justo y es socorrido. Mantengámonos en la justicia y preparemos nuestras almas para la prueba; sepamos aguantar hasta el tiempo que Dios quiera y digámosle: Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación.

 

Tengamos confianza en él, que es quien nos ha impuesto esta carga. Lo que no podamos llevar por nosotros mismos, llevémoslo con la fuerza de aquel que es todopoderoso y que ha dicho: Mi yugo es suave y mi carga ligera. Mantengámonos firmes en la lucha en el día del Señor, ya que han venido sobre nosotros días de angustia y aflicción. Muramos, si así lo quiere Dios, por las santas leyes de nuestros padres, para que merezcamos como ellos conseguir la herencia eterna.

 

No seamos perros mudos, no seamos centinelas silenciosos, no seamos mercenarios que huyen del lobo, sino pastores solícitos que vigilan sobre el rebaño de Cristo, anunciando el designio de Dios a los grandes y a los pequeños, a los ricos y a los pobres, a los hombres de toda condición y de toda edad, en la medida en que Dios nos dé fuerzas, a tiempo y a destiempo, tal como lo escribió san Gregorio en su libro a los pastores de la Iglesia.

 

RESPONSORIO    1Ts 2, 8; Ga 4, 19

 

R. Queríamos daros no sólo el Evangelio de Dios, sino incluso nuestro propio ser, * porque habíais llegado a sernos muy queridos.

V. ¡Hijos míos!, por quienes sufro de nuevo dolores de parto, hasta ver a Cristo formado en vosotros.

R. Porque habíais llegado a sernos muy queridos.

 

ORACIÓN.

 

OREMOS,

Señor, que la intercesión de tu mártir san Bonifacio nos ayude a mantener con firmeza y a proclamar con nuestras obras aquella misma fe que él predicó con su palabra y testimonió con su sangre. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.

Amén

 

CONCLUSIÓN

 

V. Bendigamos al Señor.

R. Demos gracias a Dios.

 

LAUDES

(Oración de la mañana)

 

INVITATORIO

(Si Laudes no es la primera oración del día

se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)

 

V. Señor abre mis labios

R. Y mi boca proclamará tu alabanza

 

Ant. Venid, adoremos al Señor, rey de los mártires.

 

Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA

 

Venid, aclamemos al Señor,

demos vítores a la Roca que nos salva;

entremos a su presencia dándole gracias,

aclamándolo con cantos.

 

Porque el Señor es un Dios grande,

soberano de todos los dioses:

tiene en su mano las simas de la tierra,

son suyas las cumbres de los montes;

suyo es el mar, porque él lo hizo,

la tierra firme que modelaron sus manos.

 

Venid, postrémonos por tierra,

bendiciendo al Señor, creador nuestro.

Porque él es nuestro Dios,

y nosotros su pueblo,

el rebaño que él guía.

 

Ojalá escuchéis hoy su voz:

«No endurezcáis el corazón como en Meribá,

como el día de Masá en el desierto;

cuando vuestros padres me pusieron a prueba

y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.

 

Durante cuarenta años

aquella generación me repugnó, y dije:

Es un pueblo de corazón extraviado,

que no reconoce mi camino;

por eso he jurado en mi cólera

que no entrarán en mi descanso»

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Venid, adoremos al Señor, rey de los mártires.

 

Himno: PALABRA DEL SEÑOR YA RUBRICADA

 

Palabra del Señor ya rubricada

es la vida del mártir ofrecida

como prueba fiel de que la espada

no puede ya truncar la fe vivida.

 

Fuente de fe y de luz es su memoria,

coraje para el justo en la batalla

del bien, de la verdad, siempre victoria

que, en vida y muerte, el justo en Cristo halla.

 

Martirio es el dolor de cada día,

si en Cristo y con amor es aceptado,

fuego lento de amor que, en la alegría

de servir al Señor, es consumado.

 

Concédenos, oh Padre, sin medida,

y tú, Señor Jesús crucificado,

el fuego del Espíritu de vida

para vivir el don que nos has dado. Amén.

 

SALMODIA

 

Ant 1. Me adelanto a la aurora pidiendo auxilio.

 

Salmo 118, 145-152 TE INVOCO DE TODO CORAZÓN

 

Te invoco de todo corazón;

respóndeme, Señor, y guardaré tus leyes;

a ti grito: sálvame,

y cumpliré tus decretos;

me adelanto a la aurora pidiendo auxilio,

esperando tus palabras.

 

Mis ojos se adelantan a las vigilias de la noche,

meditando tu promesa;

escucha mi voz por tu misericordia,

con tus mandamientos dame vida;

ya se acercan mis inicuos perseguidores,

están lejos de tu voluntad.

 

Tú, Señor, estás cerca,

y todos tus mandatos son estables;

hace tiempo comprendí que tus preceptos

los fundaste para siempre.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Me adelanto a la aurora pidiendo auxilio.

 

Ant 2. Mi fuerza y mi poder es el Señor, él fue mi salvación.

 

Cántico: HIMNO A DIOS, DESPUÉS DE LA VICTORIA DEL MAR ROJO Ex 15, 1-4. 8-13. 17-18

 

Cantaré al Señor, sublime es su victoria,

caballos y carros ha arrojado en el mar.

Mi fuerza y mi poder es el Señor,

él fue mi salvación.

 

Él es mi Dios: yo lo alabaré;

el Dios de mis padres: yo lo ensalzaré.

El Señor es un guerrero,

su nombre es «El Señor».

 

Los carros del faraón los lanzó al mar,

ahogó en el mar rojo a sus mejores capitanes.

 

Al soplo de tu ira se amontonaron las aguas,

las corrientes se alzaron como un dique,

las olas se cuajaron en el mar.

 

Decía el enemigo: «Los perseguiré y alcanzaré,

repartiré el botín, se saciará mi codicia,

empuñaré la espada, los agarrará mi mano.»

 

Pero sopló tu aliento y los cubrió el mar,

se hundieron como plomo en las aguas formidables.

 

¿Quién como tú, Señor, entre los dioses?

¿Quién como tu, terrible entre los santos,

temibles por tus proezas, autor de maravillas?

 

Extendiste tu diestra: se los tragó la tierra;

guiaste con misericordia a tu pueblo rescatado,

los llevaste con tu poder hasta tu santa morada.

 

Lo introduces y lo plantas en el monte de tu heredad,

lugar del que hiciste tu trono, Señor;

santuario, Señor, que fundaron tus manos.

El Señor reina por siempre jamás.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Mi fuerza y mi poder es el Señor, él fue mi salvación.

 

Ant 3. Alabad al Señor, todas las naciones.

 

Salmo 116 - INVITACIÓN UNIVERSAL A LA ALABANZA DIVINA.

 

Alabad al Señor, todas las naciones,

aclamadlo, todos los pueblos:

 

Firme es su misericordia con nosotros,

su fidelidad dura por siempre.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Alabad al Señor, todas las naciones.

 

LECTURA BREVE   2Co 1, 3-5

 

Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordia y Dios de todo consuelo; él nos consuela en todas nuestras luchas, para poder nosotros consolar a los que están en toda tribulación, mediante el consuelo con que nosotros somos consolados por Dios. Porque si es cierto que los sufrimientos de Cristo rebosan sobre nosotros, también por Cristo rebosa nuestro consuelo.

 

RESPONSORIO BREVE

 

V. El Señor es mi fuerza y mi energía.

R. El Señor es mi fuerza y mi energía.

 

V. Él es mi salvación.

R. Y mi energía.

 

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

R. El Señor es mi fuerza y mi energía.

 

CÁNTICO EVANGÉLICO

 

Ant. El que se aborrece a sí mismo en este mundo se guardará para la vida eterna.

 

Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR      Lc 1, 68-79

 

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,

porque ha visitado y redimido a su pueblo.

suscitándonos una fuerza de salvación

en la casa de David, su siervo,

según lo había predicho desde antiguo

por boca de sus santos profetas:

 

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos

y de la mano de todos los que nos odian;

ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,

recordando su santa alianza

y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.

 

Para concedernos que, libres de temor,

arrancados de la mano de los enemigos,

le sirvamos con santidad y justicia,

en su presencia, todos nuestros días.

 

Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,

porque irás delante del Señor

a preparar sus caminos,

anunciando a su pueblo la salvación,

el perdón de sus pecados.

 

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,

nos visitará el sol que nace de lo alto,

para iluminar a los que viven en tiniebla

y en sombra de muerte,

para guiar nuestros pasos

por el camino de la paz.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. El que se aborrece a sí mismo en este mundo se guardará para la vida eterna.

 

PRECES

 

Celebremos, amados hermanos, a Jesús, el testigo fiel, y al recordar hoy a los santos mártires sacrificados a causa de la palabra de Dios, aclamémosle diciendo:

 

Nos has comprado, Señor, con tu sangre.

 

Por la intercesión de los santos mártires que entregaron libremente su vida como testimonio de la fe,

concédenos, Señor, la verdadera libertad de espíritu.

 

Por la intercesión de los santos mártires que proclamaron la fe hasta derramar su sangre,

concédenos, Señor, la integridad y constancia de la fe.

 

Por la intercesión de los santos mártires que soportando la cruz siguieron tus pasos,

concédenos, Señor, soportar con generosidad las contrariedades de la vida.

 

Por la intercesión de los santos mártires que blanquearon su manto en la sangre del Cordero,

concédenos, Señor, vencer las obras del mundo y de la carne.

 

Se pueden añadir algunas intenciones libres

 

Dirijamos ahora nuestra oración al Padre que está en los cielos, diciendo:

 

Padre nuestro...

 

ORACION

 

Señor, que la intercesión de tu mártir san Bonifacio nos ayude a mantener con firmeza y a proclamar con nuestras obras aquella misma fe que él predicó con su palabra y testimonió con su sangre. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén

 

CONCLUSIÓN

 

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.

R. Amén.

 

HORA TERCIA

 

INVOCACIÓN INICIAL

 

V. Dios mío, ven en mi auxilio

R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

 

Himno: EL TRABAJO, SEÑOR, DE CADA DÍA

 

El trabajo, Señor, de cada día

nos sea por tu amor santificado,

convierte su dolor en alegría

de amor, que para dar tú nos has dado.

 

Paciente y larga es nuestra tarea

en la noche oscura del amor que espera;

dulce huésped del alma, al que flaquea

dale tu luz, tu fuerza que aligera.

 

En el alto gozoso del camino,

demos gracias a Dios, que nos concede

la esperanza sin fin del don divino;

todo lo puede en él quien nada puede. Amén.

 

SALMODIA

 

Ant 1. Guíame, Señor, por la senda de tus mandatos.

 

Salmo 118, 33-40

 

Muéstrame, Señor, el camino de tus leyes,

y lo seguiré puntualmente;

enséñame a cumplir tu voluntad

y a guardarla de todo corazón;

guíame por la senda de tus mandatos,

porque ella es mi gozo.

 

Inclina mi corazón a tus preceptos,

y no al interés;

aparta mis ojos de las vanidades,

dame vida con tu palabra;

cumple a tu siervo la promesa

que hiciste a tus fieles.

 

Aparta de mí la afrenta que temo,

porque tus mandamientos son amables;

mira cómo ansío tus decretos:

dame vida con tu justicia.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Guíame, Señor, por la senda de tus mandatos.

 

Ant 2. Los que buscan al Señor no carecen de nada.

 

Salmo 33 I - EL SEÑOR, SALVACIÓN DE LOS JUSTOS

 

Bendigo al Señor en todo momento,

su alabanza está siempre en mi boca;

mi alma se gloría en el Señor:

que los humildes lo escuchen y se alegren.

 

Proclamad conmigo la grandeza del Señor,

ensalcemos juntos su nombre.

Yo consulté al Señor, y me respondió,

me libró de todas mis ansias.

 

Contempladlo y quedaréis radiantes,

vuestro rostro no se avergonzará.

Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha

y lo salva de sus angustias.

 

El ángel del Señor acampa

en torno a sus fieles y los protege.

Gustad y ved qué bueno es el Señor,

dichoso el que se acoge a él.

 

Todos sus santos, temed al Señor,

porque nada les falta a los que lo temen;

los ricos empobrecen y pasan hambre,

los que buscan al Señor no carecen de nada.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Los que buscan al Señor no carecen de nada.

 

Ant 3. Busca la paz y corre tras ella.

 

Salmo 33 II

 

Venid, hijos, escuchadme:

os instruiré en el temor del Señor;

¿hay alguien que ame la vida

y desee días de prosperidad?

 

Guarda tu lengua del mal,

tus labios de la falsedad;

apártate del mal, obra el bien,

busca la paz y corre tras ella.

 

Los ojos del Señor miran a los justos,

sus oídos escuchan sus gritos;

pero el Señor se enfrenta con los malhechores,

para borrar de la tierra su memoria.

 

Cuando uno grita, el Señor lo escucha

y lo libra de sus angustias;

el Señor está cerca de los atribulados,

salva a los abatidos.

 

Aunque el justo sufra muchos males,

de todos lo libra el Señor;

él cuida de todos sus huesos,

y ni uno solo se quebrará.

 

La maldad da muerte al malvado,

y los que odian al justo serán castigados.

El Señor redime a sus siervos,

no será castigado quien se acoge a él.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Busca la paz y corre tras ella.

 

LECTURA BREVE   1R 8, 60-61

 

Sepan todos los pueblos de la tierra que el Señor es Dios y no hay otro. Que vuestro corazón sea todo para el Señor, nuestro Dios, como lo es hoy, para seguir sus leyes y guardar sus mandamientos.

 

V. Señor, enséñame tus caminos.

R. Instrúyeme en tus sendas.

 

ORACIÓN

 

OREMOS,

Señor Dios, Padre todopoderoso, infúndenos la luz del Espíritu Santo para que, libres de toda adversidad, podamos alegrarnos siempre en tu alabanza. Por Cristo nuestro Señor.

Amén.

 

CONCLUSIÓN

 

V. Bendigamos al Señor.

R. Demos gracias a Dios.

 

HORA SEXTA

 

INVOCACIÓN INICIAL

 

V. Dios mío, ven en mi auxilio

R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

 

Himno: ESTE MUNDO DEL HOMBRE EN QUE ÉL SE AFANA.

 

Este mundo del hombre, en que él se afana

tras la felicidad que tanto ansía,

tú lo vistes, Señor, de luz temprana

y de radiante sol al mediodía.

 

Así el poder de tu presencia encierra

el secreto más hondo de esta vida;

un nuevo cielo y una nueva tierra

colmarán nuestro anhelo sin medida.

 

Poderoso Señor de nuestra historia,

no tardes en venir gloriosamente;

tu luz resplandeciente y tu victoria

inunden nuestra vida eternamente. Amén.

 

SALMODIA

 

Ant 1. Tú que habitas en el cielo, ten misericordia de nosotros.

 

Salmo 122 - EL SEÑOR, ESPERANZA DEL PUEBLO

 

A ti levanto mis ojos,

a ti que habitas en el cielo.

Como están los ojos de los esclavos

fijos en las manos de sus señores,

 

como están los ojos de la esclava

fijos en las manos de su señora,

así están nuestros ojos

en el Señor, Dios nuestro,

esperando su misericordia.

 

Misericordia, Señor, misericordia,

que estamos saciados de desprecios;

nuestra alma está saciada

del sarcasmo de los satisfechos,

del desprecio de los orgullosos.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Tú que habitas en el cielo, ten misericordia de nosotros.

 

Ant 2. Nuestro auxilio es el nombre del Señor.

 

Salmo 123 - NUESTRO AUXILIO ES EL NOMBRE DEL SEÑOR

 

Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte

-que lo diga Israel-,

si el Señor no hubiera estado de nuestra parte,

cuando nos asaltaban los hombres,

nos habrían tragado vivos:

tanto ardía su ira contra nosotros.

 

Nos habrían arrollado las aguas,

llegándonos el torrente hasta el cuello;

nos habrían llegado hasta el cuello

las aguas espumantes.

 

Bendito el Señor, que no nos entregó

como presa a sus dientes;

hemos salvado la vida como un pájaro

de la trampa del cazador:

la trampa se rompió y escapamos.

 

Nuestro auxilio es el nombre del Señor,

que hizo el cielo y la tierra.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Nuestro auxilio es el nombre del Señor.

 

Ant 3. El Señor rodea a su pueblo ahora y por siempre.

 

Salmo 124 - EL SEÑOR VELA POR SU PUEBLO.

 

Los que confían en el Señor son como el monte Sión:

no tiembla, está asentado para siempre.

 

Jerusalén está rodeada de montañas,

y el Señor rodea a su pueblo

ahora y por siempre.

 

No pesará el cetro de los malvados

sobre el lote de los justos,

no sea que los justos extiendan

su mano a la maldad.

 

Señor, concede bienes a los buenos,

a los sinceros de corazón;

y a los que se desvían por sendas tortuosas,

que los rechace el Señor con los malhechores.

¡Paz a Israel!

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. El Señor rodea a su pueblo ahora y por siempre.

 

LECTURA BREVE   Jr 17, 9-10

 

Nada más falso y enfermo que el corazón, ¿quién lo entenderá? Yo, el Señor, penetro el corazón, sondeo las entrañas; para dar al hombre según su conducta, según el fruto de sus acciones.

 

V. Absuélveme, Señor, de lo que se me oculta.

R. Preserva a tu siervo de la arrogancia.

 

ORACIÓN

 

OREMOS,

Señor, fuego ardiente de amor eterno, haz que, inflamados en tu amor, te amemos a ti sobre todas las cosas y a nuestro prójimo por amor tuyo. Por Cristo, nuestro Señor.

Amén.

 

CONCLUSIÓN

 

V. Bendigamos al Señor.

R. Demos gracias a Dios.

 

HORA NONA

 

INVOCACIÓN INICIAL

 

V. Dios mío, ven en mi auxilio

R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

 

Himno: OH JESÚS, QUE EN TU CRUZ HAS DEMOSTRADO

 

Oh Jesús, que en tu cruz has demostrado

tu gran amor, tu gran misericordia,

y tu fuerza nos das para seguirte

por el mismo camino hacia la gloria.

 

Que fielmente cumplamos en tu Iglesia

nuestra parte en tu obra salvadora,

y, al llegar a la tarde de la vida,

en gozo eterno el Padre nos acoja.

 

Gracias, Padre, a ti porque nos llamas,

a Jesús, que en su sangre nos redime,

y al Espíritu Santo, luz y guía

de este pueblo que al cielo se dirige. Amén.

 

SALMODIA

 

Ant 1. El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres.

 

Salmo 125 - DIOS, ALEGRÍA Y ESPERANZA NUESTRA.

 

Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,

nos parecía soñar:

la boca se nos llenaba de risas,

la lengua de cantares.

 

Hasta los gentiles decían:

«El Señor ha estado grande con ellos.»

El Señor ha estado grande con nosotros,

y estamos alegres.

 

Que el Señor cambie nuestra suerte

como los torrentes del Negueb.

Los que sembraban con lágrimas

cosechan entre cantares.

 

Al ir, iban llorando,

llevando la semilla;

al volver, vuelven cantando,

trayendo sus gavillas.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres.

 

Ant 2. El Señor nos construya la casa y nos guarde la ciudad.

 

Salmo 126 - EL ESFUERZO HUMANO ES INÚTIL SIN DIOS.

 

Si el Señor no construye la casa,

en vano se cansan los albañiles;

si el Señor no guarda la ciudad,

en vano vigilan los centinelas.

 

Es inútil que madruguéis,

que veléis hasta muy tarde,

los que coméis el pan de vuestros sudores:

¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen!

 

La herencia que da el Señor son los hijos;

una recompensa es el fruto de las entrañas:

son saetas en mano de un guerrero

los hijos de la juventud.

 

Dichoso el hombre que llena

con ellas su aljaba:

no quedará derrotado cuando litigue

con su adversario en la plaza.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. El Señor nos construya la casa y nos guarde la ciudad.

 

Ant 3. Dichoso el que teme al Señor.

 

Salmo 127 - PAZ DOMÉSTICA EN EL HOGAR DEL JUSTO

 

¡Dichoso el que teme al Señor

y sigue sus caminos!

 

Comerás del fruto de tu trabajo,

serás dichoso, te irá bien;

tu mujer, como una vid fecunda,

en medio de tu casa;

 

tus hijos, como renuevos de olivo,

alrededor de tu mesa:

ésta es la bendición del hombre

que teme al Señor.

 

Que el Señor te bendiga desde Sión,

que veas la prosperidad de Jerusalén

todos los días de tu vida;

que veas a los hijos de tus hijos.

¡Paz a Israel!

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Dichoso el que teme al Señor.

 

LECTURA BREVE   Sb 7, 27a; 8, 1

 

La sabiduría de Dios, aún siendo sola, lo puede todo; sin salir de sí misma, todo lo renueva. Se despliega vigorosamente de un confín al otro del mundo y gobierna de excelente manera todo el universo.

 

V. Qué magníficas son tus obras, Señor.

R. Qué profundos tus designios.

 

ORACIÓN

 

OREMOS,

Escucha, Señor, nuestra oración y danos la abundancia de tu paz, para que, por intercesión de la santísima Virgen María, después de haberte servido durante toda nuestra vida, podamos presentarnos ante ti sin temor alguno. Por Cristo, nuestro Señor.

Amén.

 

CONCLUSIÓN

 

V. Bendigamos al Señor.

R. Demos gracias a Dios.

 

I VÍSPERAS

(Oración de la tarde)

 

INVOCACIÓN INICIAL

 

V. Dios mío, ven en mi auxilio

R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

 

Himno: CANTAD Y ALABAD AL SEÑOR.

 

Cantad y alabad al Señor,

él nos ha dicho su nombre:

Padre y Señor para el hombre.

Vida, esperanza y amor.

 

Cantad y alabad al Señor,

Hijo del Padre, hecho hombre:

Cristo Señor es su nombre.

Vida, esperanza y amor.

 

Cantad y alabad al Señor,

divino don para el hombre:

Santo Espíritu es su nombre.

Vida, esperanza y amor.

 

Cantad y alabad al Señor,

él es fiel y nos llama,

él nos espera y nos ama.

Vida, esperanza y amor. Amén.

 

SALMODIA

 

Ant 1. Gloria a ti, oh Dios único en tres personas iguales, antes de los siglos, ahora y por toda la eternidad.

 

Salmo 112 - ALABADO SEA EL NOMBRE DEL SEÑOR

 

Alabad, siervos del Señor,

alabad el nombre del Señor.

Bendito sea el nombre del Señor,

ahora y por siempre:

de la salida del sol hasta su ocaso,

alabado sea el nombre del Señor.

 

El Señor se eleva sobre todos los pueblos,

su gloria sobre los cielos.

¿Quién como el Señor Dios nuestro,

que se eleva en su trono

y se abaja para mirar

al cielo y a la tierra?

 

Levanta del polvo al desvalido,

alza de la basura al pobre,

para sentarlo con los príncipes,

los príncipes de su pueblo;

a la estéril le da un puesto en la casa,

como madre feliz de hijos.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Gloria a ti, oh Dios único en tres personas iguales, antes de los siglos, ahora y por toda la eternidad.

 

Ant 2. Bendita sea la Trinidad santa y la Unidad indivisa; démosle gracias porque ha tenido misericordia de nosotros.

 

Salmo 147 - RESTAURACIÓN DE JERUSALÉN.

 

Glorifica al Señor, Jerusalén;

alaba a tu Dios, Sión:

que ha reforzado los cerrojos de tus puertas

y ha bendecido a tus hijos dentro de ti;

ha puesto paz en tus fronteras,

te sacia con flor de harina.

 

Él envía su mensaje a la tierra,

y su palabra corre veloz;

manda la nieve como lana,

esparce la escarcha como ceniza;

 

hace caer el hielo como migajas

y con el frío congela las aguas;

envía una orden, y se derriten;

sopla su aliento, y corren.

 

Anuncia su palabra a Jacob,

sus decretos y mandatos a Israel;

con ninguna nación obró así,

ni les dio a conocer sus mandatos.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Bendita sea la Trinidad santa y la Unidad indivisa; démosle gracias porque ha tenido misericordia de nosotros.

 

Ant 3. Gloria y honor por los siglos al Dios uno en tres personas, Padre, Hijo y Espíritu Santo.

 

Cántico: EL PLAN DIVINO DE SALVACIÓN - Ef 1, 3-10

 

Bendito sea Dios,

Padre de nuestro Señor Jesucristo,

que nos ha bendecido en la persona de Cristo

con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

 

El nos eligió en la persona de Cristo,

antes de crear el mundo,

para que fuésemos consagrados

e irreprochables ante él por el amor.

 

Él nos ha destinado en la persona de Cristo,

por pura iniciativa suya,

a ser sus hijos,

para que la gloria de su gracia,

que tan generosamente nos ha concedido

en su querido Hijo,

redunde en alabanza suya.

 

Por este Hijo, por su sangre,

hemos recibido la redención,

el perdón de los pecados.

El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia

ha sido un derroche para con nosotros,

dándonos a conocer el misterio de su voluntad.

 

Éste es el plan

que había proyectado realizar por Cristo

cuando llegase el momento culminante:

hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,

las del cielo y las de la tierra.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Gloria y honor por los siglos al Dios uno en tres personas, Padre, Hijo y Espíritu Santo.

 

LECTURA BREVE   Rm 11, 33-36

 

¡Qué abismo de riqueza es la sabiduría y ciencia de Dios! ¡Qué insondables son sus juicios y qué irrastreables sus caminos! ¿Quién ha conocido jamás la mente del Señor? ¿Quién ha sido su consejero? ¿Quién le ha dado primero, para que él le devuelva? Él es origen, camino y término de todo. A él la gloria por los siglos. Amén.

 

RESPONSORIO BREVE

 

V. Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, ensalcémoslo con himnos por los siglos.

R. Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, ensalcémoslo con himnos por los siglos.

 

V. Honor y gloria al único Dios.

R. Ensalcémoslo con himnos por los siglos.

 

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

R. Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, ensalcémoslo con himnos por los siglos.

 

CÁNTICO EVANGÉLICO

 

Ant. «Si en una familia anida la discordia, no puede durar mucho tiempo», dice el Señor.

 

Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55

 

Proclama mi alma la grandeza del Señor,

se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;

porque ha mirado la humillación de su esclava.

 

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,

porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:

su nombre es santo,

y su misericordia llega a sus fieles

de generación en generación.

 

El hace proezas con su brazo:

dispersa a los soberbios de corazón,

derriba del trono a los poderosos

y enaltece a los humildes,

a los hambrientos los colma de bienes

y a los ricos los despide vacíos.

 

Auxilia a Israel, su siervo,

acordándose de su misericordia

-como lo había prometido a nuestros padres-

en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. «Si en una familia anida la discordia, no puede durar mucho tiempo», dice el Señor.

 

PRECES

 

Glorifiquemos a Dios Padre que, por el Espíritu Santo, vivificó el cuerpo de su Hijo, para que su carne resucitada fuera fuente de vida para los hombres, y aclamemos al Dios uno y trino, diciendo:

 

¡Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo!

 

Padre todopoderoso y eterno, envía tu Espíritu consolador en nombre de tu Hijo sobre la Iglesia,

para que la conserve en la unidad de la caridad y de la verdad perfectas.

 

Manda, Señor, trabajadores a tu mies, para que hagan discípulos de entre todos los pueblos

y, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, los confirmen en la fe verdadera.

 

Ayuda, Señor, a los perseguidos por causa de tu Hijo,

que el Espíritu Santo hable por ellos, como Jesucristo nos prometió.

 

Que todos los hombres, Señor, te confiesen como único Dios en tres personas,

y que vivan en la fe, en la esperanza y en el amor.

 

Se pueden añadir algunas intenciones libres

 

Padre de todos los vivientes, tú que vives y reinas con el Hijo y el Espíritu Santo,

recibe a nuestros hermanos difuntos en tu reino.

 

Digamos ahora al Padre, movidos por el Espíritu Santo que ora en nosotros, la plegaria que Cristo nos enseñó:

 

Padre nuestro...

 

ORACION

 

Dios Padre, que has enviado al mundo la Palabra de verdad y el Espíritu de santificación para revelar a los hombres tu misterio admirable, concédenos que, al profesar la fe verdadera, reconozcamos la gloria de la eterna Trinidad y adoremos la Unidad de tu majestad omnipotente. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén

 

CONCLUSIÓN

 

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.

R. Amén.

 

COMPLETAS

(Oración antes del descanso nocturno)

 

INVOCACIÓN INICIAL

 

V. Dios mío, ven en mi auxilio

R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

 

EXAMEN DE CONCIENCIA

 

Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada que Dios nos ha concedido, reconozcamos sinceramente nuestros pecados.

 

Yo confieso ante Dios todopoderoso

y ante vosotros, hermanos,

que he pecado mucho

de pensamiento, palabra, obra y omisión:

por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.

 

Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,

a los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos,

que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor.

 

V. El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.

R. Amén.

 

Himno: SE INCLINA YA MI FRENTE

 

Se inclina ya mi frente,

sellado está el trabajo;

Señor, tu pecho sea

la gracia del descanso.

 

Mis ojos se retiran,

la voz deja su canto,

pero el amor enciende

su lámpara velando.

 

Lucero que te fuiste,

con gran amor amado,

en tu gloria dormimos

y en sueños te adoramos. Amén.

 

SALMODIA

 

Ant 1. Ten piedad de mí, Señor, y escucha mi oración.

 

Salmo 4 - ACCIÓN DE GRACIAS.

 

Escúchame cuando te invoco, Dios, defensor mío;

tú que en el aprieto me diste anchura,

ten piedad de mí y escucha mi oración.

 

Y vosotros, ¿hasta cuándo ultrajaréis mi honor,

amaréis la falsedad y buscaréis el engaño?

Sabedlo: el Señor hizo milagros en mi favor,

y el Señor me escuchará cuando lo invoque.

 

Temblad y no pequéis, reflexionad

en el silencio de vuestro lecho;

ofreced sacrificios legítimos

y confiad en el Señor.

 

Hay muchos que dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha,

si la luz de tu rostro ha huido de nosotros?»

 

Pero tú, Señor, has puesto en mi corazón más alegría

que si abundara en trigo y en vino.

 

En paz me acuesto y en seguida me duermo,

porque tú sólo, Señor, me haces vivir tranquilo.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Ten piedad de mí, Señor, y escucha mi oración.

 

Ant 2. Durante la noche, bendecid al Señor.

 

Salmo 133 - ORACIÓN VESPERTINA EN EL TEMPLO

 

Y ahora bendecid al Señor,

los siervos del Señor,

los que pasáis la noche

en la casa del Señor:

 

Levantad las manos hacia el santuario,

y bendecid al Señor.

 

El Señor te bendiga desde Sión:

el que hizo cielo y tierra.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Durante la noche, bendecid al Señor.

 

LECTURA BREVE   Dt 6, 4-7

 

Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es solamente uno. Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas. Las palabras que hoy te digo quedarán en tu memoria; se las repetirás a tus hijos y hablarás de ellas estando en casa y yendo de camino, acostado y levantado.

 

RESPONSORIO BREVE

 

V. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.

R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.

 

V. Tú, el Dios leal, nos librarás.

R. Te encomiendo mi espíritu.

 

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.

 

CÁNTICO EVANGÉLICO

 

Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.

 

CÁNTICO DE SIMEÓN       Lc 2, 29-32

 

Ahora, Señor, según tu promesa,

puedes dejar a tu siervo irse en paz,

 

porque mis ojos han visto a tu Salvador,

a quien has presentado ante todos los pueblos

 

luz para alumbrar a las naciones

y gloria de tu pueblo Israel.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.

 

ORACION

 

OREMOS,

Guárdanos, Señor, durante esta noche y haz que mañana, ya al clarear el nuevo día, la celebración del domingo nos llene con la alegría de la resurrección de tu Hijo. Que vive y reina por los siglos de los siglos.

Amén.

 

BENDICIÓN

 

V. El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte.

R. Amén.

 

ANTIFONA FINAL DE LA SANTISIMA VIRGEN

 

Salve, Reina de los cielos

y Señora de los ángeles;

salve raíz, salve puerta,

que dio paso a nuestra luz.

 

Alégrate, virgen gloriosa,

entre todas la más bella;

salve, agraciada doncella,

ruega a Cristo por nosotros.

 

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