Del Común de
santas mujeres: para los santos que se distinguieron por el ejercicio de las
obras de misericordia. Salterio IV
SANTA ISABEL DE HUNGRÍA. (MEMORIA).
Era hija de Andrés, rey de Hungría, y nació el año 1207; siendo
aún niña, fue dada en matrimonio a Luis, landgrave de Turingia, del que tuvo
tres hijos. Vivía entregada a la meditación de las cosas celestiales y, después
de la muerte de su esposo, abrazó la pobreza y erigió un hospital en el que
ella misma servía a los enfermos. Murió en Marburgo el año 1231.
OFICIO DE LECTURA
INVITATORIO
Si
ésta es la primera oración del día:
V.
Señor abre mis labios
R.
Y mi boca proclamará tu alabanza
Se
añade el Salmo del Invitatorio con la siguiente antífona:
Ant.
Venid, adoremos al Señor, aclamemos al Dios admirable en sus santos.
Salmo
94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid,
aclamemos al Señor,
demos
vítores a la Roca que nos salva;
entremos
a su presencia dándole gracias,
aclamándolo
con cantos.
Porque
el Señor es un Dios grande,
soberano
de todos los dioses:
tiene
en su mano las simas de la tierra,
son
suyas las cumbres de los montes;
suyo
es el mar, porque él lo hizo,
la
tierra firme que modelaron sus manos.
Venid,
postrémonos por tierra,
bendiciendo
al Señor, creador nuestro.
Porque
él es nuestro Dios,
y
nosotros su pueblo,
el
rebaño que él guía.
Ojalá
escuchéis hoy su voz:
«No
endurezcáis el corazón como en Meribá,
como
el día de Masá en el desierto;
cuando
vuestros padres me pusieron a prueba
y
dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante
cuarenta años
aquella
generación me repugnó, y dije:
Es
un pueblo de corazón extraviado,
que
no reconoce mi camino;
por
eso he jurado en mi cólera
que
no entrarán en mi descanso»
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Venid, adoremos al Señor, aclamemos al Dios admirable en sus santos.
Si antes se ha rezado ya alguna otra Hora:
V.
Dios mío, ven en mi auxilio
R.
Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno:
DICHOSA LA MUJER QUE HA CONSERVADO
Dichosa
la mujer que ha conservado,
en
su regazo, con amor materno,
la
palabra del Hijo que ha engendrado
en
la vida de fe y de amor pleno.
Dichosas
sois vosotras, que en la vida
hicisteis
de la fe vuestra entereza,
vuestra
gracia en la Gracia fue asumida,
maravilla
de Dios y de belleza.
Dichosas
sois vosotras, que supisteis
ser
hijas del amor que Dios os daba,
y
así, en la fe, madres de muchos fuisteis,
fecunda
plenitud que nunca acaba.
No
dejéis de ser madres, en la gloria,
de
los hombres que luchan con anhelo,
ante
Dios vuestro amor haga memoria
de
los hijos que esperan ir al cielo. Amén.
SALMODIA
Ant
1. El Señor convoca cielo y tierra, para juzgar a su pueblo.
Salmo
49 I - LA VERDADERA RELIGIOSIDAD
El
Dios de los dioses, el Señor, habla:
convoca
la tierra de oriente a occidente.
Desde
Sión, la hermosa, Dios resplandece:
viene
nuestro Dios, y no callará.
Lo
precede fuego voraz,
lo
rodea tempestad violenta.
Desde
lo alto convoca cielo y tierra,
para
juzgar a su pueblo:
«Congregadme
a mis fieles,
que
sellaron mi pacto con un sacrificio.»
Proclame
el cielo su justicia;
Dios
en persona va a juzgar.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
El Señor convoca cielo y tierra, para juzgar a su pueblo.
Ant
2. Invócame el día del peligro y yo te libraré.
Salmo
49 II
«Escucha,
pueblo mío, que voy a hablarte;
Israel,
voy a dar testimonio contra ti;
-yo,
el Señor, tu Dios-.
No
te reprocho tus sacrificios,
pues
siempre están tus holocaustos ante mí.
Pero
no aceptaré un becerro de tu casa,
ni
un cabrito de tus rebaños;
pues
las fieras de la selva son mías,
y
hay miles de bestias en mis montes;
conozco
todos los pájaros del cielo,
tengo
a mano cuanto se agita en los campos.
Si
tuviera hambre, no te lo diría;
pues
el orbe y cuanto lo llena es mío.
¿Comeré
yo carne de toros,
beberé
sangre de cabritos?
Ofrece
a Dios un sacrificio de alabanza,
cumple
tus votos al Altísimo
e
invócame el día del peligro:
yo
te libraré, y tú me darás gloria.»
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Invócame el día del peligro y yo te libraré.
Ant
3. El sacrificio de acción de gracias me honra.
Salmo
49 III
Dios
dice al pecador:
«¿Por
qué recitas mis preceptos
y
tienes siempre en la boca mi alianza,
tú
que detestas mi enseñanza
y
te echas a la espalda mis mandatos?
Cuando
ves un ladrón, corres con él;
te
mezclas con los adúlteros;
sueltas
tu lengua para el mal,
tu
boca urde el engaño;
te
sientas a hablar contra tu hermano,
deshonras
al hijo de tu madre;
esto
haces, ¿y me voy a callar?
¿Crees
que soy como tú?
Te
acusaré, te lo echaré en cara.»
Atención
los que olvidáis a Dios,
no
sea que os destroce sin remedio.
El
que me ofrece acción de gracias,
ése
me honra;
al
que sigue buen camino
le
haré ver la salvación de Dios.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
El sacrificio de acción de gracias me honra.
V.
No dejamos de orar y pedir por vosotros.
R.
Que lleguéis al pleno conocimiento de la voluntad de Dios.
PRIMERA
LECTURA
Del
primer libro de los Macabeos 3, 1-26
JUDAS
MACABEO
Cuando
murió Matatías, le sucedió su hijo Judas, llamado Macabeo. Todos sus hermanos y
los que habían seguido a su padre le ofrecieron apoyo y sostuvieron con
entusiasmo la guerra de Israel.
Él
dilató la gloria de su pueblo; como gigante revistió la coraza y se ciñó sus
armas de guerra. Empeñó batallas, protegiendo al ejército con su espada,
semejante al león en las hazañas, como cachorro que ruge sobre su presa.
Persiguió a los impíos hasta sus rincones, dio a las llamas a los perturbadores
de su pueblo. Por el miedo que les infundía, se apocaron los impíos, se
sobresaltaron todos los que obraban la iniquidad; la liberación en su mano
alcanzó feliz éxito.
Amargó
a muchos reyes, regocijó a Jacob con sus hazañas: su recuerdo será eternamente
bendecido. Recorrió las ciudades de Judá, exterminó de ellas a los impíos y
apartó de Israel la cólera. Su nombre llegó a los confines de la tierra y
reunió a los que estaban perdidos.
Apolonio
reunió gentiles y un numeroso contingente de Samaria para llevar la guerra a
Israel. Judas, al tener noticia de ello, salió a su encuentro, lo venció y lo
mató. Muchos sucumbieron y los demás se dieron a la fuga. Recogido el botín,
Judas tomó para sí la espada de Apolonio y en adelante entró siempre en combate
con ella. Serón, capitán del ejército de Siria, al saber que Judas había
congregado en torno suyo una multitud de fieles y gente de guerra, se dijo:
«Conseguiré
un nombre y alcanzaré gloria en el reino atacando a Judas y a los suyos, que
desprecian las órdenes del rey.»
Partió,
pues, a su vez, y subió con él una potente tropa de impíos para ayudarlo a
tomar venganza de los hijos de Israel. Cuando se aproximaba a la subida de
Bet-Jorón, le salió al encuentro Judas con unos pocos hombres. Al ver éstos el
ejército que se les venía encima, dijeron a Judas:
«¿Cómo
podremos combatir, siendo tan pocos, con una multitud tan grande y tan fuerte?
Además estamos extenuados por no haber comido hoy en todo el día.»
Judas
respondió:
«Es
fácil que una multitud caiga en manos de unos pocos. Al cielo le da lo mismo
salvar con muchos que con pocos; que en la guerra no depende la victoria de la
muchedumbre del ejército, sino de la fuerza que viene del cielo. Ellos vienen
contra nosotros rebosando insolencia e impiedad con intención de destruirnos a
nosotros, a nuestras mujeres y a nuestros hijos, y hacerse con nuestros
despojos; nosotros, en cambio, combatimos por nuestras vidas y nuestras leyes;
el Señor los quebrantará ante nosotros; no los temáis.»
Cuando
acabó de hablar, se lanzó de improviso sobre los enemigos, y Serón y su
ejército fueron derrotados ante él. Los persiguieron por la pendiente de Bet-Jorón
hasta la llanura. Unos ochocientos sucumbieron y los restantes huyeron al país
de los filisteos. Comenzaron a ser temidos Judas y sus hermanos y el espanto se
apoderó de los gentiles circunvecinos. Su nombre llegó hasta el rey y en todos
los pueblos se comentaban las batallas de Judas.
RESPONSORIO
1M 3, 20. 22. 19. 21. 22
R.
Ellos vienen contra nosotros rebosando insolencia e impiedad; pero vosotros no
los temáis: * no depende la victoria de la muchedumbre del ejército, sino de la
fuerza que viene del cielo.
V.
Nosotros combatimos por nuestras vidas y nuestras leyes; el Señor los
quebrantará ante nosotros.
R.
No depende la victoria de la muchedumbre del ejército, sino de la fuerza que
viene del cielo.
SEGUNDA
LECTURA
De
una Carta escrita por Conrado de Marburgo, director espiritual de santa Isabel
(Al
Sumo pontífice, año 1232: A. Wyss, «Hessisches Urkundenbuch» 1, Leipzig 1879,
31-35)
ISABEL
RECONOCIÓ Y AMÓ A CRISTO EN LA PERSONA DE LOS POBRES
Pronto
Isabel comenzó a destacar por sus virtudes, y, así como durante toda su vida
había sido consuelo de los pobres, comenzó luego a ser plenamente remedio de
los hambrientos. Mandó construir un hospital cerca de uno de sus castillos y
acogió en él gran cantidad de enfermos e inválidos; a todos los que allí acudían
en demanda de limosna les otorgaba ampliamente el beneficio de su caridad, y no
sólo allí, sino también en todos los lugares sujetos a la jurisdicción de su
marido, llegando a agotar de tal modo todas las rentas provenientes de los
cuatro principados de éste, que se vio obligada finalmente a vender en favor de
los pobres todas las joyas y vestidos lujosos.
Tenía
la costumbre de visitar personalmente a todos sus enfermos, dos veces al día,
por la mañana y por la tarde, curando también personalmente a los más
repugnantes, a los cuales daba de comer, les hacia la cama, los cargaba sobre
sí y ejercía con ellos muchos otros deberes de humanidad; y su esposo, de grata
memoria, no veía con malos ojos todas estas cosas. Finalmente, al morir su
esposo, ella, aspirando a la máxima perfección, me pidió con lágrimas
abundantes que le permitiese ir a mendigar de puerta en puerta.
En
el mismo día del Viernes santo, mientras estaban denudados los altares, puestas
las manos sobre el altar de una capilla de su ciudad, en la que había
establecido frailes menores, estando presentes algunas personas, renunció a su
propia voluntad, a todas las pompas del mundo y a todas las cosas que el
Salvador, en el Evangelio, aconsejó abandonar. Después de esto, viendo que podía
ser absorbida por la agitación del mundo y por lá gloria mundana de aquel
territorio en el que, en vida de su marido, había vivido rodeada de boato, me
siguió hasta Marburgo, aun en contra de mi voluntad; allí, en la ciudad, hizo
edificar un hospital, en el que dio acogida a enfermos e inválidos, sentando a
su mesa a los más míseros y despreciados.
Afirmo
ante Dios que raramente he visto una mujer que a una actividad tan intensa
juntara una vida tan contemplativa, ya que algunos religiosos y religiosas vieron
más de una vez como, al volver de la intimidad de la oración, su rostro
resplandecía de un modo admirable y de sus ojos salían como unos rayos de sol.
Antes
de su muerte la oí en confesión, y, al preguntarle cómo había de disponer de
sus bienes y de su ajuar, respondió que hacía ya mucho tiempo que pertenecía a
los pobres todo lo que figuraba como suyo, y me pidió que se lo repartiera
todo, a excepción de la pobre túnica que vestía y con la que quería ser
sepultada. Recibió luego el cuerpo del Señor y después estuvo hablando, hasta
la tarde, de las cosas buenas que había oído en la predicación; finalmente,
habiendo encomendado a Dios con gran devoción a todos los que la asistían,
expiró como quien se duerme plácidamente.
RESPONSORIO
Jdt 15, 11; Hch 10, 4
R.
Actuaste con valor, y tu corazón tuvo fortaleza porque amaste la castidad: *
por eso serás por siempre bendita.
V.
Tus oraciones y tus obras de caridad han subido hasta Dios como el sacrificio
del memorial.
R.
Por eso serás por siempre bendita.
ORACIÓN.
OREMOS,
Dios
nuestro, que concediste a santa Isabel de Hungría el don de reconocer y venerar
a Cristo en los pobres, concédenos, por su intercesión, que sirvamos siempre a
los necesitados y afligidos con una incansable caridad. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y
es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
CONCLUSIÓN
V.
Bendigamos al Señor.
R.
Demos gracias a Dios.
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
(Si
Laudes no es la primera oración del día
se
sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V.
Señor abre mis labios
R.
Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant.
Venid, adoremos al Señor, aclamemos al Dios admirable en sus santos.
Salmo
94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid,
aclamemos al Señor,
demos
vítores a la Roca que nos salva;
entremos
a su presencia dándole gracias,
aclamándolo
con cantos.
Porque
el Señor es un Dios grande,
soberano
de todos los dioses:
tiene
en su mano las simas de la tierra,
son
suyas las cumbres de los montes;
suyo
es el mar, porque él lo hizo,
la
tierra firme que modelaron sus manos.
Venid,
postrémonos por tierra,
bendiciendo
al Señor, creador nuestro.
Porque
él es nuestro Dios,
y
nosotros su pueblo,
el
rebaño que él guía.
Ojalá
escuchéis hoy su voz:
«No
endurezcáis el corazón como en Meribá,
como
el día de Masá en el desierto;
cuando
vuestros padres me pusieron a prueba
y
dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante
cuarenta años
aquella
generación me repugnó, y dije:
Es
un pueblo de corazón extraviado,
que
no reconoce mi camino;
por
eso he jurado en mi cólera
que
no entrarán en mi descanso»
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Venid, adoremos al Señor, aclamemos al Dios admirable en sus santos.
Himno:
FINÍSIMO FUE EL LINO CON QUE ELLA.
Finísimo
fue el lino con que ella
fue
tejiendo, a lo largo de su vida,
esa
historia de amor que la hace bella
a
los ojos de Dios y bendecida.
Supo
trenzar con tino los amores
del
cielo y de la tierra, y santamente
hizo
altar del telar de sus labores,
oración
desgranada lentamente.
Flor
virgen, florecida en amor santo,
llenó
el hogar de paz y joven vida,
su
dulce fortaleza fue su encanto,
la
fuerza de su amor la fe vivida.
Una
escuela de fe fue su regazo,
todos
fueron dichosos a su vera,
su
muerte en el Señor fue un tierno abrazo,
su
vida será eterna primavera. Amén.
SALMODIA
Ant
1. Es bueno tocar para tu nombre, oh altísimo, y proclamar por la mañana tu
misericordia.
Salmo
91 - ALABANZA A DIOS QUE CON SABIDURÍA Y JUSTICIA DIRIGE LA VIDA DE LOS
HOMBRES.
Es
bueno dar gracias al Señor
y
tocar para tu nombre, oh Altísimo,
proclamar
por la mañana tu misericordia
y
de noche tu fidelidad,
con
arpas de diez cuerdas y laúdes
sobre
arpegios de cítaras.
Tus
acciones, Señor, son mi alegría,
y
mi júbilo, las obras de tus manos.
¡Qué
magníficas son tus obras, Señor,
qué
profundos tus designios!
El
ignorante no los entiende
ni
el necio se da cuenta.
Aunque
germinen como hierba los malvados
y
florezcan los malhechores,
serán
destruidos para siempre.
Tú,
en cambio, Señor,
eres
excelso por los siglos.
Porque
tus enemigos, Señor, perecerán,
los
malhechores serán dispersados;
pero
a mí me das la fuerza de un búfalo
y
me unges con aceite nuevo.
Mis
ojos no temerán a mis enemigos,
mis
oídos escucharán su derrota.
El
justo crecerá como una palmera
y
se alzará como un cedro del Líbano:
plantado
en la casa del Señor,
crecerá
en los atrios de nuestro Dios;
en
la vejez seguirá dando fruto
y
estará lozano y frondoso,
para
proclamar que el Señor es justo,
que
en mi Roca no existe la maldad.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Es bueno tocar para tu nombre, oh altísimo, y proclamar por la mañana tu
misericordia.
Ant
2. Os daré un corazón nuevo y os infundiré un espíritu nuevo.
Cántico:
DIOS RENOVARÁ A SU PUEBLO - Ez 36, 24-28
Os
recogeré de entre las naciones,
os
reuniré de todos los países,
y
os llevaré a vuestra tierra.
Derramaré
sobre vosotros un agua pura
que
os purificará:
de
todas vuestras inmundicias e idolatrías
os
he de purificar;
y
os daré un corazón nuevo,
y
os infundiré un espíritu nuevo;
arrancaré
de vuestra carne el corazón de piedra,
y
os daré un corazón de carne.
Os
infundiré mi espíritu,
y
haré que caminéis según mis preceptos,
y
que guardéis y cumpláis mis mandatos.
Y
habitaréis en la tierra que di a vuestros padres.
Vosotros
seréis mi pueblo
y
yo seré vuestro Dios.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Os daré un corazón nuevo y os infundiré un espíritu nuevo.
Ant
3. De la boca de los niños de pecho, Señor, has sacado una alabanza.
Salmo
8 MAJESTAD DEL SEÑOR Y DIGNIDAD DEL HOMBRE.
Señor,
dueño nuestro,
¡que
admirable es tu nombre
en
toda la tierra!
Ensalzaste
tu majestad sobre los cielos.
De
la boca de los niños de pecho
has
sacado una alabanza contra tus enemigos,
para
reprimir al adversario y al rebelde.
Cuando
contemplo el cielo, obra de tus manos;
la
luna y las estrellas que has creado,
¿qué
es el hombre, para que te acuerdes de él;
el
ser humano, para darle poder?
Lo
hiciste poco inferior a los ángeles,
lo
coronaste de gloria y dignidad,
le
diste el mando sobre las obras de tus manos,
todo
lo sometiste bajo sus pies:
rebaños
de ovejas y toros,
y
hasta las bestias del campo,
las
aves del cielo, los peces del mar,
que
trazan sendas por las aguas.
Señor,
dueño nuestro,
¡que
admirable es tu nombre
en
toda la tierra!
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
De la boca de los niños de pecho, Señor, has sacado una alabanza.
LECTURA
BREVE Rm 12, 1-2
Os
exhorto, por la misericordia de Dios, a presentar vuestros cuerpos como hostia
viva, santa, agradable a Dios; éste es vuestro culto razonable. Y no os
ajustéis a este mundo, sino transformaos por la renovación de la mente, para
que sepáis discernir lo que es la voluntad de Dios, lo bueno, lo que agrada, lo
perfecto.
RESPONSORIO
BREVE
V.
Dios la socorre al despuntar la aurora.
R.
Dios la socorre al despuntar la aurora.
V.
Teniendo a Dios en medio no vacila.
R.
Al despuntar la aurora.
V.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R.
Dios la socorre al despuntar la aurora.
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant.
La señal por la que conocerán que sois discípulos míos será que os améis unos a
otros.
Cántico
de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc 1, 68-79
Bendito
sea el Señor, Dios de Israel,
porque
ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos
una fuerza de salvación
en
la casa de David, su siervo,
según
lo había predicho desde antiguo
por
boca de sus santos profetas:
Es
la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y
de la mano de todos los que nos odian;
ha
realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando
su santa alianza
y
el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para
concedernos que, libres de temor,
arrancados
de la mano de los enemigos,
le
sirvamos con santidad y justicia,
en
su presencia, todos nuestros días.
Y
a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque
irás delante del Señor
a
preparar sus caminos,
anunciando
a su pueblo la salvación,
el
perdón de sus pecados.
Por
la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos
visitará el sol que nace de lo alto,
para
iluminar a los que viven en tiniebla
y
en sombra de muerte,
para
guiar nuestros pasos
por
el camino de la paz.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
La señal por la que conocerán que sois discípulos míos será que os améis unos a
otros.
PRECES
Unidos,
hermanos, a las mujeres santas, aclamemos a Jesús, nuestro Salvador, y
supliquémosle diciendo:
Ven,
Señor Jesús.
Señor
Jesús, que perdonaste a la mujer pecadora sus muchos pecados porque tenía mucho
amor,
perdónanos
también a nosotros porque hemos pecado mucho.
Señor
Jesús, que fuiste asistido en tu misión evangélica por mujeres piadosas,
haz
que también nosotros seamos fieles en nuestra misión apostólica.
Señor
Jesús, a quien María escuchaba y Marta servía,
concédenos
servirte siempre con fe y amor.
Señor
Jesús, que llamaste hermano, hermana y madre a todos los que cumplen tu
voluntad,
haz
que todos nosotros la cumplamos siempre de palabra y de obra.
Se
pueden añadir algunas intenciones libres
Fieles
a la recomendación del Salvador, digamos al Padre común:
Padre
nuestro...
ORACION
Dios
nuestro, que concediste a santa Isabel de Hungría el don de reconocer y venerar
a Cristo en los pobres, concédenos, por su intercesión, que sirvamos siempre a
los necesitados y afligidos con una incansable caridad. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y
es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V.
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R.
Amén.
HORA TERCIA
INVOCACIÓN
INICIAL
V.
Dios mío, ven en mi auxilio
R.
Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno:
EL TRABAJO, SEÑOR, DE CADA DÍA
El
trabajo, Señor, de cada día
nos
sea por tu amor santificado,
convierte
su dolor en alegría
de
amor, que para dar tú nos has dado.
Paciente
y larga es nuestra tarea
en
la noche oscura del amor que espera;
dulce
huésped del alma, al que flaquea
dale
tu luz, tu fuerza que aligera.
En
el alto gozoso del camino,
demos
gracias a Dios, que nos concede
la
esperanza sin fin del don divino;
todo
lo puede en él quien nada puede. Amén.
SALMODIA
Ant
1. Llamé, y él me respondió.
Salmo
119 - DESEO DE LA PAZ
En
mi aflicción llamé al Señor,
y
él me respondió.
Líbrame,
Señor, de los labios mentirosos,
de
la lengua traidora.
¿Qué
te va a dar o a mandar Dios,
lengua
traidora?
Flechas
de arquero, afiladas
con
ascuas de retama.
¡Ay
de mí, desterrado en Masac,
acampado
en Cadar!
Demasiado
llevo viviendo
con
los que odian la paz;
cuando
yo digo: «Paz»,
ellos
dicen: «Guerra».
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Llamé, y él me respondió.
Ant
2. El Señor guarda tus entradas y salidas.
Salmo
120 - EL GUARDIÁN DEL PUEBLO.
Levanto
mis ojos a los montes:
¿de
dónde me vendrá el auxilio?
El
auxilio me viene del Señor,
que
hizo el cielo y la tierra.
No
permitirá que resbale tu pie,
tu
guardián no duerme;
no
duerme ni reposa
el
guardián de Israel.
El
Señor te guarda a su sombra,
está
a tu derecha;
de
día el sol no te hará daño,
ni
la luna de noche.
El
Señor te guarda de todo mal,
él
guarda tu alma;
el
Señor guarda tus entradas y salidas,
ahora
y por siempre.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
El Señor guarda tus entradas y salidas.
Ant
3. Me he alegrado por lo que me dijeron.
Salmo
121 LA CIUDAD SANTA DE JERUSALÉN
¡Qué
alegría cuando me dijeron:
«Vamos
a la casa del Señor»!
Ya
están pisando nuestros pies
tus
umbrales, Jerusalén.
Jerusalén
está fundada
como
ciudad bien compacta.
Allá
suben las tribus,
las
tribus del Señor,
según
la costumbre de Israel,
a
celebrar el nombre del Señor;
en
ella están los tribunales de justicia
en
el palacio de David.
Desead
la paz a Jerusalén:
«Vivan
seguros los que te aman,
haya
paz dentro de tus muros,
seguridad
en tus palacios.»
Por
mis hermanos y compañeros,
voy
a decir: «La paz contigo.»
Por
la casa del Señor, nuestro Dios,
te
deseo todo bien.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Me he alegrado por lo que me dijeron.
LECTURA
BREVE Dn 6, 26b-27
Teman
y tiemblen ante Dios: Él es el Dios vivo que subsiste por siempre, su reino no
será destruido y su imperio durará hasta el fin. El que salva y libera obra
señales y milagros.
V.
Rendíos, reconoced que yo soy Dios.
R.
Más alto que los pueblos, más alto que la tierra.
ORACIÓN
OREMOS,
Señor
Dios, Padre todopoderoso, infúndenos la luz del Espíritu Santo para que, libres
de toda adversidad, podamos alegrarnos siempre en tu alabanza. Por Cristo
nuestro Señor.
Amén.
CONCLUSIÓN
V.
Bendigamos al Señor.
R.
Demos gracias a Dios.
HORA SEXTA
INVOCACIÓN
INICIAL
V.
Dios mío, ven en mi auxilio
R.
Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno:
EL PAN DE CADA DÍA
El
pan de cada día
dánoslo
hoy, Señor, a manos llenas;
convierte
en alegría
nuestras
labores buenas
y
acaricia el dolor de nuestras penas.
¡Horas
de tedio largas
sin
la presencia buena de tus manos!
¡Ay,
las horas amargas
nos
vuelven inhumanos,
si
no abrimos el alma a los hermanos!
Santifica
el momento
de
este ruido tenaz, de esta fatiga.
Busquemos
el aliento
de
tu presencia amiga
que
acreciente el esfuerzo y nos bendiga. Amén.
SALMODIA
Ant
1. Que tu mano, Señor, me auxilie, ya que prefiero tus decretos.
Salmo
118, 169-176
Que
llegue mi clamor a tu Presencia,
Señor,
con tus palabras dame inteligencia;
que
mi súplica entre en tu presencia,
líbrame
según tu promesa;
de
mis labios brota la alabanza,
porque
me enseñaste tus leyes.
Mi
lengua canta tu fidelidad,
porque
todos tus preceptos son justos;
que
tu mano me auxilie,
ya
que prefiero tus decretos;
ansío
tu salvación, Señor;
tu
voluntad es mi delicia.
Que
mi alma viva para alabarte,
que
tus mandamientos me auxilien;
me
extravié como oveja perdida:
busca
a tu siervo, que no olvida tus mandatos.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Que tu mano, Señor, me auxilie, ya que prefiero tus decretos.
Ant
2. Tu trono, ¡oh Dios!, permanece para siempre.
Salmo
44 I - LAS NUPCIAS DEL REY.
Me
brota del corazón un poema bello,
recito
mis versos a un rey;
mi
lengua es ágil pluma de escribano.
Eres
el más bello de los hombres,
en
tus labios se derrama la gracia,
el
Señor te bendice eternamente.
Cíñete
al flanco la espada, valiente:
es
tu gala y tu orgullo;
cabalga
victorioso por la verdad y la justicia,
tu
diestra te enseñe a realizar proezas.
Tus
flechas son agudas, los pueblos se te rinden,
se
acobardan los enemigos del rey.
Tu
trono, ¡oh Dios!, permanece para siempre;
cetro
de rectitud es tu cetro real;
has
amado la justicia y odiado la impiedad:
por
eso el Señor, tu Dios, te ha ungido
con
aceite de júbilo entre todos tus compañeros.
A
mirra, áloe y acacia huelen tus vestidos,
desde
los palacios de marfiles te deleitan las arpas.
Hijas
de reyes salen a tu encuentro,
de
pie a tu derecha está la reina
enjoyada
con oro de Ofir.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Tu trono, ¡oh Dios!, permanece para siempre.
Ant
3. Vi la nueva Jerusalén, arreglada como una novia que se adorna para su
esposo.
Salmo
44 II
Escucha,
hija, mira: inclina el oído,
olvida
tu pueblo y la casa paterna:
prendado
está el rey de tu belleza,
póstrate
ante él, que él es tu señor.
La
ciudad de Tiro viene con regalos,
los
pueblos más ricos buscan tu favor.
Ya
entra la princesa, bellísima,
vestida
de perlas y brocado;
la
llevan ante el rey, con séquito de vírgenes,
la
siguen sus compañeras:
las
traen entre alegría y algazara,
van
entrando en el palacio real.
«A
cambio de tus padres tendrás hijos,
que
nombrarás príncipes por toda la tierra.»
Quiero
hacer memorable tu nombre
por
generaciones y generaciones,
y
los pueblos te alabarán
por
los siglos de los siglos.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Vi la nueva Jerusalén, arreglada como una novia que se adorna para su esposo.
LECTURA
BREVE Rm 15, 5-7
El
Dios que es fuente de esa paciencia y de ese ánimo os conceda tener un mismo
sentir entre vosotros según la mente de Cristo Jesús. Así con un mismo corazón
y una misma boca daréis gloria al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo. Por
eso acogeos amigablemente unos a otros, como Cristo os acogió para gloria de
Dios.
V.
El Señor ama a su pueblo.
R.
Y adorna con la victoria a los humildes.
ORACIÓN
OREMOS,
Señor,
fuego ardiente de amor eterno, haz que, inflamados en tu amor, te amemos a ti
sobre todas las cosas y a nuestro prójimo por amor tuyo. Por Cristo, nuestro
Señor.
Amén.
CONCLUSIÓN
V.
Bendigamos al Señor.
R.
Demos gracias a Dios.
HORA NONA
INVOCACIÓN
INICIAL
V.
Dios mío, ven en mi auxilio
R.
Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno:
FUNDAMENTO DE TODO LO QUE EXISTE
Fundamento
de todo lo que existe,
de
tu pueblo elegido eterna roca,
de
los tiempos Señor, que prometiste
dar
tu vigor al que con fe te invoca.
Mira
al hombre que es fiel y no te olvida,
tu
Espíritu, tu paz háganlo fuerte
para
amarte y servirte en esta vida
y
gozarte después de santa muerte.
Jesús,
Hijo del Padre, ven aprisa
en
este atardecer que se avecina,
serena
claridad y dulce brisa
será
tu amor que todo lo domina. Amén.
SALMODIA
Ant
1. El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres.
Salmo
125 - DIOS, ALEGRÍA Y ESPERANZA NUESTRA.
Cuando
el Señor cambió la suerte de Sión,
nos
parecía soñar:
la
boca se nos llenaba de risas,
la
lengua de cantares.
Hasta
los gentiles decían:
«El
Señor ha estado grande con ellos.»
El
Señor ha estado grande con nosotros,
y
estamos alegres.
Que
el Señor cambie nuestra suerte
como
los torrentes del Negueb.
Los
que sembraban con lágrimas
cosechan
entre cantares.
Al
ir, iban llorando,
llevando
la semilla;
al
volver, vuelven cantando,
trayendo
sus gavillas.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres.
Ant
2. El Señor nos construya la casa y nos guarde la ciudad.
Salmo
126 - EL ESFUERZO HUMANO ES INÚTIL SIN DIOS.
Si
el Señor no construye la casa,
en
vano se cansan los albañiles;
si
el Señor no guarda la ciudad,
en
vano vigilan los centinelas.
Es
inútil que madruguéis,
que
veléis hasta muy tarde,
los
que coméis el pan de vuestros sudores:
¡Dios
lo da a sus amigos mientras duermen!
La
herencia que da el Señor son los hijos;
una
recompensa es el fruto de las entrañas:
son
saetas en mano de un guerrero
los
hijos de la juventud.
Dichoso
el hombre que llena
con
ellas su aljaba:
no
quedará derrotado cuando litigue
con
su adversario en la plaza.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
El Señor nos construya la casa y nos guarde la ciudad.
Ant
3. Dichoso el que teme al Señor.
Salmo
127 - PAZ DOMÉSTICA EN EL HOGAR DEL JUSTO
¡Dichoso
el que teme al Señor
y
sigue sus caminos!
Comerás
del fruto de tu trabajo,
serás
dichoso, te irá bien;
tu
mujer, como una vid fecunda,
en
medio de tu casa;
tus
hijos, como renuevos de olivo,
alrededor
de tu mesa:
ésta
es la bendición del hombre
que
teme al Señor.
Que
el Señor te bendiga desde Sión,
que
veas la prosperidad de Jerusalén
todos
los días de tu vida;
que
veas a los hijos de tus hijos.
¡Paz
a Israel!
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Dichoso el que teme al Señor.
LECTURA
BREVE Flp 4, 8. 9b
Todo
lo que es verdadero, noble, justo, puro, amable, laudable, todo lo que es
virtud o mérito, tenedlo en cuenta, hermanos. Y el Dios de la paz estará con
vosotros.
V.
Te ensalzaré, Dios mío, mi rey.
R.
Bendeciré tu nombre por siempre jamás.
ORACIÓN
OREMOS,
Escucha,
Señor, nuestra oración y danos la abundancia de tu paz, para que, por
intercesión de la santísima Virgen María, después de haberte servido durante
toda nuestra vida, podamos presentarnos ante ti sin temor alguno. Por Cristo,
nuestro Señor.
Amén.
CONCLUSIÓN
V.
Bendigamos al Señor.
R.
Demos gracias a Dios.
I VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN
INICIAL
V.
Dios mío, ven en mi auxilio
R.
Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno:
LOS PUEBLOS QUE MARCHAN Y LUCHAN
Los
pueblos que marchan y luchan
con
firme tesón
aclamen
al Dios de la vida.
Cantemos
hosanna que viene el Señor.
Agiten
laureles y olivos,
es
Pascua de Dios,
mayores
y niños repitan:
«Cantemos
hosanna que viene el Señor.»
Jesús
victorioso y presente
ofrece
su don
a
todos los justos del mundo.
Cantemos
hosanna que viene el Señor.
Resuenen
en todo camino
de
paz y de amor
alegres
canciones que digan:
«Cantemos
hosanna que viene el Señor.»
Que
Dios, Padre nuestro amoroso,
el
Hijo y su Don
a
todos protejan y acojan.
Cantemos
hosanna que viene el Señor. Amén.
SALMODIA
Ant
1. Suba mi oración, Señor, como incienso en tu presencia.
Salmo
140, 1-9 - ORACIÓN ANTE EL PELIGRO
Señor,
te estoy llamando, ven de prisa,
escucha
mi voz cuando te llamo.
Suba
mi oración como incienso en tu presencia,
el
alzar de mis manos como ofrenda de la tarde.
Coloca,
Señor, una guardia en mi boca,
un
centinela a la puerta de mis labios;
no
dejes inclinarse mi corazón a la maldad,
a
cometer crímenes y delitos;
ni
que con los hombres malvados
participe
en banquetes.
Que
el justo me golpee, que el bueno me reprenda,
pero
que el ungüento del impío no perfume mi cabeza;
yo
opondré mi oración a su malicia.
Sus
jefes cayeron despeñados,
aunque
escucharon mis palabras amables;
como
una piedra de molino, rota por tierra,
están
esparcidos nuestros huesos a la boca de la tumba.
Señor,
mis ojos están vueltos a ti,
en
ti me refugio, no me dejes indefenso;
guárdame
del lazo que me han tendido,
de
la trampa de los malhechores.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Suba mi oración, Señor, como incienso en tu presencia.
Ant
2. Tú eres mi refugio y mi heredad, Señor, en el país de la vida.
Salmo
141 - ORACIÓN DEL HOMBRE ABANDONADO: TU ERES MI REFUGIO
A
voz en grito clamo al Señor,
a
voz en grito suplico al Señor;
desahogo
ante él mis afanes,
expongo
ante él mi angustia,
mientras
me va faltando el aliento.
Pero
tú conoces mis senderos,
y
que en el camino por donde avanzo
me
han escondido una trampa.
Me
vuelvo a la derecha y miro:
nadie
me hace caso;
no
tengo adónde huir,
nadie
mira por mi vida.
A
ti grito, Señor;
te
digo: «Tú eres mi refugio
y
mi heredad en el país de la vida.»
Atiende
a mis clamores,
que
estoy agotado;
líbrame
de mis perseguidores,
que
son más fuertes que yo.
Sácame
de la prisión,
y
daré gracias a tu nombre:
me
rodearán los justos
cuando
me devuelvas tu favor.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Tú eres mi refugio y mi heredad, Señor, en el país de la vida.
Ant
3. El Señor Jesús se rebajó; por eso Dios lo levantó sobre todo, por los siglos
de los siglos.
Cántico:
CRISTO, SIERVO DE DIOS, EN SU MISTERIO PASCUAL - Flp 2, 6-11
Cristo,
a pesar de su condición divina,
no
hizo alarde de su categoría de Dios,
al
contrario, se anonadó a sí mismo,
y
tomó la condición de esclavo,
pasando
por uno de tantos.
Y
así, actuando como un hombre cualquiera,
se
rebajó hasta someterse incluso a la muerte
y
una muerte de cruz.
Por
eso Dios lo levantó sobre todo
y
le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»;
de
modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble
en
el cielo, en la tierra, en el abismo
y
toda lengua proclame:
Jesucristo
es Señor, para gloria de Dios Padre.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
El Señor Jesús se rebajó; por eso Dios lo levantó sobre todo, por los siglos de
los siglos.
LECTURA
BREVE Rm 11, 33-36
¡Qué
abismo de riqueza es la sabiduría y ciencia de Dios! ¡Qué insondables son sus
juicios y qué irrastreables sus caminos! ¿Quién ha conocido jamás la mente del
Señor? ¿Quién ha sido su consejero? ¿Quién le ha dado primero, para que él le
devuelva? Él es origen, camino y término de todo. A él la gloria por los
siglos. Amén.
RESPONSORIO
BREVE
V.
Cuántas son tus obras, Señor.
R.
Cuántas son tus obras, Señor.
V.
Y todas las hiciste con sabiduría.
R.
Tus obras, Señor.
V.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R.
Cuántas son tus obras, Señor.
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant.
El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
Cántico
de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama
mi alma la grandeza del Señor,
se
alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque
ha mirado la humillación de su esclava.
Desde
ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque
el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su
nombre es santo,
y
su misericordia llega a sus fieles
de
generación en generación.
El
hace proezas con su brazo:
dispersa
a los soberbios de corazón,
derriba
del trono a los poderosos
y
enaltece a los humildes,
a
los hambrientos los colma de bienes
y
a los ricos los despide vacíos.
Auxilia
a Israel, su siervo,
acordándose
de su misericordia
-como
lo había prometido a nuestros padres-
en
favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
PRECES
Glorifiquemos
a Dios, Padre, Hijo, y Espíritu Santo, y supliquémosle diciendo:
Escucha
a tu pueblo, Señor.
Padre
todopoderoso, haz que abunde en la tierra la justicia
y
que tu pueblo se alegre en la paz.
Que
todos los pueblos entren a formar parte de tu reino
y
que el pueblo judío sea salvado.
Que
los esposos cumplan tu voluntad, vivan en concordia
y
que sean siempre fieles a su mutuo amor.
Recompensa,
Señor, a nuestros bienhechores
y
concédeles la vida eterna.
Se
pueden añadir algunas intenciones libres
Acoge
con amor a los que han muerto víctimas del odio, de la violencia o de la guerra
y
dales el descanso eterno.
Movidos
por el Espíritu Santo, dirijamos al Padre la oración que Cristo nos enseñó:
Padre
nuestro...
ORACION
Señor,
Dios nuestro, concédenos alegrarnos siempre en tu servicio, porque la profunda
y verdadera alegría está en ser fiel a ti, autor de todo bien. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V.
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R.
Amén.
COMPLETAS
(Oración antes del descanso nocturno)
INVOCACIÓN
INICIAL
V.
Dios mío, ven en mi auxilio
R.
Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
EXAMEN
DE CONCIENCIA
Hermanos,
habiendo llegado al final de esta jornada que Dios nos ha concedido,
reconozcamos sinceramente nuestros pecados.
Yo
confieso ante Dios todopoderoso
y
ante vosotros, hermanos,
que
he pecado mucho
de
pensamiento, palabra, obra y omisión:
por
mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por
eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a
los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos,
que
intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor.
V.
El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados
y nos lleve a la vida eterna.
R.
Amén.
Himno:
CUANDO LA LUZ DEL SOL ES YA PONIENTE
Cuando
la luz del sol es ya poniente,
gracias,
Señor, es nuestra melodía;
recibe,
como ofrenda, amablemente,
nuestro
dolor, trabajo y alegría.
Si
poco fue el amor en nuestro empeño
de
darle vida al día que fenece,
convierta
en realidad lo que fue un sueño
tu
gran amor que todo lo engrandece.
Tu
cruz, Señor, redime nuestra suerte
de
pecadora en justa, e ilumina
la
senda de la vida y de la muerte
del
hombre que en la fe lucha y camina.
Jesús,
Hijo del Padre, cuando avanza
la
noche oscura sobre nuestro día,
concédenos
la paz y la esperanza
de
esperar cada noche tu gran día. Amén.
SALMODIA
Ant
1. Ten piedad de mí, Señor, y escucha mi oración.
Salmo
4 - ACCIÓN DE GRACIAS.
Escúchame
cuando te invoco, Dios, defensor mío;
tú
que en el aprieto me diste anchura,
ten
piedad de mí y escucha mi oración.
Y
vosotros, ¿hasta cuándo ultrajaréis mi honor,
amaréis
la falsedad y buscaréis el engaño?
Sabedlo:
el Señor hizo milagros en mi favor,
y
el Señor me escuchará cuando lo invoque.
Temblad
y no pequéis, reflexionad
en
el silencio de vuestro lecho;
ofreced
sacrificios legítimos
y
confiad en el Señor.
Hay
muchos que dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha,
si
la luz de tu rostro ha huido de nosotros?»
Pero
tú, Señor, has puesto en mi corazón más alegría
que
si abundara en trigo y en vino.
En
paz me acuesto y en seguida me duermo,
porque
tú sólo, Señor, me haces vivir tranquilo.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Ten piedad de mí, Señor, y escucha mi oración.
Ant
2. Durante la noche, bendecid al Señor.
Salmo
133 - ORACIÓN VESPERTINA EN EL TEMPLO
Y
ahora bendecid al Señor,
los
siervos del Señor,
los
que pasáis la noche
en
la casa del Señor:
Levantad
las manos hacia el santuario,
y
bendecid al Señor.
El
Señor te bendiga desde Sión:
el
que hizo cielo y tierra.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Durante la noche, bendecid al Señor.
LECTURA
BREVE Dt 6, 4-7
Escucha,
Israel: El Señor, nuestro Dios, es solamente uno. Amarás al Señor, tu Dios, con
todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas. Las palabras que hoy
te digo quedarán en tu memoria; se las repetirás a tus hijos y hablarás de
ellas estando en casa y yendo de camino, acostado y levantado.
RESPONSORIO
BREVE
V.
En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
R.
En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
V.
Tú, el Dios leal, nos librarás.
R.
Te encomiendo mi espíritu.
V.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R.
En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant.
Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con
Cristo y descansemos en paz.
CÁNTICO
DE SIMEÓN Lc 2, 29-32
Ahora,
Señor, según tu promesa,
puedes
dejar a tu siervo irse en paz,
porque
mis ojos han visto a tu Salvador,
a
quien has presentado ante todos los pueblos
luz
para alumbrar a las naciones
y
gloria de tu pueblo Israel.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con
Cristo y descansemos en paz.
ORACION
OREMOS,
Guárdanos,
Señor, durante esta noche y haz que mañana, ya al clarear el nuevo día, la
celebración del domingo nos llene con la alegría de la resurrección de tu Hijo.
Que vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén.
BENDICIÓN
V.
El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte.
R.
Amén.
ANTIFONA
FINAL DE LA SANTISIMA VIRGEN
Madre
del Redentor, Virgen fecunda,
puerta
del cielo siempre abierta,
estrella
del mar,
ven
a librar al pueblo que tropieza
y
se quiere levantar.
Ante
la admiración de cielo y tierra,
engendraste
a tu santo Creador,
y
permaneces siempre virgen.
Recibe
el saludo del ángel Gabriel,
y
ten piedad de nosotros, pecadores.
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