Del Común de la
Santísima Virgen María.
NUESTRA SEÑORA
DEL PILAR (MEMORIA OPCIONAL)
Según una
venerada tradición, la Virgen se manifestó en Zaragoza (España) sobre una
columna o pilar, signo visible de su presencia. Esta tradición encontró su
expresión cultual en la misa y en el Oficio que, para toda España, decretó
Clemente XII. Pío VII elevó la categoría litúrgica de la celebración. Pío XII
otorgó a todas las naciones sudamericanas la posibilidad de celebrar la misma
misa que se celebraba en España.
OFICIO
DE LECTURA
INVITATORIO
Si ésta es la
primera oración del día:
V. Señor abre mis
labios
R. Y mi boca
proclamará tu alabanza
Se añade el Salmo
del Invitatorio con la siguiente antífona:
Ant. Venid,
adoremos a Cristo, Hijo de María Virgen.
Salmo 94
INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos
al Señor,
demos vítores a la
Roca que nos salva;
entremos a su
presencia dándole gracias,
aclamándolo con
cantos.
Porque el Señor es
un Dios grande,
soberano de todos
los dioses:
tiene en su mano
las simas de la tierra,
son suyas las
cumbres de los montes;
suyo es el mar,
porque él lo hizo,
la tierra firme
que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos
por tierra,
bendiciendo al
Señor, creador nuestro.
Porque él es
nuestro Dios,
y nosotros su
pueblo,
el rebaño que él
guía.
Ojalá escuchéis
hoy su voz:
«No endurezcáis el
corazón como en Meribá,
como el día de
Masá en el desierto;
cuando vuestros
padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí,
aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta
años
aquella generación
me repugnó, y dije:
Es un pueblo de
corazón extraviado,
que no reconoce mi
camino;
por eso he jurado
en mi cólera
que no entrarán en
mi descanso»
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Venid,
adoremos a Cristo, Hijo de María Virgen.
Si antes se ha
rezado ya alguna otra Hora:
V. Dios mío, ven
en mi auxilio
R. Señor, date
prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno: LUCERO DE
LA MAÑANA
Lucero de la
mañana,
norte que muestra
el camino,
cuando turba de
continuo
nuestro mar la
tramontana.
Quien tanta
grandeza explica
sin alas puede
volar,
porque no podrá
alabar
a la que es más
santa y rica.
Sois pastora de
tal suerte,
que aseguráis los
rebaños
de mortandades y
daños,
dando al lobo
cruda muerte.
Dais vida a quien
se os aplica,
y en los cielos y
en la tierra
libráis las almas
de guerra,
como poderosa y
rica.
Si vuestro ejemplo
tomasen
las pastoras y
pastores,
yo fío que de
dolores
para siempre se
librasen.
Tanto Dios se os
comunica,
que sin fin os
alabamos,
y más cuando os
contemplamos
en el mundo la más
rica. Amén
SALMODIA
Ant 1. Bendice,
alma mía, al Señor, y no olvides sus beneficios.
Salmo 102 I -
HIMNO A LA MISERICORDIA DE DIOS
Bendice, alma mía,
al Señor,
y todo mi ser a su
santo nombre.
Bendice, alma mía,
al Señor,
y no olvides sus
beneficios.
Él perdona todas
tus culpas
y cura todas tus
enfermedades;
él rescata tu vida
de la fosa
y te colma de
gracia y de ternura;
él sacia de bienes
tus anhelos,
y como un águila
se renueva tu juventud.
El Señor hace
justicia
y defiende a todos
los oprimidos;
enseñó sus caminos
a Moisés
y sus hazañas a
los hijos de Israel.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Bendice, alma
mía, al Señor, y no olvides sus beneficios.
Ant 2. Como un
padre siente ternura por sus hijos, siente el Señor ternura por sus fieles.
Salmo 102 II
El Señor es
compasivo y misericordioso,
lento a la ira y
rico en clemencia;
no está siempre
acusando
ni guarda rencor
perpetuo;
no nos trata como
merecen nuestros pecados
ni nos paga según
nuestras culpas.
Como se levanta el
cielo sobre la tierra,
se levanta su
bondad sobre sus fieles;
como dista el
oriente del ocaso,
así aleja de
nosotros nuestros delitos.
Como un padre
siente ternura por sus hijos,
siente el Señor
ternura por sus fieles;
porque él sabe de
qué estamos hechos,
se acuerda de que
somos barro.
Los días del
hombre duran lo que la hierba,
florecen como flor
del campo,
que el viento la
roza, y ya no existe,
su terreno no
volverá a verla.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Como un padre
siente ternura por sus hijos, siente el Señor ternura por sus fieles.
Ant 3. Bendecid al
Señor, todas sus obras.
Salmo 102 III
Pero la misericordia
del Señor dura siempre,
su justicia pasa
de hijos a nietos:
para los que
guardan la alianza
y recitan y
cumplen sus mandatos.
El Señor puso en
el cielo su trono,
su soberanía
gobierna el universo.
Bendecid al Señor,
ángeles suyos,
poderosos
ejecutores de sus órdenes,
prontos a la voz
de su palabra.
Bendecid al Señor,
ejércitos suyos,
servidores que
cumplís sus deseos.
Bendecid al Señor,
todas sus obras,
en todo lugar de
su imperio.
Bendice, alma mía,
al Señor.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Bendecid al
Señor, todas sus obras.
V. Ábreme, Señor,
los ojos.
R. Y contemplaré
las maravillas de tu voluntad.
PRIMERA LECTURA
Del libro de Ben
Sirá 15, 11-22
LIBERTAD DEL
HOMBRE
No digas: «Mi
pecado viene de Dios», porque él no hace lo que odia; no digas: «Él me ha
extraviado», porque no necesita de hombres inicuos; el Señor odia toda
abominación, y también es ésta odiosa para los que lo temen a él. El Señor creó
al hombre al principio y lo entregó en poder de su albedrío; si quieres,
guardarás sus mandatos, porque es prudencia cumplir su voluntad; ante ti están
puestos fuego y agua: echa mano a lo que quieras; delante del hombre están muerte
y vida: le darán lo que él escoja.
Es inmensa la
sabiduría del Señor, es grande su poder y lo ve todo; los ojos de Dios ven las
acciones, él conoce todas las obras del hombre; no mandó pecar al hombre ni
deja impunes a los mentirosos.
RESPONSORIO
St 1, 13; Sir 15, 14
R. Nadie, cuando
es tentado, diga: «Soy tentado por Dios.» * Porque Dios no tienta a nadie.
V. El Señor creó
al hombre al principio y lo entregó en poder de su albedrío.
R. Porque Dios no
tienta a nadie.
SEGUNDA LECTURA
Elogio de la
Virgen del Pilar
(Autor Anónimo)
EL PILAR, LUGAR
PRIVILEGIADO DE ORACIÓN Y DE GRACIA
Según una piadosa
y antigua tradición, ya desde los albores de su conversión, los primitivos
cristianos levantaron una ermita en honor de la Virgen María, a las orillas del
Ebro, en la ciudad de Zaragoza. La primitiva y pequeña capilla, con el correr
de los siglos, se ha convertido hoy en una basílica grandiosa que acoge, como
centro vivo y permanente de peregrinaciones, a innumerables fieles que, desde
todas las partes del mundo, vienen a rezar a la Virgen y a venerar su Pilar.
La advocación de
nuestra Señora del Pilar ha sido objeto de un especial culto por parte de los
españoles: difícilmente podrá encontrarse en el amplio territorio patrio un
pueblo que no guarde con amor la pequeña imagen sobre la santa columna. Muchas
instituciones la veneran también como patrona.
Muy por encima de
milagros espectaculares, de manifestaciones clamorosas y de organizaciones
masivas, la virgen del Pilar es invocada como refugio de pecadores, consoladora
de los afligidos, madre de España. Su quehacer es, sobre todo, espiritual. Y su
basílica en Zaragoza es un lugar privilegiado de oración, donde sopla con
fuerza el Espíritu.
La devoción al
Pilar tiene una gran repercusión en Iberoamérica, cuyas naciones celebran la
fiesta del descubrimiento de su continente el doce de octubre, es decir, el
mismo día del Pilar. Como prueba de su devoción a la Virgen, los numerosos
mantos que cubren la sagrada imagen y las banderas que hacen guardia de honor a
la Señora ante su santa capilla testimonian la vinculación fraterna que
Iberoamérica tiene, por el Pilar, con la patria española.
Abierta la
basílica durante todo el día, jamás faltan fieles que llegan al Pilar en busca
de reconciliación, gracia y diálogo con Dios.
RESPONSORIO
Sal 71, 6. 19; Ap 21, 3
R. Que baje como
lluvia sobre el césped. * Que la gloria de Dios llene la tierra.
V. Esta es la
morada de Dios con los hombres, y acampará entre ellos; ellos serán su pueblo y
Dios estará con ellos.
R. Que la gloria
de Dios llene la tierra.
ORACIÓN.
OREMOS,
Dios todopoderoso
y eterno, que en la gloriosa Madre de tu Hijo has concedido un amparo celestial
a cuantos la invocan con la secular advocación del Pilar, concédenos, por su
intercesión, fortaleza en la fe, seguridad en la esperanza y constancia en el
amor. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
CONCLUSIÓN
V. Bendigamos al
Señor.
R. Demos gracias a
Dios.
LAUDES
(Oración de la
mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es
la primera oración del día
se sigue el
esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor abre mis
labios
R. Y mi boca
proclamará tu alabanza
Ant. Venid,
adoremos a Cristo, Hijo de María Virgen.
Salmo 94
INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos
al Señor,
demos vítores a la
Roca que nos salva;
entremos a su
presencia dándole gracias,
aclamándolo con
cantos.
Porque el Señor es
un Dios grande,
soberano de todos
los dioses:
tiene en su mano
las simas de la tierra,
son suyas las
cumbres de los montes;
suyo es el mar,
porque él lo hizo,
la tierra firme
que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos
por tierra,
bendiciendo al
Señor, creador nuestro.
Porque él es
nuestro Dios,
y nosotros su
pueblo,
el rebaño que él
guía.
Ojalá escuchéis
hoy su voz:
«No endurezcáis el
corazón como en Meribá,
como el día de
Masá en el desierto;
cuando vuestros
padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí,
aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta
años
aquella generación
me repugnó, y dije:
Es un pueblo de
corazón extraviado,
que no reconoce mi
camino;
por eso he jurado
en mi cólera
que no entrarán en
mi descanso»
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Venid,
adoremos a Cristo, Hijo de María Virgen.
Himno: ERES TÚ LA
MUJER LLENA DE GLORIA
Eres tú la mujer
llena de gloria,
alzada por encima
de los astros;
con tu sagrado
pecho das la leche
al que en su
providencia te ha creado.
Lo que Eva nos
perdió tan tristemente,
tú lo devuelves
por tu fruto santo;
para que al cielo
ingresen los que lloran,
eres tú la ventana
del costado.
Tú eres la puerta
altísima del Rey
y la entrada
fulgente de la luz;
la vida que esta
Virgen nos devuelve
aplauda el pueblo
que alcanzó salud.
Sea la gloria a
ti, Señor Jesús,
que de María
Virgen has nacido,
gloria contigo al
Padre y al Paráclito,
por sempiternos y
gozosos siglos. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Mi corazón
está firme, Dios mío, mi corazón está firme.
Salmo 107 -
ALABANZA AL SEÑOR Y PETICIÓN DE AUXILIO.
Dios mío, mi
corazón está firme,
para tí cantaré y
tocaré, gloria mía.
Despertad, cítara
y arpa,
despertaré a la
aurora.
Te daré gracias
ante los pueblos, Señor,
tocaré para ti
ante las naciones:
por tu bondad, que
es más grande que los cielos;
por tu fidelidad,
que alcanza a las nubes.
Elévate sobre el
cielo, Dios mío,
y llene la tierra
tu gloria;
para que se salven
tus predilectos,
que tu mano
salvadora nos responda.
Dios habló en su
santuario:
«Triunfante
ocuparé Siquén,
parcelaré el valle
de Sucot;
mío es Galaad, mío
Manasés,
Efraín es yelmo de
mi cabeza,
Judá es mi cetro;
Moab, una jofaina
para lavarme,
sobre Edom echo mi
sandalia,
sobre Filistea
canto victoria.»
Pero ¿quién me
guiará a la plaza fuerte,
quién me conducirá
a Edom,
si tú, ¡oh Dios!,
nos has rechazado
y no sales ya con
nuestras tropas?
Auxílianos contra
el enemigo,
que la ayuda del
hombre es inútil;
con Dios haremos
proezas,
El pisoteará a
nuestros enemigos.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Mi corazón
está firme, Dios mío, mi corazón está firme.
Ant 2. El Señor me
ha revestido de justicia y santidad.
Cántico: ALEGRIA
DEL PROFETA ANTE LA NUEVA JERUSALÉN Is 61, 10--62, 5
Desbordo de gozo
con el Señor,
y me alegro con mi
Dios:
porque me ha
vestido un traje de gala
y me ha envuelto
en un manto de triunfo,
como a un novio
que se pone la corona,
o a una novia que
se adorna con sus joyas.
Como el suelo echa
sus brotes,
como un jardín
hace brotar sus semillas,
así el Señor hará
brotar la justicia
y los himnos, ante
todos los pueblos.
Por amor de Sión
no callaré,
por amor de
Jerusalén no descansaré,
hasta que despunte
la aurora de su justicia
y su salvación
llamee como antorcha.
Los pueblos verán
tu justicia,
y los reyes, tu
gloria;
te pondrán un
nombre nuevo
pronunciado por la
boca del Señor.
Serás corona
fúlgida en la mano del Señor
y diadema real en
la palma de tu Dios.
Ya no te llamarán
«Abandonada»;
ni a tu tierra,
«Devastada»;
a ti te llamarán
«Mi favorita»,
y a tu tierra,
«Desposada»,
porque el Señor te
prefiere a ti,
y tu tierra tendrá
marido.
Como un joven se
casa con su novia,
así te desposa el
que te construyó;
la alegría que
encuentra el marido con su esposa,
la encontrará tu
Dios contigo.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor me
ha revestido de justicia y santidad.
Ant 3. Alabaré al
Señor mientras viva.
Salmo 145 -
FELICIDAD DE LOS QUE ESPERAN EN DIOS.
Alaba, alma mía,
al Señor:
alabaré al Señor
mientras viva,
tañeré para mi
Dios mientras exista.
No confiéis en los
príncipes,
seres de polvo que
no pueden salvar;
exhalan el espíritu
y vuelven al polvo,
ese día perecen
sus planes.
Dichoso a quien
auxilia el Dios de Jacob,
el que espera en
el Señor, su Dios,
que hizo el cielo
y la tierra,
el mar y cuanto
hay en él;
que mantiene su
fidelidad perpetuamente,
que hace justicia a
los oprimidos,
que da pan a los
hambrientos.
El Señor liberta a
los cautivos,
el Señor abre los
ojos al ciego,
el Señor endereza
a los que ya se doblan,
el Señor ama a los
justos.
El Señor guarda a
los peregrinos;
sustenta al
huérfano y a la viuda
y trastorna el
camino de los malvados.
El Señor reina
eternamente,
tu Dios, Sión, de
edad en edad.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Alabaré al
Señor mientras viva.
LECTURA BREVE
Is 61,10
Desbordo de gozo
en el Señor, y me alegro con mi Dios: porque me ha vestido un traje de gala y
me ha envuelto en un manto de triunfo, como a una novia que se adorna con sus
joyas.
RESPONSORIO BREVE
V. El Señor la
eligió y la predestinó.
R. El Señor la
eligió y la predestinó.
V. La hizo morar
en su templo santo.
R. Y la
predestinó.
V. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. El Señor la
eligió y la predestinó.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Por Eva se
cerraron a los hombres las puertas del paraíso, y por María Virgen han sido
abiertas de nuevo.
Cántico de
Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc 1, 68-79
Bendito sea el
Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado
y redimido a su pueblo.
suscitándonos una
fuerza de salvación
en la casa de
David, su siervo,
según lo había
predicho desde antiguo
por boca de sus
santos profetas:
Es la salvación
que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de
todos los que nos odian;
ha realizado así
la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su
santa alianza
y el juramento que
juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos
que, libres de temor,
arrancados de la
mano de los enemigos,
le sirvamos con
santidad y justicia,
en su presencia,
todos nuestros días.
Y a ti, niño, te
llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás
delante del Señor
a preparar sus
caminos,
anunciando a su
pueblo la salvación,
el perdón de sus
pecados.
Por la entrañable
misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el
sol que nace de lo alto,
para iluminar a
los que viven en tiniebla
y en sombra de
muerte,
para guiar
nuestros pasos
por el camino de
la paz.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Por Eva se
cerraron a los hombres las puertas del paraíso, y por María Virgen han sido
abiertas de nuevo.
PRECES
Elevemos nuestras
súplicas al Salvador, que quiso nacer de María Virgen, y digámosle:
Que tu santa
Madre, Señor, interceda por nosotros.
Sol de justicia, a
quien María Virgen precedía cual aurora luciente,
haz que vivamos
siempre iluminados por la claridad de tu presencia.
Palabra eterna del
Padre, tú que elegiste a María como arca de tu morada,
líbranos de toda
ocasión de pecado.
Salvador del
mundo, que quisiste que tu Madre estuviera junto a tu cruz,
por su intercesión
concédenos compartir con alegría tus padecimientos.
Señor Jesús, que
colgado en la cruz entregaste María a Juan como madre,
haz que nosotros
vivamos también como hijos suyos.
Se pueden añadir
algunas intenciones libres
Según el mandato
del Señor, digamos confiadamente:
Padre nuestro...
ORACION
Dios todopoderoso
y eterno, que en la gloriosa Madre de tu Hijo has concedido un amparo celestial
a cuantos la invocan con la secular advocación del Pilar, concédenos, por su
intercesión, fortaleza en la fe, seguridad en la esperanza y constancia en el
amor. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos
bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
HORA
TERCIA
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven
en mi auxilio
R. Señor, date
prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno: EL TRABAJO,
SEÑOR, DE CADA DÍA
El trabajo, Señor,
de cada día
nos sea por tu
amor santificado,
convierte su dolor
en alegría
de amor, que para
dar tú nos has dado.
Paciente y larga
es nuestra tarea
en la noche oscura
del amor que espera;
dulce huésped del
alma, al que flaquea
dale tu luz, tu
fuerza que aligera.
En el alto gozoso
del camino,
demos gracias a
Dios, que nos concede
la esperanza sin
fin del don divino;
todo lo puede en
él quien nada puede. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Llamé, y él
me respondió.
Salmo 119 - DESEO
DE LA PAZ
En mi aflicción
llamé al Señor,
y él me respondió.
Líbrame, Señor, de
los labios mentirosos,
de la lengua
traidora.
¿Qué te va a dar o
a mandar Dios,
lengua traidora?
Flechas de
arquero, afiladas
con ascuas de retama.
¡Ay de mí,
desterrado en Masac,
acampado en Cadar!
Demasiado llevo
viviendo
con los que odian
la paz;
cuando yo digo:
«Paz»,
ellos dicen:
«Guerra».
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Llamé, y él
me respondió.
Ant 2. El Señor
guarda tus entradas y salidas.
Salmo 120 - EL
GUARDIÁN DEL PUEBLO.
Levanto mis ojos a
los montes:
¿de dónde me
vendrá el auxilio?
El auxilio me
viene del Señor,
que hizo el cielo
y la tierra.
No permitirá que
resbale tu pie,
tu guardián no
duerme;
no duerme ni
reposa
el guardián de
Israel.
El Señor te guarda
a su sombra,
está a tu derecha;
de día el sol no
te hará daño,
ni la luna de
noche.
El Señor te guarda
de todo mal,
él guarda tu alma;
el Señor guarda
tus entradas y salidas,
ahora y por
siempre.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor
guarda tus entradas y salidas.
Ant 3. Me he
alegrado por lo que me dijeron.
Salmo 121 LA
CIUDAD SANTA DE JERUSALÉN
¡Qué alegría
cuando me dijeron:
«Vamos a la casa
del Señor»!
Ya están pisando
nuestros pies
tus umbrales,
Jerusalén.
Jerusalén está
fundada
como ciudad bien
compacta.
Allá suben las
tribus,
las tribus del
Señor,
según la costumbre
de Israel,
a celebrar el
nombre del Señor;
en ella están los
tribunales de justicia
en el palacio de
David.
Desead la paz a
Jerusalén:
«Vivan seguros los
que te aman,
haya paz dentro de
tus muros,
seguridad en tus
palacios.»
Por mis hermanos y
compañeros,
voy a decir: «La
paz contigo.»
Por la casa del
Señor, nuestro Dios,
te deseo todo
bien.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Me he
alegrado por lo que me dijeron.
LECTURA BREVE
1Co 10, 24. 31
Ninguno procure lo
propio, sino lo del otro. Tanto si coméis como si bebéis o hacéis cualquier
cosa, hacedlo a gloria de Dios.
V. Es bueno dar
gracias al Señor.
R. Y tañer para tu
nombre, oh Altísimo.
ORACIÓN
OREMOS,
Señor, Padre
santo, Dios fiel, tú que enviaste el Espíritu Santo prometido para que congregara
a los hombres que el pecado había disgregado: ayúdanos a ser, en medio de
nuestros hermanos, fermento de unidad y de paz. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
CONCLUSIÓN
V. Bendigamos al
Señor.
R. Demos gracias a
Dios.
HORA
SEXTA
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven
en mi auxilio
R. Señor, date
prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno: ESTE MUNDO
DEL HOMBRE EN QUE ÉL SE AFANA.
Este mundo del
hombre, en que él se afana
tras la felicidad
que tanto ansía,
tú lo vistes,
Señor, de luz temprana
y de radiante sol
al mediodía.
Así el poder de tu
presencia encierra
el secreto más
hondo de esta vida;
un nuevo cielo y
una nueva tierra
colmarán nuestro
anhelo sin medida.
Poderoso Señor de
nuestra historia,
no tardes en venir
gloriosamente;
tu luz
resplandeciente y tu victoria
inunden nuestra
vida eternamente. Amén.
SALMODIA
Ant 1. A ti grito,
Señor; espero tus palabras.
Salmo 118, 145-152
TE INVOCO DE TODO CORAZÓN
Te invoco de todo
corazón;
respóndeme, Señor,
y guardaré tus leyes;
a ti grito:
sálvame,
y cumpliré tus
decretos;
me adelanto a la
aurora pidiendo auxilio,
esperando tus
palabras.
Mis ojos se
adelantan a las vigilias de la noche,
meditando tu
promesa;
escucha mi voz por
tu misericordia,
con tus
mandamientos dame vida;
ya se acercan mis
inicuos perseguidores,
están lejos de tu
voluntad.
Tú, Señor, estás
cerca,
y todos tus
mandatos son estables;
hace tiempo comprendí
que tus preceptos
los fundaste para
siempre.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. A ti grito,
Señor; espero tus palabras.
Ant 2. El Señor
sabe que los pensamientos del hombre son insustanciales.
Salmo 93 I -
INVOCACIÓN A LA JUSTICIA DE DIOS CONTRA LOS OPRESORES
Dios de la
venganza, Señor,
Dios de la
venganza, resplandece.
Levántate, juzga
la tierra,
paga su merecido a
los soberbios.
¿Hasta cuándo,
Señor, los culpables,
hasta cuándo
triunfarán los culpables?
Sueltan la lengua
profiriendo insolencias,
se jactan los
malhechores;
trituran, Señor, a
tu pueblo,
oprimen a tu
heredad;
asesinan a viudas
y forasteros
degüellan a los
huérfanos,
y comentan: «Dios
no lo ve,
el Dios de Jacob
no se entera.»
Enteraos los más
necios del pueblo,
ignorantes,
¿cuándo discurriréis?
El que plantó el
oído, ¿no va a oír?;
el que formó el
ojo, ¿no va a ver?;
el que educa a los
pueblos, ¿no va a castigar?;
el que instruye al
hombre, ¿no va a saber?
Sabe el Señor que
los pensamientos del hombre
son
insustanciales.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor sabe
que los pensamientos del hombre son insustanciales.
Ant 3. El Señor
será mi alcázar y mi roca de refugio.
Salmo 93 II
Dichoso el hombre
a quien tú educas,
al que enseñas tu
ley,
dándole descanso
tras los años duros,
mientras al
malvado le cavan la fosa.
Porque el Señor no
rechaza a su pueblo,
ni abandona su
heredad:
el justo obtendrá
su derecho,
y un porvenir los
rectos de corazón.
¿Quién se pone a
mi favor contra los perversos,
quién se coloca a
mi lado frente a los malhechores?
Si el Señor no me
hubiera auxiliado,
ya estaría yo
habitando en el silencio.
Cuando me parece
que voy a tropezar,
tu misericordia
Señor, me sostiene;
cuando se
multiplican mis preocupaciones,
tus consuelos son
mi delicia.
¿Podrá aliarse
contigo un tribunal inicuo
que dicta
injusticias en nombre de la ley?
Aunque atenten
contra la vida del justo
y condenen a
muerte al inocente,
el Señor será mi
alcázar,
Dios será mi roca
de refugio.
Él les pagará su
iniquidad,
los destruirá por
sus maldades,
los destruirá el
Señor nuestro Dios.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor será
mi alcázar y mi roca de refugio.
LECTURA BREVE
Col 3, 17
Todo lo que de
palabra o de obra realicéis, sea todo en nombre de Jesús, ofreciendo la Acción
de Gracias a Dios Padre por medio de él.
V. Te ofreceré un
sacrificio de alabanza.
R. Invocando tu
nombre, Señor.
ORACIÓN
OREMOS,
Dios todopoderoso
y lleno de amor, que a la mitad de nuestra jornada concedes un descanso a
nuestra fatiga, contempla complacido el trabajo empezado, remedia nuestras
deficiencias, y haz que nuestras obras te sean agradables. Por Cristo nuestro
Señor.
Amén.
CONCLUSIÓN
V. Bendigamos al
Señor.
R. Demos gracias a
Dios.
HORA
NONA
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven
en mi auxilio
R. Señor, date
prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno: DANOS,
SEÑOR, LA FIRME VOLUNTAD
Danos, Señor, la
firme voluntad,
compañera y sostén
de la virtud,
que sabe en la
fatiga hallar quietud
y en medio de las
sombras claridad:
La que trueca en
tesón la veleidad,
y el ocio en
perennal solicitud,
y las ásperas
fiebres en salud
y los torpes
engaños en verdad.
Y así conseguirá
mi corazón
que los favores
que a tu amor debí
le ofrezcan algún
fruto en galardón.
Y aún tú, Señor,
conseguirás así
que no llegue a
romper mi confusión
la imagen tuya que
pusiste en mí. Amén.
SALMODIA
Ant 1. El Señor ha
estado grande con nosotros, y estamos alegres.
Salmo 125 - DIOS,
ALEGRÍA Y ESPERANZA NUESTRA.
Cuando el Señor
cambió la suerte de Sión,
nos parecía soñar:
la boca se nos
llenaba de risas,
la lengua de
cantares.
Hasta los gentiles
decían:
«El Señor ha
estado grande con ellos.»
El Señor ha estado
grande con nosotros,
y estamos alegres.
Que el Señor
cambie nuestra suerte
como los torrentes
del Negueb.
Los que sembraban
con lágrimas
cosechan entre
cantares.
Al ir, iban
llorando,
llevando la
semilla;
al volver, vuelven
cantando,
trayendo sus
gavillas.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor ha
estado grande con nosotros, y estamos alegres.
Ant 2. El Señor
nos construya la casa y nos guarde la ciudad.
Salmo 126 - EL
ESFUERZO HUMANO ES INÚTIL SIN DIOS.
Si el Señor no
construye la casa,
en vano se cansan
los albañiles;
si el Señor no
guarda la ciudad,
en vano vigilan
los centinelas.
Es inútil que
madruguéis,
que veléis hasta
muy tarde,
los que coméis el
pan de vuestros sudores:
¡Dios lo da a sus
amigos mientras duermen!
La herencia que da
el Señor son los hijos;
una recompensa es
el fruto de las entrañas:
son saetas en mano
de un guerrero
los hijos de la
juventud.
Dichoso el hombre
que llena
con ellas su
aljaba:
no quedará
derrotado cuando litigue
con su adversario
en la plaza.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor nos
construya la casa y nos guarde la ciudad.
Ant 3. Dichoso el
que teme al Señor.
Salmo 127 - PAZ
DOMÉSTICA EN EL HOGAR DEL JUSTO
¡Dichoso el que
teme al Señor
y sigue sus
caminos!
Comerás del fruto
de tu trabajo,
serás dichoso, te
irá bien;
tu mujer, como una
vid fecunda,
en medio de tu
casa;
tus hijos, como
renuevos de olivo,
alrededor de tu
mesa:
ésta es la bendición
del hombre
que teme al Señor.
Que el Señor te
bendiga desde Sión,
que veas la
prosperidad de Jerusalén
todos los días de
tu vida;
que veas a los
hijos de tus hijos.
¡Paz a Israel!
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dichoso el
que teme al Señor.
LECTURA BREVE
Col 3, 23-24
Lo que hacéis,
hacedlo con toda el alma, como para servir al Señor y no a los hombres:
sabiendo bien que recibiréis del Señor en recompensa la herencia. Servid a
Cristo Señor.
V. El Señor es mi
heredad y mi copa.
R. Mi suerte está
en tu mano.
ORACIÓN
OREMOS,
Señor Jesucristo,
que por la salvación de los hombres extendiste tus brazos en la cruz: haz que
todas nuestras acciones te sean agradables y sirvan para manifestar al mundo tu
redención. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
CONCLUSIÓN
V. Bendigamos al
Señor.
R. Demos gracias a
Dios.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven
en mi auxilio
R. Señor, date
prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno: SALVE, DEL
MAR ESTRELLA
Salve, del mar
Estrella,
salve, Madre
sagrada
de Dios y siempre
virgen,
puerta del cielo
santa.
Tomando de Gabriel
el «Ave», Virgen
alma,
mudando el nombre
de Eva,
paces divinas
trata.
La vista
restituye,
las cadenas
desata,
todos los males
quita,
todos los bienes
causa.
Muéstrate madre, y
llegue
por ti nuestra
esperanza
a quien, por
darnos vida,
nació de tus
entrañas.
Entre todas
piadosa,
Virgen, en
nuestras almas,
libres de culpa,
infunde
virtud humilde y
casta.
Vida nos presta pura,
camino firme
allana,
que quien a Jesús
llega
eterno gozo
alcanza.
Al Padre, al Hijo,
al Santo
Espíritu
alabanzas;
una a los tres le
demos,
y siempre eternas
gracias. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Señor, tu
saber me sobrepasa.
Salmo 138, 1-18.
23-24 - I TODO ESTÁ PRESENTE A LOS OJOS DE DIOS.
Señor, tú me
sondeas y me conoces;
me conoces cuando
me siento o me levanto,
de lejos penetras
mis pensamientos;
distingues mi
camino y mi descanso,
todas mis sendas
te son familiares.
No ha llegado la
palabra a mi lengua,
y ya, Señor, te la
sabes toda.
Me envuelves por
doquier,
me cubres con tu
mano.
Tanto saber me
sobrepasa,
es sublime, y no
lo abarco.
¿Adónde iré lejos
de tu aliento,
adónde escaparé de
tu mirada?
Si escalo el
cielo, allí estás tú;
si me acuesto en
el abismo, allí te encuentro;
si vuelo hasta el
margen de la aurora,
si emigro hasta el
confín del mar,
allí me alcanzará
tu izquierda,
tu diestra llegará
hasta mí.
Si digo: «Que al
menos la tiniebla me encubra,
que la luz se haga
noche en torno a mí»,
ni la tiniebla es
oscura para ti,
la noche es clara
como el día.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Señor, tu
saber me sobrepasa.
Ant 2. Yo, el
Señor, penetro el corazón, sondeo las entrañas, para dar al hombre según su
conducta.
Salmo 138 II
Tú has creado mis
entrañas,
me has tejido en
el seno materno.
Te doy gracias,
porque me has
formado portentosamente,
porque son admirables
tus obras;
conocías hasta el
fondo de mi alma,
no desconocías mis
huesos.
Cuando, en lo
oculto, me iba formando,
y entretejiendo en
lo profundo de la tierra,
tus ojos veían mis
acciones,
se escribían todas
en tu libro,
calculados estaban
mis días
antes que llegase
el primero.
¡Qué incomparables
encuentro tus designios,
Dios mío, qué
inmenso es su conjunto!
Si me pongo a
contarlos, son más que arena;
si los doy por
terminados, aún me quedas tú.
Señor, sondéame y
conoce mi corazón,
ponme a prueba y
conoce mis sentimientos,
mira si mi camino
se desvía,
guíame por el
camino eterno.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Yo, el Señor,
penetro el corazón, sondeo las entrañas, para dar al hombre según su conducta.
Ant 3. Todo fue
creado por él y para él.
Cántico: HIMNO A
CRISTO, PRIMOGÉNITO DE TODA CREATURA Y PRIMER RESUCITADO DE ENTRE LOS MUERTOS.
Cf. Col 1, 12-20
Damos gracias a
Dios Padre,
que nos ha hecho
capaces de compartir
la herencia del
pueblo santo en la luz.
Él nos ha sacado
del dominio de las tinieblas,
y nos ha
trasladado al reino de su Hijo querido,
por cuya sangre
hemos recibido la redención,
el perdón de los
pecados.
Él es imagen de
Dios invisible,
primogénito de
toda creatura;
pues por medio de
él fueron creadas todas las cosas:
celestes y
terrestres, visibles e invisibles,
Tronos,
Dominaciones, Principados, Potestades;
todo fue creado
por él y para él.
Él es anterior a
todo, y todo se mantiene en él.
Él es también la
cabeza del cuerpo de la Iglesia.
Él es el
principio, el primogénito de entre los muertos,
y así es el
primero en todo.
Porque en él quiso
Dios que residiera toda plenitud.
Y por él quiso
reconciliar consigo todas las cosas:
haciendo la paz
por la sangre de su cruz
con todos los
seres, así del cielo como de la tierra.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Todo fue
creado por él y para él.
LECTURA BREVE
Ga 4, 4-5
Cuando se cumplió
el tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la ley, para
rescatar a los que estaban bajo la ley, para que recibiéramos el ser hijos por
adopción.
RESPONSORIO BREVE
V. Alégrate,
María, llena de gracia, el Señor está contigo.
R. Alégrate,
María, llena de gracia, el Señor está contigo.
V. Bendita tú
entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre.
R. El Señor está
contigo.
V. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Alégrate,
María, llena de gracia, el Señor está contigo.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Me
felicitarán todas las generaciones, porque Dios ha mirado la humillación de su
esclava.
Cántico de María.
ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma
la grandeza del Señor,
se alegra mi
espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado
la humillación de su esclava.
Desde ahora me
felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso
ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es
santo,
y su misericordia
llega a sus fieles
de generación en
generación.
El hace proezas
con su brazo:
dispersa a los
soberbios de corazón,
derriba del trono
a los poderosos
y enaltece a los
humildes,
a los hambrientos
los colma de bienes
y a los ricos los
despide vacíos.
Auxilia a Israel,
su siervo,
acordándose de su
misericordia
-como lo había
prometido a nuestros padres-
en favor de
Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Me
felicitarán todas las generaciones, porque Dios ha mirado la humillación de su
esclava.
PRECES
Proclamemos las
grandezas de Dios Padre todopoderoso, que quiso que todas las generaciones
felicitaran a María, la madre de su Hijo, y supliquémosle diciendo:
Mira la llena de
gracia y escúchanos.
Señor, Dios
nuestro, admirable siempre en tus obras que has querido que la inmaculada
Virgen María participara en cuerpo y alma de la gloria de Jesucristo,
haz que todos tus
hijos deseen y caminen hacia esta misma gloria.
Tú que nos diste a
María por Madre, concede por su mediación salud a los enfermos, consuelo a los
tristes, perdón a los pecadores,
y a todos
abundancia de salud y de paz.
Tú que hiciste de
María la llena de gracia,
concede la
abundancia de tu gracia a todos los hombres.
Haz, Señor, que tu
Iglesia tenga un solo corazón y una sola alma por el amor,
y que todos los
fieles perseveren unánimes en la oración con María, la madre de Jesús.
Se pueden añadir
algunas intenciones libres
Tú que coronaste a
María como reina del cielo,
haz que los
difuntos puedan alcanzar con todos los santos la felicidad de tu reino.
Confiando en el
Señor que hizo obras grandes en María, pidamos al Padre que colme también de
bienes al mundo hambriento:
Padre nuestro...
ORACION
Dios todopoderoso
y eterno, que en la gloriosa Madre de tu Hijo has concedido un amparo celestial
a cuantos la invocan con la secular advocación del Pilar, concédenos, por su
intercesión, fortaleza en la fe, seguridad en la esperanza y constancia en el
amor. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos
bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
COMPLETAS
(Oración antes del
descanso nocturno)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven
en mi auxilio
R. Señor, date
prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
EXAMEN DE
CONCIENCIA
Hermanos, habiendo
llegado al final de esta jornada que Dios nos ha concedido, reconozcamos
sinceramente nuestros pecados.
Yo confieso ante
Dios todopoderoso
y ante vosotros,
hermanos,
que he pecado
mucho
de pensamiento,
palabra, obra y omisión:
por mi culpa, por
mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso ruego a
santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a
los santos y a vosotros, hermanos,
que intercedáis
por mí ante Dios, nuestro Señor.
V. El Señor
todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos
lleve a la vida eterna.
R. Amén.
Himno: CRISTO,
SEÑOR DE LA NOCHE
Cristo, Señor de
la noche,
que disipas las
tinieblas:
mientras los
cuerpos reposan,
se tú nuestro
centinela.
Después de tanta
fatiga,
después de tanta
dureza,
acógenos en tus
brazos
y danos noche
serena.
Si nuestros ojos
se duermen,
que el alma esté
siempre en vela;
en paz cierra
nuestros párpados
para que cesen las
penas.
Y que al despuntar
el alba,
otra vez con
fuerzas nuevas,
te demos gracias,
oh Cristo,
por la vida que
comienza. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Sé tú,
Señor, la roca de mi refugio, un baluarte donde me salve.
Salmo 30, 2-6 -
SÚPLICA CONFIADA Y ACCIÓN DE GRACIAS.
A ti, Señor, me
acojo:
no quede yo nunca
defraudado;
tú, que eres
justo, ponme a salvo,
inclina tu oído
hacia mí;
ven aprisa a
librarme,
sé la roca de mi
refugio,
un baluarte donde
me salve,
tú que eres mi
roca y mi baluarte;
por tu nombre
dirígeme y guíame:
sácame de la red
que me han tendido,
porque tú eres mi
amparo.
En tus manos
encomiendo mi espíritu:
tú, el Dios leal,
me librarás.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Sé tú, Señor,
la roca de mi refugio, un baluarte donde me salve.
Ant 2. Desde lo
hondo a ti grito, Señor.
Salmo 129 - DESDE
LO HONDO A TI GRITO, SEÑOR.
Desde lo hondo a
ti grito, Señor;
Señor, escucha mi
voz;
estén tus oídos
atentos
a la voz de mi
súplica.
Si llevas cuenta
de los delitos, Señor,
¿quién podrá
resistir?
Pero de ti procede
el perdón,
y así infundes
respeto.
Mi alma espera en
el Señor,
espera en su
palabra;
mi alma aguarda al
Señor,
más que el
centinela la aurora.
Aguarde Israel al
Señor,
como el centinela
la aurora;
porque del Señor
viene la misericordia,
la redención
copiosa;
y él redimirá a
Israel
de todos sus
delitos.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Desde lo
hondo a ti grito, Señor.
LECTURA BREVE
Ef 4, 26-27
No lleguéis a
pecar; que la puesta del sol no os sorprenda en vuestro enojo. No dejéis lugar
al diablo.
RESPONSORIO BREVE
V. En tus manos,
Señor, encomiendo mi espíritu.
R. En tus manos,
Señor, encomiendo mi espíritu.
V. Tú, el Dios
leal, nos librarás.
R. Te encomiendo
mi espíritu.
V. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. En tus manos,
Señor, encomiendo mi espíritu.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Sálvanos,
Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y
descansemos en paz.
CÁNTICO DE SIMEÓN
Lc 2, 29-32
Ahora, Señor,
según tu promesa,
puedes dejar a tu
siervo irse en paz,
porque mis ojos
han visto a tu Salvador,
a quien has
presentado ante todos los pueblos
luz para alumbrar
a las naciones
y gloria de tu
pueblo Israel.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Sálvanos,
Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y
descansemos en paz.
ORACION
OREMOS,
Señor Jesucristo,
tú que eres manso y humilde de corazón ofreces a los que vienen a ti un yugo
llevadero y una carga ligera; dígnate, pues, aceptar los deseos y las acciones
del día que hemos terminado: que podamos descansar durante la noche para que
así, renovado nuestro cuerpo y nuestro espíritu, perseveremos constantes en tu
servicio. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
BENDICIÓN
V. El Señor
todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte.
R. Amén.
ANTIFONA FINAL DE
LA SANTISIMA VIRGEN
Bajo tu amparo nos
acogemos,
santa Madre de
Dios,
no desprecies las
oraciones
que te dirigimos
en nuestras necesidades,
antes bien
líbranos de todo peligro,
oh Virgen gloriosa
y bendita.
Bendiciones y gracias por ta rico alimento que nos regalan
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