viernes, 24 de julio de 2015

25 DE JULIO SÁBADO XVI DEL T. ORDINARIO SANTIAGO APÓSTOL

 

 

SANTIAGO EL MAYOR

 

Propio de la fiesta.

 

 

SANTIAGO, apóstol. (FIESTA)

 

Nació en Betsaida; era hijo de Zebedeo y hermano del apóstol Juan. Estuvo presente en los principales milagros obrados por el Señor. Fue muerto por el rey Herodes alrededor del año 42. Desde la antigüedad esta muy difundida la persuasión de que Santiago había predicado el Evangelio en los confines de Occidente. Después de la invasión mahometana, el apóstol Santiago aparece venerado como cabeza refulgente de España y patrono de sus reinos cristianos. Éstos proclaman en los siglos siguientes su gratitud por la protección del Apóstol en la defensa de la fe y de la independencia de la patria y por su asistencia en la acción misionera que contribuyó a propagar la Iglesia por todo el mundo. Su sepulcro en Compostela, a semejanza del sepulcro vacío del Señor en Jerusalén y de la tumba de san Pedro en Roma, atrae, hasta nuestros días, a innumerables peregrinos de toda la cristiandad. Los papas han concedido a su santuario un jubileo frecuente y otras gracias extraordinarias.

 

OFICIO DE LECTURA

 

Si el Oficio de Lectura es la primera oración del día:

 

V. Señor abre mis labios

R. Y mi boca proclamará tu alabanza

 

Se añade el Salmo del Invitatorio con la siguiente antífona:

 

Ant. Venid, adoremos al Señor, rey de los apóstoles.

 

 

Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA

 

Venid, aclamemos al Señor,

demos vítores a la Roca que nos salva;

entremos a su presencia dándole gracias,

aclamándolo con cantos.

 

Porque el Señor es un Dios grande,

soberano de todos los dioses:

tiene en su mano las simas de la tierra,

son suyas las cumbres de los montes;

suyo es el mar, porque él lo hizo,

la tierra firme que modelaron sus manos.

 

Venid, postrémonos por tierra,

bendiciendo al Señor, creador nuestro.

Porque él es nuestro Dios,

y nosotros su pueblo,

el rebaño que él guía.

 

Ojalá escuchéis hoy su voz:

«No endurezcáis el corazón como en Meribá,

como el día de Masá en el desierto;

cuando vuestros padres me pusieron a prueba

y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.

 

Durante cuarenta años

aquella generación me repugnó, y dije:

Es un pueblo de corazón extraviado,

que no reconoce mi camino;

por eso he jurado en mi cólera

que no entrarán en mi descanso»

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Si antes del Oficio de lectura se ha rezado ya alguna otra Hora:

 

V. Dios mío, ven en mi auxilio

R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

 

 

Himno: MENSAJEROS DE DIOS

 

Mensajeros de Dios

dadnos la Nueva:

mensajeros de paz,

sea paz nuestra.

 

Mensajeros de luz,

sea luz nuestra;

mensajeros de fe,

sea fe nuestra.

 

Mensajeros del Rey,

sea rey nuestro;

mensajeros de amor,

sea amor nuestro. Amén.

 

SALMODIA

 

Ant 1. A toda la tierra alcanza su pregón y hasta los límites del orbe su lenguaje.

 

SALMO 18 A - ALABANZA AL DIOS CREADOR DEL UNIVERSO.

 

El cielo proclama la gloria de Dios,

el firmamento pregona la obra de sus manos:

el día al día le pasa el mensaje,

la noche a la noche se lo murmura.

 

Sin que hablen, sin que pronuncien,

sin que resuene su voz,

a toda la tierra alcanza su pregón

y hasta los límites del orbe su lenguaje.

 

Allí le ha puesto su tienda al sol:

él sale como el esposo de su alcoba,

contento como un héroe, a recorrer su camino.

 

Asoma por un extremo del cielo,

y su órbita llega al otro extremo:

nada se libra de su calor.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. A toda la tierra alcanza su pregón y hasta los límites del orbe su lenguaje.

 

Ant 2. Proclamaron la obra de Dios y meditaron sus acciones.

 

Salmo 63 - SÚPLICA CONTRA LOS ENEMIGOS

 

Escucha, ¡oh Dios!, la voz de mi lamento,

protege mi vida del terrible enemigo;

escóndeme de la conjura de los perversos

y del motín de los malhechores:

 

afilan sus lenguas como espadas

y disparan como flechas palabras venenosas,

para herir a escondidas al inocente,

para herirlo por sorpresa y sin riesgo.

 

Se animan al delito,

calculan cómo esconder trampas,

y dicen: "¿Quién lo descubrirá?"

Inventan maldades y ocultan sus invenciones,

porque su mente y su corazón no tienen fondo.

 

Pero Dios los acribilla a flechazos,

por sorpresa los cubre de heridas;

su misma lengua los lleva a la ruina,

y los que lo ven menean la cabeza.

 

Todo el mundo se atemoriza,

proclama la obra de Dios

y medita sus acciones.

 

El justo se alegra con el Señor,

se refugia en él,

y se felicitan los rectos de corazón.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Proclamaron la obra de Dios y meditaron sus acciones.

 

Ant 3. Pregonaron su justicia y todos los pueblos contemplaron su gloria.

 

Salmo 96 - EL SEÑOR ES UN REY MAYOR QUE TODOS LOS DIOSES.

 

El Señor reina, la tierra goza,

se alegran las islas innumerables.

Tiniebla y nube lo rodean,

justicia y derecho sostienen su trono.

 

Delante de él avanza fuego

abrasando en torno a los enemigos;

sus relámpagos deslumbran el orbe,

y, viéndolos, la tierra se estremece.

 

Los montes se derriten como cera

ante el dueño de toda la tierra;

los cielos pregonan su justicia,

y todos los pueblos contemplan su gloria.

 

Los que adoran estatuas se sonrojan,

los que ponen su orgullo en los ídolos;

ante él se postran todos los dioses.

 

Lo oye Sión, y se alegra,

se regocijan las ciudades de Judá

por tus sentencias, Señor;

 

porque tú eres, Señor,

altísimo sobre toda la tierra,

encumbrado sobre todos los dioses.

 

El Señor ama al que aborrece el mal,

protege la vida de sus fieles

y los libra de los malvados.

 

Amanece la luz para el justo,

y la alegría para los rectos de corazón.

Alegraos, justos, con el Señor,

celebrad su santo nombre.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Pregonaron su justicia y todos los pueblos contemplaron su gloria.

 

V. Contaron las alabanzas del Señor y su poder.

R. Y las maravillas que realizó.

 

PRIMERA LECTURA

 

De la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 4,1-16

 

SEAMOS IMITADORES DEL APÓSTOL, COMO ÉL IMITA A CRISTO

 

Hermanos: Que la gente sólo vea en nosotros servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios. Ahora, en un administrador lo que se busca es que sea fiel. Por lo que a mí se refiere, me importa muy poco ser juzgado por vosotros o por cualquier tribunal humano. Ni siquiera yo mismo juzgo mi actuación. Cierto que mi conciencia nada me reprocha, mas no por eso me creo justificado. Mi juez será el Señor. No juzguéis antes de tiempo; dejad que venga el Señor. Él sacará a la luz lo que está oculto en las tinieblas y pondrá al descubierto las intenciones del corazón. Entonces vendrá a cada uno su alabanza de parte de Dios.

 

Estas verdades, hermanos, las he expuesto por vuestro provecho, aplicándolas a mi persona y a Apolo. Así, por esta aplicación, aprenderéis aquello de: «No más de lo que está escrito», a fin de que nadie se enorgullezca de un apóstol y desprecie a otro. Porque, ¿quién es el que te distingue? ¿Qué tienes que no hayas recibido? Y, si lo recibiste, ¿por qué te glorías como si no lo hubieras recibido? ¡Ya estáis satisfechos! ¡Os habéis hecho ya ricos! ¡Habéis ganado un reino sin ayuda nuestra! ¡Ya lo podíais haber ganado! ¡Así tendríamos nosotros parte en vuestro reino!

 

Por lo que veo, Dios nos ha asignado a los apóstoles el último lugar, como a condenados a muerte; porque hemos venido a ser el espectáculo del mundo, de los ángeles y de los hombres. Nosotros somos insensatos por Cristo, vosotros sensatos en Cristo; nosotros débiles, vosotros fuertes; vosotros estimados, nosotros despreciados. Todavía ahora pasamos hambre, sed y desnudez. Somos maltratados y arrojados de una parte a otra, y nos fatigamos trabajando con nuestras manos. Cuando nos maldicen, bendecimos; cuando nos persiguen, soportamos; cuando nos injurian, respondemos con dulzura. Hemos venido a ser hasta ahora como basura del mundo, como el desecho de la humanidad.

 

No os escribo esto para confundiros, sino para amonestaros como a hijos míos carísimos. Aunque tengáis, en efecto, diez mil maestros que os lleven a Cristo, de hecho sólo tenéis un padre. Yo os engendré para Cristo por la predicación del evangelio.

 

Os exhorto, pues, a que seáis mis imitadores, como yo imito a Cristo.

 

RESPONSORIO    Jn 15,15; Mt 13, 11. 16

 

R. Ya no os llamaré siervos; os he llamado amigos, * porque todo cuanto me ha comunicado el Padre os lo he dado a conocer.

V. A vosotros ha concedido Dios conocer los misterios del reino de los cielos; dichosos vuestros ojos porque ven, y vuestros oídos porque oyen.

R. Porque todo cuanto me ha comunicado el Padre os lo he dado a conocer.

 

SEGUNDA LECTURA

 

De las Homilías de san Juan Crisóstomo, obispo, sobre el evangelio de san Mateo

(Homilía 65, 2-4: PG 58, 619-622)

 

PARTICIPES DE LA PASIÓN DE CRISTO

 

Los hijos de Zebedeo apremian a Cristo, diciéndole: Haz que se siente uno a tu derecha y otro a tu izquierda. ¿Qué les responde el Señor? Para hacerles ver que lo que piden no tiene nada de espiritual y que, si hubieran sabido lo que pedían, nunca se hubieran atrevido a hacerlo, les dice: No sabéis lo que pedís, es decir: «No sabéis cuán grande, cuán admirable, cuán superior a los mismos coros celestiales es esto que pedís.» Luego añade: ¿Podéis beber el cáliz que yo tengo que beber o recibir el bautismo con que yo he de ser bautizado? Es como si les dijera: «Vosotros me habláis de honores y de coronas, pero yo os hablo de luchas y fatigas. No es éste tiempo de premios, ni es ahora cuando se ha de manifestar mi gloria; la vida presente es tiempo de muertes, de guerra y de peligros.»

 

Pero fijémonos cómo la manera de interrogar del Señor equivale a una exhortación y a un aliciente. No dice: «¿Podéis soportar la muerte? ¿Sois capaces de derramar vuestra sangre?», sino que sus palabras son: ¿Podéis beber el cáliz? Y, para animarlos a ello, añade: Que yo tengo que beber; de este modo, la consideración de que se trata del mismo cáliz que ha de beber el Señor había de estimularlos a una respuesta más generosa. Y a su pasión le da el nombre de «bautismo», para significar con ello que sus sufrimientos habían de ser causa de una gran purificación para todo el mundo. Ellos responden: Sí, podemos. El fervor de su espíritu les hace dar esta respuesta espontánea, sin saber bien lo que prometen, pero con la esperanza de que de este modo alcanzarán lo que desean.

 

¿Qué les dice entonces el Señor? En efecto, mi cáliz lo beberéis y recibiréis el bautismo que yo he de recibir. Grandes son los bienes que les anuncia, esto es: «Seréis dignos del martirio y sufriréis lo mismo que yo, vuestra vida acabará con una muerte violenta y así seréis partícipes de mi pasión. Pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me corresponde a mi otorgarlo; es para quienes lo ha reservado mi Padre.» Después que ha levantado sus ánimos y ha provocado su magnanimidad, después que los ha hecho capaces de superar el sufrimiento, entonces es cuando corrige su petición.

 

Los otros diez se disgustaron contra los dos hermanos. Ya veis cuán imperfectos eran todos, tanto aquellos que pretendían una precedencia sobre los otros diez, como también los otros diez que envidiaban a sus dos colegas. Pero -como ya dije en otro lugar- si nos fijamos en su conducta posterior, observamos que están ya libres de esta clase de aspiraciones. El mismo Juan, uno de los protagonistas de este episodio, cede siempre el primer lugar a Pedro, tanto en la predicación como en la realización de los milagros, como leemos en los Hechos de los apóstoles. En cuanto a Santiago, no vivió por mucho tiempo; ya desde el principio se dejó llevar de su gran vehemencia y, dejando a un lado toda aspiración humana, obtuvo bien pronto la gloria inefable del martirio.

 

RESPONSORIO    

 

R. Éstos son los que a su paso por este mundo plantaron con su sangre a la Iglesia; * bebieron el cáliz del Señor y se convirtieron en amigos de Dios.

V. A toda la tierra alcanza su pregón y hasta los límites del orbe su lenguaje.

R. Bebieron el cáliz del Señor y se convirtieron en amigos de Dios.

 

Himno: SEÑOR, DIOS ETERNO

 

Señor, Dios eterno, alegres te cantamos,

a ti nuestra alabanza,

a ti, Padre del cielo, te aclama la creación.

 

Postrados ante ti, los ángeles te adoran

y cantan sin cesar:

 

Santo, santo, santo es el Señor,

Dios del universo;

llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.

 

A ti, Señor, te alaba el coro celestial de los apóstoles,

la multitud de los profetas te enaltece,

y el ejército glorioso de los mártires te aclama.

 

A ti la Iglesia santa,

por todos los confines extendida,

con júbilo te adora y canta tu grandeza:

 

Padre, infinitamente santo,

Hijo eterno, unigénito de Dios,

santo Espíritu de amor y de consuelo.

 

Oh Cristo, tú eres el Rey de la gloria,

tú el Hijo y Palabra del Padre,

tú el Rey de toda la creación.

 

Tú, para salvar al hombre,

tomaste la condición de esclavo

en el seno de una virgen.

 

Tú destruiste la muerte

y abriste a los creyentes las puertas de la gloria.

 

Tú vives ahora,

inmortal y glorioso, en el reino del Padre.

 

Tú vendrás algún día,

como juez universal.

 

Muéstrate, pues, amigo y defensor

de los hombres que salvaste.

 

Y recíbelos por siempre allá en tu reino,

con tus santos y elegidos.

 

La parte que sigue puede omitirse, si se cree oportuno.

 

Salva a tu pueblo, Señor,

y bendice a tu heredad.

 

Sé su pastor,

y guíalos por siempre.

 

Día tras día te bendeciremos

y alabaremos tu nombre por siempre jamás.

 

Dígnate, Señor,

guardarnos de pecado en este día.

 

Ten piedad de nosotros, Señor,

ten piedad de nosotros.

 

Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,

como lo esperamos de ti.

 

A ti, Señor, me acojo,

no quede yo nunca defraudado.

 

ORACIÓN.

 

OREMOS,

Dios todopoderoso y eterno, que quisiste que Santiago fuera el primero de entre los apóstoles en derramar su sangre por la predicación del Evangelio, fortalece a tu Iglesia con el testimonio de su martirio y confórtala con su valiosa protección. Por nuestro Señor Jesucristo, tu hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.

Amén

 

CONCLUSIÓN

 

V. Bendigamos al Señor.

R. Demos gracias a Dios.

 

LAUDES

(Oración de la mañana)

 

INVOCACIÓN INICIAL

 

V. Señor abre mis labios

R. Y mi boca proclamará tu alabanza

 

INVITATORIO

 

Ant. Venid, adoremos al Señor, rey de los apóstoles.

 

Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA

 

Venid, aclamemos al Señor,

demos vítores a la Roca que nos salva;

entremos a su presencia dándole gracias,

aclamándolo con cantos.

 

Porque el Señor es un Dios grande,

soberano de todos los dioses:

tiene en su mano las simas de la tierra,

son suyas las cumbres de los montes;

suyo es el mar, porque él lo hizo,

la tierra firme que modelaron sus manos.

 

Venid, postrémonos por tierra,

bendiciendo al Señor, creador nuestro.

Porque él es nuestro Dios,

y nosotros su pueblo,

el rebaño que él guía.

 

Ojalá escuchéis hoy su voz:

«No endurezcáis el corazón como en Meribá,

como el día de Masá en el desierto;

cuando vuestros padres me pusieron a prueba

y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.

 

Durante cuarenta años

aquella generación me repugnó, y dije:

Es un pueblo de corazón extraviado,

que no reconoce mi camino;

por eso he jurado en mi cólera

que no entrarán en mi descanso»

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Himno: VOSOTROS QUE ESCUCHASTEIS LA LLAMADA.

 

Vosotros, que escuchasteis la llamada

de viva voz que Cristo os dirigía,

abrid nuestro vivir y nuestra alma

al mensaje de amor que él nos envía.

 

Vosotros, que invitados al banquete

gustasteis el sabor del nuevo vino,

llenad el vaso, del amor que ofrece,

al sediento de Dios en su camino.

 

Vosotros, que tuvisteis tan gran suerte

de verle dar a muertos nueva vida,

no dejéis que el pecado y que la muerte

nos priven de la vida recibida.

 

Vosotros, que lo visteis ya glorioso,

hecho Señor de gloria sempiterna,

haced que nuestro amor conozca el gozo

de vivir junto a él la vida eterna. Amén.

 

SALMODIA

 

Ant 1. Caminando Jesús vio a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, y los llamó.

 

SALMO 62, 2-9 - EL ALMA SEDIENTA DE DIOS

 

¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo,

mi alma está sedienta de ti;

mi carne tiene ansia de ti,

como tierra reseca, agostada, sin agua.

 

¡Cómo te contemplaba en el santuario

viendo tu fuerza y tu gloria!

Tu gracia vale más que la vida,

te alabarán mis labios.

 

Toda mi vida te bendeciré

y alzaré las manos invocándote.

Me saciaré de manjares exquisitos,

y mis labios te alabarán jubilosos.

 

En el lecho me acuerdo de ti

y velando medito en ti,

porque fuiste mi auxilio,

y a la sombra de tus alas canto con júbilo;

mi alma está unida a ti,

y tu diestra me sostiene.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Caminando Jesús vio a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, y los llamó.

 

Ant 2. Ellos, dejando al momento las redes y a su padre, lo siguieron.

 

Cántico: TODA LA CREACIÓN ALABE AL SEÑOR - Dn 3, 57-88. 56

 

Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,

ensalzadlo con himnos por los siglos.

 

Ángeles del Señor, bendecid al Señor;

cielos, bendecid al Señor.

 

Aguas del espacio, bendecid al Señor;

ejércitos del Señor, bendecid al Señor.

 

Sol y luna, bendecid al Señor;

astros del cielo, bendecid al Señor.

 

Lluvia y rocío, bendecid al Señor;

vientos todos, bendecid al Señor.

 

Fuego y calor, bendecid al Señor;

fríos y heladas, bendecid al Señor.

 

Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;

témpanos y hielos, bendecid al Señor.

 

Escarchas y nieves, bendecid al Señor;

noche y día, bendecid al Señor.

 

Luz y tinieblas, bendecid al Señor;

rayos y nubes, bendecid al Señor.

 

Bendiga la tierra al Señor,

ensálcelo con himnos por los siglos.

 

Montes y cumbres, bendecid al Señor;

cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.

 

Manantiales, bendecid al Señor;

mares y ríos, bendecid al Señor.

 

Cetáceos y peces, bendecid al Señor;

aves del cielo, bendecid al Señor.

 

Fieras y ganados, bendecid al Señor,

ensalzadlo con himnos por los siglos.

 

Hijos de los hombres, bendecid al Señor;

bendiga Israel al Señor.

 

Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;

siervos del Señor, bendecid al Señor.

 

Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;

santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.

 

Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,

ensalzadlo con himnos por los siglos.

 

Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,

ensalcémoslo con himnos por los siglos.

 

Bendito el Señor en la bóveda del cielo,

alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.

 

No se dice Gloria al Padre.

 

Ant. Ellos, dejando al momento las redes y a su padre, lo siguieron.

 

Ant 3. Cierto que beberéis el cáliz que yo he de beber y que recibiréis el bautismo que yo he de recibir.

 

Salmo 149 - ALEGRÍA DE LOS SANTOS

 

Cantad al Señor un cántico nuevo,

resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;

que se alegre Israel por su Creador,

los hijos de Sión por su Rey.

 

Alabad su nombre con danzas,

cantadle con tambores y cítaras;

porque el Señor ama a su pueblo

y adorna con la victoria a los humildes.

 

Que los fieles festejen su gloria

y canten jubilosos en filas:

con vítores a Dios en la boca

y espadas de dos filos en las manos:

 

para tomar venganza de los pueblos

y aplicar el castigo a las naciones,

sujetando a los reyes con argollas,

a los nobles con esposas de hierro.

 

Ejecutar la sentencia dictada

es un honor para todos sus fieles.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Cierto que beberéis el cáliz que yo he de beber y que recibiréis el bautismo que yo he de recibir.

 

LECTURA BREVE   Ef 2, 19-22

 

Ya no sois extranjeros ni forasteros, sino que sois ciudadanos del pueblo de Dios y miembros de la familia de Dios. Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, y el mismo Cristo Jesús es la piedra angular. Por él todo el edificio queda ensamblado, y se va levantando hasta formar un templo consagrado al Señor. Por él también vosotros os vais integrando en la construcción, para ser morada de Dios por el Espíritu.

 

RESPONSORIO BREVE

 

V. Los nombrarás príncipes sobre toda la tierra.

R. Los nombrarás príncipes sobre toda la tierra.

 

V. Harán memorable tu nombre, Señor.

R. Sobre toda la tierra.

 

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

R. Los nombrarás príncipes sobre toda la tierra.

 

CÁNTICO EVANGÉLICO

 

Ant. Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los llevó aparte a un alto monte, y se transfiguró en su presencia.

 

Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR      Lc 1, 68-79

 

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,

porque ha visitado y redimido a su pueblo.

suscitándonos una fuerza de salvación

en la casa de David, su siervo,

según lo había predicho desde antiguo

por boca de sus santos profetas:

 

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos

y de la mano de todos los que nos odian;

ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,

recordando su santa alianza

y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.

 

Para concedernos que, libres de temor,

arrancados de la mano de los enemigos,

le sirvamos con santidad y justicia,

en su presencia, todos nuestros días.

 

Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,

porque irás delante del Señor

a preparar sus caminos,

anunciando a su pueblo la salvación,

el perdón de sus pecados.

 

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,

nos visitará el sol que nace de lo alto,

para iluminar a los que viven en tiniebla

y en sombra de muerte,

para guiar nuestros pasos

por el camino de la paz.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los llevó aparte a un alto monte, y se transfiguró en su presencia.

 

PRECES

 

Demos gracias a nuestro Padre que está en los cielos, porque por medio de los apóstoles nos ha dado parte en la herencia de los elegidos, y aclamémosle diciendo:

 

El coro de los apóstoles te alaba, Señor.

 

Te alabamos, Señor, porque por medio de los apóstoles nos has dado la mesa de tu cuerpo y de tu sangre:

en ella encontramos nuestra fuerza y nuestra vida.

 

Te alabamos, Señor, porque por medio de los apóstoles nos has preparado la mesa de tu palabra:

por ella crecemos en el conocimiento de la verdad y se acrecienta nuestro gozo.

 

Te alabamos, Señor, porque por medio de los apóstoles has fundado tu Iglesia:

por ella nos edificas en la unidad de tu pueblo.

 

Te alabamos, Señor, porque por medio de los apóstoles nos has dado el bautismo y la penitencia:

por ellos nos purificas de todas nuestras culpas.

 

Se pueden añadir algunas intenciones libres

 

Concluyamos nuestra oración con la plegaria que Jesús enseñó a los apóstoles:

 

Padre nuestro...

 

ORACION

 

Dios todopoderoso y eterno, que quisiste que Santiago fuera el primero de entre los apóstoles en derramar su sangre por la predicación del Evangelio, fortalece a tu Iglesia con el testimonio de su martirio y confórtala con su valiosa protección. Por nuestro Señor Jesucristo, tu hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

 

CONCLUSIÓN

 

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.

R. Amén.

 

HORA TERCIA

 

INVOCACIÓN INICIAL

 

V. Dios mío, ven en mi auxilio

R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

 

Himno: EL TRABAJO, SEÑOR, DE CADA DÍA

 

El trabajo, Señor, de cada día

nos sea por tu amor santificado,

convierte su dolor en alegría

de amor, que para dar tú nos has dado.

 

Paciente y larga es nuestra tarea

en la noche oscura del amor que espera;

dulce huésped del alma, al que flaquea

dale tu luz, tu fuerza que aligera.

 

En el alto gozoso del camino,

demos gracias a Dios, que nos concede

la esperanza sin fin del don divino;

todo lo puede en él quien nada puede. Amén.

 

SALMODIA

 

Ant 1. Llamé, y él me respondió.

 

Salmo 119 - DESEO DE LA PAZ

 

En mi aflicción llamé al Señor,

y él me respondió.

Líbrame, Señor, de los labios mentirosos,

de la lengua traidora.

 

¿Qué te va a dar o a mandar Dios,

lengua traidora?

Flechas de arquero, afiladas

con ascuas de retama.

 

¡Ay de mí, desterrado en Masac,

acampado en Cadar!

Demasiado llevo viviendo

con los que odian la paz;

cuando yo digo: «Paz»,

ellos dicen: «Guerra».

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Llamé, y él me respondió.

 

Ant 2. El Señor guarda tus entradas y salidas.

 

Salmo 120 - EL GUARDIÁN DEL PUEBLO.

 

Levanto mis ojos a los montes:

¿de dónde me vendrá el auxilio?

El auxilio me viene del Señor,

que hizo el cielo y la tierra.

 

No permitirá que resbale tu pie,

tu guardián no duerme;

no duerme ni reposa

el guardián de Israel.

 

El Señor te guarda a su sombra,

está a tu derecha;

de día el sol no te hará daño,

ni la luna de noche.

 

El Señor te guarda de todo mal,

él guarda tu alma;

el Señor guarda tus entradas y salidas,

ahora y por siempre.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. El Señor guarda tus entradas y salidas.

 

Ant 3. Me he alegrado por lo que me dijeron.

 

Salmo 121 LA CIUDAD SANTA DE JERUSALÉN

 

¡Qué alegría cuando me dijeron:

«Vamos a la casa del Señor»!

Ya están pisando nuestros pies

tus umbrales, Jerusalén.

 

Jerusalén está fundada

como ciudad bien compacta.

Allá suben las tribus,

las tribus del Señor,

 

según la costumbre de Israel,

a celebrar el nombre del Señor;

en ella están los tribunales de justicia

en el palacio de David.

 

Desead la paz a Jerusalén:

«Vivan seguros los que te aman,

haya paz dentro de tus muros,

seguridad en tus palacios.»

 

Por mis hermanos y compañeros,

voy a decir: «La paz contigo.»

Por la casa del Señor, nuestro Dios,

te deseo todo bien.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Me he alegrado por lo que me dijeron.

 

LECTURA BREVE   2Co 5, 19b-20

 

Dios nos ha confiado el mensaje de la reconciliación. Por eso nosotros actuamos como enviados de Cristo, y es como si Dios mismo os exhortara por medio nuestro. En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios.

 

V. A toda la tierra alcanza su pregón.

R. Y hasta los límites del orbe su lenguaje.

 

ORACIÓN

 

OREMOS,

Dios todopoderoso y eterno, que quisiste que Santiago fuera el primero de entre los apóstoles en derramar su sangre por la predicación del Evangelio, fortalece a tu Iglesia con el testimonio de su martirio y confórtala con su valiosa protección. Por Cristo nuestro Señor.

Amén.

 

CONCLUSIÓN

 

V. Bendigamos al Señor.

R. Demos gracias a Dios.

 

HORA SEXTA

 

INVOCACIÓN INICIAL

 

V. Dios mío, ven en mi auxilio

R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

 

Himno: TE ESTÁ CANTANDO EL MARTILLO

 

Te está cantando el martillo

y rueda en tu honor la rueda.

Puede que la luz no pueda

librar del humo su brillo.

¡Qué sudoroso y sencillo

te pones a mediodía,

Dios de esta dura porfía

de estar sin pausa creando,

y verte necesitando

del hombre más cada día!

 

Quién diga que Dios ha muerto

que salga a la luz y vea

si el mundo es o no tarea

de un Dios que sigue despierto.

Ya no es su sitio el desierto

ni en la montaña se esconde;

decid, si preguntan dónde,

que Dios está -sin mortaja-

en donde un hombre trabaja

y un corazón le responde. Amén.

 

SALMODIA

 

Ant 1. Que tu mano, Señor, me auxilie, ya que prefiero tus decretos.

 

Salmo 118, 169-176

 

Que llegue mi clamor a tu Presencia,

Señor, con tus palabras dame inteligencia;

que mi súplica entre en tu presencia,

líbrame según tu promesa;

de mis labios brota la alabanza,

porque me enseñaste tus leyes.

 

Mi lengua canta tu fidelidad,

porque todos tus preceptos son justos;

que tu mano me auxilie,

ya que prefiero tus decretos;

ansío tu salvación, Señor;

tu voluntad es mi delicia.

 

Que mi alma viva para alabarte,

que tus mandamientos me auxilien;

me extravié como oveja perdida:

busca a tu siervo, que no olvida tus mandatos.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Que tu mano, Señor, me auxilie, ya que prefiero tus decretos.

 

Ant 2. Tu trono, ¡oh Dios!, permanece para siempre.

 

Salmo 44 I - LAS NUPCIAS DEL REY.

 

Me brota del corazón un poema bello,

recito mis versos a un rey;

mi lengua es ágil pluma de escribano.

 

Eres el más bello de los hombres,

en tus labios se derrama la gracia,

el Señor te bendice eternamente.

 

Cíñete al flanco la espada, valiente:

es tu gala y tu orgullo;

cabalga victorioso por la verdad y la justicia,

tu diestra te enseñe a realizar proezas.

Tus flechas son agudas, los pueblos se te rinden,

se acobardan los enemigos del rey.

 

Tu trono, ¡oh Dios!, permanece para siempre;

cetro de rectitud es tu cetro real;

has amado la justicia y odiado la impiedad:

por eso el Señor, tu Dios, te ha ungido

con aceite de júbilo entre todos tus compañeros.

 

A mirra, áloe y acacia huelen tus vestidos,

desde los palacios de marfiles te deleitan las arpas.

Hijas de reyes salen a tu encuentro,

de pie a tu derecha está la reina

enjoyada con oro de Ofir.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Tu trono, ¡oh Dios!, permanece para siempre.

 

Ant 3. Vi la nueva Jerusalén, arreglada como una novia que se adorna para su esposo.

 

Salmo 44 II

 

Escucha, hija, mira: inclina el oído,

olvida tu pueblo y la casa paterna:

prendado está el rey de tu belleza,

póstrate ante él, que él es tu señor.

La ciudad de Tiro viene con regalos,

los pueblos más ricos buscan tu favor.

 

Ya entra la princesa, bellísima,

vestida de perlas y brocado;

la llevan ante el rey, con séquito de vírgenes,

la siguen sus compañeras:

las traen entre alegría y algazara,

van entrando en el palacio real.

 

«A cambio de tus padres tendrás hijos,

que nombrarás príncipes por toda la tierra.»

 

Quiero hacer memorable tu nombre

por generaciones y generaciones,

y los pueblos te alabarán

por los siglos de los siglos.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Vi la nueva Jerusalén, arreglada como una novia que se adorna para su esposo.

 

LECTURA BREVE   Hch 5, 12a. 14

 

Los apóstoles hacían muchos signos y prodigios en medio del pueblo, y crecía el número de los creyentes, hombres y mujeres, que se adherían al Señor.

 

V. Guardaron los preceptos del Señor.

R. Las normas y mandatos que les ordenó.

 

ORACIÓN

 

OREMOS,

Dios todopoderoso y eterno, que quisiste que Santiago fuera el primero de entre los apóstoles en derramar su sangre por la predicación del Evangelio, fortalece a tu Iglesia con el testimonio de su martirio y confórtala con su valiosa protección. Por Cristo nuestro Señor.

Amén.

 

CONCLUSIÓN

 

V. Bendigamos al Señor.

R. Demos gracias a Dios.

 

HORA NONA

 

INVOCACIÓN INICIAL

 

V. Dios mío, ven en mi auxilio

R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

 

Himno: FUNDAMENTO DE TODO LO QUE EXISTE

 

Fundamento de todo lo que existe,

de tu pueblo elegido eterna roca,

de los tiempos Señor, que prometiste

dar tu vigor al que con fe te invoca.

 

Mira al hombre que es fiel y no te olvida,

tu Espíritu, tu paz háganlo fuerte

para amarte y servirte en esta vida

y gozarte después de santa muerte.

 

Jesús, Hijo del Padre, ven aprisa

en este atardecer que se avecina,

serena claridad y dulce brisa

será tu amor que todo lo domina. Amén.

 

SALMODIA

 

Ant 1. El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres.

 

Salmo 128 - ESPERANZA DE UN PUEBLO OPRIMIDO

 

¡Cuánta guerra me han hecho desde mi juventud

-que lo diga Israel-,

cuánta guerra me han hecho desde mi juventud,

pero no pudieron conmigo!

 

Sobre mis espaldas metieron el arado

y alargaron los surcos.

Pero el Señor, que es justo,

rompió las coyundas de los malvados.

 

Retrocedan, avergonzados,

los que odian a Sión;

sean como la hierba del tejado,

que se seca y nadie la siega;

 

que no llena la mano del segador

ni la brazada del que agavilla;

ni le dicen los que pasan:

«Que el Señor te bendiga.»

 

Os bendecimos en el nombre del Señor.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres.

 

Ant 2. El Señor nos construya la casa y nos guarde la ciudad.

 

Salmo 126 - EL ESFUERZO HUMANO ES INÚTIL SIN DIOS.

 

Si el Señor no construye la casa,

en vano se cansan los albañiles;

si el Señor no guarda la ciudad,

en vano vigilan los centinelas.

 

Es inútil que madruguéis,

que veléis hasta muy tarde,

los que coméis el pan de vuestros sudores:

¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen!

 

La herencia que da el Señor son los hijos;

una recompensa es el fruto de las entrañas:

son saetas en mano de un guerrero

los hijos de la juventud.

 

Dichoso el hombre que llena

con ellas su aljaba:

no quedará derrotado cuando litigue

con su adversario en la plaza.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. El Señor nos construya la casa y nos guarde la ciudad.

 

Ant 3. Dichoso el que teme al Señor.

 

Salmo 127 - PAZ DOMÉSTICA EN EL HOGAR DEL JUSTO

 

¡Dichoso el que teme al Señor

y sigue sus caminos!

 

Comerás del fruto de tu trabajo,

serás dichoso, te irá bien;

tu mujer, como una vid fecunda,

en medio de tu casa;

 

tus hijos, como renuevos de olivo,

alrededor de tu mesa:

ésta es la bendición del hombre

que teme al Señor.

 

Que el Señor te bendiga desde Sión,

que veas la prosperidad de Jerusalén

todos los días de tu vida;

que veas a los hijos de tus hijos.

¡Paz a Israel!

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Dichoso el que teme al Señor.

 

LECTURA BREVE   Hch 5, 41-42

 

Los apóstoles salieron del Consejo contentos de haber merecido aquel ultraje por el nombre de Jesús. Ningún día dejaban de enseñar, en el templo y por las casas, anunciando el Evangelio de Jesucristo.

 

V. Estad alegres, dice el Señor.

R. Porque vuestros nombres están inscritos en el cielo.

 

ORACIÓN

 

OREMOS,

Dios todopoderoso y eterno, que quisiste que Santiago fuera el primero de entre los apóstoles en derramar su sangre por la predicación del Evangelio, fortalece a tu Iglesia con el testimonio de su martirio y confórtala con su valiosa protección. Por Cristo nuestro Señor.

Amén.

 

CONCLUSIÓN

 

V. Bendigamos al Señor.

R. Demos gracias a Dios.

 

I VÍSPERAS

(Oración de la tarde)

 

INVOCACIÓN INICIAL

 

V. Dios mío, ven en mi auxilio

R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

 

Himno: LOS PUEBLOS QUE MARCHAN Y LUCHAN

 

Los pueblos que marchan y luchan

con firme tesón

aclamen al Dios de la vida.

Cantemos hosanna que viene el Señor.

 

Agiten laureles y olivos,

es Pascua de Dios,

mayores y niños repitan:

«Cantemos hosanna que viene el Señor.»

 

Jesús victorioso y presente

ofrece su don

a todos los justos del mundo.

Cantemos hosanna que viene el Señor.

 

Resuenen en todo camino

de paz y de amor

alegres canciones que digan:

«Cantemos hosanna que viene el Señor.»

 

Que Dios, Padre nuestro amoroso,

el Hijo y su Don

a todos protejan y acojan.

Cantemos hosanna que viene el Señor. Amén.

 

SALMODIA

 

Ant 1. Suba mi oración, Señor, como incienso en tu presencia.

 

Salmo 140, 1-9 - ORACIÓN ANTE EL PELIGRO

 

Señor, te estoy llamando, ven de prisa,

escucha mi voz cuando te llamo.

Suba mi oración como incienso en tu presencia,

el alzar de mis manos como ofrenda de la tarde.

 

Coloca, Señor, una guardia en mi boca,

un centinela a la puerta de mis labios;

no dejes inclinarse mi corazón a la maldad,

a cometer crímenes y delitos;

ni que con los hombres malvados

participe en banquetes.

 

Que el justo me golpee, que el bueno me reprenda,

pero que el ungüento del impío no perfume mi cabeza;

yo opondré mi oración a su malicia.

 

Sus jefes cayeron despeñados,

aunque escucharon mis palabras amables;

como una piedra de molino, rota por tierra,

están esparcidos nuestros huesos a la boca de la tumba.

 

Señor, mis ojos están vueltos a ti,

en ti me refugio, no me dejes indefenso;

guárdame del lazo que me han tendido,

de la trampa de los malhechores.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Suba mi oración, Señor, como incienso en tu presencia.

 

Ant 2. Tú eres mi refugio y mi heredad, Señor, en el país de la vida.

 

Salmo 141 - ORACIÓN DEL HOMBRE ABANDONADO: TU ERES MI REFUGIO

 

A voz en grito clamo al Señor,

a voz en grito suplico al Señor;

desahogo ante él mis afanes,

expongo ante él mi angustia,

mientras me va faltando el aliento.

 

Pero tú conoces mis senderos,

y que en el camino por donde avanzo

me han escondido una trampa.

 

Me vuelvo a la derecha y miro:

nadie me hace caso;

no tengo adónde huir,

nadie mira por mi vida.

 

A ti grito, Señor;

te digo: «Tú eres mi refugio

y mi heredad en el país de la vida.»

 

Atiende a mis clamores,

que estoy agotado;

líbrame de mis perseguidores,

que son más fuertes que yo.

 

Sácame de la prisión,

y daré gracias a tu nombre:

me rodearán los justos

cuando me devuelvas tu favor.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Tú eres mi refugio y mi heredad, Señor, en el país de la vida.

 

Ant 3. El Señor Jesús se rebajó; por eso Dios lo levantó sobre todo, por los siglos de los siglos.

 

Cántico: CRISTO, SIERVO DE DIOS, EN SU MISTERIO PASCUAL - Flp 2, 6-11

 

Cristo, a pesar de su condición divina,

no hizo alarde de su categoría de Dios,

al contrario, se anonadó a sí mismo,

y tomó la condición de esclavo,

pasando por uno de tantos.

 

Y así, actuando como un hombre cualquiera,

se rebajó hasta someterse incluso a la muerte

y una muerte de cruz.

 

Por eso Dios lo levantó sobre todo

y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»;

de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble

en el cielo, en la tierra, en el abismo

y toda lengua proclame:

Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. El Señor Jesús se rebajó; por eso Dios lo levantó sobre todo, por los siglos de los siglos.

 

LECTURA BREVE   Rm 11, 33-36

 

¡Qué abismo de riqueza es la sabiduría y ciencia de Dios! ¡Qué insondables son sus juicios y qué irrastreables sus caminos! ¿Quién ha conocido jamás la mente del Señor? ¿Quién ha sido su consejero? ¿Quién le ha dado primero, para que él le devuelva? Él es origen, camino y término de todo. A él la gloria por los siglos. Amén.

 

RESPONSORIO BREVE

 

V. Cuántas son tus obras, Señor.

R. Cuántas son tus obras, Señor.

 

V. Y todas las hiciste con sabiduría.

R. Tus obras, Señor.

 

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

R. Cuántas son tus obras, Señor.

 

CÁNTICO EVANGÉLICO

 

Ant. Jesús, viendo que venía a él una gran multitud, preguntó a Felipe: «¿Dónde compraremos panes, para que coma toda esta gente?»

 

Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55

 

Proclama mi alma la grandeza del Señor,

se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;

porque ha mirado la humillación de su esclava.

 

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,

porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:

su nombre es santo,

y su misericordia llega a sus fieles

de generación en generación.

 

El hace proezas con su brazo:

dispersa a los soberbios de corazón,

derriba del trono a los poderosos

y enaltece a los humildes,

a los hambrientos los colma de bienes

y a los ricos los despide vacíos.

 

Auxilia a Israel, su siervo,

acordándose de su misericordia

-como lo había prometido a nuestros padres-

en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Jesús, viendo que venía a él una gran multitud, preguntó a Felipe: «¿Dónde compraremos panes, para que coma toda esta gente?»

 

PRECES

 

Glorifiquemos a Dios, Padre, Hijo, y Espíritu Santo, y supliquémosle diciendo:

 

Escucha a tu pueblo, Señor.

 

Padre todopoderoso, haz que abunde en la tierra la justicia

y que tu pueblo se alegre en la paz.

 

Que todos los pueblos entren a formar parte de tu reino

y que el pueblo judío sea salvado.

 

Que los esposos cumplan tu voluntad, vivan en concordia

y que sean siempre fieles a su mutuo amor.

 

Recompensa, Señor, a nuestros bienhechores

y concédeles la vida eterna.

 

Se pueden añadir algunas intenciones libres

 

Acoge con amor a los que han muerto víctimas del odio, de la violencia o de la guerra

y dales el descanso eterno.

 

Movidos por el Espíritu Santo, dirijamos al Padre la oración que Cristo nos enseñó:

 

Padre nuestro...

 

ORACION

 

Oh Dios, protector de los que en ti esperan, sin ti nada es fuerte ni santo; aumenta los signos de tu misericordia sobre nosotros, para que, bajo tu dirección, de tal modo nos sirvamos de las cosas pasajeras que por ellas alcancemos con mayor plenitud las eternas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén

 

CONCLUSIÓN

 

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.

R. Amén.

 

COMPLETAS

(Oración antes del descanso nocturno)

 

INVOCACIÓN INICIAL

 

V. Dios mío, ven en mi auxilio

R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

 

EXAMEN DE CONCIENCIA

 

Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada que Dios nos ha concedido, reconozcamos sinceramente nuestros pecados.

 

Yo confieso ante Dios todopoderoso

y ante vosotros, hermanos,

que he pecado mucho

de pensamiento, palabra, obra y omisión:

por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.

 

Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,

a los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos,

que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor.

 

V. El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.

R. Amén.

 

Himno: CUANDO LA LUZ DEL SOL ES YA PONIENTE

 

Cuando la luz del sol es ya poniente,

gracias, Señor, es nuestra melodía;

recibe, como ofrenda, amablemente,

nuestro dolor, trabajo y alegría.

 

Si poco fue el amor en nuestro empeño

de darle vida al día que fenece,

convierta en realidad lo que fue un sueño

tu gran amor que todo lo engrandece.

 

Tu cruz, Señor, redime nuestra suerte

de pecadora en justa, e ilumina

la senda de la vida y de la muerte

del hombre que en la fe lucha y camina.

 

Jesús, Hijo del Padre, cuando avanza

la noche oscura sobre nuestro día,

concédenos la paz y la esperanza

de esperar cada noche tu gran día. Amén.

 

SALMODIA

 

Ant 1. Ten piedad de mí, Señor, y escucha mi oración.

 

Salmo 4 - ACCIÓN DE GRACIAS.

 

Escúchame cuando te invoco, Dios, defensor mío;

tú que en el aprieto me diste anchura,

ten piedad de mí y escucha mi oración.

 

Y vosotros, ¿hasta cuándo ultrajaréis mi honor,

amaréis la falsedad y buscaréis el engaño?

Sabedlo: el Señor hizo milagros en mi favor,

y el Señor me escuchará cuando lo invoque.

 

Temblad y no pequéis, reflexionad

en el silencio de vuestro lecho;

ofreced sacrificios legítimos

y confiad en el Señor.

 

Hay muchos que dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha,

si la luz de tu rostro ha huido de nosotros?»

 

Pero tú, Señor, has puesto en mi corazón más alegría

que si abundara en trigo y en vino.

 

En paz me acuesto y en seguida me duermo,

porque tú sólo, Señor, me haces vivir tranquilo.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Ten piedad de mí, Señor, y escucha mi oración.

 

Ant 2. Durante la noche, bendecid al Señor.

 

Salmo 133 - ORACIÓN VESPERTINA EN EL TEMPLO

 

Y ahora bendecid al Señor,

los siervos del Señor,

los que pasáis la noche

en la casa del Señor:

 

Levantad las manos hacia el santuario,

y bendecid al Señor.

 

El Señor te bendiga desde Sión:

el que hizo cielo y tierra.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Durante la noche, bendecid al Señor.

 

LECTURA BREVE   Dt 6,4-7

 

Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es solamente uno. Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas. Las palabras que hoy te digo quedarán en tu memoria; se las repetirás a tus hijos y hablarás de ellas estando en casa y yendo de camino, acostado y levantado.

 

RESPONSORIO BREVE

 

V. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.

R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.

 

V. Tú, el Dios leal, nos librarás.

R. Te encomiendo mi espíritu.

 

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.

 

CÁNTICO EVANGÉLICO

 

Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.

 

CÁNTICO DE SIMEÓN       Lc 2, 29-32

 

Ahora, Señor, según tu promesa,

puedes dejar a tu siervo irse en paz,

 

porque mis ojos han visto a tu Salvador,

a quien has presentado ante todos los pueblos

 

luz para alumbrar a las naciones

y gloria de tu pueblo Israel.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.

 

ORACION

 

OREMOS,

Guárdanos, Señor, durante esta noche y haz que mañana, ya al clarear el nuevo día, la celebración del domingo nos llene con la alegría de la resurrección de tu Hijo. Que vive y reina por los siglos de los siglos.

Amén.

 

BENDICIÓN

 

V. El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte.

R. Amén.

 

ANTIFONA FINAL DE LA SANTISIMA VIRGEN

 

Madre del Redentor, Virgen fecunda,

puerta del cielo siempre abierta,

estrella del mar,

 

ven a librar al pueblo que tropieza

y se quiere levantar.

 

Ante la admiración de cielo y tierra,

engendraste a tu santo Creador,

y permaneces siempre virgen.

 

Recibe el saludo del ángel Gabriel,

y ten piedad de nosotros, pecadores. 

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