Del común de apóstoles.
SAN LUCAS, evangelista. (FIESTA)
Nacido de familia pagana, se convirtió a la fe y acompañó al
apóstol Pablo, de cuya predicación es reflejo el evangelio que escribió. Es
autor también del libro denominado «Hechos de los apóstoles», en el que se
narran los orígenes de la vida de la Iglesia hasta la primera prisión de Pablo
en Roma.
OFICIO DE LECTURA
Si
el Oficio de Lectura es la primera oración del día:
V.
Señor abre mis labios
R.
Y mi boca proclamará tu alabanza
Se
añade el Salmo del Invitatorio con la siguiente antífona:
Ant.
Venid, adoremos al Señor, que nos habla por medio del Evangelio.
Salmo
94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid,
aclamemos al Señor,
demos
vítores a la Roca que nos salva;
entremos
a su presencia dándole gracias,
aclamándolo
con cantos.
Porque
el Señor es un Dios grande,
soberano
de todos los dioses:
tiene
en su mano las simas de la tierra,
son
suyas las cumbres de los montes;
suyo
es el mar, porque él lo hizo,
la
tierra firme que modelaron sus manos.
Venid,
postrémonos por tierra,
bendiciendo
al Señor, creador nuestro.
Porque
él es nuestro Dios,
y
nosotros su pueblo,
el
rebaño que él guía.
Ojalá
escuchéis hoy su voz:
«No
endurezcáis el corazón como en Meribá,
como
el día de Masá en el desierto;
cuando
vuestros padres me pusieron a prueba
y
dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante
cuarenta años
aquella
generación me repugnó, y dije:
Es
un pueblo de corazón extraviado,
que
no reconoce mi camino;
por
eso he jurado en mi cólera
que
no entrarán en mi descanso»
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Venid, adoremos al Señor, que nos habla por medio del Evangelio.
Si
antes del Oficio de lectura se ha rezado ya alguna otra Hora:
V.
Dios mío, ven en mi auxilio
R.
Señor, date prisa en socorrerme
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno:
MENSAJEROS DE DIOS
Mensajeros
de Dios
dadnos
la Nueva:
mensajeros
de paz,
sea
paz nuestra.
Mensajeros
de luz,
sea
luz nuestra;
mensajeros
de fe,
sea
fe nuestra.
Mensajeros
del Rey,
sea
rey nuestro;
mensajeros
de amor,
sea
amor nuestro. Amén.
SALMODIA
Ant
1. A toda la tierra alcanza su pregón y hasta los límites del orbe su lenguaje.
SALMO
18 A - ALABANZA AL DIOS CREADOR DEL UNIVERSO.
El
cielo proclama la gloria de Dios,
el
firmamento pregona la obra de sus manos:
el
día al día le pasa el mensaje,
la
noche a la noche se lo murmura.
Sin
que hablen, sin que pronuncien,
sin
que resuene su voz,
a
toda la tierra alcanza su pregón
y
hasta los límites del orbe su lenguaje.
Allí
le ha puesto su tienda al sol:
él
sale como el esposo de su alcoba,
contento
como un héroe, a recorrer su camino.
Asoma
por un extremo del cielo,
y
su órbita llega al otro extremo:
nada
se libra de su calor.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
A toda la tierra alcanza su pregón y hasta los límites del orbe su lenguaje.
Ant
2. Proclamaron la obra de Dios y meditaron sus acciones.
Salmo
63 - SÚPLICA CONTRA LOS ENEMIGOS
Escucha,
¡oh Dios!, la voz de mi lamento,
protege
mi vida del terrible enemigo;
escóndeme
de la conjura de los perversos
y
del motín de los malhechores:
afilan
sus lenguas como espadas
y
disparan como flechas palabras venenosas,
para
herir a escondidas al inocente,
para
herirlo por sorpresa y sin riesgo.
Se
animan al delito,
calculan
cómo esconder trampas,
y
dicen: "¿Quién lo descubrirá?"
Inventan
maldades y ocultan sus invenciones,
porque
su mente y su corazón no tienen fondo.
Pero
Dios los acribilla a flechazos,
por
sorpresa los cubre de heridas;
su
misma lengua los lleva a la ruina,
y
los que lo ven menean la cabeza.
Todo
el mundo se atemoriza,
proclama
la obra de Dios
y
medita sus acciones.
El
justo se alegra con el Señor,
se
refugia en él,
y
se felicitan los rectos de corazón.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Proclamaron la obra de Dios y meditaron sus acciones.
Ant
3. Pregonaron su justicia y todos los pueblos contemplaron su gloria.
Salmo
96 - EL SEÑOR ES UN REY MAYOR QUE TODOS LOS DIOSES.
El
Señor reina, la tierra goza,
se
alegran las islas innumerables.
Tiniebla
y nube lo rodean,
justicia
y derecho sostienen su trono.
Delante
de él avanza fuego
abrasando
en torno a los enemigos;
sus
relámpagos deslumbran el orbe,
y,
viéndolos, la tierra se estremece.
Los
montes se derriten como cera
ante
el dueño de toda la tierra;
los
cielos pregonan su justicia,
y
todos los pueblos contemplan su gloria.
Los
que adoran estatuas se sonrojan,
los
que ponen su orgullo en los ídolos;
ante
él se postran todos los dioses.
Lo
oye Sión, y se alegra,
se
regocijan las ciudades de Judá
por
tus sentencias, Señor;
porque
tú eres, Señor,
altísimo
sobre toda la tierra,
encumbrado
sobre todos los dioses.
El
Señor ama al que aborrece el mal,
protege
la vida de sus fieles
y
los libra de los malvados.
Amanece
la luz para el justo,
y
la alegría para los rectos de corazón.
Alegraos,
justos, con el Señor,
celebrad
su santo nombre.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Pregonaron su justicia y todos los pueblos contemplaron su gloria.
V.
Al oír los gentiles sus palabras, quedaron llenos de gozo.
R.
Y enaltecían la doctrina del Señor.
PRIMERA
LECTURA
De
los Hechos de los apóstoles 9, 27-31; 11, 19-26
LA
IGLESIA ESTABA LLENA DEL CONSUELO DEL ESPÍRITU SANTO
En
aquellos días, Bernabé tomó consigo a Saulo y lo llevó a presencia de los
apóstoles. Con todo detalle les refirió cómo Saulo había visto al Señor en el
camino y cómo éste le había hablado; les contó además cómo Saulo había
predicado en Damasco con toda valentía en el nombre de Jesús.
Quedóse,
pues, Saulo con ellos en Jerusalén y predicaba con toda intrepidez en el nombre
del Señor. Hablaba también y discutía con los judíos helenistas, hasta que
éstos resolvieron quitarle la vida. Enterados de ello los hermanos, lo llevaron
a Cesarea, y de allí lo enviaron a Tarso.
Mientras
tanto, la Iglesia disfrutaba de paz en toda Judea, Galilea y Samaría, y se
edificaba y progresaba en el temor del Señor y estaba llena del consuelo del
Espírítu Santo.
Los
fieles, que se habían dispersado con motivo de la persecución suscitada a la
muerte de Esteban, llegaron hasta Fenicia, Chipre y Antioquía, pero predicaban
la palabra sólo a los judíos. Había, sin embargo, entre ellos algunos de Chipre
y de Cirene, que al llegar a Antioquía comenzaron a predicar también a los
griegos, anunciándoles la Buena Nueva de Jesús, el Señor. El poder del Señor los
asistía, y, así, un crecido número de gente abrazó la fe y se convirtió al
Señor. La noticia de estos sucesos llegó a oídos de la Iglesia de Jerusalén, y
enviaron a Antioquía Bernabé. Cuando éste llegó a Antioquía y vio la gracia de
Dios, se llenó de júbilo, y exhortaba a todos a que con entera voluntad
permaneciesen fieles al Señor. Era un hombre de gran virtud, lleno del Espíritu
Santo y de una grande fe. Con esto, una gran multitud se agregó al Señor.
Partió
luego Bernabé para Tarso en busca de Saulo y, así que lo encontró, lo llevó a
Antioquía. Allí estuvieron los dos durante todo un año con la comunidad e
instruyeron a muchísima gente. Fue allí, en Antioquía, donde por primera vez se
dio a los discípulos el nombre de «cristianos».
RESPONSORIO
Hch 12, 24; 13, 48. 52
R.
La palabra del Señor arraigaba y se difundía cada vez más, * y abrazaron la fe
cuantos estaban destinados a la vida eterna.
V.
y los discípulos quedaron llenos de gozo y del Espíritu Santo.
R.
y abrazaron la fe cuantos estaban destinados a la vida eterna.
SEGUNDA
LECTURA
De
las Homilías de san Gregorio Magno, papa, sobre los Evangelios
(Homilía
17, 1-3: PL 76, 1139)
EL
SEÑOR VIENE DETRÁS DE SUS PREDICADORES
Nuestro
Señor y Salvador, hermanos muy amados, nos enseña unas veces con sus palabras,
otras con sus obras. Sus hechos, en efecto, son normas de conducta, ya que con
ellos nos da a entender tácitamente lo que debemos hacer. Manda a sus
discípulos a predicar de dos en dos, ya que es doble el precepto de la caridad,
a saber, el amor de Dios y el del prójimo.
El
Señor envía a los discípulos a predicar de dos en dos, y con ello nos indica
sin palabras que el que no tiene caridad para con los demás no puede aceptar,
en modo alguno, el ministerio de la predicación.
Con
razón se dice que los envió delante de si por todas las aldeas y lugares que
iba a visitar. En efecto, el Señor viene detrás de sus predicadores, ya que,
habiendo precedido la predicación, viene entonces el Señor a la morada de
nuestro interior, cuando ésta ha sido preparada por las palabras de
exhortación, que han abierto nuestro espíritu a la verdad. En este sentido dice
Isaías a los predicadores: Preparad el camino del Señor; enderezad las sendas
para nuestro Dios. Por esto les dice también el salmista: Alfombrad el camino
del que sube sobre el ocaso. Sobre el ocaso, en efecto, sube el Señor, ya que
en el declive de su pasión fue precisamente cuando, por su resurrección, puso
más plenamente de manifiesto su gloria. Sube sobre el ocaso, porque, con su
resurrección, pisoteó la muerte que había sufrido. Por esto nosotros
alfombramos el camino del que sube sobre el ocaso cuando os anunciamos su
gloria, para que él, viniendo a continuación, os ilumine con su presencia
amorosa.
Escuchemos
lo que dice el Señor a los predicadores que envía a sus campos: La mies es
mucha, pero los operarios son pocos; rogad, pues, al Señor de la mies que envíe
trabajadores a su mies. Por tanto, para una mies abundante son pocos los
trabajadores; al escuchar esto, no podemos dejar de sentir una gran tristeza,
porque hay que reconocer que, si bien hay personas que desean escuchar cosas
buenas, faltan, en cambio, quienes se dediquen a anunciarlas. Mirad cómo el
mundo está lleno de sacerdotes, y, sin embargo, es muy difícil encontrar un
trabajador para la mies del Señor; porque hemos recibido el ministerio
sacerdotal, pero no cumplimos con los deberes de este ministerio.
Pensad,
pues, amados hermanos, pensad bien en lo que dice el Evangelio: Rogad al Señor
de la mies que envíe trabajadores a su mies. Rogad también por nosotros, para
que nuestro trabajo en bien vuestro sea fructuoso y para que nuestra voz no
deje nunca de exhortaros, no sea que, después de haber recibido el ministerio
de la predicación, seamos acusados ante el justo Juez por nuestro silencio.
RESPONSORIO
Cf. Lc 1, 3. 4; Hch 1, 1
R.
Después de haber investigado todo diligentemente desde el principio, he escrito
ordenadamente el Evangelio; * para que estemos convencidos de la seguridad de
las enseñanzas que hemos recibido.
V.
He tratado de todo lo que hizo y enseñó Jesús desde sus comienzos.
R.
Para que estemos convencidos de la seguridad de las enseñanzas que hemos
recibido.
Himno:
SEÑOR, DIOS ETERNO
Señor,
Dios eterno, alegres te cantamos,
a
ti nuestra alabanza,
a
ti, Padre del cielo, te aclama la creación.
Postrados
ante ti, los ángeles te adoran
y
cantan sin cesar:
Santo,
santo, santo es el Señor,
Dios
del universo;
llenos
están el cielo y la tierra de tu gloria.
A
ti, Señor, te alaba el coro celestial de los apóstoles,
la
multitud de los profetas te enaltece,
y
el ejército glorioso de los mártires te aclama.
A
ti la Iglesia santa,
por
todos los confines extendida,
con
júbilo te adora y canta tu grandeza:
Padre,
infinitamente santo,
Hijo
eterno, unigénito de Dios,
santo
Espíritu de amor y de consuelo.
Oh
Cristo, tú eres el Rey de la gloria,
tú
el Hijo y Palabra del Padre,
tú
el Rey de toda la creación.
Tú,
para salvar al hombre,
tomaste
la condición de esclavo
en
el seno de una virgen.
Tú
destruiste la muerte
y
abriste a los creyentes las puertas de la gloria.
Tú
vives ahora,
inmortal
y glorioso, en el reino del Padre.
Tú
vendrás algún día,
como
juez universal.
Muéstrate,
pues, amigo y defensor
de
los hombres que salvaste.
Y
recíbelos por siempre allá en tu reino,
con
tus santos y elegidos.
La
parte que sigue puede omitirse, si se cree oportuno.
Salva
a tu pueblo, Señor,
y
bendice a tu heredad.
Sé
su pastor,
y
guíalos por siempre.
Día
tras día te bendeciremos
y
alabaremos tu nombre por siempre jamás.
Dígnate,
Señor,
guardarnos
de pecado en este día.
Ten
piedad de nosotros, Señor,
ten
piedad de nosotros.
Que
tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como
lo esperamos de ti.
A
ti, Señor, me acojo,
no
quede yo nunca defraudado.
ORACIÓN.
OREMOS,
Señor
Dios, que elegiste a san Lucas para que, con su predicación y sus escritos,
revelara al mundo tu amor hacia los pobres, concede a quienes nos gloriamos de
ser cristianos vivir unidos con un solo corazón y una sola alma y haz que todos
los pueblos lleguen a contemplar a tu Salvador. Él, que vive y reina contigo en
la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
CONCLUSIÓN
V.
Bendigamos al Señor.
R.
Demos gracias a Dios.
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVOCACIÓN
INICIAL
V.
Señor abre mis labios
R.
Y mi boca proclamará tu alabanza
INVITATORIO
Ant.
Venid, adoremos al Señor, que nos habla por medio del Evangelio.
Salmo
94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid,
aclamemos al Señor,
demos
vítores a la Roca que nos salva;
entremos
a su presencia dándole gracias,
aclamándolo
con cantos.
Porque
el Señor es un Dios grande,
soberano
de todos los dioses:
tiene
en su mano las simas de la tierra,
son
suyas las cumbres de los montes;
suyo
es el mar, porque él lo hizo,
la
tierra firme que modelaron sus manos.
Venid,
postrémonos por tierra,
bendiciendo
al Señor, creador nuestro.
Porque
él es nuestro Dios,
y
nosotros su pueblo,
el
rebaño que él guía.
Ojalá
escuchéis hoy su voz:
«No
endurezcáis el corazón como en Meribá,
como
el día de Masá en el desierto;
cuando
vuestros padres me pusieron a prueba
y
dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante
cuarenta años
aquella
generación me repugnó, y dije:
Es
un pueblo de corazón extraviado,
que
no reconoce mi camino;
por
eso he jurado en mi cólera
que
no entrarán en mi descanso»
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Venid, adoremos al Señor, que nos habla por medio del Evangelio.
Himno:
VOSOTROS QUE ESCUCHASTEIS LA LLAMADA.
Vosotros,
que escuchasteis la llamada
de
viva voz que Cristo os dirigía,
abrid
nuestro vivir y nuestra alma
al
mensaje de amor que él nos envía.
Vosotros,
que invitados al banquete
gustasteis
el sabor del nuevo vino,
llenad
el vaso, del amor que ofrece,
al
sediento de Dios en su camino.
Vosotros,
que tuvisteis tan gran suerte
de
verle dar a muertos nueva vida,
no
dejéis que el pecado y que la muerte
nos
priven de la vida recibida.
Vosotros,
que lo visteis ya glorioso,
hecho
Señor de gloria sempiterna,
haced
que nuestro amor conozca el gozo
de
vivir junto a él la vida eterna. Amén.
SALMODIA
Ant
1. Los santos evangelistas se entregaron de lleno a indagar la sabiduría de sus
predecesores y, con sus escritos, confirmaron las explicaciones de los
profetas.
SALMO
62, 2-9 - EL ALMA SEDIENTA DE DIOS
¡Oh
Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi
alma está sedienta de ti;
mi
carne tiene ansia de ti,
como
tierra reseca, agostada, sin agua.
¡Cómo
te contemplaba en el santuario
viendo
tu fuerza y tu gloria!
Tu
gracia vale más que la vida,
te
alabarán mis labios.
Toda
mi vida te bendeciré
y
alzaré las manos invocándote.
Me
saciaré de manjares exquisitos,
y
mis labios te alabarán jubilosos.
En
el lecho me acuerdo de ti
y
velando medito en ti,
porque
fuiste mi auxilio,
y
a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi
alma está unida a ti,
y
tu diestra me sostiene.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Los santos evangelistas se entregaron de lleno a indagar la sabiduría de sus
predecesores y, con sus escritos, confirmaron las explicaciones de los
profetas.
Ant
2. Dios nos convocó por medio del mensaje de la salud, para darnos la posesión
de la gloria de nuestro Señor Jesucristo.
Cántico:
TODA LA CREACIÓN ALABE AL SEÑOR - Dn 3, 57-88. 56
Creaturas
todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo
con himnos por los siglos.
Ángeles
del Señor, bendecid al Señor;
cielos,
bendecid al Señor.
Aguas
del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos
del Señor, bendecid al Señor.
Sol
y luna, bendecid al Señor;
astros
del cielo, bendecid al Señor.
Lluvia
y rocío, bendecid al Señor;
vientos
todos, bendecid al Señor.
Fuego
y calor, bendecid al Señor;
fríos
y heladas, bendecid al Señor.
Rocíos
y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos
y hielos, bendecid al Señor.
Escarchas
y nieves, bendecid al Señor;
noche
y día, bendecid al Señor.
Luz
y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos
y nubes, bendecid al Señor.
Bendiga
la tierra al Señor,
ensálcelo
con himnos por los siglos.
Montes
y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto
germina en la tierra, bendiga al Señor.
Manantiales,
bendecid al Señor;
mares
y ríos, bendecid al Señor.
Cetáceos
y peces, bendecid al Señor;
aves
del cielo, bendecid al Señor.
Fieras
y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo
con himnos por los siglos.
Hijos
de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga
Israel al Señor.
Sacerdotes
del Señor, bendecid al Señor;
siervos
del Señor, bendecid al Señor.
Almas
y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos
y humildes de corazón, bendecid al Señor.
Ananías,
Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo
con himnos por los siglos.
Bendigamos
al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
ensalcémoslo
con himnos por los siglos.
Bendito
el Señor en la bóveda del cielo,
alabado
y glorioso y ensalzado por los siglos.
No
se dice Gloria al Padre.
Ant.
Dios nos convocó por medio del mensaje de la salud, para darnos la posesión de
la gloria de nuestro Señor Jesucristo.
Ant
3. Muchos alabarán su inteligencia, su fama vivirá por generaciones.
Salmo
149 - ALEGRÍA DE LOS SANTOS
Cantad
al Señor un cántico nuevo,
resuene
su alabanza en la asamblea de los fieles;
que
se alegre Israel por su Creador,
los
hijos de Sión por su Rey.
Alabad
su nombre con danzas,
cantadle
con tambores y cítaras;
porque
el Señor ama a su pueblo
y
adorna con la victoria a los humildes.
Que
los fieles festejen su gloria
y
canten jubilosos en filas:
con
vítores a Dios en la boca
y
espadas de dos filos en las manos:
para
tomar venganza de los pueblos
y
aplicar el castigo a las naciones,
sujetando
a los reyes con argollas,
a
los nobles con esposas de hierro.
Ejecutar
la sentencia dictada
es
un honor para todos sus fieles.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Muchos alabarán su inteligencia, su fama vivirá por generaciones.
LECTURA
BREVE 1Co 15, 1-2a. 3-4
Hermanos,
os quiero traer a la memoria el mensaje evangélico que os prediqué; el que
abrazasteis, el mismo en que os mantenéis firmes todavía y por el que estáis en
camino de salvación. En primer lugar os comuniqué el mensaje que yo mismo
recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras, y fue
sepultado; resucitó al tercer día y vive, según lo anunciaron también las
Escrituras.
RESPONSORIO
BREVE
V.
Proclamaron las alabanzas del Señor y su poder.
R.
Proclamaron las alabanzas del Señor y su poder.
V.
Y las maravillas que realizó.
R.
Y su poder.
V.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R.
Proclamaron las alabanzas del Señor y su poder.
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant.
Al entregarnos su evangelio, san Lucas nos anunció a Cristo, el sol que nace de
lo alto.
Cántico
de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc 1, 68-79
Bendito
sea el Señor, Dios de Israel,
porque
ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos
una fuerza de salvación
en
la casa de David, su siervo,
según
lo había predicho desde antiguo
por
boca de sus santos profetas:
Es
la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y
de la mano de todos los que nos odian;
ha
realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando
su santa alianza
y
el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para
concedernos que, libres de temor,
arrancados
de la mano de los enemigos,
le
sirvamos con santidad y justicia,
en
su presencia, todos nuestros días.
Y
a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque
irás delante del Señor
a
preparar sus caminos,
anunciando
a su pueblo la salvación,
el
perdón de sus pecados.
Por
la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos
visitará el sol que nace de lo alto,
para
iluminar a los que viven en tiniebla
y
en sombra de muerte,
para
guiar nuestros pasos
por
el camino de la paz.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Al entregarnos su evangelio, san Lucas nos anunció a Cristo, el sol que nace de
lo alto.
PRECES
Aclamemos
a nuestro Salvador, que ha aniquilado la muerte, y ha hecho brillar la vida y
la inmortalidad por el Evangelio, y supliquémosle, diciendo:
Confirma
a tu Iglesia en la fe y la caridad.
Tú
que por medio de doctores santos y eximios has glorificado a tu Iglesia,
haz
que todos los cristianos resplandezcan por su virtud.
Tú
que por la oración de los santos pastores, que a semejanza de Moisés oraban por
el pueblo, perdonaste los pecados de tus fieles,
purifica
y santifica también ahora a la santa Iglesia por la intercesión de los santos.
Tú
que de entre los fieles elegiste a los santos pastores y, por tu Espíritu, los
consagraste como ministros en bien de sus hermanos,
llena
también de tu Espíritu a todos los pastores del pueblo de Dios.
Tú
que fuiste la heredad de los santos pastores,
no
permitas que ninguno de los que fueron adquiridos por tu sangre viva alejado de
ti.
Se
pueden añadir algunas intenciones libres
Digamos
juntos la Oración que Cristo nos enseñó como modelo de toda oración:
Padre
nuestro...
ORACION
Señor
Dios, que elegiste a san Lucas para que, con su predicación y sus escritos,
revelara al mundo tu amor hacia los pobres, concede a quienes nos gloriamos de
ser cristianos vivir unidos con un solo corazón y una sola alma y haz que todos
los pueblos lleguen a contemplar a tu Salvador. Él, que vive y reina contigo en
la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V.
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R.
Amén.
HORA TERCIA
INVOCACIÓN
INICIAL
V.
Dios mío, ven en mi auxilio
R.
Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno:
EL TRABAJO, SEÑOR, DE CADA DÍA
El
trabajo, Señor, de cada día
nos
sea por tu amor santificado,
convierte
su dolor en alegría
de
amor, que para dar tú nos has dado.
Paciente
y larga es nuestra tarea
en
la noche oscura del amor que espera;
dulce
huésped del alma, al que flaquea
dale
tu luz, tu fuerza que aligera.
En
el alto gozoso del camino,
demos
gracias a Dios, que nos concede
la
esperanza sin fin del don divino;
todo
lo puede en él quien nada puede. Amén.
SALMODIA
Ant
1. Llamé, y él me respondió.
Salmo
119 - DESEO DE LA PAZ
En
mi aflicción llamé al Señor,
y
él me respondió.
Líbrame,
Señor, de los labios mentirosos,
de
la lengua traidora.
¿Qué
te va a dar o a mandar Dios,
lengua
traidora?
Flechas
de arquero, afiladas
con
ascuas de retama.
¡Ay
de mí, desterrado en Masac,
acampado
en Cadar!
Demasiado
llevo viviendo
con
los que odian la paz;
cuando
yo digo: «Paz»,
ellos
dicen: «Guerra».
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Llamé, y él me respondió.
Ant
2. El Señor guarda tus entradas y salidas.
Salmo
120 - EL GUARDIÁN DEL PUEBLO.
Levanto
mis ojos a los montes:
¿de
dónde me vendrá el auxilio?
El
auxilio me viene del Señor,
que
hizo el cielo y la tierra.
No
permitirá que resbale tu pie,
tu
guardián no duerme;
no
duerme ni reposa
el
guardián de Israel.
El
Señor te guarda a su sombra,
está
a tu derecha;
de
día el sol no te hará daño,
ni
la luna de noche.
El
Señor te guarda de todo mal,
él
guarda tu alma;
el
Señor guarda tus entradas y salidas,
ahora
y por siempre.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
El Señor guarda tus entradas y salidas.
Ant
3. Me he alegrado por lo que me dijeron.
Salmo
121 LA CIUDAD SANTA DE JERUSALÉN
¡Qué
alegría cuando me dijeron:
«Vamos
a la casa del Señor»!
Ya
están pisando nuestros pies
tus
umbrales, Jerusalén.
Jerusalén
está fundada
como
ciudad bien compacta.
Allá
suben las tribus,
las
tribus del Señor,
según
la costumbre de Israel,
a
celebrar el nombre del Señor;
en
ella están los tribunales de justicia
en
el palacio de David.
Desead
la paz a Jerusalén:
«Vivan
seguros los que te aman,
haya
paz dentro de tus muros,
seguridad
en tus palacios.»
Por
mis hermanos y compañeros,
voy
a decir: «La paz contigo.»
Por
la casa del Señor, nuestro Dios,
te
deseo todo bien.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Me he alegrado por lo que me dijeron.
LECTURA
BREVE Rm 1, 16-17
No
me avergüenzo del Evangelio; es, en verdad, poder de Dios para salvación de
todo el que crea, primero de los judíos y luego de los gentiles. Pues la
justicia de Dios se revela en él de fe a fe, según está escrito: «El justo
vivirá por la fe.»
V.
A toda la tierra alcanza su pregón.
R.
Y hasta los límites del orbe su lenguaje.
ORACIÓN
OREMOS.
Señor
Dios, que elegiste a san Lucas para que, con su predicación y sus escritos,
revelara al mundo tu amor hacia los pobres, concede a quienes nos gloriamos de
ser cristianos vivir unidos con un solo corazón y una sola alma y haz que todos
los pueblos lleguen a contemplar a tu Salvador. Él, que vive y reina por los
siglos de los siglos.
Amén.
CONCLUSIÓN
V.
Bendigamos al Señor.
R.
Demos gracias a Dios.
HORA SEXTA
INVOCACIÓN
INICIAL
V.
Dios mío, ven en mi auxilio
R.
Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno:
ESTE MUNDO DEL HOMBRE EN QUE ÉL SE AFANA.
Este
mundo del hombre, en que él se afana
tras
la felicidad que tanto ansía,
tú
lo vistes, Señor, de luz temprana
y
de radiante sol al mediodía.
Así
el poder de tu presencia encierra
el
secreto más hondo de esta vida;
un
nuevo cielo y una nueva tierra
colmarán
nuestro anhelo sin medida.
Poderoso
Señor de nuestra historia,
no
tardes en venir gloriosamente;
tu
luz resplandeciente y tu victoria
inunden
nuestra vida eternamente. Amén.
SALMODIA
Ant
1. Tú que habitas en el cielo, ten misericordia de nosotros.
Salmo
122 - EL SEÑOR, ESPERANZA DEL PUEBLO
A
ti levanto mis ojos,
a
ti que habitas en el cielo.
Como
están los ojos de los esclavos
fijos
en las manos de sus señores,
como
están los ojos de la esclava
fijos
en las manos de su señora,
así
están nuestros ojos
en
el Señor, Dios nuestro,
esperando
su misericordia.
Misericordia,
Señor, misericordia,
que
estamos saciados de desprecios;
nuestra
alma está saciada
del
sarcasmo de los satisfechos,
del
desprecio de los orgullosos.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Tú que habitas en el cielo, ten misericordia de nosotros.
Ant
2. Nuestro auxilio es el nombre del Señor.
Salmo
123 - NUESTRO AUXILIO ES EL NOMBRE DEL SEÑOR
Si
el Señor no hubiera estado de nuestra parte
-que
lo diga Israel-,
si
el Señor no hubiera estado de nuestra parte,
cuando
nos asaltaban los hombres,
nos
habrían tragado vivos:
tanto
ardía su ira contra nosotros.
Nos
habrían arrollado las aguas,
llegándonos
el torrente hasta el cuello;
nos
habrían llegado hasta el cuello
las
aguas espumantes.
Bendito
el Señor, que no nos entregó
como
presa a sus dientes;
hemos
salvado la vida como un pájaro
de
la trampa del cazador:
la
trampa se rompió y escapamos.
Nuestro
auxilio es el nombre del Señor,
que
hizo el cielo y la tierra.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Nuestro auxilio es el nombre del Señor.
Ant
3. El Señor rodea a su pueblo ahora y por siempre.
Salmo
124 - EL SEÑOR VELA POR SU PUEBLO.
Los
que confían en el Señor son como el monte Sión:
no
tiembla, está asentado para siempre.
Jerusalén
está rodeada de montañas,
y
el Señor rodea a su pueblo
ahora
y por siempre.
No
pesará el cetro de los malvados
sobre
el lote de los justos,
no
sea que los justos extiendan
su
mano a la maldad.
Señor,
concede bienes a los buenos,
a
los sinceros de corazón;
y
a los que se desvían por sendas tortuosas,
que
los rechace el Señor con los malhechores.
¡Paz
a Israel!
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
El Señor rodea a su pueblo ahora y por siempre.
LECTURA
BREVE 1Ts2, 2b-4
Confiados
en nuestro Dios, tuvimos la valentía de predicaros el Evangelio de Dios entre
frecuentes luchas. Nuestra exhortación no procede del error, ni de la impureza
ni con engaño, sino que así como hemos sido juzgados aptos por Dios para
confiarnos el Evangelio, así lo predicamos, no buscando agradar a los hombres,
sino a Dios.
V.
Guardaron los preceptos del Señor.
R.
Las normas y mandatos que les ordenó.
ORACIÓN
OREMOS.
Señor
Dios, que elegiste a san Lucas para que, con su predicación y sus escritos,
revelara al mundo tu amor hacia los pobres, concede a quienes nos gloriamos de
ser cristianos vivir unidos con un solo corazón y una sola alma y haz que todos
los pueblos lleguen a contemplar a tu Salvador. Él, que vive y reina por los
siglos de los siglos.
Amén.
CONCLUSIÓN
V.
Bendigamos al Señor.
R.
Demos gracias a Dios.
HORA NONA
INVOCACIÓN
INICIAL
V.
Dios mío, ven en mi auxilio
R.
Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno:
DANOS, SEÑOR, LA FIRME VOLUNTAD
Danos,
Señor, la firme voluntad,
compañera
y sostén de la virtud,
que
sabe en la fatiga hallar quietud
y
en medio de las sombras claridad:
La
que trueca en tesón la veleidad,
y
el ocio en perennal solicitud,
y
las ásperas fiebres en salud
y
los torpes engaños en verdad.
Y
así conseguirá mi corazón
que
los favores que a tu amor debí
le
ofrezcan algún fruto en galardón.
Y
aún tú, Señor, conseguirás así
que
no llegue a romper mi confusión
la
imagen tuya que pusiste en mi. Amén.
SALMODIA
Ant
1. Mucha paz tienen, Señor, los que aman tus leyes.
Salmo
118, 161-168
Los
nobles me perseguían sin motivo,
pero
mi corazón respetaba tus palabras;
yo
me alegraba con tu promesa,
como
el que encuentra un rico botín;
detesto
y aborrezco la mentira,
y
amo tu voluntad.
Siete
veces al día te alabo
por
tus justos mandamientos;
mucha
paz tienen los que aman tus leyes,
y
nada los hace tropezar;
aguardo
tu salvación, Señor,
y
cumplo tus mandatos.
Mi
alma guarda tus preceptos
y
los ama intensamente;
guardo
tus decretos,
y
tú tienes presente mis caminos.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Mucha paz tienen, Señor, los que aman tus leyes.
Ant
2. El grupo de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma.
Salmo
132 - FELICIDAD DE LA CONCORDIA FRATERNA
Ved
qué paz y qué alegría,
convivir
los hermanos unidos.
Es
ungüento precioso en la cabeza,
que
va bajando por la barba,
que
baja por la barba de Aarón,
hasta
la franja de su ornamento.
Es
rocío del Hermón, que va bajando
sobre
el monte Sión.
Porque
allí manda el Señor la bendición:
la
vida para siempre.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
El grupo de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma.
Ant
3. Defiéndeme de la mano perversa, Señor Dios, mi fuerte salvador.
Salmo
139, 1-9. 13-14 - TÚ ERES MI REFUGIO
Líbrame,
Señor, del malvado,
guárdame
del hombre violento,
que
planean maldades en su corazón
y
todo el día provocan contiendas;
afilan
sus lenguas como serpientes,
con
veneno de víboras en los labios.
Defiéndeme,
Señor, de la mano perversa,
guárdame
de los hombres violentos,
que
preparan zancadillas a mis pasos.
Los
soberbios me esconden trampas;
los
perversos me tienden una red
y
por el camino me colocan lazos.
Pero
yo digo al Señor: «Tú eres mi Dios»;
Señor,
atiende a mis gritos de socorro;
Señor
Dios, mi fuerte salvador,
que
cubres mi cabeza el día de la batalla.
Señor,
no le concedas sus deseos al malvado,
no
des éxito a sus proyectos.
Yo
sé que el Señor hace justicia al afligido
y
defiende el derecho del pobre.
Los
justos alabarán tu nombre,
los
honrados habitarán en tu presencia.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Defiéndeme de la mano perversa, Señor Dios, mi fuerte salvador.
LECTURA
BREVE 2Tm 1, 8b-9
Comparte
valientemente conmigo los sufrimientos por la causa del Evangelio, apoyado en
el poder de Dios, que nos ha salvado y nos ha llamado con santa llamada, no
según nuestras obras, sino según su propio propósito y su gracia, que nos dió
con Cristo Jesús.
V.
Estad alegres, dice el Señor.
R.
Porque vuestros nombres están inscritos en el cielo.
ORACIÓN
OREMOS.
Señor
Dios, que elegiste a san Lucas para que, con su predicación y sus escritos,
revelara al mundo tu amor hacia los pobres, concede a quienes nos gloriamos de
ser cristianos vivir unidos con un solo corazón y una sola alma y haz que todos
los pueblos lleguen a contemplar a tu Salvador. Él, que vive y reina por los
siglos de los siglos.
Amén.
CONCLUSIÓN
V.
Bendigamos al Señor.
R.
Demos gracias a Dios.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN
INICIAL
V.
Dios mío, ven en mi auxilio
R.
Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno:
COLUMNAS DE LA IGLESIA, PIEDRAS VIVAS.
¡Columnas
de la Iglesia, piedras vivas!
¡Apóstoles
de Dios, grito del Verbo!
Benditos
vuestros píes, porque han llegado
para
anunciar la paz al mundo entero.
De
pie en la encrucijada de la vida,
del
hombre peregrino y de los pueblos,
lleváis
agua de Dios a los cansados,
hambre
de Dios lleváis a los hambrientos.
De
puerta en puerta va vuestro mensaje,
que
es verdad y es amor y es Evangelio.
no
temáis, pecadores, que sus manos
son
caricias de paz y de consuelo.
Gracias,
Señor, que el pan de tu palabra
nos
llega por tu amor, pan verdadero;
gracias,
Señor, que el pan de vida nueva
nos
llega por tu amor, partido y tierno. Amén.
SALMODIA
Ant
1. Soy ministro del Evangelio en virtud de la gracia que Dios me ha dado.
Salmo
115 - ACCIÓN DE GRACIAS EN EL TEMPLO.
Tenía
fe, aun cuando dije:
«¡Qué
desgraciado soy!»
Yo
decía en mi apuro:
«Los
hombres son unos mentirosos.»
¿Cómo
pagaré al Señor
todo
el bien que me ha hecho?
Alzaré
la copa de la salvación,
invocando
su nombre.
Cumpliré
al Señor mis votos
en
presencia de todo el pueblo.
Vale
mucho a los ojos del Señor
la
vida de sus fieles.
Señor,
yo soy tu siervo,
siervo
tuyo, hijo de tu esclava:
rompiste
mis cadenas.
Te
ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando
tu nombre, Señor.
Cumpliré
al Señor mis votos
en
presencia de todo el pueblo,
en
el atrio de la casa del Señor,
en
medio de ti, Jerusalén.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Soy ministro del Evangelio en virtud de la gracia que Dios me ha dado.
Ant
2. Todo lo hago por el Evangelio, para ser partícipe del mismo.
Salmo
125 - DIOS, ALEGRÍA Y ESPERANZA NUESTRA.
Cuando
el Señor cambió la suerte de Sión,
nos
parecía soñar:
la
boca se nos llenaba de risas,
la
lengua de cantares.
Hasta
los gentiles decían:
«El
Señor ha estado grande con ellos.»
El
Señor ha estado grande con nosotros,
y
estamos alegres.
Que
el Señor cambie nuestra suerte
como
los torrentes del Negueb.
Los
que sembraban con lágrimas
cosechan
entre cantares.
Al
ir, iban llorando,
llevando
la semilla;
al
volver, vuelven cantando,
trayendo
sus gavillas.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Todo lo hago por el Evangelio, para ser partícipe del mismo.
Ant
3. Dios me ha concedido la gracia de evangelizar a los gentiles las insondables
riquezas de Cristo.
Cántico:
EL PLAN DIVINO DE SALVACIÓN - Ef 1, 3-10
Bendito
sea Dios,
Padre
de nuestro Señor Jesucristo,
que
nos ha bendecido en la persona de Cristo
con
toda clase de bienes espirituales y celestiales.
El
nos eligió en la persona de Cristo,
antes
de crear el mundo,
para
que fuésemos consagrados
e
irreprochables ante él por el amor.
Él
nos ha destinado en la persona de Cristo,
por
pura iniciativa suya,
a
ser sus hijos,
para
que la gloria de su gracia,
que
tan generosamente nos ha concedido
en
su querido Hijo,
redunde
en alabanza suya.
Por
este Hijo, por su sangre,
hemos
recibido la redención,
el
perdón de los pecados.
El
tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha
sido un derroche para con nosotros,
dándonos
a conocer el misterio de su voluntad.
Éste
es el plan
que
había proyectado realizar por Cristo
cuando
llegase el momento culminante:
hacer
que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,
las
del cielo y las de la tierra.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Dios me ha concedido la gracia de evangelizar a los gentiles las insondables
riquezas de Cristo.
LECTURA
BREVE Col 1, 3b-6a
Damos
gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, en todo momento, rezando por
vosotros, al oír hablar de vuestra fe en Jesucristo y del amor que tenéis a
todos los santos, por la esperanza que os está reservada en los cielos, sobre
la cual oísteis hablar por la palabra verdadera de la Buena Noticia, que se os
hizo presente, y está dando fruto y prosperando en todo el mundo igual que
entre vosotros.
RESPONSORIO
BREVE
V.
Contad a los pueblos la gloria del Señor.
R.
Contad a los pueblos la gloria del Señor.
V.
Sus maravillas a todas las naciones.
R.
La gloria del Señor.
V.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R.
Contad a los pueblos la gloria del Señor.
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant.
El bienaventurado evangelista Lucas, escriba de la mansedumbre de Cristo,
merece las alabanzas de la Iglesia.
Cántico
de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama
mi alma la grandeza del Señor,
se
alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque
ha mirado la humillación de su esclava.
Desde
ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque
el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su
nombre es santo,
y
su misericordia llega a sus fieles
de
generación en generación.
El
hace proezas con su brazo:
dispersa
a los soberbios de corazón,
derriba
del trono a los poderosos
y
enaltece a los humildes,
a
los hambrientos los colma de bienes
y
a los ricos los despide vacíos.
Auxilia
a Israel, su siervo,
acordándose
de su misericordia
-como
lo había prometido a nuestros padres-
en
favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
El bienaventurado evangelista Lucas, escriba de la mansedumbre de Cristo,
merece las alabanzas de la Iglesia.
PRECES
Invoquemos
a Dios, fuente de toda luz, que por medio del Evangelio de su Hijo nos ha
llamado a la fe verdadera, y oremos por su pueblo santo, diciendo:
Acuérdate,
Señor, de tu Iglesia.
Padre
santo, que sacaste de entre los muertos a Jesús, gran pastor de las ovejas,
haz
que nosotros seamos testigos de Cristo hasta los confines del mundo.
Tú
que enviaste a tu Hijo al mundo para dar la Buena Noticia a los pobres,
haz
que el Evangelio sea proclamado a toda la creación.
Tú
que enviaste a tu Hijo a sembrar la semilla de la palabra,
haz
que, sembrando también tu palabra con nuestro esfuerzo, recojamos sus frutos
con alegría.
Tú
que enviaste a tu Hijo para que reconciliara el mundo contigo,
haz
que también nosotros cooperemos a la reconciliación de los hombres.
Se
pueden añadir algunas intenciones libres
Tú
que quisiste que tu Hijo resucitara el primero de entre los muertos,
concede
a todos los que son de Cristo resucitar con él, el día de su venida.
Oremos
ahora al Padre, como Jesús enseñó a los apóstoles:
Padre
nuestro...
ORACION
Señor
Dios, que elegiste a san Lucas para que, con su predicación y sus escritos,
revelara al mundo tu amor hacia los pobres, concede a quienes nos gloriamos de
ser cristianos vivir unidos con un solo corazón y una sola alma y haz que todos
los pueblos lleguen a contemplar a tu Salvador. Él, que vive y reina contigo en
la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V.
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R.
Amén.
COMPLETAS
(Oración antes del descanso nocturno)
INVOCACIÓN
INICIAL
V.
Dios mío, ven en mi auxilio
R.
Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
EXAMEN
DE CONCIENCIA
Hermanos,
habiendo llegado al final de esta jornada que Dios nos ha concedido,
reconozcamos sinceramente nuestros pecados.
Yo
confieso ante Dios todopoderoso
y
ante vosotros, hermanos,
que
he pecado mucho
de
pensamiento, palabra, obra y omisión:
por
mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por
eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a
los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos,
que
intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor.
V.
El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados
y nos lleve a la vida eterna.
R.
Amén.
Himno:
CRISTO, SEÑOR DE LA NOCHE
Cristo,
Señor de la noche,
que
disipas las tinieblas:
mientras
los cuerpos reposan,
se
tú nuestro centinela.
Después
de tanta fatiga,
después
de tanta dureza,
acógenos
en tus brazos
y
danos noche serena.
Si
nuestros ojos se duermen,
que
el alma esté siempre en vela;
en
paz cierra nuestros párpados
para
que cesen las penas.
Y
que al despuntar el alba,
otra
vez con fuerzas nuevas,
te
demos gracias, oh Cristo,
por
la vida que comienza. Amén.
SALMODIA
Ant
1. Tú, Señor, eres clemente y rico en misericordia.
Salmo
85 - ORACIÓN DE UN POBRE ANTE LAS DIFICULTADES.
Inclina
tu oído, Señor; escúchame,
que
soy un pobre desamparado;
protege
mi vida, que soy un fiel tuyo;
salva
a tu siervo, que confía en ti.
Tú
eres mi Dios, piedad de mí, Señor,
que
a ti te estoy llamando todo el día;
alegra
el alma de tu siervo,
pues
levanto mi alma hacia ti;
porque
tú, Señor, eres bueno y clemente,
rico
en misericordia con los que te invocan.
Señor,
escucha mi oración,
atiende
a la voz de mi súplica.
En
el día del peligro te llamo,
y
tú me escuchas.
No
tienes igual entre los dioses, Señor,
ni
hay obras como las tuyas.
Todos
los pueblos vendrán
a
postrarse en tu presencia, Señor;
bendecirán
tu nombre:
«Grande
eres tú, y haces maravillas;
tú
eres el único Dios.»
Enséñame,
Señor, tu camino,
para
que siga tu verdad;
mantén
mi corazón entero
en
el temor de tu nombre.
Te
alabaré de todo corazón, Dios mío;
daré
gloria a tu nombre por siempre,
por
tu grande piedad para conmigo,
porque
me salvaste del abismo profundo.
Dios
mío, unos soberbios se levantan contra mí,
una
banda de insolentes atenta contra mi vida,
sin
tenerte en cuenta a ti.
Pero
tú, Señor, Dios clemente y misericordioso,
lento
a la cólera, rico en piedad y leal,
mírame,
ten compasión de mí.
Da
fuerza a tu siervo,
salva
al hijo de tu esclava;
dame
una señal propicia,
que
la vean mis adversarios y se avergüencen,
porque
tú, Señor, me ayudas y consuelas.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Tú, Señor, eres clemente y rico en misericordia.
LECTURA
BREVE 1Ts 5, 9-10
Dios
nos ha puesto para obtener la salvación por nuestro Señor Jesucristo, que murió
por nosotros, para que, velando o durmiendo, vivamos junto con él.
RESPONSORIO
BREVE
V.
En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
R.
En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
V.
Tú, el Dios leal, nos librarás.
R.
Te encomiendo mi espíritu.
V.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R.
En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant.
Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con
Cristo y descansemos en paz.
CÁNTICO
DE SIMEÓN Lc 2, 29-32
Ahora,
Señor, según tu promesa,
puedes
dejar a tu siervo irse en paz,
porque
mis ojos han visto a tu Salvador,
a
quien has presentado ante todos los pueblos
luz
para alumbrar a las naciones
y
gloria de tu pueblo Israel.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con
Cristo y descansemos en paz.
ORACION
OREMOS,
Concede,
Señor, a nuestros cuerpos fatigados el descanso necesario, y haz que la
simiente del reino que con nuestro trabajo hemos sembrado hoy crezca y germine
para la cosecha de la vida eterna. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
BENDICIÓN
V.
El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte.
R.
Amén.
ANTIFONA
FINAL DE LA SANTISIMA VIRGEN
Bajo
tu amparo nos acogemos,
santa
Madre de Dios,
no
desprecies las oraciones
que
te dirigimos en nuestras necesidades,
antes
bien líbranos de todo peligro,
oh
Virgen gloriosa y bendita.
Gracias por su gran esfuerzo al compartir la liturgia de las horas, para mí es muy útil.
ResponderEliminarDios pague su bondad al ciento por uno.