Del Propio del
Tiempo. Salterio IV
OFICIO
DE LECTURA
INVITATORIO
Si ésta es la
primera oración del día:
V. Señor abre mis
labios
R. Y mi boca
proclamará tu alabanza
Se añade el Salmo
del Invitatorio con la siguiente antífona:
Ant. Ojalá
escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón.»
Salmo 94
INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos
al Señor,
demos vítores a la
Roca que nos salva;
entremos a su
presencia dándole gracias,
aclamándolo con
cantos.
Porque el Señor es
un Dios grande,
soberano de todos
los dioses:
tiene en su mano
las simas de la tierra,
son suyas las
cumbres de los montes;
suyo es el mar,
porque él lo hizo,
la tierra firme
que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos
por tierra,
bendiciendo al
Señor, creador nuestro.
Porque él es
nuestro Dios,
y nosotros su
pueblo,
el rebaño que él
guía.
Ojalá escuchéis
hoy su voz:
«No endurezcáis el
corazón como en Meribá,
como el día de
Masá en el desierto;
cuando vuestros
padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí,
aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta
años
aquella generación
me repugnó, y dije:
Es un pueblo de
corazón extraviado,
que no reconoce mi
camino;
por eso he jurado
en mi cólera
que no entrarán en
mi descanso»
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Ojalá
escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón.»
Si antes se ha rezado
ya alguna otra Hora:
V. Dios mío, ven
en mi auxilio
R. Señor, date
prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno: ¿QUÉ TENGO
YO QUE MI AMISTAD PROCURAS?
¿Qué tengo yo que
mi amistad procuras?
¿Qué interés se te
sigue, Jesús mío,
que a mi puerta,
cubierto de rocío,
pasas las noches
del invierno oscuras?
¡Oh, cuánto fueron
mis entrañas duras,
pues no te abrí!
¡Qué extraño desvarío
si de mi ingratitud
el hielo frío
secó las llagas de
tus plantas puras!
¡Cuántas veces el
ángel me decía:
«Alma, asómate
ahora a la ventana,
verás con cuánto
amor llamar porfía!»
y ¡cuántas,
hermosura soberana:
«Mañana le
abriremos», respondía,
para lo mismo
responder mañana! Amén.
SALMODIA
Ant 1. El Señor
los rescató de la opresión.
Salmo 77 - BONDAD
DE DIOS E INFIDELIDAD DEL PUEBLO ATRAVÉS DE LA HISTORIA DE LA SALVACIÓN
IV
¡Qué rebeldes
fueron en el desierto,
enojando a Dios en
la estepa!
Volvían a tentar a
Dios,
a irritar al Santo
de Israel,
sin acordarse de
aquella mano
que un día los
rescató de la opresión:
cuando hizo
prodigios en Egipto,
portentos en el
campo de Soán;
cuando convirtió
en sangre los canales
y los arroyos,
para que no bebieran;
cuando les mandó
tábanos que les picasen,
y ranas que los
hostigasen;
cuando entregó a
la langosta sus cosechas,
y al saltamontes
el fruto de sus sudores;
cuando aplastó con
granizo sus viñedos,
y con escarcha sus
higueras,
cuando entregó sus
ganados al pedrisco,
y al rayo sus
rebaños;
cuando lanzó
contra ellos el incendio de su ira,
su cólera, su
furor, su indignación,
y, despachando a
los siniestros mensajeros,
dio curso libre a
su ira:
no los salvó de la
muerte,
entregó sus vidas
a la peste;
cuando hirió a los
primogénitos en Egipto,
a las primicias de
la virilidad en las tiendas de Cam.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor los
rescató de la opresión.
Ant 2. Los hizo
llegar el Señor hasta el monte que su diestra había adquirido.
Salmo 77 V
Sacó como un
rebaño a su pueblo,
los guió como un
hato por el desierto,
los condujo
seguros, sin alarmas,
mientras el mar
cubría a sus enemigos;
los hizo entrar
por las santas fronteras
hasta el monte que
su diestra había adquirido;
ante ellos rechazó
a las naciones,
les asignó por
suerte su heredad:
instaló en sus
tiendas a las tribus de Israel.
Pero ellos
tentaron a Dios Altísimo y se rebelaron,
negándose a
guardar sus preceptos;
desertaron y
traicionaron como sus padres,
fallaron como un
arco engañoso;
con sus altozanos
lo irritaban,
con sus ídolos
provocaban sus celos.
Dios lo oyó y se
indignó,
y rechazó totalmente
a Israel;
abandonó su morada
de Silo,
la tienda en que
habitaba con los hombres;
abandonó sus
valientes al cautiverio,
su orgullo a las
manos enemigas;
entregó su pueblo
a la espada,
encolerizado
contra su heredad;
el fuego devoraba
a los jóvenes,
y las novias ya no
tenían cantos;
los sacerdotes
caían a espada,
y sus viudas no
los lloraban.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Los hizo
llegar el Señor hasta el monte que su diestra había adquirido.
Ant 3. Escogió a
la tribu de Judá y eligió a David, su siervo, para pastorear a Israel, su
heredad.
Salmo 77 VI
Pero el Señor se
despertó como de un sueño,
como un soldado
vencido por el vino:
hirió al enemigo
en la espalda,
infligiéndole una
derrota perdurable.
Repudió las
tiendas de José,
no escogió la
tribu de Efraím;
escogió la tribu
de Judá
y el monte Sión,
su preferido.
Construyó su
santuario como el cielo,
como a la tierra
lo cimentó para siempre.
Escogió a David,
su siervo,
lo sacó de los
apriscos del rebaño;
de andar tras las
ovejas, lo llevó
a pastorear a su
pueblo Jacob,
a Israel, su
heredad.
Los pastoreó con
corazón íntegro,
los guiaba con
mano inteligente.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Escogió a la
tribu de Judá y eligió a David, su siervo, para pastorear a Israel, su heredad.
V. El que obra la
verdad viene a la luz.
R. Y sus obras
quedan de manifiesto.
PRIMERA LECTURA
Del libro del
Deuteronomio 5, 1-22
EL DECÁLOGO
En aquellos días,
Moisés convocó a los israelitas y les dijo:
«Escucha, Israel,
los mandatos y decretos que hoy te enseño para que los aprendáis, los guardéis
y los pongáis en práctica. El Señor, nuestro Dios, hizo alianza con nosotros en
el Horeb. No hizo esa alianza con nuestros padres, sino con nosotros, con los
que estamos vivos hoy, aquí. Cara a cara habló el Señor con vosotros en la
montaña, desde el fuego. Yo mediaba entonces entre el Señor y vosotros,
anunciándoos la palabra del Señor, porque os daba miedo aquel fuego y no
subisteis a la montaña.
El Señor dijo:
"Yo soy el Señor, tu Dios. Yo te saqué de Egipto, de la esclavitud.
No tendrás otros
dioses frente a mí.
No te harás
ídolos: figura alguna de lo que hay arriba en el cielo, abajo en la tierra o en
el agua debajo de la tierra. No te postrarás ante ellos ni les darás culto,
porque yo, el Señor, tu Dios, soy un dios celoso: castigo el pecado de los
padres en los hijos, nietos y bisnietos cuando me aborrecen. Pero actúo con
lealtad por mil generaciones cuando me aman y guardan mis preceptos.
No pronunciarás el
nombre del Señor, tu Dios, en falso, porque no dejará el Señor impune a quien
pronuncie su nombre en falso.
Guarda el día del
sábado, santificándolo, como el Señor, tu Dios, te ha mandado. Durante seis
días trabaja y haz tus tareas; pero el día séptimo es día de descanso dedicado
al Señor, tu Dios. No harás trabajo alguno, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni
tu esclavo, ni tu esclava, ni tu buey, ni tu asno, ni tu ganado, ni el
forastero que viva en tus ciudades, para que descansen como tú el esclavo y la
esclava. Recuerda que fuiste esclavo en Egipto y que te sacó de allí el Señor,
tu Dios, con mano fuerte y con brazo extendido. Por eso te manda el Señor, tu
Dios, guardar el día del sábado.
Honra a tu padre y
a tu madre, como te mandó el Señor; así se prolongarán tus días y te irá bien
en la tierra que el Señor, tu Dios, te va a dar.
No matarás.
Ni cometerás
adulterio.
Ni robarás.
Ni darás
testimonio falso contra tu prójimo.
Ni pretenderás la
mujer de tu prójimo. Ni codiciarás su casa, ni sus tierras, ni su esclavo, ni
su esclava, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de él." Éstos son los
mandamientos que el Señor pronunció con voz potente ante toda vuestra asamblea,
en la montaña, desde el fuego y los nubarrones. Y, sin añadir más, los grabó en
dos losas de piedra y me las entregó.»
RESPONSORIO
Sal 18, 8. 9; Rm 13, 8. 10
R. La ley del
Señor es perfecta y es descanso del alma; el precepto del Señor es fiel e
instruye al ignorante. * La norma del Señor es límpida y da luz a los ojos.
V. Quien ama al
prójimo ya ha cumplido la ley, pues amar es cumplir la ley entera.
R. La norma del
Señor es límpida y da luz a los ojos.
SEGUNDA LECTURA
Del Tratado de san
Ireneo, obispo, Contra las herejías
(Libro 4. 13--14,
1: SC 100,534-540)
NUESTRA AMISTAD
CON DIOS
Nuestro Señor,
aquel que es la Palabra de Dios, primero nos ganó como siervos de Dios, mas
para liberarnos después, tal como dice a sus discípulos: Ya no os llamo siervos,
porque el siervo no sabe lo que hace su señor; os he llamado amigos, porque
todo cuanto me ha comunicado el Padre os lo he dado a conocer. Y la amistad
divina es causa de inmortalidad para todos los que entran en ella.
Así, pues, en el
principio Dios plasmó a Adán, no porque tuviese necesidad del hombre, sino para
tener en quien depositar sus beneficios. Pues no sólo antes de la creación de
Adán, sino antes de toda creación, el que es la Palabra glorificaba a su Padre,
permaneciendo en él, y él, a su vez, era glorificado por el Padre, como afirma
él mismo: Glorifícame tú, Padre, con la gloria que tenía junto a ti antes que
el mundo existiese.
Y si nos mandó
seguirlo no es porque necesite de nuestros servicios, sino para que nosotros
alcancemos así la salvación. Seguir al Salvador, en efecto, es beneficiarse de
la salvación, y seguir a la Luz es recibir la luz. Pues los que están en la luz
no son los que iluminan a la luz, sino que la luz los ilumina y esclarece a
ellos, ya que ellos nada le añaden, sino que son ellos los que se benefician de
la luz.
Del mismo modo, el
servir a Dios nada le añade a Dios, ni tiene Dios necesidad alguna de nuestra
sumisión; es él, por el contrario, quien da la vida, la incorrupción y la
gloria eterna a los que lo siguen y sirven, beneficiándolos por el hecho de
seguirlo y servirlo, sin recibir de ellos beneficio alguno, ya que es en sí
mismo rico, perfecto, sin que nada le falte.
La razón, pues,
por la que Dios desea que los hombres lo sirvan es su bondad y misericordia,
por las que quiere beneficiar a los que perseveran en su servicio, pues, si
Dios no necesita de nadie, el hombre, en cambio, necesita de la comunión con
Dios.
En esto consiste
la gloria del hombre, en perseverar y permanecer en el servicio de Dios. Por
esto el Señor decía a sus discípulos: No me habéis elegido vosotros a mí, sino
que yo os he elegido a vosotros, queriendo indicar que no eran ellos los que lo
glorificaban al seguirlo, sino que, siguiendo al Hijo de Dios, él los glorificaba
a ellos. Por esto añade: Quiero que ellos estén conmigo allí donde yo esté,
para que contemplen mi gloria.
RESPONSORIO
Dt 10, 12; Mt 22, 38
R. ¿Qué es lo que
te exige el Señor, tu Dios? * Que temas al Señor, tu Dios, y lo ames, que
sirvas al Señor, tu Dios, con todo el corazón y con toda el alma.
V. Éste es el
principal y el primero de los mandamientos.
R. Que temas al
Señor, tu Dios, y lo ames, que sirvas al Señor, tu Dios, con todo el corazón y
con toda el alma.
ORACIÓN.
OREMOS,
Dios todopoderoso
y eterno, mira compasivo nuestra debilidad y extiende sobre nosotros tu mano
para protegernos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los
siglos.
Amén
CONCLUSIÓN
V. Bendigamos al
Señor.
R. Demos gracias a
Dios.
LAUDES
(Oración de la
mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es
la primera oración del día
se sigue el
esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor abre mis
labios
R. Y mi boca
proclamará tu alabanza
Ant. Ojalá
escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón.»
Salmo 94
INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos
al Señor,
demos vítores a la
Roca que nos salva;
entremos a su
presencia dándole gracias,
aclamándolo con
cantos.
Porque el Señor es
un Dios grande,
soberano de todos
los dioses:
tiene en su mano
las simas de la tierra,
son suyas las
cumbres de los montes;
suyo es el mar,
porque él lo hizo,
la tierra firme
que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos
por tierra,
bendiciendo al
Señor, creador nuestro.
Porque él es
nuestro Dios,
y nosotros su
pueblo,
el rebaño que él
guía.
Ojalá escuchéis
hoy su voz:
«No endurezcáis el
corazón como en Meribá,
como el día de
Masá en el desierto;
cuando vuestros
padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí,
aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta
años
aquella generación
me repugnó, y dije:
Es un pueblo de
corazón extraviado,
que no reconoce mi
camino;
por eso he jurado
en mi cólera
que no entrarán en
mi descanso»
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Ojalá
escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón.»
Himno: LOS HOMBROS
TRAIGO CARGADOS.
Los hombros traigo
cargados
de graves culpas,
mi Dios;
dadme esas
lágrimas vos
y tomad estos
pecados.
Yo soy quien ha de
llorar,
por ser acto de
flaqueza;
que no hay en
naturaleza
más flaqueza que
el pecar.
Y, pues andamos
trocados,
que yo peco y
lloráis vos,
dadme esas
lágrimas vos
y tomad estos
pecados.
Vos sois quien
cargar se puede
estas mis culpas
mortales,
que la menor
destas tales
a cualquier peso
excede;
y, pues que son
tan pesados
aquestos yerros,
mi Dios,
dadme esas
lágrimas vos
y tomad estos
pecados.
Al Padre, al Hijo,
al Amor,
alegres cantad,
criaturas,
y resuene en las
alturas
toda gloria y todo
honor. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Es bueno
tocar para tu nombre, oh altísimo, y proclamar por la mañana tu misericordia.
Salmo 91 -
ALABANZA A DIOS QUE CON SABIDURÍA Y JUSTICIA DIRIGE LA VIDA DE LOS HOMBRES.
Es bueno dar
gracias al Señor
y tocar para tu
nombre, oh Altísimo,
proclamar por la
mañana tu misericordia
y de noche tu
fidelidad,
con arpas de diez
cuerdas y laúdes
sobre arpegios de
cítaras.
Tus acciones,
Señor, son mi alegría,
y mi júbilo, las
obras de tus manos.
¡Qué magníficas
son tus obras, Señor,
qué profundos tus
designios!
El ignorante no
los entiende
ni el necio se da
cuenta.
Aunque germinen
como hierba los malvados
y florezcan los
malhechores,
serán destruidos
para siempre.
Tú, en cambio,
Señor,
eres excelso por
los siglos.
Porque tus enemigos,
Señor, perecerán,
los malhechores
serán dispersados;
pero a mí me das
la fuerza de un búfalo
y me unges con
aceite nuevo.
Mis ojos no
temerán a mis enemigos,
mis oídos
escucharán su derrota.
El justo crecerá
como una palmera
y se alzará como
un cedro del Líbano:
plantado en la
casa del Señor,
crecerá en los
atrios de nuestro Dios;
en la vejez
seguirá dando fruto
y estará lozano y
frondoso,
para proclamar que
el Señor es justo,
que en mi Roca no
existe la maldad.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Es bueno
tocar para tu nombre, oh altísimo, y proclamar por la mañana tu misericordia.
Ant 2. Os daré un
corazón nuevo y os infundiré un espíritu nuevo.
Cántico: DIOS
RENOVARÁ A SU PUEBLO - Ez 36, 24-28
Os recogeré de
entre las naciones,
os reuniré de
todos los países,
y os llevaré a
vuestra tierra.
Derramaré sobre
vosotros un agua pura
que os purificará:
de todas vuestras
inmundicias e idolatrías
os he de
purificar;
y os daré un
corazón nuevo,
y os infundiré un
espíritu nuevo;
arrancaré de
vuestra carne el corazón de piedra,
y os daré un
corazón de carne.
Os infundiré mi
espíritu,
y haré que caminéis
según mis preceptos,
y que guardéis y
cumpláis mis mandatos.
Y habitaréis en la
tierra que di a vuestros padres.
Vosotros seréis mi
pueblo
y yo seré vuestro
Dios.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Os daré un
corazón nuevo y os infundiré un espíritu nuevo.
Ant 3. De la boca
de los niños de pecho, Señor, has sacado una alabanza.
Salmo 8 MAJESTAD
DEL SEÑOR Y DIGNIDAD DEL HOMBRE.
Señor, dueño nuestro,
¡que admirable es
tu nombre
en toda la tierra!
Ensalzaste tu
majestad sobre los cielos.
De la boca de los
niños de pecho
has sacado una
alabanza contra tus enemigos,
para reprimir al
adversario y al rebelde.
Cuando contemplo
el cielo, obra de tus manos;
la luna y las
estrellas que has creado,
¿qué es el hombre,
para que te acuerdes de él;
el ser humano,
para darle poder?
Lo hiciste poco
inferior a los ángeles,
lo coronaste de
gloria y dignidad,
le diste el mando
sobre las obras de tus manos,
todo lo sometiste
bajo sus pies:
rebaños de ovejas
y toros,
y hasta las
bestias del campo,
las aves del
cielo, los peces del mar,
que trazan sendas
por las aguas.
Señor, dueño
nuestro,
¡que admirable es
tu nombre
en toda la tierra!
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. De la boca de
los niños de pecho, Señor, has sacado una alabanza.
LECTURA BREVE
Is 1, 16-18
«Lavaos, purificaos,
apartad de mi vista vuestras malas acciones. Cesad de obrar mal, aprended a
obrar bien; buscad lo que es justo, haced justicia al oprimido, defended al
huérfano, proteged a la viuda. Entonces, venid, y litigaremos -dice el Señor-.
Aunque vuestros pecados sean como la grana, blanquearán como la nieve; aunque
sean rojos como escarlata, quedarán blancos como lana.»
RESPONSORIO BREVE
V. Él me librará
de la red del cazador.
R. Él me librará
de la red del cazador.
V. Me cubrirá con
su plumaje.
R. Él me librará
de la red del cazador.
V. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Él me librará
de la red del cazador.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Atesorad
tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni herrumbre que los corroa.
Cántico de Zacarías.
EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc 1, 68-79
Bendito sea el
Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado
y redimido a su pueblo.
suscitándonos una
fuerza de salvación
en la casa de
David, su siervo,
según lo había
predicho desde antiguo
por boca de sus
santos profetas:
Es la salvación
que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de
todos los que nos odian;
ha realizado así
la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su
santa alianza
y el juramento que
juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos
que, libres de temor,
arrancados de la
mano de los enemigos,
le sirvamos con
santidad y justicia,
en su presencia,
todos nuestros días.
Y a ti, niño, te
llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás
delante del Señor
a preparar sus
caminos,
anunciando a su
pueblo la salvación,
el perdón de sus
pecados.
Por la entrañable
misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el
sol que nace de lo alto,
para iluminar a
los que viven en tiniebla
y en sombra de
muerte,
para guiar
nuestros pasos
por el camino de
la paz.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Atesorad
tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni herrumbre que los corroa.
PRECES
Demos gracias
siempre y en todo lugar a Cristo, nuestro Salvador, y supliquémosle, diciendo:
Ayúdanos, Señor,
con tu gracia.
Concédenos guardar
sin mancha nuestros cuerpos,
para que el
Espíritu Santo pueda habitar en ellos.
Desde el comienzo
del día acrecienta en nosotros el amor a nuestros hermanos
y el deseo de
cumplir tu voluntad en todas las acciones de esta jornada.
Danos hambre del
alimento que perdura y da vida eterna,
y que tú
diariamente nos proporcionas.
Que interceda por
nosotros tu santísima Madre, refugio de pecadores,
para que
obtengamos el perdón de nuestros pecados.
Se pueden añadir
algunas intenciones libres
Pidamos al Padre
que nos libre de todo mal, repitiendo la oración que Cristo nos enseñó:
Padre nuestro...
ORACION
Dios todopoderoso
y eterno, mira compasivo nuestra debilidad y extiende sobre nosotros tu mano
para protegernos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los
siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos
bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
HORA
TERCIA
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven
en mi auxilio
R. Señor, date
prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno: COMO EL
FUEGO CALCINA
Como el fuego
calcina
la madera reseca,
cuando el pecado
nos domina,
Espíritu de Dios,
purifícanos.
Como el río
derrama
por la tierra sus
aguas
y hay flor y fruto
en la rama,
Espíritu de Dios,
vivifícanos.
Como tu fuerte
viento
hizo en el mar
camino,
cuando haya duda y
desaliento,
Espíritu de Dios,
ayúdanos.
Luz, Amor, Viento,
Fuego,
los caminos de
éxodo
enseña al hombre
pobre y ciego.
Espíritu de Dios,
condúcenos. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Han llegado
los días de penitencia; expiemos nuestros pecados y salvaremos nuestras almas.
Salmo 119 - DESEO
DE LA PAZ
En mi aflicción
llamé al Señor,
y él me respondió.
Líbrame, Señor, de
los labios mentirosos,
de la lengua
traidora.
¿Qué te va a dar o
a mandar Dios,
lengua traidora?
Flechas de
arquero, afiladas
con ascuas de
retama.
¡Ay de mí,
desterrado en Masac,
acampado en Cadar!
Demasiado llevo
viviendo
con los que odian
la paz;
cuando yo digo:
«Paz»,
ellos dicen:
«Guerra».
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 120 - EL
GUARDIÁN DEL PUEBLO.
Levanto mis ojos a
los montes:
¿de dónde me
vendrá el auxilio?
El auxilio me
viene del Señor,
que hizo el cielo
y la tierra.
No permitirá que
resbale tu pie,
tu guardián no
duerme;
no duerme ni
reposa
el guardián de
Israel.
El Señor te guarda
a su sombra,
está a tu derecha;
de día el sol no
te hará daño,
ni la luna de
noche.
El Señor te guarda
de todo mal,
él guarda tu alma;
el Señor guarda
tus entradas y salidas,
ahora y por
siempre.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 121 LA
CIUDAD SANTA DE JERUSALÉN
¡Qué alegría
cuando me dijeron:
«Vamos a la casa
del Señor»!
Ya están pisando
nuestros pies
tus umbrales,
Jerusalén.
Jerusalén está
fundada
como ciudad bien
compacta.
Allá suben las
tribus,
las tribus del
Señor,
según la costumbre
de Israel,
a celebrar el
nombre del Señor;
en ella están los
tribunales de justicia
en el palacio de
David.
Desead la paz a
Jerusalén:
«Vivan seguros los
que te aman,
haya paz dentro de
tus muros,
seguridad en tus
palacios.»
Por mis hermanos y
compañeros,
voy a decir: «La
paz contigo.»
Por la casa del
Señor, nuestro Dios,
te deseo todo
bien.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Han llegado
los días de penitencia; expiemos nuestros pecados y salvaremos nuestras almas.
LECTURA BREVE
Ap 3, 19-20
Yo reprendo y
corrijo a cuantos amo. ¡Ánimo, pues, y arrepiéntete! Mira que estoy a la puerta
y llamo; si alguno escucha mi voz y me abre la puerta entraré en su casa,
cenaré con él y él conmigo.
V. Señor, crea en
mí un corazón puro.
R. Renuévame por
dentro con espíritu firme.
ORACIÓN
OREMOS,
Dios todopoderoso
y eterno, mira compasivo nuestra debilidad y extiende sobre nosotros tu mano
para protegernos. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
CONCLUSIÓN
V. Bendigamos al
Señor.
R. Demos gracias a
Dios.
HORA
SEXTA
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven
en mi auxilio
R. Señor, date
prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno: POR EL
PECADO PRIMERO
Por el pecado
primero
entró la muerte a
la vida,
y la muerte fue
vencida
por la vida del
Cordero.
El Padre lo hizo
pecado
para salvar al
caído;
el que nunca había
sufrido
se quiso
crucificado.
La humanidad
pecadora
está bien
representada,
mas la culpa fue
lavada
por la sangre
redentora. Amén.
SALMODIA
Ant 1. «Por mi
vida -dice el Señor-, no me complazco en la muerte del pecador, sino en que
cambie de conducta y viva.»
Salmo 118, 169-176
Que llegue mi
clamor a tu Presencia,
Señor, con tus
palabras dame inteligencia;
que mi súplica
entre en tu presencia,
líbrame según tu
promesa;
de mis labios
brota la alabanza,
porque me
enseñaste tus leyes.
Mi lengua canta tu
fidelidad,
porque todos tus
preceptos son justos;
que tu mano me
auxilie,
ya que prefiero
tus decretos;
ansío tu
salvación, Señor;
tu voluntad es mi
delicia.
Que mi alma viva
para alabarte,
que tus
mandamientos me auxilien;
me extravié como
oveja perdida:
busca a tu siervo,
que no olvida tus mandatos.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 44 I - LAS
NUPCIAS DEL REY.
Me brota del
corazón un poema bello,
recito mis versos
a un rey;
mi lengua es ágil
pluma de escribano.
Eres el más bello
de los hombres,
en tus labios se
derrama la gracia,
el Señor te
bendice eternamente.
Cíñete al flanco
la espada, valiente:
es tu gala y tu
orgullo;
cabalga victorioso
por la verdad y la justicia,
tu diestra te
enseñe a realizar proezas.
Tus flechas son
agudas, los pueblos se te rinden,
se acobardan los
enemigos del rey.
Tu trono, ¡oh
Dios!, permanece para siempre;
cetro de rectitud
es tu cetro real;
has amado la
justicia y odiado la impiedad:
por eso el Señor,
tu Dios, te ha ungido
con aceite de
júbilo entre todos tus compañeros.
A mirra, áloe y
acacia huelen tus vestidos,
desde los palacios
de marfiles te deleitan las arpas.
Hijas de reyes
salen a tu encuentro,
de pie a tu
derecha está la reina
enjoyada con oro
de Ofir.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 44 II
Escucha, hija,
mira: inclina el oído,
olvida tu pueblo y
la casa paterna:
prendado está el
rey de tu belleza,
póstrate ante él,
que él es tu señor.
La ciudad de Tiro
viene con regalos,
los pueblos más
ricos buscan tu favor.
Ya entra la
princesa, bellísima,
vestida de perlas
y brocado;
la llevan ante el
rey, con séquito de vírgenes,
la siguen sus
compañeras:
las traen entre
alegría y algazara,
van entrando en el
palacio real.
«A cambio de tus
padres tendrás hijos,
que nombrarás
príncipes por toda la tierra.»
Quiero hacer
memorable tu nombre
por generaciones y
generaciones,
y los pueblos te
alabarán
por los siglos de
los siglos.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. «Por mi vida
-dice el Señor-, no me complazco en la muerte del pecador, sino en que cambie
de conducta y viva.»
LECTURA BREVE
Is 44, 21-22
Acuérdate de que
eres mi siervo. Yo te formé, siervo mío eres, Israel, no te olvidaré. He
disipado como niebla tus rebeliones, como nube tus pecados: vuelve a mí, que yo
soy tu redentor.
V. Aparta de mi
pecado tu vista.
R. Borra en mí
toda culpa.
ORACIÓN
OREMOS,
Dios todopoderoso
y eterno, mira compasivo nuestra debilidad y extiende sobre nosotros tu mano
para protegernos. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
CONCLUSIÓN
V. Bendigamos al
Señor.
R. Demos gracias a
Dios.
HORA
NONA
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven
en mi auxilio
R. Señor, date
prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno: CADA TARDE
SE NOS VAN LOS DÍAS
Cada tarde se nos
van los días,
y cada tarde el
tiempo pasa;
se acaba nuestra
vida cada tarde
y miramos la
muerte más cercana.
Déjame todavía gozar
el milagro
de tu luz, de tu
sol, de tus albas;
déjame gozar el
milagro de sentirme vivo
y de nacer para ti
cada mañana.
Déjame, Señor,
gozar de tu milagro
al llegar una vez
más la tarde mansa,
porque tú eres el
Dios de nuestras horas,
el Dios oculto de
nuestra esperanza. Amén.
SALMODIA
Ant 1.
Acreditémonos ante Dios por nuestra constancia en las tribulaciones, por
nuestra sed de ser justos.
Salmo 125 - DIOS,
ALEGRÍA Y ESPERANZA NUESTRA.
Cuando el Señor
cambió la suerte de Sión,
nos parecía soñar:
la boca se nos
llenaba de risas,
la lengua de
cantares.
Hasta los gentiles
decían:
«El Señor ha
estado grande con ellos.»
El Señor ha estado
grande con nosotros,
y estamos alegres.
Que el Señor
cambie nuestra suerte
como los torrentes
del Negueb.
Los que sembraban
con lágrimas
cosechan entre
cantares.
Al ir, iban
llorando,
llevando la
semilla;
al volver, vuelven
cantando,
trayendo sus
gavillas.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 126 - EL
ESFUERZO HUMANO ES INÚTIL SIN DIOS.
Si el Señor no
construye la casa,
en vano se cansan
los albañiles;
si el Señor no
guarda la ciudad,
en vano vigilan
los centinelas.
Es inútil que
madruguéis,
que veléis hasta
muy tarde,
los que coméis el
pan de vuestros sudores:
¡Dios lo da a sus
amigos mientras duermen!
La herencia que da
el Señor son los hijos;
una recompensa es
el fruto de las entrañas:
son saetas en mano
de un guerrero
los hijos de la
juventud.
Dichoso el hombre
que llena
con ellas su
aljaba:
no quedará
derrotado cuando litigue
con su adversario
en la plaza.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 127 - PAZ
DOMÉSTICA EN EL HOGAR DEL JUSTO
¡Dichoso el que
teme al Señor
y sigue sus
caminos!
Comerás del fruto
de tu trabajo,
serás dichoso, te
irá bien;
tu mujer, como una
vid fecunda,
en medio de tu
casa;
tus hijos, como
renuevos de olivo,
alrededor de tu
mesa:
ésta es la
bendición del hombre
que teme al Señor.
Que el Señor te
bendiga desde Sión,
que veas la
prosperidad de Jerusalén
todos los días de
tu vida;
que veas a los
hijos de tus hijos.
¡Paz a Israel!
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Acreditémonos
ante Dios por nuestra constancia en las tribulaciones, por nuestra sed de ser
justos.
LECTURA BREVE
Ga 6, 7b-8
De Dios nadie se
burla. Lo que cada uno siembre, eso cosechará. El que siembre en su carne, de
la carne cosechará corrupción; el que siembre en el Espíritu, del Espíritu
cosechará vida eterna.
V. Mi sacrificio
es un espíritu contrito.
R. Un corazón
quebrantado y humillado tú no lo desprecias.
ORACIÓN
OREMOS,
Dios todopoderoso
y eterno, mira compasivo nuestra debilidad y extiende sobre nosotros tu mano
para protegernos. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
CONCLUSIÓN
V. Bendigamos al
Señor.
R. Demos gracias a
Dios.
I
VÍSPERAS
(Oración de la
tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven
en mi auxilio
R. Señor, date
prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno: INSIGNE
DEFENSOR DE NUESTRA CAUSA.
Insigne defensor
de nuestra causa,
Señor y Salvador
del pueblo humano,
acoge nuestras
súplicas humildes,
perdona nuestras
culpas y pecados.
El día con sus
gozos y sus penas
pasó dejando
huellas en el alma,
igual que nuestros
pies en su camino
dejaron en el
polvo sus pisadas.
No dejes de
mirarnos en la noche,
dormida nuestra
vida en su regazo;
vigila el
campamento de los hombres,
camino de tu reino
ya cercano.
Ahuyenta de tu
pueblo la zozobra,
sé nube luminosa
en el desierto,
sé fuerza
recobrada en el descanso,
mañana y horizonte
siempre abierto.
Bendice, Padre
santo, la tarea
del pueblo
caminante en la promesa;
llegados a Emaús,
tu Hijo amado
nos parta el pan y
el vino de la cena. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Con
espíritu humilde y corazón contrito te seamos aceptos; que este sea hoy nuestro
sacrificio, y que sea agradable en tu presencia, Señor, Dios nuestro.
Salmo 140, 1-9 -
ORACIÓN ANTE EL PELIGRO
Señor, te estoy
llamando, ven de prisa,
escucha mi voz
cuando te llamo.
Suba mi oración
como incienso en tu presencia,
el alzar de mis
manos como ofrenda de la tarde.
Coloca, Señor, una
guardia en mi boca,
un centinela a la
puerta de mis labios;
no dejes inclinarse
mi corazón a la maldad,
a cometer crímenes
y delitos;
ni que con los
hombres malvados
participe en
banquetes.
Que el justo me
golpee, que el bueno me reprenda,
pero que el
ungüento del impío no perfume mi cabeza;
yo opondré mi
oración a su malicia.
Sus jefes cayeron
despeñados,
aunque escucharon
mis palabras amables;
como una piedra de
molino, rota por tierra,
están esparcidos
nuestros huesos a la boca de la tumba.
Señor, mis ojos
están vueltos a ti,
en ti me refugio,
no me dejes indefenso;
guárdame del lazo
que me han tendido,
de la trampa de
los malhechores.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Con espíritu
humilde y corazón contrito te seamos aceptos; que este sea hoy nuestro
sacrificio, y que sea agradable en tu presencia, Señor, Dios nuestro.
Ant 2. Entonces
clamarás al Señor y él te responderá, gritarás y él te dirá: «Aquí estoy.»
Salmo 141 -
ORACIÓN DEL HOMBRE ABANDONADO: TU ERES MI REFUGIO
A voz en grito
clamo al Señor,
a voz en grito
suplico al Señor;
desahogo ante él
mis afanes,
expongo ante él mi
angustia,
mientras me va
faltando el aliento.
Pero tú conoces
mis senderos,
y que en el camino
por donde avanzo
me han escondido
una trampa.
Me vuelvo a la
derecha y miro:
nadie me hace
caso;
no tengo adónde
huir,
nadie mira por mi
vida.
A ti grito, Señor;
te digo: «Tú eres
mi refugio
y mi heredad en el
país de la vida.»
Atiende a mis clamores,
que estoy agotado;
líbrame de mis
perseguidores,
que son más
fuertes que yo.
Sácame de la
prisión,
y daré gracias a
tu nombre:
me rodearán los
justos
cuando me
devuelvas tu favor.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Entonces
clamarás al Señor y él te responderá, gritarás y él te dirá: «Aquí estoy.»
Ant 3. Cristo
murió por nuestros pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios;
muerto en la carne, pero vivificado en el espíritu.
Cántico: CRISTO,
SIERVO DE DIOS, EN SU MISTERIO PASCUAL - Flp 2, 6-11
Cristo, a pesar de
su condición divina,
no hizo alarde de
su categoría de Dios,
al contrario, se
anonadó a sí mismo,
y tomó la condición
de esclavo,
pasando por uno de
tantos.
Y así, actuando
como un hombre cualquiera,
se rebajó hasta
someterse incluso a la muerte
y una muerte de
cruz.
Por eso Dios lo
levantó sobre todo
y le concedió el
«Nombre-sobre-todo-nombre»;
de modo que al
nombre de Jesús toda rodilla se doble
en el cielo, en la
tierra, en el abismo
y toda lengua
proclame:
Jesucristo es
Señor, para gloria de Dios Padre.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Cristo murió
por nuestros pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios; muerto
en la carne, pero vivificado en el espíritu.
LECTURA BREVE
2Co 6, 1-4a
Os exhortamos a
que deis pruebas de no haber recibido en vano la gracia de Dios, pues dice él
en la Escritura: «En el tiempo propicio te escuché, y te ayudé en el día de
salvación.» Ahora es el tiempo propicio, ahora es el día de salvación. A nadie
queremos dar nunca motivo de escándalo, a fin de no hacer caer en descrédito
nuestro ministerio, antes al contrario, queremos acreditarnos siempre en todo
como verdaderos servidores de Dios.
RESPONSORIO BREVE
V. Escúchanos,
Señor, y ten piedad, porque hemos pecado contra ti.
R. Escúchanos,
Señor, y ten piedad, porque hemos pecado contra ti.
V. Cristo, oye los
ruegos de los que te suplicamos.
R. Porque hemos
pecado contra ti.
V. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Escúchanos,
Señor, y ten piedad, porque hemos pecado contra ti.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. No sólo de
pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.
Cántico de María.
ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma
la grandeza del Señor,
se alegra mi
espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado
la humillación de su esclava.
Desde ahora me
felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso
ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es
santo,
y su misericordia
llega a sus fieles
de generación en
generación.
El hace proezas
con su brazo:
dispersa a los
soberbios de corazón,
derriba del trono
a los poderosos
y enaltece a los
humildes,
a los hambrientos
los colma de bienes
y a los ricos los
despide vacíos.
Auxilia a Israel,
su siervo,
acordándose de su
misericordia
-como lo había
prometido a nuestros padres-
en favor de
Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. No sólo de
pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.
PRECES
Glorifiquemos a
Cristo, el Señor, que ha querido ser nuestro Maestro, nuestro ejemplo y nuestro
hermano, y supliquémosle, diciendo:
Renueva, Señor, a
tu pueblo.
Cristo, hecho en
todo semejante a nosotros, excepto en el pecado, haz que nos alegremos con los
que se alegran y sepamos llorar con los que están tristes,
para que nuestro
amor crezca y sea verdadero.
Concédenos saciar
tu hambre en los hambrientos
y tu sed en los
sedientos.
Tú que resucitaste
a Lázaro de la muerte,
haz que, por la fe
y la penitencia, los pecadores vuelvan a la vida cristiana.
Haz que todos,
según el ejemplo de la Virgen María y de los santos,
sigan con más
diligencia y perfección tus enseñanzas.
Se pueden añadir
algunas intenciones libres
Concédenos, Señor,
que nuestros hermanos difuntos sean admitidos a la gloria de la
resurrección
y gocen
eternamente de tu amor.
Pidamos a nuestro
Padre que nos dé la fuerza que necesitamos para no caer en la tentación:
Padre nuestro...
ORACION
Te pedimos, Señor
todopoderoso, que las celebraciones y las penitencias de esta Cuaresma nos ayuden
a progresar en el camino de nuestra conversión: así conoceremos mejor y
viviremos con mayor plenitud las riquezas inagotables del misterio de Cristo.
Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos
bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
COMPLETAS
(Oración antes del
descanso nocturno)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven
en mi auxilio
R. Señor, date
prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
EXAMEN DE
CONCIENCIA
Hermanos, habiendo
llegado al final de esta jornada que Dios nos ha concedido, reconozcamos
sinceramente nuestros pecados.
Yo confieso ante
Dios todopoderoso
y ante vosotros,
hermanos,
que he pecado
mucho
de pensamiento,
palabra, obra y omisión:
por mi culpa, por
mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso ruego a
santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a
los santos y a vosotros, hermanos,
que intercedáis
por mí ante Dios, nuestro Señor.
V. El Señor
todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos
lleve a la vida eterna.
R. Amén.
Himno: TÚ, A QUIEN
HE BUSCADO, SEÑOR
Tú, a quien he
buscado, Señor,
en este día,
a quien he
escuchado,
dame el reposo de
esta noche.
Tú, a quien he
cantado, Señor,
en este día,
a quien he orado,
dame el reposo de
esta noche.
Tú, a quien yo he
negado, Señor,
en este día,
a quien he amado,
dame el reposo de
esta noche. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Ten piedad
de mí, Señor, y escucha mi oración.
Salmo 4 - ACCIÓN
DE GRACIAS.
Escúchame cuando
te invoco, Dios, defensor mío;
tú que en el
aprieto me diste anchura,
ten piedad de mí y
escucha mi oración.
Y vosotros, ¿hasta
cuándo ultrajaréis mi honor,
amaréis la
falsedad y buscaréis el engaño?
Sabedlo: el Señor
hizo milagros en mi favor,
y el Señor me
escuchará cuando lo invoque.
Temblad y no
pequéis, reflexionad
en el silencio de
vuestro lecho;
ofreced
sacrificios legítimos
y confiad en el
Señor.
Hay muchos que
dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha,
si la luz de tu
rostro ha huido de nosotros?»
Pero tú, Señor,
has puesto en mi corazón más alegría
que si abundara en
trigo y en vino.
En paz me acuesto
y en seguida me duermo,
porque tú sólo,
Señor, me haces vivir tranquilo.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Ten piedad de
mí, Señor, y escucha mi oración.
Ant 2. Durante la
noche, bendecid al Señor.
Salmo 133 -
ORACIÓN VESPERTINA EN EL TEMPLO
Y ahora bendecid
al Señor,
los siervos del
Señor,
los que pasáis la
noche
en la casa del
Señor:
Levantad las manos
hacia el santuario,
y bendecid al
Señor.
El Señor te
bendiga desde Sión:
el que hizo cielo
y tierra.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Durante la
noche, bendecid al Señor.
LECTURA BREVE
Dt 6, 4-7
Escucha, Israel:
El Señor, nuestro Dios, es solamente uno. Amarás al Señor, tu Dios, con todo el
corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas. Las palabras que hoy te digo
quedarán en tu memoria; se las repetirás a tus hijos y hablarás de ellas
estando en casa y yendo de camino, acostado y levantado.
RESPONSORIO BREVE
V. En tus manos,
Señor, encomiendo mi espíritu.
R. En tus manos,
Señor, encomiendo mi espíritu.
V. Tú, el Dios
leal, nos librarás.
R. Te encomiendo
mi espíritu.
V. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. En tus manos,
Señor, encomiendo mi espíritu.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Sálvanos,
Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y
descansemos en paz.
CÁNTICO DE SIMEÓN
Lc 2, 29-32
Ahora, Señor,
según tu promesa,
puedes dejar a tu
siervo irse en paz,
porque mis ojos
han visto a tu Salvador,
a quien has
presentado ante todos los pueblos
luz para alumbrar
a las naciones
y gloria de tu
pueblo Israel.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Sálvanos,
Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y
descansemos en paz.
ORACION
OREMOS,
Guárdanos, Señor,
durante esta noche y haz que mañana, ya al clarear el nuevo día, la celebración
del domingo nos llene con la alegría de la resurrección de tu Hijo. Que vive y
reina por los siglos de los siglos.
Amén.
BENDICIÓN
V. El Señor
todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte.
R. Amén.
ANTIFONA FINAL DE
LA SANTÍSIMA VIRGEN
Bajo tu amparo nos
acogemos,
santa Madre de
Dios,
no desprecies las
oraciones
que te dirigimos
en nuestras necesidades,
antes bien
líbranos de todo peligro,
oh Virgen gloriosa
y bendita.
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