Del Propio de la
fiesta.
SANTOS
ARCÁNGELES MIGUEL GABRIEL Y RAFAEL (FIESTA).
OFICIO
DE LECTURA
INVITATORIO
Si ésta es la
primera oración del día:
V. Señor abre mis
labios
R. Y mi boca
proclamará tu alabanza
Se añade el Salmo
del Invitatorio con la siguiente antífona:
Ant. Venid,
adoremos al Señor, delante de los ángeles.
Salmo 94
INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos
al Señor,
demos vítores a la
Roca que nos salva;
entremos a su
presencia dándole gracias,
aclamándolo con
cantos.
Porque el Señor es
un Dios grande,
soberano de todos
los dioses:
tiene en su mano
las simas de la tierra,
son suyas las
cumbres de los montes;
suyo es el mar,
porque él lo hizo,
la tierra firme
que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos
por tierra,
bendiciendo al
Señor, creador nuestro.
Porque él es
nuestro Dios,
y nosotros su
pueblo,
el rebaño que él
guía.
Ojalá escuchéis
hoy su voz:
«No endurezcáis el
corazón como en Meribá,
como el día de
Masá en el desierto;
cuando vuestros
padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí,
aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta
años
aquella generación
me repugnó, y dije:
Es un pueblo de
corazón extraviado,
que no reconoce mi
camino;
por eso he jurado
en mi cólera
que no entrarán en
mi descanso»
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Venid,
adoremos al Señor, delante de los ángeles.
Si antes se ha
rezado ya alguna otra Hora:
V. Dios mío, ven
en mi auxilio
R. Señor, date
prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno: ¿QUIÉN COMO
DIOS?
«¿Quién como
Dios?», fue el grito de victoria
que el arcángel
lanzó contra Luzbel.
¡Príncipe digno de
eternal memoria!
Desde aquella
lejana prehistoria,
lo repite su
nombre: Mi-ca-el.
No la espada, la
cándida azucena
lleva en su mano
el ángel san Gabriel,
cuando rinde a la
virgen nazarena
el mensaje de que
ella, gracia plena,
será Madre del
Hijo: el Emmanuel.
Medicina de Dios
para Tobías,
el peregrino
arcángel Rafael
sabe ser el mejor
de nuestros guías,
cura nuestras
dolencias y agonías
con la gracia de
Dios y con la hiel.
Arcangélico grupo
septenario,
que asiste ante el
Dios vivo de Israel,
¡quién supiera
cantar a ese ternario
que se nos dio por
guía y emisario
en los designios
que designa él!
Ante el trono de
Dios y del Cordero,
caudillos de la
hueste celestial,
alabad al Dios
trino y verdadero
y mirad por el
hombre, pasajero
de un mundo que
está enfermo y es mortal. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Se agitó el
mar y se estremeció la tierra cuando el arcángel Miguel bajó del cielo.
Salmo 96 - EL
SEÑOR ES UN REY MAYOR QUE TODOS LOS DIOSES.
El Señor reina, la
tierra goza,
se alegran las
islas innumerables.
Tiniebla y nube lo
rodean,
justicia y derecho
sostienen su trono.
Delante de él
avanza fuego
abrasando en torno
a los enemigos;
sus relámpagos
deslumbran el orbe,
y, viéndolos, la
tierra se estremece.
Los montes se
derriten como cera
ante el dueño de
toda la tierra;
los cielos
pregonan su justicia,
y todos los
pueblos contemplan su gloria.
Los que adoran
estatuas se sonrojan,
los que ponen su
orgullo en los ídolos;
ante él se postran
todos los dioses.
Lo oye Sión, y se
alegra,
se regocijan las
ciudades de Judá
por tus
sentencias, Señor;
porque tú eres,
Señor,
altísimo sobre
toda la tierra,
encumbrado sobre
todos los dioses.
El Señor ama al
que aborrece el mal,
protege la vida de
sus fieles
y los libra de los
malvados.
Amanece la luz
para el justo,
y la alegría para
los rectos de corazón.
Alegraos, justos,
con el Señor,
celebrad su santo
nombre.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Se agitó el
mar y se estremeció la tierra cuando el arcángel Miguel bajó del cielo.
Ant 2. El ángel
Gabriel se apareció a Zacarías y le dijo: «Isabel, tu mujer, te dará a luz un
hijo, al que pondrás el nombre de Juan.»
Salmo 102 I
Bendice, alma mía,
al Señor,
y todo mi ser a su
santo nombre.
Bendice, alma mía,
al Señor,
y no olvides sus
beneficios.
Él perdona todas
tus culpas
y cura todas tus
enfermedades;
él rescata tu vida
de la fosa
y te colma de
gracia y de ternura;
él sacia de bienes
tus anhelos,
y como un águila
se renueva tu juventud.
El Señor hace
justicia
y defiende a todos
los oprimidos;
enseñó sus caminos
a Moisés
y sus hazañas a
los hijos de Israel.
El Señor es
compasivo y misericordioso,
lento a la ira y
rico en clemencia;
no está siempre
acusando
ni guarda rencor
perpetuo;
no nos trata como
merecen nuestros pecados
ni nos paga según
nuestras culpas.
Como se levanta el
cielo sobre la tierra,
se levanta su
bondad sobre sus fieles;
como dista el
oriente del ocaso,
así aleja de
nosotros nuestros delitos.
Como un padre
siente ternura por sus hijos,
siente el Señor
ternura por sus fieles;
porque él sabe de
qué estamos hechos,
se acuerda de que
somos barro.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El ángel
Gabriel se apareció a Zacarías y le dijo: «Isabel, tu mujer, te dará a luz un
hijo, al que pondrás el nombre de Juan.»
Ant 3. Yo soy
Rafael, uno de los ángeles que están al servicio de Dios; a él debéis bendecir
y narrar todas sus maravillas.
Salmo 102 II
Los días del
hombre duran lo que la hierba,
florecen como flor
del campo,
que el viento la
roza, y ya no existe,
su terreno no
volverá a verla.
Pero la
misericordia del Señor dura siempre,
su justicia pasa
de hijos a nietos:
para los que
guardan la alianza
y recitan y
cumplen sus mandatos.
El Señor puso en
el cielo su trono,
su soberanía
gobierna el universo.
Bendecid al Señor,
ángeles suyos,
poderosos
ejecutores de sus órdenes,
prontos a la voz
de su palabra.
Bendecid al Señor,
ejércitos suyos,
servidores que
cumplís sus deseos.
Bendecid al Señor,
todas sus obras,
en todo lugar de
su imperio.
Bendice, alma mía,
al Señor.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Yo soy
Rafael, uno de los ángeles que están al servicio de Dios; a él debéis bendecir
y narrar todas sus maravillas.
V. Bendecid al
Señor, ángeles suyos.
R. Poderosos
ejecutores de sus órdenes.
PRIMERA LECTURA
Del libro del
Apocalipsis 12, 1-17
COMBATE DE MIGUEL
CON EL DRAGÓN
Una gran señal
apareció en el cielo: una Mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies, y
una corona de doce estrellas sobre su cabeza; está encinta, y grita con los
dolores del parto y con el tormento de dar a luz. Apareció otra señal en el
cielo: una gran Serpiente roja, con siete cabezas y diez cuernos, y sobre sus
cabezas siete diademas. Su cola arrastra la tercera parte de las estrellas del
cielo y las precipitó sobre la tierra. La Serpiente se detuvo delante de la
Mujer que iba a dar a luz, para devorar a su Hijo en cuanto lo diera a luz.
La Mujer dio a luz
un Hijo varón, el que ha de regir a todas las naciones con cetro de hierro, y
su Hijo fue arrebatado hasta Dios y hasta su trono. la Mujer huyó al desierto,
donde tiene un lugar preparado por Dios para ser allí alimentada mil doscientos
sesenta días.
Entonces se
entabló una batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles combatieron con la
Serpiente. También la Serpiente y sus ángeles combatieron, pero no
prevalecieron y no hubo ya en el cielo lugar para ellos. Fue arrojada la gran
Serpiente, la Serpiente antigua, el llamado Diablo y Satanás, el seductor del
mundo entero; fue arrojada a la tierra y sus ángeles fueron arrojados con ella.
Oí entonces una
fuerte voz que decía en el cielo:
«Ahora se estableció
la salud y el poderío, y el reinado de nuestro Dios, y la potestad de su
Cristo; porque fue precipitado el acusador de nuestros hermanos, el que los
acusaba ante nuestro Dios día y noche. Ellos lo vencieron en virtud de la
sangre del Cordero y por la palabra del testimonio que dieron, y no amaron
tanto su vida que temieran la muerte. Por esto, estad alegres, cielos, y los
que moráis en sus tiendas. ¡Ay de la tierra y del mar!, porque el Diablo ha
bajado donde vosotros con gran furor, sabiendo que le queda poco tiempo.»
Cuando la
Serpiente vio que había sido arrojada a la tierra, persiguió a la Mujer que
había dado a luz al Hijo varón. Pero se le dieron a la Mujer las dos alas del
águila grande para volar al desierto, a su lugar, lejos de la Serpiente, donde
tiene que ser alimentada un tiempo, algunos tiempos y medio tiempo.
Entonces la
Serpiente vomitó de su boca detrás de la Mujer como un río de agua, para
arrastrarla con su corriente. Pero la tierra vino en auxilio de la Mujer; abrió
la tierra su boca y tragó al río vomitado de la boca de la Serpiente. Entonces,
despechada la Serpiente contra la Mujer, se fue a hacer la guerra al resto de
sus hijos, los que guardan los mandamientos de Dios y mantienen el testimonio
de Jesús.
RESPONSORIO
Ap 8, 1; cf. 12, 7. 10
R. Se hizo un
silencio en el cielo, mientras combatía el arcángel Miguel con la Serpiente, y
se oyó una voz que decía: * «¡Victoria, honor y poder al Dios omnipotente!»
V. Ahora se
estableció la salud y el poderío, y el reinado de nuestro Dios, y la potestad
de su Cristo.
R. ¡Victoria,
honor y poder al Dios omnipotente!
SEGUNDA LECTURA
De las Homilías de
san Gregorio Magno, papa, sobre los Evangelios
(Homilía 34, 8-9:
PL 76, 1250-1251)
El NOMBRE DE
«ÁNGEL» DESIGNA LA FUNCIÓN, NO EL SER
Hay que saber que
el nombre de «ángel» designa la función, no el ser, del que lo lleva. En
efecto, aquellos santos espíritus de la patria celestial son siempre espíritus,
pero no siempre pueden ser llamados ángeles, ya que solamente lo son cuando
ejercen su oficio de mensajeros. Los que transmiten mensajes de menor
importancia se llaman ángeles, los que anuncian cosas de gran trascendencia se
llaman arcángeles.
Por esto a la
Virgen María no le fue enviado un ángel cualquiera, sino el arcángel Gabriel, ya
que un mensaje de tal trascendencia requería que fuese transmitido por un ángel
de la máxima categoría.
Por la misma razón
se les atribuyen también nombres personales, que designan cuál es su actuación
propia. Porque en aquella ciudad santa, allí donde la visión del Dios
omnipotente da un conocimiento perfecto de todo, no son necesarios estos
nombres propios para conocer a las personas, pero sí lo son para nosotros, ya
que a través de estos nombres conocemos cuál es la misión específica para la
cual nos son enviados. Y, así, «Miguel» significa: «¿Quién como Dios?»,
«Gabriel» significa: «Fortaleza de Dios» y «Rafael» significa: «Medicina de
Dios».
Por esto, cuando
se trata de alguna misión que requiera un poder especial, es enviado Miguel,
dando a entender por su actuación y por su nombre que nadie puede hacer lo que
sólo Dios puede hacer. De ahí que aquel antiguo enemigo, que por su soberbia
pretendió igualarse a Dios, diciendo: Escalaré los cielos, por encima de los
astros divinos levantaré mi trono, me igualaré al Altísimo, nos es mostrado
luchando contra el arcángel Miguel, cuando al fin del mundo será desposeído de
su poder y destinado al extremo suplicio, como nos lo presenta Juan: Se entabló
una batalla con el arcángel Miguel.
A María le fue enviado
Gabriel, cuyo nombre significa: «Fortaleza de Dios», porque venía a anunciar a
aquel que, a pesar de su apariencia humilde, había de reducir a los Principados
y Potestades. Era, pues, natural que aquel que es la fortaleza de Dios
anunciara la venida del que es el Señor de los ejércitos y héroe en las
batallas.
«Rafael»
significa, como dijimos: «Medicina de Dios»; este nombre le viene del hecho de
haber curado a Tobías, cuando, tocándole los ojos con sus manos, lo libró de
las tinieblas de su ceguera. Si, pues, había sido enviado a curar, con razón es
llamado «Medicina de Dios».
RESPONSORIO
Ap 8, 3. 4; Dn 7, 10
R. El ángel se
puso en pie junto al altar, con un incensario de oro. Y se le dio gran cantidad
de incienso; * Y el humo del incienso subió a la presencia de Dios, de mano del
ángel.
V. Miles de
millares le servían, miríadas de miríadas estaban en pie delante de él.
R. y el humo del
incienso subió a la presencia de Dios, de mano del ángel.
Himno: SEÑOR, DIOS
ETERNO
Señor, Dios
eterno, alegres te cantamos,
a ti nuestra
alabanza,
a ti, Padre del
cielo, te aclama la creación.
Postrados ante ti,
los ángeles te adoran
y cantan sin
cesar:
Santo, santo,
santo es el Señor,
Dios del universo;
llenos están el
cielo y la tierra de tu gloria.
A ti, Señor, te
alaba el coro celestial de los apóstoles,
la multitud de los
profetas te enaltece,
y el ejército
glorioso de los mártires te aclama.
A ti la Iglesia
santa,
por todos los
confines extendida,
con júbilo te
adora y canta tu grandeza:
Padre,
infinitamente santo,
Hijo eterno,
unigénito de Dios,
santo Espíritu de
amor y de consuelo.
Oh Cristo, tú eres
el Rey de la gloria,
tú el Hijo y
Palabra del Padre,
tú el Rey de toda
la creación.
Tú, para salvar al
hombre,
tomaste la
condición de esclavo
en el seno de una
virgen.
Tú destruiste la
muerte
y abriste a los
creyentes las puertas de la gloria.
Tú vives ahora,
inmortal y
glorioso, en el reino del Padre.
Tú vendrás algún
día,
como juez
universal.
Muéstrate, pues,
amigo y defensor
de los hombres que
salvaste.
Y recíbelos por
siempre allá en tu reino,
con tus santos y
elegidos.
La parte que sigue
puede omitirse, si se cree oportuno.
Salva a tu pueblo,
Señor,
y bendice a tu
heredad.
Sé su pastor,
y guíalos por
siempre.
Día tras día te
bendeciremos
y alabaremos tu
nombre por siempre jamás.
Dígnate, Señor,
guardarnos de
pecado en este día.
Ten piedad de
nosotros, Señor,
ten piedad de
nosotros.
Que tu misericordia,
Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos
de ti.
A ti, Señor, me
acojo,
no quede yo nunca
defraudado.
ORACIÓN.
OREMOS,
Señor Dios
todopoderoso, que, con una providencia admirable, llamas a los ángeles y a los
hombres para que cooperen a tu plan de salvación, haz que, durante nuestro
peregrinar en la tierra, nos sintamos siempre protegidos por los ángeles, que
en el cielo están en tu presencia para servirte y gozan ya contemplando tu
rostro. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
CONCLUSIÓN
V. Bendigamos al
Señor.
R. Demos gracias a
Dios.
LAUDES
(Oración de la
mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es
la primera oración del día
se sigue el
esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor abre mis
labios
R. Y mi boca
proclamará tu alabanza
Ant. Venid,
adoremos al Señor, delante de los ángeles.
Salmo 94
INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos
al Señor,
demos vítores a la
Roca que nos salva;
entremos a su
presencia dándole gracias,
aclamándolo con
cantos.
Porque el Señor es
un Dios grande,
soberano de todos
los dioses:
tiene en su mano
las simas de la tierra,
son suyas las
cumbres de los montes;
suyo es el mar,
porque él lo hizo,
la tierra firme
que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos
por tierra,
bendiciendo al
Señor, creador nuestro.
Porque él es
nuestro Dios,
y nosotros su
pueblo,
el rebaño que él
guía.
Ojalá escuchéis
hoy su voz:
«No endurezcáis el
corazón como en Meribá,
como el día de
Masá en el desierto;
cuando vuestros
padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí,
aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta
años
aquella generación
me repugnó, y dije:
Es un pueblo de
corazón extraviado,
que no reconoce mi
camino;
por eso he jurado
en mi cólera
que no entrarán en
mi descanso»
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Venid,
adoremos al Señor, delante de los ángeles.
Himno: EN LA HORA
EN QUE CRISTO RESUCITA.
En la hora en que
Cristo resucita,
clama Miguel, el
poderoso príncipe:
«¿Quién como tú,
mi Dios, Jesús humilde?
Al pecado de los
hombres descendiste
y hoy el Padre te
signa y te bendice.»
En la hora en que
Cristo resucita,
Dice Gabriel, el
que anunció a María:
«¡Exulta, Iglesia,
virgen afligida,
el santo vencedor
es tu Mesías!
Nadie podrá dar
muerte a tu alegría.»
En la hora en que
Cristo resucita,
Proclama Rafael,
el peregrino:
«¡Glorificad
conmigo a aquel que dijo:
Yo soy la luz del
mundo y el camino!
¡Bendecidle, que
el viaje está cumplido!»
En la hora en que
Cristo resucita,
se ha tendido la
escala misteriosa
y el coro de los
ángeles le adora:
«¡Somos, Señor,
los siervos de tu gloria,
cielo y tierra
cantemos tu victoria!» Amén.
SALMODIA
Ant 1. Alabemos al
Señor, a quien alaban también los ángeles, a quien los querubines y serafines
aclaman, diciendo: «Santo, santo, santo.»
SALMO 62, 2-9 - EL
ALMA SEDIENTA DE DIOS
¡Oh Dios!, tú eres
mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está
sedienta de ti;
mi carne tiene
ansia de ti,
como tierra
reseca, agostada, sin agua.
¡Cómo te
contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y
tu gloria!
Tu gracia vale más
que la vida,
te alabarán mis
labios.
Toda mi vida te
bendeciré
y alzaré las manos
invocándote.
Me saciaré de
manjares exquisitos,
y mis labios te
alabarán jubilosos.
En el lecho me
acuerdo de ti
y velando medito
en ti,
porque fuiste mi
auxilio,
y a la sombra de
tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida
a ti,
y tu diestra me
sostiene.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Alabemos al
Señor, a quien alaban también los ángeles, a quien los querubines y serafines
aclaman, diciendo: «Santo, santo, santo.»
Ant 2. Ángeles del
Señor, bendecid al Señor eternamente.
Cántico: TODA LA
CREACIÓN ALABE AL SEÑOR - Dn 3, 57-88. 56
Creaturas todas
del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con
himnos por los siglos.
Ángeles del Señor,
bendecid al Señor;
cielos, bendecid
al Señor.
Aguas del espacio,
bendecid al Señor;
ejércitos del
Señor, bendecid al Señor.
Sol y luna,
bendecid al Señor;
astros del cielo,
bendecid al Señor.
Lluvia y rocío,
bendecid al Señor;
vientos todos,
bendecid al Señor.
Fuego y calor,
bendecid al Señor;
fríos y heladas,
bendecid al Señor.
Rocíos y nevadas,
bendecid al Señor;
témpanos y hielos,
bendecid al Señor.
Escarchas y
nieves, bendecid al Señor;
noche y día,
bendecid al Señor.
Luz y tinieblas,
bendecid al Señor;
rayos y nubes,
bendecid al Señor.
Bendiga la tierra
al Señor,
ensálcelo con
himnos por los siglos.
Montes y cumbres,
bendecid al Señor;
cuanto germina en
la tierra, bendiga al Señor.
Manantiales,
bendecid al Señor;
mares y ríos,
bendecid al Señor.
Cetáceos y peces,
bendecid al Señor;
aves del cielo,
bendecid al Señor.
Fieras y ganados,
bendecid al Señor,
ensalzadlo con
himnos por los siglos.
Hijos de los
hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al
Señor.
Sacerdotes del
Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor,
bendecid al Señor.
Almas y espíritus
justos, bendecid al Señor;
santos y humildes
de corazón, bendecid al Señor.
Ananías, Azarías y
Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con
himnos por los siglos.
Bendigamos al
Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
ensalcémoslo con
himnos por los siglos.
Bendito el Señor
en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso
y ensalzado por los siglos.
No se dice Gloria
al Padre.
Ant. Ángeles del
Señor, bendecid al Señor eternamente.
Ant 3. En el
cielo, Señor, todos los ángeles te proclaman santo, y dicen a una voz: «Oh
Dios, tú mereces alabanza.»
Salmo 149 - ALEGRÍA
DE LOS SANTOS
Cantad al Señor un
cántico nuevo,
resuene su
alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre
Israel por su Creador,
los hijos de Sión
por su Rey.
Alabad su nombre
con danzas,
cantadle con
tambores y cítaras;
porque el Señor ama
a su pueblo
y adorna con la
victoria a los humildes.
Que los fieles
festejen su gloria
y canten jubilosos
en filas:
con vítores a Dios
en la boca
y espadas de dos
filos en las manos:
para tomar
venganza de los pueblos
y aplicar el
castigo a las naciones,
sujetando a los
reyes con argollas,
a los nobles con
esposas de hierro.
Ejecutar la
sentencia dictada
es un honor para
todos sus fieles.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. En el cielo,
Señor, todos los ángeles te proclaman santo, y dicen a una voz: «Oh Dios, tú
mereces alabanza.»
LECTURA BREVE
Gn 28, 12-13a
Vio Jacob en
sueños una escalinata apoyada en la tierra y cuya cima tocaba el cielo. Ángeles
de Dios subían y bajaban por ella. Y vio al Señor que estaba de pie sobre ella
y le decía: «Yo soy el Señor, el Dios de tu padre Abraham y el Dios de Isaac.»
RESPONSORIO BREVE
V. El ángel se
puso en pie junto al altar.
R. El ángel se
puso en pie junto al altar.
V. Con un
incensario de oro en sus manos.
R. Junto al altar.
V. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. El ángel se
puso en pie junto al altar.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Os lo digo
con toda verdad: «Habéis de ver el cielo abierto y a los ángeles de Dios,
subiendo y bajando en servicio del Hijo del hombre.»
Cántico de
Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc 1, 68-79
Bendito sea el
Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado
y redimido a su pueblo.
suscitándonos una
fuerza de salvación
en la casa de
David, su siervo,
según lo había
predicho desde antiguo
por boca de sus
santos profetas:
Es la salvación
que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de
todos los que nos odian;
ha realizado así
la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su
santa alianza
y el juramento que
juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos
que, libres de temor,
arrancados de la
mano de los enemigos,
le sirvamos con
santidad y justicia,
en su presencia,
todos nuestros días.
Y a ti, niño, te
llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás
delante del Señor
a preparar sus
caminos,
anunciando a su
pueblo la salvación,
el perdón de sus
pecados.
Por la entrañable
misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el
sol que nace de lo alto,
para iluminar a
los que viven en tiniebla
y en sombra de
muerte,
para guiar
nuestros pasos
por el camino de
la paz.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Os lo digo
con toda verdad: «Habéis de ver el cielo abierto y a los ángeles de Dios,
subiendo y bajando en servicio del Hijo del hombre.»
PRECES
Adoremos,
hermanos, al Señor, a quien proclaman los ángeles a una voz, y digámosle con
gozo:
Bendecid al Señor,
todos sus ángeles.
Tú, Señor, que has
dado órdenes a tus ángeles para que nos guarden en nuestros caminos,
condúcenos hoy por
tus sendas y no permitas que caigamos en el pecado.
Haz que te
busquemos a ti en todo lo que hagamos
y seamos así
semejantes a los ángeles que están viendo siempre tu rostro.
Concédenos, Señor,
la pureza del alma y la castidad del cuerpo,
para que seamos
como tus ángeles en el cielo.
Manda, Señor, en
ayuda de tu pueblo al gran arcángel Miguel,
para que nos
sintamos protegidos en nuestras luchas contra Satanás y sus ángeles.
Se pueden añadir
algunas intenciones libres
Terminemos nuestra
oración con las palabras del Señor:
Padre nuestro...
ORACION
Señor Dios
todopoderoso, que, con una providencia admirable, llamas a los ángeles y a los
hombres para que cooperen a tu plan de salvación, haz que, durante nuestro
peregrinar en la tierra, nos sintamos siempre protegidos por los ángeles, que
en el cielo están en tu presencia para servirte y gozan ya contemplando tu
rostro. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga,
nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
HORA
TERCIA
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven
en mi auxilio
R. Señor, date
prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno: EL TRABAJO,
SEÑOR, DE CADA DÍA
El trabajo, Señor,
de cada día
nos sea por tu
amor santificado,
convierte su dolor
en alegría
de amor, que para
dar tú nos has dado.
Paciente y larga
es nuestra tarea
en la noche oscura
del amor que espera;
dulce huésped del
alma, al que flaquea
dale tu luz, tu
fuerza que aligera.
En el alto gozoso
del camino,
demos gracias a
Dios, que nos concede
la esperanza sin
fin del don divino;
todo lo puede en
él quien nada puede. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Miguel, uno
de los primeros príncipes, ha venido en mi ayuda.
Salmo 119 - DESEO
DE LA PAZ
En mi aflicción
llamé al Señor,
y él me respondió.
Líbrame, Señor, de
los labios mentirosos,
de la lengua
traidora.
¿Qué te va a dar o
a mandar Dios,
lengua traidora?
Flechas de
arquero, afiladas
con ascuas de
retama.
¡Ay de mí,
desterrado en Masac,
acampado en Cadar!
Demasiado llevo
viviendo
con los que odian
la paz;
cuando yo digo:
«Paz»,
ellos dicen:
«Guerra».
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 120 - EL
GUARDIÁN DEL PUEBLO.
Levanto mis ojos a
los montes:
¿de dónde me
vendrá el auxilio?
El auxilio me
viene del Señor,
que hizo el cielo
y la tierra.
No permitirá que
resbale tu pie,
tu guardián no
duerme;
no duerme ni
reposa
el guardián de
Israel.
El Señor te guarda
a su sombra,
está a tu derecha;
de día el sol no
te hará daño,
ni la luna de noche.
El Señor te guarda
de todo mal,
él guarda tu alma;
el Señor guarda
tus entradas y salidas,
ahora y por
siempre.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 121 LA
CIUDAD SANTA DE JERUSALÉN
¡Qué alegría
cuando me dijeron:
«Vamos a la casa
del Señor»!
Ya están pisando
nuestros pies
tus umbrales,
Jerusalén.
Jerusalén está
fundada
como ciudad bien
compacta.
Allá suben las
tribus,
las tribus del
Señor,
según la costumbre
de Israel,
a celebrar el
nombre del Señor;
en ella están los
tribunales de justicia
en el palacio de
David.
Desead la paz a
Jerusalén:
«Vivan seguros los
que te aman,
haya paz dentro de
tus muros,
seguridad en tus
palacios.»
Por mis hermanos y
compañeros,
voy a decir: «La
paz contigo.»
Por la casa del
Señor, nuestro Dios,
te deseo todo
bien.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Miguel, uno
de los primeros príncipes, ha venido en mi ayuda.
LECTURA BREVE
Dn 12, 1
En aquel tiempo,
surgirá Miguel, el gran príncipe que defiende a los hijos de tu pueblo. Será
aquel un tiempo de angustia como no habrá habido hasta entonces otro, desde que
existen las naciones. En aquel tiempo, se salvará tu pueblo: todos aquellos que
se encuentren inscritos en el libro.
V. Enviará el
Señor a sus ángeles, para que a la voz de poderosas trompetas.
R. Reúnan a sus
elegidos de los cuatro puntos cardinales.
ORACIÓN
OREMOS,
Señor Dios
todopoderoso, que, con una providencia admirable, llamas a los ángeles y a los
hombres para que cooperen a tu plan de salvación, haz que, durante nuestro
peregrinar en la tierra, nos sintamos siempre protegidos por los ángeles, que
en el cielo están en tu presencia para servirte y gozan ya contemplando tu
rostro. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
CONCLUSIÓN
V. Bendigamos al
Señor.
R. Demos gracias a
Dios.
HORA
SEXTA
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven
en mi auxilio
R. Señor, date
prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno: EL PAN DE
CADA DÍA
El pan de cada día
dánoslo hoy,
Señor, a manos llenas;
convierte en
alegría
nuestras labores
buenas
y acaricia el
dolor de nuestras penas.
¡Horas de tedio
largas
sin la presencia
buena de tus manos!
¡Ay, las horas
amargas
nos vuelven
inhumanos,
si no abrimos el
alma a los hermanos!
Santifica el
momento
de este ruido
tenaz, de esta fatiga.
Busquemos el
aliento
de tu presencia
amiga
que acreciente el
esfuerzo y nos bendiga. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Gabriel, el
personaje que yo había visto en visión al principio, vino volando hacia mí y me
habló.
Salmo 122 - EL
SEÑOR, ESPERANZA DEL PUEBLO
A ti levanto mis
ojos,
a ti que habitas
en el cielo.
Como están los
ojos de los esclavos
fijos en las manos
de sus señores,
como están los
ojos de la esclava
fijos en las manos
de su señora,
así están nuestros
ojos
en el Señor, Dios
nuestro,
esperando su
misericordia.
Misericordia,
Señor, misericordia,
que estamos
saciados de desprecios;
nuestra alma está
saciada
del sarcasmo de
los satisfechos,
del desprecio de
los orgullosos.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 123 -
NUESTRO AUXILIO ES EL NOMBRE DEL SEÑOR
Si el Señor no
hubiera estado de nuestra parte
-que lo diga
Israel-,
si el Señor no
hubiera estado de nuestra parte,
cuando nos
asaltaban los hombres,
nos habrían
tragado vivos:
tanto ardía su ira
contra nosotros.
Nos habrían
arrollado las aguas,
llegándonos el
torrente hasta el cuello;
nos habrían
llegado hasta el cuello
las aguas espumantes.
Bendito el Señor,
que no nos entregó
como presa a sus
dientes;
hemos salvado la
vida como un pájaro
de la trampa del
cazador:
la trampa se
rompió y escapamos.
Nuestro auxilio es
el nombre del Señor,
que hizo el cielo
y la tierra.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 124 - EL
SEÑOR VELA POR SU PUEBLO.
Los que confían en
el Señor son como el monte Sión:
no tiembla, está
asentado para siempre.
Jerusalén está
rodeada de montañas,
y el Señor rodea a
su pueblo
ahora y por
siempre.
No pesará el cetro
de los malvados
sobre el lote de
los justos,
no sea que los
justos extiendan
su mano a la
maldad.
Señor, concede
bienes a los buenos,
a los sinceros de
corazón;
y a los que se
desvían por sendas tortuosas,
que los rechace el
Señor con los malhechores.
¡Paz a Israel!
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Gabriel, el
personaje que yo había visto en visión al principio, vino volando hacia mí y me
habló.
LECTURA BREVE
Dn 9, 22-23
El ángel Gabriel
me dijo: «Daniel, he salido ahora para ilustrar tu inteligencia. Desde el
comienzo de tu súplica, una palabra se emitió y yo he venido a revelártela,
porque tu eres el hombre de las predilecciones. Comprende la palabra, entiende
la visión.»
V. Bendecid al
Señor, ángeles suyos.
R. Servidores que
cumplís sus deseos.
ORACIÓN
OREMOS,
Señor Dios todopoderoso,
que, con una providencia admirable, llamas a los ángeles y a los hombres para
que cooperen a tu plan de salvación, haz que, durante nuestro peregrinar en la
tierra, nos sintamos siempre protegidos por los ángeles, que en el cielo están
en tu presencia para servirte y gozan ya contemplando tu rostro. Por Cristo
nuestro Señor.
Amén.
CONCLUSIÓN
V. Bendigamos al
Señor.
R. Demos gracias a
Dios.
HORA
NONA
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven
en mi auxilio
R. Señor, date
prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno: FUNDAMENTO
DE TODO LO QUE EXISTE
Fundamento de todo
lo que existe,
de tu pueblo elegido
eterna roca,
de los tiempos
Señor, que prometiste
dar tu vigor al
que con fe te invoca.
Mira al hombre que
es fiel y no te olvida,
tu Espíritu, tu
paz háganlo fuerte
para amarte y
servirte en esta vida
y gozarte después
de santa muerte.
Jesús, Hijo del
Padre, ven aprisa
en este atardecer
que se avecina,
serena claridad y
dulce brisa
será tu amor que
todo lo domina. Amén.
SALMODIA
Ant 1. El ángel
Rafael fue enviado a Tobías y a Sara para curarlos.
Salmo 118, 65-72
Has dado bienes a
tu siervo,
Señor, conforme a
tus palabras;
enséñame a gustar
y a comprender,
porque me fío de
tus mandatos;
antes de sufrir,
yo andaba extraviado,
pero ahora me
ajusto a tu promesa.
Tú eres bueno y
haces el bien;
instrúyeme en tus
leyes;
los insolentes urden
engaños contra mí,
pero yo custodio
tus leyes;
tienen el corazón
espeso como grasa,
pero mi delicia es
tu voluntad,
Me estuvo bien el
sufrir,
así aprendí tus
mandamientos;
más estimo yo los
preceptos de tu boca
que miles de
monedas de oro y plata.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 55, 2-7b.
9-14 - CONFIANZA EN LA PALABRA DE DIOS
Misericordia, Dios
mío, que me hostigan,
me atacan y me
acosan todo el día;
todo el día me
hostigan mis enemigos,
me atacan en masa.
Levántame en el
día terrible,
yo confío en ti.
En Dios, cuya
promesa alabo,
en Dios confío y
no temo:
¿qué podrá hacerme
un mortal?
Todos los días
discuten y planean
pensando sólo en mi
daño;
buscan un sitio
para espiarme,
acechan mis pasos
y atentan contra mi vida.
Anota en tu libro
mi vida errante,
recoge mis
lágrimas en tu odre, Dios mío.
Que retrocedan mis
enemigos cuando te invoco,
y así sabré que
eres mi Dios.
En Dios, cuya
promesa alabo;
en el Señor, cuya
promesa alabo,
en Dios confío y
no temo:
¿qué podrá hacerme
un hombre?
Te debo, Dios mío,
los votos que hice,
los cumpliré con
acción de gracias;
porque libraste mi
alma de la muerte,
mis pies de la
caída;
para que camine en
presencia de Dios
a la luz de la
vida.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 56 - ORACIÓN
MATUTINA DE UN AFLIGIDO.
Misericordia, Dios
mío, misericordia,
que mi alma se
refugia en ti;
me refugio a la
sombra de tus alas
mientras pasa la
calamidad.
Invoco al Dios
Altísimo,
al Dios que hace
tanto por mí:
desde el cielo me
enviará la salvación,
confundirá a los
que ansían matarme,
enviará su gracia
y su lealtad.
Estoy echado entre
leones
devoradores de
hombres;
sus dientes son
lanzas y flechas,
su lengua es una
espada afilada.
Elévate sobre el
cielo, Dios mío,
y llene la tierra
tu gloria.
Han tendido una
red a mis pasos
para que
sucumbiera;
me han cavado
delante una fosa,
pero han caído en
ella.
Mi corazón está
firme, Dios mío,
mi corazón está
firme.
Voy a cantar y a
tocar:
despierta, gloria
mía;
despertad, cítara
y arpa;
despertaré a la
aurora.
Te daré gracias
ante los pueblos, Señor;
tocaré para ti
ante las naciones:
por tu bondad, que
es más grande que los cielos;
por tu fidelidad,
que alcanza a las nubes.
Elévate sobre el
cielo, Dios mío,
y llene la tierra
tu gloria.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El ángel
Rafael fue enviado a Tobías y a Sara para curarlos.
LECTURA BREVE
Tb 12, 15. 18. 20
Yo soy Rafael, uno
de los siete ángeles que están al servicio de Dios. Mi presencia entre vosotros
no se ha debido a mí, sino a la voluntad de Dios. A él debéis bendecir y cantar
todos los días. Yo subo ahora al que me envió. Vosotros bendecid a Dios y
narrad todas sus maravillas.
V. A sus ángeles
ha dado órdenes el Señor.
R. Para que te
guarden en tus caminos.
ORACIÓN
OREMOS,
Señor Dios
todopoderoso, que, con una providencia admirable, llamas a los ángeles y a los
hombres para que cooperen a tu plan de salvación, haz que, durante nuestro
peregrinar en la tierra, nos sintamos siempre protegidos por los ángeles, que
en el cielo están en tu presencia para servirte y gozan ya contemplando tu
rostro. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
CONCLUSIÓN
V. Bendigamos al
Señor.
R. Demos gracias a
Dios.
VÍSPERAS
(Oración de la
tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven
en mi auxilio
R. Señor, date
prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno: ENVÍA
CRISTO A TU VALIENTE JEFE.
Envía Cristo a tu
valiente jefe,
al ángel de la
paz, a san Miguel,
y crecerá tu
pueblo, con su ayuda,
próspero y fiel.
Visite siempre
nuestro sacro templo
el ángel fuerte,
el singular Gabriel,
y arroje fuera al
enemigo antiguo,
falso luzbel.
Envía al ángel que
a tu pueblo sana;
manda, oh Cristo,
del cielo a Rafael,
que acompañe a tu
pueblo peregrino,
nuevo Israel.
Nos asistan tus
ángeles gloriosos,
Cristo, gloria del
coro angelical,
y con ellos
cantemos al Dios trino
himno triunfal.
Amén.
SALMODIA
Ant 1. Ensalzaste
tu majestad sobre los cielos, oh Rey de los ángeles.
Salmo 8 MAJESTAD
DEL SEÑOR Y DIGNIDAD DEL HOMBRE.
Señor, dueño
nuestro,
¡que admirable es
tu nombre
en toda la tierra!
Ensalzaste tu
majestad sobre los cielos.
De la boca de los
niños de pecho
has sacado una
alabanza contra tus enemigos,
para reprimir al
adversario y al rebelde.
Cuando contemplo
el cielo, obra de tus manos;
la luna y las
estrellas que has creado,
¿qué es el hombre,
para que te acuerdes de él;
el ser humano,
para darle poder?
Lo hiciste poco
inferior a los ángeles,
lo coronaste de
gloria y dignidad,
le diste el mando
sobre las obras de tus manos,
todo lo sometiste
bajo sus pies:
rebaños de ovejas
y toros,
y hasta las
bestias del campo,
las aves del
cielo, los peces del mar,
que trazan sendas
por las aguas.
Señor, dueño
nuestro,
¡que admirable es
tu nombre
en toda la tierra!
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Ensalzaste tu
majestad sobre los cielos, oh Rey de los ángeles.
Ant 2. Delante de
los ángeles tañeré para ti, Dios mío.
Salmo 137 - HIMNO
DE ACCIÓN DE GRACIAS DE UN REY
Te doy gracias,
Señor, de todo corazón;
delante de los
ángeles tañeré para ti,
me postraré hacia
tu santuario,
daré gracias a tu
nombre;
por tu
misericordia y tu lealtad,
porque tu promesa
supera a tu fama;
cuando te invoqué,
me escuchaste,
acreciste el valor
en mi alma.
Que te den
gracias, Señor, los reyes de la tierra
al escuchar el
oráculo de tu boca;
canten los caminos
del Señor,
porque la gloria
del Señor es grande.
El Señor es
sublime, se fija en el humilde,
y de lejos conoce
al soberbio.
Cuando camino
entre peligros,
me conservas la
vida;
extiendes tu
izquierda contra la ira de mi enemigo,
y tu derecha me
salva.
El Señor
completará sus favores conmigo:
Señor, tu
misericordia es eterna,
no abandones la
obra de tus manos.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Delante de
los ángeles tañeré para ti, Dios mío.
Ant 3. Vi en
medio, donde estaba el trono, un Cordero en pie y como degollado; y oí un coro
de muchos ángeles alrededor del trono.
Cántico: HIMNO A
CRISTO, PRIMOGÉNITO DE TODA CREATURA Y PRIMER RESUCITADO DE ENTRE LOS MUERTOS.
Cf. Col 1, 12-20
Damos gracias a
Dios Padre,
que nos ha hecho
capaces de compartir
la herencia del
pueblo santo en la luz.
Él nos ha sacado
del dominio de las tinieblas,
y nos ha
trasladado al reino de su Hijo querido,
por cuya sangre
hemos recibido la redención,
el perdón de los
pecados.
Él es imagen de Dios
invisible,
primogénito de
toda creatura;
pues por medio de
él fueron creadas todas las cosas:
celestes y
terrestres, visibles e invisibles,
Tronos,
Dominaciones, Principados, Potestades;
todo fue creado
por él y para él.
Él es anterior a
todo, y todo se mantiene en él.
Él es también la
cabeza del cuerpo de la Iglesia.
Él es el
principio, el primogénito de entre los muertos,
y así es el
primero en todo.
Porque en él quiso
Dios que residiera toda plenitud.
Y por él quiso
reconciliar consigo todas las cosas:
haciendo la paz
por la sangre de su cruz
con todos los
seres, así del cielo como de la tierra.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Vi en medio,
donde estaba el trono, un Cordero en pie y como degollado; y oí un coro de
muchos ángeles alrededor del trono.
LECTURA BREVE
Ap 1, 4b-5
Gracia y paz a
vosotros de parte de aquel que es, que era y que será; de parte de los siete
espíritus que están ante su trono; y de parte de Jesucristo, el testigo veraz,
el primogénito de entre los muertos, el príncipe de los reyes de la tierra,
aquel que nos ama y que nos ha lavado de nuestros pecados con su sangre.
RESPONSORIO BREVE
V. El humo del
incienso subió a la presencia de Dios.
R. El humo del
incienso subió a la presencia de Dios.
V. De mano del
ángel.
R. A la presencia
de Dios.
V. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. El humo del
incienso subió a la presencia de Dios.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. El ángel
Gabriel dijo a María: «Concebirás y darás a luz un hijo, a quien llamarás
Jesús.»
Cántico de María.
ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma
la grandeza del Señor,
se alegra mi
espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado
la humillación de su esclava.
Desde ahora me
felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso
ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es
santo,
y su misericordia
llega a sus fieles
de generación en
generación.
El hace proezas con
su brazo:
dispersa a los
soberbios de corazón,
derriba del trono
a los poderosos
y enaltece a los
humildes,
a los hambrientos
los colma de bienes
y a los ricos los
despide vacíos.
Auxilia a Israel,
su siervo,
acordándose de su
misericordia
-como lo había
prometido a nuestros padres-
en favor de
Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El ángel
Gabriel dijo a María: «Concebirás y darás a luz un hijo, a quien llamarás
Jesús.»
PRECES
Oremos al Señor,
pidiéndole que nos haga siempre prontos a la voz de su palabra, como los
ángeles, y supliquémosle, diciendo:
Escúchanos, Señor.
Para que, por mano
de los ángeles, suban nuestras oraciones hasta ti como aroma de perfume.
Para que, por mano
de los ángeles, sean llevadas nuestras ofrendas a tu presencia hasta el altar
del cielo.
Para que, con el
ejército celestial de los ángeles, demos gloria a Dios en el cielo y anunciemos
en la tierra la paz a los hombres.
Para que, al fin
de nuestra vida, nos reciban los ángeles y nos lleven a la patria del paraíso.
Se pueden añadir
algunas intenciones libres
Para que el
arcángel san Miguel conduzca a todos los difuntos al lugar de la luz y de la
paz.
Terminemos nuestra
oración con las palabras del Señor:
Padre nuestro...
ORACION
Señor Dios
todopoderoso, que, con una providencia admirable, llamas a los ángeles y a los
hombres para que cooperen a tu plan de salvación, haz que, durante nuestro
peregrinar en la tierra, nos sintamos siempre protegidos por los ángeles, que
en el cielo están en tu presencia para servirte y gozan ya contemplando tu rostro.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad
del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos
bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
COMPLETAS
(Oración antes del
descanso nocturno)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven
en mi auxilio
R. Señor, date
prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
EXAMEN DE
CONCIENCIA
Hermanos, habiendo
llegado al final de esta jornada que Dios nos ha concedido, reconozcamos
sinceramente nuestros pecados.
Yo confieso ante
Dios todopoderoso
y ante vosotros,
hermanos,
que he pecado
mucho
de pensamiento,
palabra, obra y omisión:
por mi culpa, por
mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso ruego a
santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a
los santos y a vosotros, hermanos,
que intercedáis
por mí ante Dios, nuestro Señor.
V. El Señor
todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos
lleve a la vida eterna.
R. Amén.
Himno: CUANDO LA
LUZ DEL SOL ES YA PONIENTE
Cuando la luz del
sol es ya poniente,
gracias, Señor, es
nuestra melodía;
recibe, como
ofrenda, amablemente,
nuestro dolor,
trabajo y alegría.
Si poco fue el
amor en nuestro empeño
de darle vida al
día que fenece,
convierta en
realidad lo que fue un sueño
tu gran amor que
todo lo engrandece.
Tu cruz, Señor,
redime nuestra suerte
de pecadora en
justa, e ilumina
la senda de la
vida y de la muerte
del hombre que en
la fe lucha y camina.
Jesús, Hijo del
Padre, cuando avanza
la noche oscura
sobre nuestro día,
concédenos la paz
y la esperanza
de esperar cada
noche tu gran día. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Mi carne descansa
serena.
Salmo 15 - CRISTO
Y SUS MIEMBROS ESPERAN LA RESURRECCIÓN.
Protégeme, Dios
mío, que me refugio en ti;
yo digo al Señor:
«Tú eres mi bien.»
Los dioses y
señores de la tierra
no me satisfacen.
Multiplican las
estatuas
de dioses extraños;
no derramaré sus
libaciones con mis manos,
ni tomaré sus
nombres en mis labios.
El Señor es mi
heredad y mi copa;
mi suerte está en
tu mano:
me ha tocado un
lote hermoso,
me encanta mi
heredad.
Bendeciré al
Señor, que me aconseja,
hasta de noche me
instruye internamente.
Tengo siempre
presente al Señor,
con él a mi
derecha no vacilaré.
Por eso se me
alegra el corazón,
se gozan mis
entrañas,
y mi carne
descansa serena.
Porque no me
entregarás a la muerte,
ni dejarás a tu
fiel conocer la corrupción.
Me enseñarás el
sendero de la vida,
me saciarás de
gozo en tu presencia,
de alegría
perpetua a tu derecha.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Mi carne
descansa serena.
LECTURA BREVE
1Ts 5, 23
Que el mismo Dios
de la paz os consagre totalmente y que todo vuestro ser, alma y cuerpo, sea
custodiado sin reproche hasta la Parusía de nuestro Señor Jesucristo.
RESPONSORIO BREVE
V. En tus manos,
Señor, encomiendo mi espíritu.
R. En tus manos,
Señor, encomiendo mi espíritu.
V. Tú, el Dios
leal, nos librarás.
R. Te encomiendo
mi espíritu.
V. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. En tus manos,
Señor, encomiendo mi espíritu.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Sálvanos,
Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y
descansemos en paz.
CÁNTICO DE SIMEÓN
Lc 2, 29-32
Ahora, Señor,
según tu promesa,
puedes dejar a tu
siervo irse en paz,
porque mis ojos
han visto a tu Salvador,
a quien has
presentado ante todos los pueblos
luz para alumbrar
a las naciones
y gloria de tu
pueblo Israel.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Sálvanos,
Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y
descansemos en paz.
ORACION
OREMOS,
Señor, Dios
nuestro, concédenos un descanso tranquilo que restaure nuestras fuerzas,
desgastadas ahora por el trabajo del día; así, fortalecidos con tu ayuda, te
serviremos siempre con todo nuestro cuerpo y nuestro espíritu. Por Cristo
nuestro Señor.
Amén.
BENDICIÓN
V. El Señor
todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte.
R. Amén.
ANTIFONA FINAL DE
LA SANTISIMA VIRGEN
Madre del
Redentor, Virgen fecunda,
puerta del cielo
siempre abierta,
estrella del mar,
ven a librar al
pueblo que tropieza
y se quiere
levantar.
Ante la admiración
de cielo y tierra,
engendraste a tu
santo Creador,
y permaneces
siempre virgen.
Recibe el saludo
del ángel Gabriel,
y ten piedad de
nosotros, pecadores.
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