Del Propio de la fiesta.
LA CONVERSIÓN DE SAN PABLO. (FIESTA)
OFICIO DE LECTURA
INVITATORIO
Si ésta es la primera oración del día:
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Se añade el Salmo del Invitatorio con la siguiente antífona:
Ant. Aclamemos al Señor, en esta fiesta de la conversión del Maestro de
los gentiles.
Salmo
94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Aclamemos al Señor, en esta fiesta de la conversión del Maestro de
los gentiles.
Si antes se ha rezado ya alguna otra Hora:
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: ¿QUIÉN ES ESTE VIAJERO?
¿Quién es este viajero
al que el Señor acecha en el camino
y con su luz derriba por el suelo?
¿Quién es este violento
al que el Señor elige de entre todos
para mostrar la fuerza de su verbo?
Contra Jesús, se dirigía a Damasco,
y después, por Jesús,
recorrerá la tierra, predicándolo.
Cumplir con la ley era su orgullo;
la gracia del Espíritu después,
timbre de gloria, único.
Para él sólo tendrá significado
conocer a Jesús
y a este Señor Jesús, ¡crucificado!
Compartirá las pruebas del Señor
y así compartirá también la gloria
de la resurrección. Amén.
SALMODIA
Ant 1. «Señor, ¿quién eres?» «Yo soy Jesús a quien tú persigues; dura cosa
será para ti dar coces contra el aguijón.»
SALMO 18 A - ALABANZA AL DIOS CREADOR DEL UNIVERSO.
El cielo proclama la gloria de Dios,
el firmamento pregona la obra de sus manos:
el día al día le pasa el mensaje,
la noche a la noche se lo murmura.
Sin que hablen, sin que pronuncien,
sin que resuene su voz,
a toda la tierra alcanza su pregón
y hasta los límites del orbe su lenguaje.
Allí le ha puesto su tienda al sol:
él sale como el esposo de su alcoba,
contento como un héroe, a recorrer su camino.
Asoma por un extremo del cielo,
y su órbita llega al otro extremo:
nada se libra de su calor.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. «Señor, ¿quién eres?» «Yo soy Jesús a quien tú persigues; dura cosa
será para ti dar coces contra el aguijón.»
Ant 2. Ananías, vete en seguida y pregunta por Saulo, el cual está orando;
éste es un instrumento que me he escogido yo para que lleve mi nombre a los
gentiles, a los reyes y a los hijos de Israel.
Salmo 63 - SÚPLICA CONTRA LOS ENEMIGOS
Escucha, ¡oh Dios!, la voz de mi lamento,
protege mi vida del terrible enemigo;
escóndeme de la conjura de los perversos
y del motín de los malhechores:
afilan sus lenguas como espadas
y disparan como flechas palabras venenosas,
para herir a escondidas al inocente,
para herirlo por sorpresa y sin riesgo.
Se animan al delito,
calculan cómo esconder trampas,
y dicen: «¿Quién lo descubrirá?»
Inventan maldades y ocultan sus invenciones,
porque su mente y su corazón no tienen fondo.
Pero Dios los acribilla a flechazos,
por sorpresa los cubre de heridas;
su misma lengua los lleva a la ruina,
y los que lo ven menean la cabeza.
Todo el mundo se atemoriza,
proclama la obra de Dios
y medita sus acciones.
El justo se alegra con el Señor,
se refugia en él,
y se felicitan los rectos de corazón.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Ananías, vete en seguida y pregunta por Saulo, el cual está orando;
éste es un instrumento que me he escogido yo para que lleve mi nombre a los
gentiles, a los reyes y a los hijos de Israel.
Ant 3. Saulo comenzó a predicar en las sinagogas a los judíos, afirmando
que Jesús era el Cristo.
Salmo 96 - EL SEÑOR ES UN REY MAYOR QUE TODOS LOS DIOSES.
El Señor reina, la tierra goza,
se alegran las islas innumerables.
Tiniebla y nube lo rodean,
justicia y derecho sostienen su trono.
Delante de él avanza fuego
abrasando en torno a los enemigos;
sus relámpagos deslumbran el orbe,
y, viéndolos, la tierra se estremece.
Los montes se derriten como cera
ante el dueño de toda la tierra;
los cielos pregonan su justicia,
y todos los pueblos contemplan su gloria.
Los que adoran estatuas se sonrojan,
los que ponen su orgullo en los ídolos;
ante él se postran todos los dioses.
Lo oye Sión, y se alegra,
se regocijan las ciudades de Judá
por tus sentencias, Señor;
porque tú eres, Señor,
altísimo sobre toda la tierra,
encumbrado sobre todos los dioses.
El Señor ama al que aborrece el mal,
protege la vida de sus fieles
y los libra de los malvados.
Amanece la luz para el justo,
y la alegría para los rectos de corazón.
Alegraos, justos, con el Señor,
celebrad su santo nombre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Saulo comenzó a predicar en las sinagogas a los judíos, afirmando que
Jesús era el Cristo.
V. El Señor es clemente y misericordioso.
R. Lento a la cólera y rico en piedad.
PRIMERA LECTURA
De la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 1, 11.24
DIOS ME REVELÓ A SU HIJO PARA QUE LO ANUNCIARA
Os hago saber, hermanos, que el Evangelio anunciado por mí no es cosa humana; y
no lo recibí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo.
Habéis oído hablar de cómo me portaba yo en otro tiempo en el judaísmo: cómo
perseguía encarnizadamente a la Iglesia de Dios y la devastaba; cómo, en el
celo por el judaísmo, iba más allá que muchos compatriotas de mi edad y me
mostraba celoso partidario de las tradiciones paternas.
Pero, cuando aquel que me eligió desde el seno de mi madre me llamó por su
gracia y tuvo a bien revelarme a su Hijo para que lo anunciara a los gentiles,
en seguida, sin pedir consejo a hombre alguno y sin subir a Jerusalén para
hablar con los que eran apóstoles antes que yo, partí hacia Arabia, de donde
luego volví a Damasco. Tres años más tarde, subí a Jerusalén a visitar a Cefas,
y estuve con él quince días. No vi a ninguno otro de los apóstoles, fuera de
Santiago, el hermano del Señor. Por el Dios que me está viendo, que no miento
en lo que os escribo.
Después vine a las regiones de Siria y de Cilicia, pero las Iglesias de Judea,
que están en Cristo, no me conocían personalmente. Sólo oían decir: «El que
antaño nos perseguía ahora va anunciando la Buena Nueva de la fe, que en otro
tiempo quería destruir.» Y glorificaban a Dios, reconociendo su obra en mí.
RESPONSORIO Ga 1, 11-12; 2Co 11, 10. cf. 7
R. El Evangelio anunciado por mí no es cosa humana; * y no lo recibí de
hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo.
V. Por la verdad de Cristo que en mí reside: yo os he anunciado el
Evangelio de Dios.
R. Y no lo recibí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo.
SEGUNDA LECTURA
De las Homilías de san Juan Crisóstomo, obispo
(Homilía 2 sobre las alabanzas de san Pablo: PG 50. 477·480)
PABLO LO SUFRIÓ TODO POR AMOR A CRISTO
Qué es el hombre, cuán grande su nobleza y cuánta su capacidad de virtud lo
podemos colegir sobre todo de la persona de Pablo. Cada día se levantaba con
una mayor elevación y fervor de espíritu y, frente a los peligros que lo
acechaban, era cada vez mayor su empuje, como lo atestiguan sus propias
palabras: Olvidando lo que queda atrás y lanzándome hacia lo que veo por
delante; y, al presentir la inminencia de su muerte, invitaba a los demás a
compartir su gozo, diciendo: Alegraos y congratulaos conmigo; y, al pensar en
sus peligros y oprobios, se alegra también y dice, escribiendo a los corintios:
Vivo contento en medio de mis debilidades de los insultos y de las
persecuciones; incluso llama a estas cosas armas de justicia, significando con
ello que le sirven de gran provecho.
Y así, en medio de las asechanzas de sus enemigos, habla en tono triunfal de
las victorias alcanzadas sobre los ataques de sus perseguidores y, habiendo
sufrido en todas partes azotes, injurias y maldiciones, como quien vuelve victorioso
de la batalla, colmado de trofeos, da gracias a Dios, diciendo: Gracias sean
dadas a Dios, que en todo tiempo nos lleva en el cortejo triunfal de Cristo.
Imbuido de estos sentimientos, se lanzaba a las contradicciones e injurias, que
le acarreaba su predicación, con un ardor superior al que nosotros empleamos en
la consecución de los honores, deseando la muerte más que nosotros deseamos la
vida, la pobreza más que nosotros la riqueza, y el trabajo mucho más que otros
apetecen el descanso que lo sigue. La única cosa que él temía era ofender a
Dios; lo demás le tenía sin cuidado. Por esto mismo, lo único que deseaba era
agradar siempre a Dios.
Y, lo que era para él lo más importante de todo, gozaba del amor de Cristo; con
esto se consideraba el más dichoso de todos, sin esto le era indiferente
asociarse a los poderosos y a los príncipes; prefería ser, con este amor, el
último de todos, incluso del número de los condenados, que formar parte sin él,
de los más encumbrados y honorables.
Para él, el tormento más grande y extraordinario era el verse privado de este
amor: para él, su privación significaba el infierno, el único sufrimiento, el
suplicio infinito e intolerable.
Gozar del amor de Cristo representaba para él la vida, el mundo, la compañía de
los ángeles, los bienes presentes y futuros, el reino, las promesas, el
conjunto de todo bien; sin este amor, nada catalogaba como triste o alegre. Las
cosas de este mundo no las consideraba, en sí mismas, ni duras ni suaves.
Las realidades presentes las despreciaba como hierba ya podrida. A los mismos
gobernantes y al pueblo enfurecido contra él les daba el mismo valor que a un
insignificante mosquito.
Consideraba como un juego de niños la muerte y la más variada clase de
tormentos y suplicios, con tal de poder sufrir algo por Cristo.
RESPONSORIO 1Tm 1, 13-14; 1Co 15, 9
R. Fui acogido por Dios con toda misericordia, porque obré por ignorancia
en el tiempo de mi incredulidad. * Y en verdad que sobreabundó en mí la gracia
de nuestro Señor, juntamente con la fe y la caridad de Cristo Jesús.
V. Soy indigno del nombre de apóstol, pues perseguí a la Iglesia de Dios.
R. Y en verdad que sobreabundó en mí la gracia de nuestro Señor,
juntamente con la fe y la caridad de Cristo Jesús.
Himno: SEÑOR, DIOS ETERNO
Señor, Dios eterno, alegres te cantamos,
a ti nuestra alabanza,
a ti, Padre del cielo, te aclama la creación.
Postrados ante ti, los ángeles te adoran
y cantan sin cesar:
Santo, santo, santo es el Señor,
Dios del universo;
llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
A ti, Señor, te alaba el coro celestial de los apóstoles,
la multitud de los profetas te enaltece,
y el ejército glorioso de los mártires te aclama.
A ti la Iglesia santa,
por todos los confines extendida,
con júbilo te adora y canta tu grandeza:
Padre, infinitamente santo,
Hijo eterno, unigénito de Dios,
santo Espíritu de amor y de consuelo.
Oh Cristo, tú eres el Rey de la gloria,
tú el Hijo y Palabra del Padre,
tú el Rey de toda la creación.
Tú, para salvar al hombre,
tomaste la condición de esclavo
en el seno de una virgen.
Tú destruiste la muerte
y abriste a los creyentes las puertas de la gloria.
Tú vives ahora,
inmortal y glorioso, en el reino del Padre.
Tú vendrás algún día,
como juez universal.
Muéstrate, pues, amigo y defensor
de los hombres que salvaste.
Y recíbelos por siempre allá en tu reino,
con tus santos y elegidos.
La parte que sigue puede omitirse, si se cree oportuno.
Salva a tu pueblo, Señor,
y bendice a tu heredad.
Sé su pastor,
y guíalos por siempre.
Día tras día te bendeciremos
y alabaremos tu nombre por siempre jamás.
Dígnate, Señor,
guardarnos de pecado en este día.
Ten piedad de nosotros, Señor,
ten piedad de nosotros.
Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti.
A ti, Señor, me acojo,
no quede yo nunca defraudado.
ORACIÓN.
OREMOS,
Señor Dios, que has iluminado al mundo entero con la palabra del apóstol san
Pablo, haz que quienes recordamos hoy su conversión, imitando sus ejemplos,
anunciemos el Evangelio al mundo y seamos así testigos de tu verdad. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
CONCLUSIÓN
V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Aclamemos al Señor, en esta fiesta de la conversión del Maestro de
los gentiles.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Aclamemos al Señor, en esta fiesta de la conversión del Maestro de
los gentiles.
Himno: CON PRESUNCIÓN DE BÉLICO SOLDADO.
Con presunción de bélico soldado,
galán sale feroz, Pablo, atrevido,
que, si ahora en la cuenta no ha caído,
caerá muy presto del primer estado.
¿Adónde, Pablo, de soberbia armado,
para quedar con una voz vencido?
Seguid las letras, ¿dónde vais perdido?,
que habéis de ser doctor del mayor grado.
Aunque valor vuestra persona encierra,
no es bien que nadie contra Dios presuma:
que dará con los ojos por la tierra.
La Iglesia espera vuestra docta suma:
mirad que no sois vos para la guerra,
dejad las armas y tomad la pluma. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Sé en quien he puesto mi fe, y estoy seguro que es poderoso para
guardar hasta el último día lo que yo le he confiado.
SALMO 62, 2-9 - EL ALMA SEDIENTA DE DIOS
¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.
¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.
Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré de manjares exquisitos,
y mis labios te alabarán jubilosos.
En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Sé en quien he puesto mi fe, y estoy seguro que es poderoso para
guardar hasta el último día lo que yo le he confiado.
Ant 2. Pablo, te basta mi gracia, que en la debilidad se muestra perfecto
mi poder.
Cántico: TODA LA CREACIÓN ALABE AL SEÑOR - Dn 3, 57-88. 56
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.
Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.
Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.
Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.
Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.
Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.
Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.
Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.
Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.
Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.
Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.
Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.
Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.
Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.
Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.
No se dice Gloria al Padre.
Ant. Pablo, te basta mi gracia, que en la debilidad se muestra perfecto mi
poder.
Ant 3. La gracia de Dios no quedó infecunda en mí, sino que su gracia
permanece siempre en mí.
Salmo 149 - ALEGRÍA DE LOS SANTOS
Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.
Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.
Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:
para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.
Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. La gracia de Dios no quedó infecunda en mí, sino que su gracia
permanece siempre en mí.
LECTURA BREVE Hch 26, 16b-18
Me he dejado ver de ti para hacerte siervo mío y testigo de la visión en que me
has visto y de otras que te manifestaré. Yo te sacaré de todos los peligros que
te vengan de tu nación y de los gentiles. A éstos te envío ahora para que les
abras los ojos y se conviertan de las tinieblas a la luz, del poder de Satanás
a Dios; para que por la fe en mí reciban el perdón de los pecados y su parte en
la herencia de los justos.
RESPONSORIO BREVE
V. Tú eres un instrumento escogido, apóstol san Pablo.
R. Tú eres un instrumento escogido, apóstol san Pablo.
V. Predicador de la verdad en todo el mundo.
R. Apóstol san Pablo.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Tú eres un instrumento escogido, apóstol san Pablo.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Celebremos la conversión del apóstol san Pablo, que de perseguidor
pasó a ser un instrumento escogido.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc
1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Celebremos la conversión del apóstol san Pablo, que de perseguidor
pasó a ser un instrumento escogido.
PRECES
Demos gracias a nuestro Padre que está en los cielos, porque por medio de los
apóstoles nos ha dado parte en la herencia de los elegidos, y aclamémosle
diciendo:
El coro de los apóstoles te alaba, Señor.
Te alabamos, Señor, porque por medio de los apóstoles nos has dado la mesa de
tu cuerpo y de tu sangre:
en ella encontramos nuestra fuerza y nuestra vida.
Te alabamos, Señor, porque por medio de los apóstoles nos has preparado la mesa
de tu palabra:
por ella crecemos en el conocimiento de la verdad y se acrecienta nuestro gozo.
Te alabamos, Señor, porque por medio de los apóstoles has fundado tu Iglesia:
por ella nos edificas en la unidad de tu pueblo.
Te alabamos, Señor, porque por medio de los apóstoles nos has dado el bautismo
y la penitencia:
por ellos nos purificas de todas nuestras culpas.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Concluyamos nuestra oración con la plegaria que Jesús enseñó a los apóstoles:
Padre nuestro...
ORACION
Señor Dios, que has iluminado al mundo entero con la palabra del apóstol san
Pablo, haz que quienes recordamos hoy su conversión, imitando sus ejemplos,
anunciemos el Evangelio al mundo y seamos así testigos de tu verdad. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
HORA TERCIA
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: EL TRABAJO, SEÑOR, DE CADA DÍA
El trabajo, Señor, de cada día
nos sea por tu amor santificado,
convierte su dolor en alegría
de amor, que para dar tú nos has dado.
Paciente y larga es nuestra tarea
en la noche oscura del amor que espera;
dulce huésped del alma, al que flaquea
dale tu luz, tu fuerza que aligera.
En el alto gozoso del camino,
demos gracias a Dios, que nos concede
la esperanza sin fin del don divino;
todo lo puede en él quien nada puede. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Saulo, hermano: Jesús el Señor, que se te apareció en el camino, me
envía para que recobres la vista y quedes lleno del Espíritu Santo.
Salmo 118, 113-120
Detesto a los inconstantes
y amo tu voluntad;
tú eres mi refugio y mi escudo,
yo espero en tu palabra;
apartaos de mí los perversos,
y cumpliré tus mandatos, Dios mío.
Sosténme con tu promesa y viviré,
que no quede frustrada mi esperanza;
dame apoyo y estaré a salvo,
me fijaré en tus leyes sin cesar;
desprecias a los que se desvían de tus decretos,
sus proyectos son engaño.
Tienes por escoria a los malvados,
por eso amo tus preceptos;
mi carne se estremece con tu temor,
y respeto tus mandamientos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 78, 1-5. 8-11. 13 - LAMENTACIÓN ANTE LA DESTRUCCIÓN DE JERUSALÉN
Dios mío, los gentiles han entrado en tu heredad,
han profanado tu santo templo,
han reducido Jerusalén a ruinas.
Echaron los cadáveres de tus siervos
en pasto a las aves del cielo,
y la carne de tus fieles
a las fieras de la tierra,
Derramaron su sangre como agua
en torno a Jerusalén,
y nadie la enterraba.
Fuimos el escarnio de nuestros vecinos,
la irrisión y la burla de los que nos rodean.
¿Hasta cuándo, Señor?
¿Vas a estar siempre enojado?
¿Va a arder como fuego tu cólera?
No recuerdes contra nosotros
las culpas de nuestros padres;
que tu compasión nos alcance pronto,
pues estamos agotados.
Socórrenos, Dios salvador nuestro,
por el honor de tu nombre;
líbranos y perdona nuestros pecados
a causa de tu nombre.
¿Por qué han de decir los gentiles:
«Dónde está su Dios»?
Que a nuestra vista conozcan los gentiles la venganza
de la sangre de tus siervos derramada.
Llegue a tu presencia el gemido del cautivo:
con tu brazo poderoso, salva a los condenados a muerte.
Mientras, nosotros, pueblo tuyo,
ovejas de tu rebaño,
te daremos gracias siempre,
cantaremos tus alabanzas
de generación en generación.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 79 - VEN A VISITAR TU VIÑA
Pastor de Israel, escucha,
tú que guías a José como a un rebaño;
tú que te sientas sobre querubines, resplandece
ante Efraím, Benjamín y Manasés;
despierta tu poder y ven a salvarnos.
¡Oh Dios!, restáuranos,
que brille tu rostro y nos salve.
Señor Dios de los ejércitos,
¿hasta cuándo estarás airado
mientras tu pueblo te suplica?
Le diste a comer llanto,
a beber lágrimas a tragos;
nos entregaste a las disputas de nuestros vecinos,
nuestros enemigos se burlan de nosotros.
Dios de los ejércitos, restáuranos,
que brille tu rostro y nos salve.
Sacaste una vid de Egipto,
expulsaste a los gentiles, y la trasplantaste;
le preparaste el terreno y echó raíces
hasta llenar el país;
su sombra cubría las montañas,
y sus pámpanos, los cedros altísimos;
extendió sus sarmientos hasta el mar,
y sus brotes hasta el Gran Río.
¿Por qué has derribado su cerca
para que la saqueen los viandantes,
la pisoteen los jabalíes
y se la coman las alimañas?
Dios de los ejércitos, vuélvete:
mira desde el cielo, fíjate,
ven a visitar tu viña,
la cepa que tu diestra plantó,
y que tú hiciste vigorosa.
La han talado y le han prendido fuego:
con un bramido hazlos perecer.
Que tu mano proteja a tu escogido,
al hombre que tú fortaleciste.
No nos alejaremos de ti:
danos vida, para que invoquemos tu nombre.
Señor Dios de los ejércitos, restáuranos,
que brille tu rostro y nos salve.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Saulo, hermano: Jesús el Señor, que se te apareció en el camino, me
envía para que recobres la vista y quedes lleno del Espíritu Santo.
LECTURA BREVE 1Tm 1, 12-13
Doy gracias a Cristo Jesús, nuestro Señor, que me hizo capaz, se fió de mí y me
confió este ministerio. Yo primero fui blasfemo y perseguidor, e inferí
ultrajes; pero fui acogido con toda misericordia, porque obré por ignorancia,
en el tiempo de mi incredulidad.
V. Estad alegres, dice el Señor.
R. Porque vuestros nombres están inscritos en el cielo.
ORACIÓN
OREMOS,
Señor Dios, que has iluminado al mundo entero con la palabra del apóstol san
Pablo, haz que quienes recordamos hoy su conversión, imitando sus ejemplos,
anunciemos el Evangelio al mundo y seamos así testigos de tu verdad. Por Cristo
nuestro Señor.
Amén.
CONCLUSIÓN
V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.
HORA SEXTA
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: TE ESTÁ CANTANDO EL MARTILLO
Te está cantando el martillo
y rueda en tu honor la rueda.
Puede que la luz no pueda
librar del humo su brillo.
¡Qué sudoroso y sencillo
te pones a mediodía,
Dios de esta dura porfía
de estar sin pausa creando,
y verte necesitando
del hombre más cada día!
Quien diga que Dios ha muerto
que salga a la luz y vea
si el mundo es o no tarea
de un Dios que sigue despierto.
Ya no es su sitio el desierto
ni en la montaña se esconde;
decid, si preguntan dónde,
que Dios está -sin mortaja-
en donde un hombre trabaja
y un corazón le responde. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Ya se acercaba Pablo a Damasco, cuando, de repente, se vio rodeado
de un resplandor que venía del cielo.
Salmo 122 - EL SEÑOR, ESPERANZA DEL PUEBLO
A ti levanto mis ojos,
a ti que habitas en el cielo.
Como están los ojos de los esclavos
fijos en las manos de sus señores,
como están los ojos de la esclava
fijos en las manos de su señora,
así están nuestros ojos
en el Señor, Dios nuestro,
esperando su misericordia.
Misericordia, Señor, misericordia,
que estamos saciados de desprecios;
nuestra alma está saciada
del sarcasmo de los satisfechos,
del desprecio de los orgullosos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 123 - NUESTRO AUXILIO ES EL NOMBRE DEL SEÑOR
Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte
-que lo diga Israel-,
si el Señor no hubiera estado de nuestra parte,
cuando nos asaltaban los hombres,
nos habrían tragado vivos:
tanto ardía su ira contra nosotros.
Nos habrían arrollado las aguas,
llegándonos el torrente hasta el cuello;
nos habrían llegado hasta el cuello
las aguas espumantes.
Bendito el Señor, que no nos entregó
como presa a sus dientes;
hemos salvado la vida como un pájaro
de la trampa del cazador:
la trampa se rompió y escapamos.
Nuestro auxilio es el nombre del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 124 - EL SEÑOR VELA POR SU PUEBLO.
Los que confían en el Señor son como el monte Sión:
no tiembla, está asentado para siempre.
Jerusalén está rodeada de montañas,
y el Señor rodea a su pueblo
ahora y por siempre.
No pesará el cetro de los malvados
sobre el lote de los justos,
no sea que los justos extiendan
su mano a la maldad.
Señor, concede bienes a los buenos,
a los sinceros de corazón;
y a los que se desvían por sendas tortuosas,
que los rechace el Señor con los malhechores.
¡Paz a Israel!
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Ya se acercaba Pablo a Damasco, cuando, de repente, se vio rodeado de
un resplandor que venía del cielo.
LECTURA BREVE 1Tm 1, 14-15
¡En verdad que sobreabundó en mi la gracia de nuestro Señor, juntamente con la
fe y la caridad de Cristo Jesús! Sentencia verdadera y digna de universal
adhesión es esta: Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores. Y de
entre ellos yo soy el primero.
V. Señor, tú eres mi lámpara.
R. Dios mío, tú alumbras mis tinieblas.
ORACIÓN
OREMOS,
Señor Dios, que has iluminado al mundo entero con la palabra del apóstol san
Pablo, haz que quienes recordamos hoy su conversión, imitando sus ejemplos,
anunciemos el Evangelio al mundo y seamos así testigos de tu verdad. Por Cristo
nuestro Señor.
Amén.
CONCLUSIÓN
V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.
HORA NONA
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: FUNDAMENTO DE TODO LO QUE EXISTE
Fundamento de todo lo que existe,
de tu pueblo elegido eterna roca,
de los tiempos Señor, que prometiste
dar tu vigor al que con fe te invoca.
Mira al hombre que es fiel y no te olvida,
tu Espíritu, tu paz háganlo fuerte
para amarte y servirte en esta vida
y gozarte después de santa muerte.
Jesús, Hijo del Padre, ven aprisa
en este atardecer que se avecina,
serena claridad y dulce brisa
será tu amor que todo lo domina. Amén.
SALMODIA
Ant 1. El Señor dijo a Saulo: «Yo soy Jesús Nazareno, a quien tú
persigues.»
Salmo 125 - DIOS, ALEGRÍA Y ESPERANZA NUESTRA.
Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares.
Hasta los gentiles decían:
«El Señor ha estado grande con ellos.»
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres.
Que el Señor cambie nuestra suerte
como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares.
Al ir, iban llorando,
llevando la semilla;
al volver, vuelven cantando,
trayendo sus gavillas.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 126 - EL ESFUERZO HUMANO ES INÚTIL SIN DIOS.
Si el Señor no construye la casa,
en vano se cansan los albañiles;
si el Señor no guarda la ciudad,
en vano vigilan los centinelas.
Es inútil que madruguéis,
que veléis hasta muy tarde,
los que coméis el pan de vuestros sudores:
¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen!
La herencia que da el Señor son los hijos;
una recompensa es el fruto de las entrañas:
son saetas en mano de un guerrero
los hijos de la juventud.
Dichoso el hombre que llena
con ellas su aljaba:
no quedará derrotado cuando litigue
con su adversario en la plaza.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 127 - PAZ DOMÉSTICA EN EL HOGAR DEL JUSTO
¡Dichoso el que teme al Señor
y sigue sus caminos!
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás dichoso, te irá bien;
tu mujer, como una vid fecunda,
en medio de tu casa;
tus hijos, como renuevos de olivo,
alrededor de tu mesa:
ésta es la bendición del hombre
que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida;
que veas a los hijos de tus hijos.
¡Paz a Israel!
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor dijo a Saulo: «Yo soy Jesús Nazareno, a quien tú persigues.»
LECTURA BREVE 1Tm 1, 16
Dios me concedió su misericordia, para que Cristo Jesús manifestase
primeramente en mi toda su benignidad y sirviese de ejemplo a quienes habían de
creer en él para conseguir la vida eterna.
V. Daré gloria a tu nombre por siempre, Señor.
R. Por tu grande piedad para conmigo.
ORACIÓN
OREMOS,
Señor Dios, que has iluminado al mundo entero con la palabra del apóstol san
Pablo, haz que quienes recordamos hoy su conversión, imitando sus ejemplos,
anunciemos el Evangelio al mundo y seamos así testigos de tu verdad. Por Cristo
nuestro Señor.
Amén.
CONCLUSIÓN
V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: TAN CERCA, SAULO, DE NOSOTROS
Tan cerca, Saulo, de nosotros,
de nuestras mordeduras,
de nuestros viejos odios
y de nuestras ternuras.
Cerca de nuestras ansias,
lejos de nuestros pasos,
de nuestras veleidades
y de nuestros fracasos.
Dinos que Cristo en cruz
es todo: pena y gozo,
tu enseñanza y tu gloria,
tu lucha y tu reposo.
Que al corazón que a toda
decisión está listo,
todo es estiércol, todo,
para ganar a Cristo. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Muy a gusto presumo de mis debilidades, porque así residirá en mí
la fuerza de Cristo.
Salmo 115 - ACCIÓN DE GRACIAS EN EL TEMPLO.
Tenía fe, aun cuando dije:
«¡Qué desgraciado soy!»
Yo decía en mi apuro:
«Los hombres son unos mentirosos.»
¿Cómo pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando su nombre.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo.
Vale mucho a los ojos del Señor
la vida de sus fieles.
Señor, yo soy tu siervo,
siervo tuyo, hijo de tu esclava:
rompiste mis cadenas.
Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando tu nombre, Señor.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo,
en el atrio de la casa del Señor,
en medio de ti, Jerusalén.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Muy a gusto presumo de mis debilidades, porque así residirá en mí la
fuerza de Cristo.
Ant 2. Yo planté, Apolo regó, pero fue Dios quien dio el crecimiento.
Salmo 125 - DIOS, ALEGRÍA Y ESPERANZA NUESTRA.
Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares.
Hasta los gentiles decían:
«El Señor ha estado grande con ellos.»
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres.
Que el Señor cambie nuestra suerte
como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares.
Al ir, iban llorando,
llevando la semilla;
al volver, vuelven cantando,
trayendo sus gavillas.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Yo planté, Apolo regó, pero fue Dios quien dio el crecimiento.
Ant 3. Para mí la vida es Cristo, y la muerte una ganancia; líbreme Dios
de gloriarme si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo.
Cántico: EL PLAN DIVINO DE SALVACIÓN - Ef 1, 3-10
Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
El nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados
e irreprochables ante él por el amor.
Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.
Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Para mí la vida es Cristo, y la muerte una ganancia; líbreme Dios de
gloriarme si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo.
LECTURA BREVE 1Co 15, 9-10
Yo soy el menor de los apóstoles, indigno del nombre de apóstol, pues perseguí
a la Iglesia de Dios. Mas, por la gracia de Dios, soy lo que soy; y la gracia
que él me concedió no quedó infecunda en mí. He trabajado con más afán que
todos ellos, aunque no yo, sino la gracia de Dios que está conmigo.
RESPONSORIO BREVE
V. Te doy gracias, Señor, de todo corazón.
R. Te doy gracias, Señor, de todo corazón.
V. Tañeré en honor de tu nombre entre las naciones.
R. De todo corazón.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Te doy gracias, Señor, de todo corazón.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Apóstol san Pablo, predicador de la verdad y maestro de los gentiles,
intercede por nosotros ante Dios que te eligió.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Apóstol san Pablo, predicador de la verdad y maestro de los gentiles,
intercede por nosotros ante Dios que te eligió.
PRECES
Hermanos: Edificados sobre el cimiento de los apóstoles, oremos al Padre por su
pueblo santo, diciendo:
Acuérdate, Señor, de tu Iglesia.
Padre santo, que quisiste que tu Hijo resucitado de entre los muertos se
manifestara en primer lugar a los apóstoles,
haz que también nosotros seamos testigos de Cristo hasta los confines del
mundo.
Padre santo, tú que enviaste a tu Hijo al mundo para dar la Buena Noticia a los
pobres,
haz que el Evangelio sea proclamado a toda la creación.
Tú que enviaste a tu Hijo a sembrar la semilla de la palabra,
haz que, sembrando también tu palabra con nuestro esfuerzo, recojamos sus
frutos con alegría.
Tú que enviaste a tu Hijo para que reconciliara el mundo contigo,
haz que también nosotros cooperemos a la reconciliación de los hombres.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Tú que quisiste que tu Hijo resucitara el primero de entre los muertos,
concede a todos los que son de Cristo resucitar con él, el día de su venida.
Oremos ahora al Padre, como Jesús enseñó a los apóstoles:
Padre nuestro...
ORACION
Señor Dios, que has iluminado al mundo entero con la palabra del apóstol san
Pablo, haz que quienes recordamos hoy su conversión, imitando sus ejemplos,
anunciemos el Evangelio al mundo y seamos así testigos de tu verdad. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
COMPLETAS
(Oración antes del descanso nocturno)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
EXAMEN DE CONCIENCIA
Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada que Dios nos ha concedido,
reconozcamos sinceramente nuestros pecados.
Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante vosotros, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión:
por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos,
que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor.
V. El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros
pecados y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
Himno: CUANDO LA LUZ DEL SOL ES YA PONIENTE
Cuando la luz del sol es ya poniente,
gracias, Señor, es nuestra melodía;
recibe, como ofrenda, amablemente,
nuestro dolor, trabajo y alegría.
Si poco fue el amor en nuestro empeño
de darle vida al día que fenece,
convierta en realidad lo que fue un sueño
tu gran amor que todo lo engrandece.
Tu cruz, Señor, redime nuestra suerte
de pecadora en justa, e ilumina
la senda de la vida y de la muerte
del hombre que en la fe lucha y camina.
Jesús, Hijo del Padre, cuando avanza
la noche oscura sobre nuestro día,
concédenos la paz y la esperanza
de esperar cada noche tu gran día. Amén.
SALMODIA
Ant 1. No me escondas tu rostro, ya que confío en ti.
Salmo 142, 1-11 - LAMENTACIÓN Y SÚPLICA ANTE LA ANGUSTIA
Señor, escucha mi oración;
tú que eres fiel, atiende a mi súplica;
tú que eres justo, escúchame.
No llames a juicio a tu siervo,
pues ningún hombre vivo es inocente frente a ti.
El enemigo me persigue a muerte,
empuja mi vida al sepulcro,
me confina a las tinieblas
como a los muertos ya olvidados.
mi aliento desfallece,
mi corazón dentro de mí está yerto.
Recuerdo los tiempos antiguos,
medito todas tus acciones,
considero las obras de tus manos
y extiendo mis brazos hacia ti:
tengo sed de ti como tierra reseca.
Escúchame en seguida, Señor,
que me falta el aliento.
No me escondas tu rostro,
igual que a los que bajan a la fosa.
En la mañana hazme escuchar tu gracia,
ya que confío en ti;
indícame el camino que he de seguir,
pues levanto mi alma a ti.
Líbrame del enemigo, Señor,
que me refugio en ti.
Enséñame a cumplir tu voluntad,
ya que tú eres mi Dios.
Tu espíritu, que es bueno,
me guíe por tierra llana.
Por tu nombre, Señor, consérvame vivo;
por tu clemencia, sácame de la angustia.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. No me escondas tu rostro, ya que confío en ti.
LECTURA BREVE 1Pe 5, 8-9
Sed sobrios, estad despiertos: vuestro enemigo, el diablo, como león rugiente,
ronda buscando a quien devorar; resistidle, firmes en la fe.
RESPONSORIO BREVE
V. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
V. Tú, el Dios leal, nos librarás.
R. Te encomiendo mi espíritu.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que
velemos con Cristo y descansemos en paz.
CÁNTICO DE SIMEÓN Lc 2, 29-32
Ahora, Señor, según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo irse en paz,
porque mis ojos han visto a tu Salvador,
a quien has presentado ante todos los pueblos
luz para alumbrar a las naciones
y gloria de tu pueblo Israel.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que
velemos con Cristo y descansemos en paz.
ORACION
OREMOS,
Ilumina, Señor, nuestra noche y concédenos un descanso tranquilo; que mañana
nos levantemos en tu nombre y podamos contemplar, con salud y gozo, el clarear
del nuevo día. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
BENDICIÓN
V. El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa
muerte.
R. Amén.
ANTIFONA FINAL DE LA SANTISIMA VIRGEN
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra,
Dios te salve.
A ti llamamos los desterrados hijos de Eva,
a ti suspiramos , gimiendo y llorando
en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos,
y después de este destierro muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
¡Oh clemente, oh piadosa,
oh dulce Virgen María!
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