Del Propio del Tiempo. Salterio I
OFICIO DE LECTURA
Si
el Oficio de Lectura es la primera oración del día:
V.
Señor abre mis labios
R.
Y mi boca proclamará tu alabanza
Se
añade el Salmo del Invitatorio con la siguiente antífona:
Ant.
Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón.»
Salmo
94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid,
aclamemos al Señor,
demos
vítores a la Roca que nos salva;
entremos
a su presencia dándole gracias,
aclamándolo
con cantos.
Porque
el Señor es un Dios grande,
soberano
de todos los dioses:
tiene
en su mano las simas de la tierra,
son
suyas las cumbres de los montes;
suyo
es el mar, porque él lo hizo,
la
tierra firme que modelaron sus manos.
Venid,
postrémonos por tierra,
bendiciendo
al Señor, creador nuestro.
Porque
él es nuestro Dios,
y
nosotros su pueblo,
el
rebaño que él guía.
Ojalá
escuchéis hoy su voz:
«No
endurezcáis el corazón como en Meribá,
como
el día de Masá en el desierto;
cuando
vuestros padres me pusieron a prueba
y
dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante
cuarenta años
aquella
generación me repugnó, y dije:
Es
un pueblo de corazón extraviado,
que
no reconoce mi camino;
por
eso he jurado en mi cólera
que
no entrarán en mi descanso»
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón.»
Si antes del Oficio de lectura se ha rezado ya alguna otra Hora:
V.
Dios mío, ven en mi auxilio
R.
Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno:
ESTE LARGO MARTIRIO DE LA VIDA
Este
largo martirio de la vida,
la
fe tan viva y la esperanza muerta,
el
alma desvelada y tan despierta
al
dolor, y al consuelo tan dormida;
esta
perpetua ausencia y despedida,
entrar
el mal, cerrar tras sí la puerta,
con
diligencia y gana descubierta
de
que el bien no halle entrada ni salida;
ser
los alivios más sangrientos lazos
y
riendas libres de los desconciertos,
efectos
son, Señor, de mis pecados,
de
que me han de librar esos tus brazos
que
para recibirme están abiertos
y
por no castigarme están clavados. Amén.
SALMODIA
Ant
1. Sálvame, Señor, por tu misericordia.
Salmo
6 - ORACIÓN DEL AFLIGIDO QUE ACUDE A DIOS
Señor,
no me corrijas con ira,
no
me castigues con cólera.
Misericordia,
Señor, que desfallezco;
cura,
Señor, mis huesos dislocados.
Tengo
el alma en delirio,
y
tú, Señor, ¿hasta cuando?
Vuélvete,
Señor, liberta mi alma,
sálvame
por tu misericordia.
Porque
en el reino de la muerte nadie te invoca,
y
en el abismo, ¿quién te alabará?
Estoy
agotado de gemir:
de
noche lloro sobre el lecho,
riego
mi cama con lágrimas.
Mis
ojos se consumen irritados,
envejecen
por tantas contradicciones.
Apartaos
de mí los malvados,
porque
el Señor ha escuchado mis sollozos;
el
Señor ha escuchado mi súplica,
el
Señor ha aceptado mi oración.
Que
la vergüenza abrume a mis enemigos,
que
avergonzados huyan al momento.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Sálvame, Señor, por tu misericordia.
Ant
2. El Señor es el refugio del oprimido en los momentos de peligro.
Salmo
9 A I - ACCIÓN DE GRACIAS POR LA VICTORIA
Te
doy gracias, Señor, de todo corazón,
proclamando
todas tus maravillas;
me
alegro y exulto contigo
y
toco en honor de tu nombre, ¡oh Altísimo!
Porque
mis enemigos retrocedieron,
cayeron
y perecieron ante tu rostro.
Defendiste
mi causa y mi derecho
sentado
en tu trono como juez justo.
Reprendiste
a los pueblos, destruiste al impío
y
borraste para siempre su apellido.
El
enemigo acabó en ruina perpetua,
arrasaste
sus ciudades y se perdió su nombre.
Dios
está sentado por siempre
en
el trono que ha colocado para juzgar.
Él
juzgará el orbe con justicia
y
regirá las naciones con rectitud.
El
será refugio del oprimido,
su
refugio en los momentos de peligro.
Confiarán
en ti los que conocen tu nombre,
porque
no abandonas a los que te buscan.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
El Señor es el refugio del oprimido en los momentos de peligro.
Ant
3. Narraré tus hazañas en las puertas de Sión.
Salmo
9 A II
Tañed
en honor del Señor, que reside en Sión;
narrad
sus hazañas a los pueblos;
él
venga la sangre, él recuerda,
y
no olvida los gritos de los humildes.
Piedad,
Señor; mira como me afligen mis enemigos;
levántame
del umbral de la muerte,
para
que pueda proclamar tus alabanzas
y
gozar de tu salvación en las puertas de Sión.
Los
pueblos se han hundido en la fosa que hicieron,
su
pie quedó prendido en la red que escondieron.
El
Señor apareció para hacer justicia,
y
se enredó el malvado en sus propias acciones.
Vuelvan
al abismo los malvados,
los
pueblos que olvidan a Dios.
El
no olvida jamás al pobre,
ni
la esperanza del humilde perecerá.
Levántate,
Señor, que el hombre no triunfe:
sean
juzgados los gentiles en tu presencia.
Señor,
infúndeles terror,
y
aprendan los pueblos que no son más que hombres.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Narraré tus hazañas en las puertas de Sión.
V.
Convertíos y creed la Buena Noticia.
R.
Porque está cerca el reino de Dios.
PRIMERA
LECTURA
Del
libro del Éxodo 6, 2-13
SEGUNDO
RELATO DE LA VOCACIÓN DE MOISÉS
En
aquellos días, dijo Dios a Moisés:
«Yo
soy el Señor, yo me aparecí a Abraham, a Isaac y a Jacob, como "Dios de
las montañas", pero no les di a conocer mi nombre. Yo hice alianza con
ellos, prometiéndoles la tierra de Canaán, tierra de sus andanzas (donde habían
residido). Yo también escuché las quejas de los israelitas cuando los egipcios
los esclavizaban, y me acordé de la alianza. Por tanto, di a los israelitas:
"Yo soy el Señor: os sacaré de debajo de las cargas de los egipcios, os
libraré de vuestra esclavitud, os redimiré con brazo extendido y haciendo
justicia solemne. Os adoptaré como pueblo mío y seré vuestro Dios; para que
sepáis que yo soy el Señor, vuestro Dios, el que os saca de debajo de las cargas
de los egipcios; os llevaré a la tierra que prometí con juramento a Abraham,
Isaac y Jacob, y os la daré en posesión: Yo, el Señor."»
Moisés
comunicó esto a los israelitas, pero no le hicieron caso, porque estaban
agobiados por el durísimo trabajo. El Señor dijo a Moisés:
«Ve
al Faraón, rey de Egipto, y dile que deje salir de su tierra a los israelitas.»
Moisés
habló en presencia del Señor:
«Si
los israelitas no me escuchan, ¿cómo me escuchará el Faraón a mí, que soy tan
torpe de palabra?"
Pero
el Señor habló a Moisés y a Aarón, dándoles órdenes para el Faraón, rey de
Egipto, y para los israelitas, y mandándoles sacar de Egipto a los hijos de
Israel.
RESPONSORIO
Cf. 1Pe 2, 9. 10; cf. Ex 6, 7. 6
R.
Vosotros sois linaje escogido, sacerdocio regio, nación santa, pueblo adquirido
por Dios; vosotros que en otro tiempo no erais pueblo sois ahora pueblo de
Dios. * Os adoptaré como pueblo mío y seré vuestro Dios.
V.
Yo soy el Señor: os sacaré de debajo de las cargas de los egipcios, con brazo extendido.
R.
Os adoptaré como pueblo mío y seré vuestro Dios.
SEGUNDA
LECTURA
De
las Disertaciones de san Gregorio de Nacianzo, obispo
(Disertación
14, Sobre el amor a los pobres, 23-25: PG 35, 887-890 )
IMITEMOS
LA BENIGNIDAD DE DIOS
Reconoce
de dónde te viene la existencia, el aliento, la inteligencia y el saber, y, lo
que es más aún, el conocimiento de Dios, la esperanza del reino de los cielos,
la contemplación de la gloria (ahora, es verdad, como en un espejo y
confusamente, pero después de un modo pleno y perfecto), el ser hijo de Dios,
el ser coheredero de Cristo y, para decirlo con toda audacia, el haber sido
incluso hecho dios. ¿De dónde y de quién te viene todo esto?
Y,
para enumerar también estas cosas menos importantes y que están a la vista,
¿por gracia de quién contemplas la hermosura del cielo, el recorrido del sol,
la órbita de la luna, la multitud de las estrellas y el orden y concierto que
en todo esto brilla, como en las cuerdas de una lira? ¿Quién te ha dado la
lluvia, el cultivo de los campos, la comida, las diversas artes, el lugar para
habitar, las leyes, la vida social, una vida llevadera y civilizada, la amistad
y la familiaridad con los que están unidos a ti por vínculos de parentesco?
¿De
dónde te viene que, entre los animales, unos te sean mansos y dóciles, y otros
estén destinados a servirte de alimento?
¿Quién
te ha constituido amo y rey de todo lo que hay sobre la tierra?
¿Quién,
para no recordar una por una todas las cosas, te ha dado todo aquello que te
hace superior a los demás seres animados?
¿No
es verdad que todo esto procede de Dios, el cual te pide ahora, en justa
retribución, tu benignidad, por encima de todo y en favor de todo? ¿Es que no
nos avergonzaremos, después que de él hemos recibido y esperamos recibir tanto,
de negarle incluso esto: la benignidad? Él, aun siendo Dios y Señor, no se
avergüenza de llamarse Padre nuestro, y nosotros ¿nos cerraremos a los que son
de nuestra misma condición?
No,
hermanos y amigos míos, no seamos malos administradores de los bienes que Dios
nos ha regalado, no nos hagamos acreedores a la reprensión de Pedro:
Avergonzaos, los que retenéis lo ajeno, esforzaos en imitar la equidad de Dios,
y así nadie será pobre.
No
pongamos nuestro afán en reunir y conservar riquezas, mientras otros padecen
necesidad, no sea que nos alcancen las duras y amenazadoras palabras del
profeta Amós, cuando dice: Escuchad, los que decís: «¿Cuándo pasará la luna
nueva, para vender el trigo, y el sábado, para ofrecer el grano?»
Imitemos
aquella suprema y primera ley de Dios, según la cual hace llover sobre justos y
pecadores, y hace salir el sol igualmente para todos; que pone la tierra, las
fuentes, los ríos y los bosques a plena disposición de los animales terrestres,
el aire a disposición de las aves, el agua a disposición de los animales
acuáticos; y que ha dado a todos con abundancia lo que necesitan para
subsistir, sin estar en esto sujetos al dominio de nadie, sin ninguna ley que ponga
limitaciones, sin límites ni fronteras; sino que lo ha puesto todo en común,
con amplitud y abundancia, sin que por ello falte nunca de nada. Y esto lo hizo
para hacer resaltar, con la igualdad del don, la igual dignidad de toda la
naturaleza y para manifestar las riquezas de su benignidad.
RESPONSORIO
Lc 6, 35; Mt 5, 45; Lc 6, 36
R.
Amad a vuestros enemigos; haced el bien y prestad sin esperar nada a cambio;
así seréis hijos de vuestro Padre celestial, * que hace salir su sol sobre
malos y buenos, y llover sobre justos y pecadores.
V.
Sed misericordiosos, como es misericordioso vuestro Padre.
R.
Que hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos y pecadores.
ORACIÓN.
OREMOS,
Conviértenos
a ti, Dios salvador nuestro, y ayúdanos a progresar en el conocimiento de tu
palabra, para que así la celebración de esta Cuaresma dé en nosotros fruto
abundante. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en
la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
CONCLUSIÓN
V.
Bendigamos al Señor.
R.
Demos gracias a Dios.
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVOCACIÓN
INICIAL
V.
Señor abre mis labios
R.
Y mi boca proclamará tu alabanza
INVITATORIO
Ant.
Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón.»
Salmo
94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid,
aclamemos al Señor,
demos
vítores a la Roca que nos salva;
entremos
a su presencia dándole gracias,
aclamándolo
con cantos.
Porque
el Señor es un Dios grande,
soberano
de todos los dioses:
tiene
en su mano las simas de la tierra,
son
suyas las cumbres de los montes;
suyo
es el mar, porque él lo hizo,
la
tierra firme que modelaron sus manos.
Venid,
postrémonos por tierra,
bendiciendo
al Señor, creador nuestro.
Porque
él es nuestro Dios,
y
nosotros su pueblo,
el
rebaño que él guía.
Ojalá
escuchéis hoy su voz:
«No
endurezcáis el corazón como en Meribá,
como
el día de Masá en el desierto;
cuando
vuestros padres me pusieron a prueba
y
dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante
cuarenta años
aquella
generación me repugnó, y dije:
Es
un pueblo de corazón extraviado,
que
no reconoce mi camino;
por
eso he jurado en mi cólera
que
no entrarán en mi descanso»
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón.»
Himno:
CUÁNTAS VECES, SEÑOR, ME HABÉIS LLAMADO
¡Cuántas
veces, Señor, me habéis llamado,
y
cuántas con vergüenza he respondido,
desnudo
como Adán, aunque vestido
de
las hojas del árbol del pecado!
Seguí
mil veces vuestro pie sagrado,
fácil
de asir, en una cruz asido,
y
atrás volví otras tantas atrevido,
al
mismo precio que me habéis comprado.
Besos
de paz os di para ofenderos,
pero
si fugitivos de su dueño
yerran
cuando los hallan los esclavos,
hoy
que vuelvo con lágrimas a veros,
clavadme
vos a vos en vuestro leño
y
tendréisme seguro con tres clavos. Amén.
SALMODIA
Ant
1. A ti te suplico, Señor; por la mañana escucharás mi voz.
Salmo
5, 2-10. 12-13 - ORACIÓN DE LA MAÑANA DE UN JUSTO PERSEGUIDO
Señor,
escucha mis palabras,
atiende
a mis gemidos,
haz
caso de mis gritos de auxilio,
Rey
mío y Dios mío.
A
ti te suplico, Señor;
por
la mañana escucharás mi voz,
por
la mañana te expongo mi causa,
y
me quedo aguardando.
Tú
no eres un Dios que ame la maldad,
ni
el malvado es tu huésped,
ni
el arrogante se mantiene en tu presencia.
Detestas
a los malhechores,
destruyes
a los mentirosos;
al
hombre sanguinario y traicionero
lo
aborrece el Señor.
Pero
yo, por tu gran bondad,
entraré
en tu casa,
me
postraré ante tu templo santo
con
toda reverencia.
Señor,
guíame con tu justicia,
porque
tengo enemigos;
alláname
tu camino.
En
su boca no hay sinceridad,
su
corazón es perverso;
su
garganta es un sepulcro abierto,
mientras
halagan con la lengua.
Que
se alegren los que se acogen a ti,
con
júbilo eterno;
protégelos,
para que se llenen de gozo
los
que aman tu nombre.
Porque
tú, Señor, bendices al justo,
y
como un escudo lo rodea tu favor.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
A ti te suplico, Señor; por la mañana escucharás mi voz.
Ant
2. Alabamos, Dios nuestro, tu nombre glorioso.
Cantico:
SOLO A DIOS HONOR Y GLORIA 1Cro 29,10-13
Bendito
eres, Señor,
Dios
de nuestro padre Israel,
por
los siglos de los siglos.
Tuyos
son, Señor, la grandeza y el poder,
la
gloria, el esplendor, la majestad,
porque
tuyo es cuanto hay en cielo y tierra,
tú
eres rey y soberano de todo.
De
ti viene la riqueza y la gloria,
tú
eres Señor del universo,
en
tu mano está el poder y la fuerza,
tú
engrandeces y confortas a todos.
Por
eso, Dios nuestro,
nosotros
te damos gracias,
alabando
tu nombre glorioso.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Alabamos, Dios nuestro, tu nombre glorioso.
Ant
3. Postraos ante el Señor en el atrio sagrado.
Salmo
28 - MANIFESTACIÓN DE DIOS EN LA TEMPESTAD.
Hijos
de Dios, aclamad al Señor,
aclamad
la gloria y el poder del Señor,
aclamad
la gloria del nombre del Señor,
postraos
ante el Señor en el atrio sagrado.
La
voz del Señor sobre las aguas,
el
Dios de la gloria hace oír su trueno,
el
Señor sobre las aguas torrenciales.
La
voz del Señor es potente,
la
voz del Señor es magnífica,
la
voz del Señor descuaja los cedros,
el
Señor descuaja los cedros del Líbano.
Hace
brincar al Líbano como a un novillo,
al
Sarión como a una cría de búfalo.
La
voz del Señor lanza llamas de fuego,
la
voz del Señor sacude el desierto,
el
Señor sacude el desierto de Cadés.
La
voz del Señor retuerce los robles,
el
Señor descorteza las selvas.
En
su templo un grito unánime: ¡Gloria!
El
trono del Señor está encima de la tempestad,
el
Señor se sienta como rey eterno.
El
Señor da fuerza a su pueblo,
el
Señor bendice a su pueblo con la paz.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Postraos ante el Señor en el atrio sagrado.
LECTURA
BREVE Ex 19,4-6a
Vosotros
habéis visto cómo os saqué sobre alas de águila y os traje hacia mí; ahora
pues, si queréis obedecerme y guardar mi alianza, seréis mi especial propiedad
entre todos los pueblos, pues mía es toda la tierra. Seréis para mí un reino de
sacerdotes y una nación santa.
RESPONSORIO
BREVE
V.
Él me librará de la red del cazador.
R.
Él me librará de la red del cazador.
V.
Me cubrirá con su plumaje.
R.
Él me librará de la red del cazador.
V.
Gloria al Padre,y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R.
Él me librará de la red del cazador.
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant.
Venid, benditos de mi Padre, a tomar posesión del reino que está preparado para
vosotros desde la creación del mundo.
Cántico
de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc 1, 68-79
Bendito
sea el Señor, Dios de Israel,
porque
ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos
una fuerza de salvación
en
la casa de David, su siervo,
según
lo había predicho desde antiguo
por
boca de sus santos profetas:
Es
la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y
de la mano de todos los que nos odian;
ha
realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando
su santa alianza
y
el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para
concedernos que, libres de temor,
arrancados
de la mano de los enemigos,
le
sirvamos con santidad y justicia,
en
su presencia, todos nuestros días.
Y
a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque
irás delante del Señor
a
preparar sus caminos,
anunciando
a su pueblo la salvación,
el
perdón de sus pecados.
Por
la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos
visitará el sol que nace de lo alto,
para
iluminar a los que viven en tiniebla
y
en sombra de muerte,
para
guiar nuestros pasos
por
el camino de la paz.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Venid, benditos de mi Padre, a tomar posesión del reino que está preparado para
vosotros desde la creación del mundo.
PRECES
Bendigamos
a Jesús, nuestro Salvador, que por su muerte nos ha abierto el camino de
salvación, y digámosle confiados:
Danos
caminar por tus senderos, Señor.
Señor
de misericordia, que en el bautismo nos diste una vida nueva,
te
pedimos que nos hagas cada día más conformes a ti.
Enséñanos,
Señor, a ser hoy alegría para los que sufren
y
haz que sepamos servirte en cada uno de los necesitados.
Que
procuremos, Señor, hacer lo bueno, lo recto y lo verdadero ante ti
y
que busquemos tu rostro con sinceridad de corazón.
Perdona,
Señor, las faltas que hemos cometido contra la unidad de tu familia
y
haz que tengamos un solo corazón y un solo espíritu.
Se
pueden añadir algunas intenciones libres
Dirijámonos
a Dios con la oración que Cristo nos enseñó:
Padre
nuestro...
ORACION
Conviértenos
a ti, Dios salvador nuestro, y ayúdanos a progresar en el conocimiento de tu
palabra, para que así la celebración de esta Cuaresma dé en nosotros fruto
abundante. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en
la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V.
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R.
Amén.
HORA TERCIA
INVOCACIÓN
INICIAL
V.
Dios mío, ven en mi auxilio
R.
Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno:
COMO EL FUEGO CALCINA
Como
el fuego calcina
la
madera reseca,
cuando
el pecado nos domina,
Espíritu
de Dios,
purifícanos.
Como
el río derrama
por
la tierra sus aguas
y
hay flor y fruto en la rama,
Espíritu
de Dios,
vivifícanos.
Como
tu fuerte viento
hizo
en el mar camino,
cuando
haya duda y desaliento,
Espíritu
de Dios,
ayúdanos.
Luz,
Amor, Viento, Fuego,
los
caminos de éxodo
enseña
al hombre pobre y ciego.
Espíritu
de Dios,
condúcenos.
Amén.
SALMODIA
Ant
1. Han llegado los días de penitencia; expiemos nuestros pecados y salvaremos
nuestras almas.
Salmo
119 - DESEO DE LA PAZ
En
mi aflicción llamé al Señor,
y
él me respondió.
Líbrame,
Señor, de los labios mentirosos,
de
la lengua traidora.
¿Qué
te va a dar o a mandar Dios,
lengua
traidora?
Flechas
de arquero, afiladas
con
ascuas de retama.
¡Ay
de mí, desterrado en Masac,
acampado
en Cadar!
Demasiado
llevo viviendo
con
los que odian la paz;
cuando
yo digo: «Paz»,
ellos
dicen: «Guerra».
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo
120 - EL GUARDIÁN DEL PUEBLO.
Levanto
mis ojos a los montes:
¿de
dónde me vendrá el auxilio?
El
auxilio me viene del Señor,
que
hizo el cielo y la tierra.
No
permitirá que resbale tu pie,
tu
guardián no duerme;
no
duerme ni reposa
el
guardián de Israel.
El
Señor te guarda a su sombra,
está
a tu derecha;
de
día el sol no te hará daño,
ni
la luna de noche.
El
Señor te guarda de todo mal,
él
guarda tu alma;
el
Señor guarda tus entradas y salidas,
ahora
y por siempre.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo
121 LA CIUDAD SANTA DE JERUSALÉN
¡Qué
alegría cuando me dijeron:
«Vamos
a la casa del Señor»!
Ya
están pisando nuestros pies
tus
umbrales, Jerusalén.
Jerusalén
está fundada
como
ciudad bien compacta.
Allá
suben las tribus,
las
tribus del Señor,
según
la costumbre de Israel,
a
celebrar el nombre del Señor;
en
ella están los tribunales de justicia
en
el palacio de David.
Desead
la paz a Jerusalén:
«Vivan
seguros los que te aman,
haya
paz dentro de tus muros,
seguridad
en tus palacios.»
Por
mis hermanos y compañeros,
voy
a decir: «La paz contigo.»
Por
la casa del Señor, nuestro Dios,
te
deseo todo bien.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Han llegado los días de penitencia; expiemos nuestros pecados y salvaremos
nuestras almas.
LECTURA
BREVE Sb 11, 24-25a
Señor,
tú te compadeces de todos porque todo lo puedes y disimulas los pecados de los
hombres para que se arrepientan. Amas a todos los seres y nada de lo que
hiciste aborreces.
V.
Señor, crea en mí un corazón puro.
R.
Renuévame por dentro con espíritu firme.
ORACIÓN
OREMOS,
Conviértenos
a ti, Dios salvador nuestro, y ayúdanos a progresar en el conocimiento de tu
palabra, para que así la celebración de esta Cuaresma dé en nosotros fruto
abundante. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
CONCLUSIÓN
V.
Bendigamos al Señor.
R.
Demos gracias a Dios.
HORA SEXTA
INVOCACIÓN
INICIAL
V.
Dios mío, ven en mi auxilio
R.
Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno:
POR EL PECADO PRIMERO
Por
el pecado primero
entró
la muerte a la vida,
y
la muerte fue vencida
por
la vida del Cordero.
El
Padre lo hizo pecado
para
salvar al caído;
el
que nunca había sufrido
se
quiso crucificado.
La
humanidad pecadora
está
bien representada,
mas
la culpa fue lavada
por
la sangre redentora. Amén.
SALMODIA
Ant
1. «Por mi vida -dice el Señor-, no me complazco en la muerte del pecador, sino
en que cambie de conducta y viva.»
Salmo
18 B - HIMNO A DIOS, AUTOR DE LA LEY
La
ley del Señor es perfecta
y
es descanso del alma;
el
precepto del Señor es fiel
e
instruye al ignorante;
los
mandatos del Señor son rectos
y
alegran el corazón;
la
norma del Señor es límpida
y
da luz a los ojos;
la
voluntad del Señor es pura
y
eternamente estable;
los
mandamientos del Señor son verdaderos
y
enteramente justos;
más
preciosos que el oro,
más
que el oro fino;
más
dulces que la miel
de
un panal que destila.
Aunque
tu siervo vigila
para
guardarlos con cuidado,
¿quién
conoce sus faltas?
Absuélveme
de lo que se me oculta.
Preserva
a tu siervo de la arrogancia,
para
que no me domine:
así
quedaré libre e inocente
del
gran pecado.
Que
te agraden las palabras de mi boca,
y
llegue a tu presencia el meditar de mi corazón,
Señor,
roca mía, redentor mío.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo
7 I - ORACIÓN DEL JUSTO CALUMNIADO
Señor,
Dios mío, a ti me acojo,
líbrame
de mis perseguidores y sálvame,
que
no me atrapen como leones
y
me desgarren sin remedio.
Señor,
Dios mío: si soy culpable,
si
hay crímenes en mis manos,
si
he causado daño a mi amigo,
si
he protegido a un opresor injusto,
que
el enemigo me persiga y me alcance,
que
me pisotee vivo por tierra,
apretando
mi vientre contra el polvo.
Levántate,
Señor, con tu ira,
álzate
con furor contra mis adversarios,
acude
a defenderme
en
el juicio que has convocado.
Que
te rodee la asamblea de las naciones,
y
pon tu asiento en lo más alto de ella.
El
Señor es juez de los pueblos.
Júzgame,
Señor, según mi justicia,
según
la inocencia que hay en mí.
Cese
la maldad de los culpables,
y
apoya tú al inocente,
tú
que sondeas el corazón y las entrañas,
tú,
el Dios justo.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo
7 II
Mi
escudo es Dios,
que
salva a los rectos de corazón.
Dios
es un juez justo,
Dios
amenaza cada día:
si
no se convierten, afilará su espada,
tensará
el arco y apuntará.
Apunta
sus armas mortíferas,
prepara
sus flechas incendiarias.
Mirad:
el enemigo concibió el crimen,
está
preñado de maldad,
y
da a luz el engaño.
Cavó
y ahondó una fosa,
caiga
en la fosa que hizo;
recaiga
su maldad sobre su cabeza,
baje
su violencia sobre su cráneo.
Yo
daré gracias al Señor por su justicia,
tañendo
para el nombre del Señor altísimo.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
«Por mi vida -dice el Señor-, no me complazco en la muerte del pecador, sino en
que cambie de conducta y viva.»
LECTURA
BREVE Ez 18, 23
«¿Acaso
quiero yo la muerte del malvado -oráculo del Señor- y no que se convierta de su
conducta y que viva?»
V.
Aparta de mi pecado tu vista.
R.
Borra en mí toda culpa.
ORACIÓN
OREMOS,
Conviértenos
a ti, Dios salvador nuestro, y ayúdanos a progresar en el conocimiento de tu
palabra, para que así la celebración de esta Cuaresma dé en nosotros fruto
abundante. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
CONCLUSIÓN
V.
Bendigamos al Señor.
R.
Demos gracias a Dios.
HORA NONA
INVOCACIÓN
INICIAL
V.
Dios mío, ven en mi auxilio
R.
Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno:
CADA TARDE SE NOS VAN LOS DÍAS
Cada
tarde se nos van los días,
y
cada tarde el tiempo pasa;
se
acaba nuestra vida cada tarde
y
miramos la muerte más cercana.
Déjame
todavía gozar el milagro
de
tu luz, de tu sol, de tus albas;
déjame
gozar el milagro de sentirme vivo
y
de nacer para ti cada mañana.
Déjame,
Señor, gozar de tu milagro
al
llegar una vez más la tarde mansa,
porque
tú eres el Dios de nuestras horas,
el
Dios oculto de nuestra esperanza. Amén.
SALMODIA
Ant
1. Acreditémonos ante Dios por nuestra constancia en las tribulaciones, por
nuestra sed de ser justos.
Salmo
125 - DIOS, ALEGRÍA Y ESPERANZA NUESTRA.
Cuando
el Señor cambió la suerte de Sión,
nos
parecía soñar:
la
boca se nos llenaba de risas,
la
lengua de cantares.
Hasta
los gentiles decían:
«El
Señor ha estado grande con ellos.»
El
Señor ha estado grande con nosotros,
y
estamos alegres.
Que
el Señor cambie nuestra suerte
como
los torrentes del Negueb.
Los
que sembraban con lágrimas
cosechan
entre cantares.
Al
ir, iban llorando,
llevando
la semilla;
al
volver, vuelven cantando,
trayendo
sus gavillas.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo
126 - EL ESFUERZO HUMANO ES INÚTIL SIN DIOS.
Si
el Señor no construye la casa,
en
vano se cansan los albañiles;
si
el Señor no guarda la ciudad,
en
vano vigilan los centinelas.
Es
inútil que madruguéis,
que
veléis hasta muy tarde,
los
que coméis el pan de vuestros sudores:
¡Dios
lo da a sus amigos mientras duermen!
La
herencia que da el Señor son los hijos;
una
recompensa es el fruto de las entrañas:
son
saetas en mano de un guerrero
los
hijos de la juventud.
Dichoso
el hombre que llena
con
ellas su aljaba:
no
quedará derrotado cuando litigue
con
su adversario en la plaza.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo
127 - PAZ DOMÉSTICA EN EL HOGAR DEL JUSTO
¡Dichoso
el que teme al Señor
y
sigue sus caminos!
Comerás
del fruto de tu trabajo,
serás
dichoso, te irá bien;
tu
mujer, como una vid fecunda,
en
medio de tu casa;
tus
hijos, como renuevos de olivo,
alrededor
de tu mesa:
ésta
es la bendición del hombre
que
teme al Señor.
Que
el Señor te bendiga desde Sión,
que
veas la prosperidad de Jerusalén
todos
los días de tu vida;
que
veas a los hijos de tus hijos.
¡Paz
a Israel!
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Acreditémonos ante Dios por nuestra constancia en las tribulaciones, por
nuestra sed de ser justos.
LECTURA
BREVE Is 58, 6a. 7
El
ayuno que yo quiero es éste: Partir tu pan con el hambriento, hospedar a los
pobres sin techo, vestir al que ves desnudo, y no cerrarte a tu propia carne.
V.
Mi sacrificio es un espíritu contrito.
R.
Un corazón quebrantado y humillado tú no lo desprecias.
ORACIÓN
OREMOS,
Conviértenos
a ti, Dios salvador nuestro, y ayúdanos a progresar en el conocimiento de tu
palabra, para que así la celebración de esta Cuaresma dé en nosotros fruto
abundante. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
CONCLUSIÓN
V.
Bendigamos al Señor.
R.
Demos gracias a Dios.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN
INICIAL
V.
Dios mío, ven en mi auxilio
R.
Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno:
ÉSTA ES LA HORA PARA EL BUEN AMIGO.
Ésta
es la hora para el buen amigo,
llena
de intimidad y confidencia,
y
en la que, al examinar nuestra conciencia,
igual
que siente el rey, siente el mendigo.
Hora
en que el corazón encuentra abrigo
para
lograr alivio a su dolencia
y,
al evocar la edad de la inocencia,
logra
en el llanto bálsamo y castigo.
Hora
en que arrullas, Cristo, nuestra vida
con
tu amor y caricia inmensamente
y
que a humildad y a llanto nos convida.
Hora
en que un ángel roza nuestra frente
y
en que el alma, como cierva herida,
sacia
su sed en la escondida fuente. Amén.
SALMODIA
Ant
1. El Señor se complace en los justos.
Salmo
10 - EL SEÑOR ESPERANZA DEL JUSTO
Al
Señor me acojo, ¿por qué me decís:
«escapa
como un pájaro al monte,
porque
los malvados tensan el arco,
ajustan
las saetas a la cuerda,
para
disparar en la sombra contra los buenos?
Cuando
fallan los cimientos,
¿qué
podrá hacer el justo?»
Pero
el Señor está en su templo santo,
el
Señor tiene su trono en el cielo;
sus
ojos están observando,
sus
pupilas examinan a los hombres.
El
Señor examina a inocentes y culpables,
y
al que ama la violencia él lo detesta.
Hará
llover sobre los malvados ascuas y azufre,
les
tocará en suerte un viento huracanado.
Porque
el Señor es justo y ama la justicia:
los
buenos verán su rostro.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
El Señor se complace en los justos.
Ant
2. Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
Salmo
14 - ¿QUIÉN ES JUSTO ANTE EL SEÑOR?
Señor,
¿quién puede hospedarse en tu tienda
y
habitar en tu monte santo?
El
que procede honradamente
y
practica la justicia,
el
que tiene intenciones leales
y
no calumnia con su lengua,
el
que no hace mal a su prójimo
ni
difama al vecino,
el
que considera despreciable al impío
y
honra a los que temen al Señor,
el
que no retracta lo que juró
aún
en daño propio,
el
que no presta dinero a usura
ni
acepta soborno contra el inocente.
El
que así obra nunca fallará.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
Ant
3. Dios nos ha destinado en la persona de Cristo a ser sus hijos.
Cántico:
EL PLAN DIVINO DE SALVACIÓN - Ef 1, 3-10
Bendito
sea Dios,
Padre
de nuestro Señor Jesucristo,
que
nos ha bendecido en la persona de Cristo
con
toda clase de bienes espirituales y celestiales.
El
nos eligió en la persona de Cristo,
antes
de crear el mundo,
para
que fuésemos consagrados
e
irreprochables ante él por el amor.
Él
nos ha destinado en la persona de Cristo,
por
pura iniciativa suya,
a
ser sus hijos,
para
que la gloria de su gracia,
que
tan generosamente nos ha concedido
en
su querido Hijo,
redunde
en alabanza suya.
Por
este Hijo, por su sangre,
hemos
recibido la redención,
el
perdón de los pecados.
El
tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha
sido un derroche para con nosotros,
dándonos
a conocer el misterio de su voluntad.
Éste
es el plan
que
había proyectado realizar por Cristo
cuando
llegase el momento culminante:
hacer
que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,
las
del cielo y las de la tierra.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Dios nos ha destinado en la persona de Cristo a ser sus hijos.
LECTURA
BREVE Rm 12, 1-2
Os
exhorto, por la misericordia de Dios, a presentar vuestros cuerpos como hostia
viva, santa, agradable a Dios; éste es vuestro culto razonable. Y no os ajustéis
a este mundo, sino transformaos por la renovación de la mente, para que sepáis
discernir lo que es la voluntad de Dios, lo bueno, lo que agrada, lo perfecto.
RESPONSORIO
BREVE
V.
Yo dije: «Señor, ten misericordia.»
R.
Yo dije: «Señor, ten misericordia.»
V.
Sáname, porque he pecado contra ti.
R.
Señor, ten misericordia.
V.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R.
Yo dije: «Señor, ten misericordia.»
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant.
Lo que hicisteis con uno de estos mis humildes hermanos conmigo lo hicisteis.
Cántico
de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama
mi alma la grandeza del Señor,
se
alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque
ha mirado la humillación de su esclava.
Desde
ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque
el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su
nombre es santo,
y
su misericordia llega a sus fieles
de
generación en generación.
El
hace proezas con su brazo:
dispersa
a los soberbios de corazón,
derriba
del trono a los poderosos
y
enaltece a los humildes,
a
los hambrientos los colma de bienes
y
a los ricos los despide vacíos.
Auxilia
a Israel, su siervo,
acordándose
de su misericordia
-como
lo había prometido a nuestros padres-
en
favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Lo que hicisteis con uno de estos mis humildes hermanos conmigo lo hicisteis.
PRECES
Invoquemos
al Señor Jesús, que nos ha salvado a nosotros, su pueblo, librándonos de
nuestros pecados, y digámosle humildemente:
Jesús,
Hijo de David, compadécete de nosotros.
Te
pedimos, Señor Jesús, por tu Iglesia santa, por la que te entregaste para
consagrarla con el baño del agua y con la palabra:
purifícala
y renuévala por la penitencia.
Maestro
bueno, haz que los jóvenes descubran el camino que les preparas
y
que respondan siempre con generosidad a tus llamadas.
Tú
que te compadeciste de los enfermos que acudían a ti, levanta la esperanza de
nuestros enfermos
y
haz que imitemos tu gesto generoso y estemos siempre atentos al bien de los que
sufren.
Haz,
Señor, que recordemos siempre nuestra condición de hijos tuyos, recibida en el
bautismo,
y
que vivamos siempre para ti.
Se
pueden añadir algunas intenciones libres
Da
tu paz y el premio eterno a los difuntos
y
reúnenos un día con ellos en tu reino.
Con
el gozo de sabernos hijos de Dios, acudamos a nuestro Padre, diciendo:
Padre
nuestro...
ORACION
Conviértenos
a ti, Dios salvador nuestro, y ayúdanos a progresar en el conocimiento de tu
palabra, para que así la celebración de esta Cuaresma dé en nosotros fruto
abundante. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en
la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V.
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R.
Amén.
COMPLETAS
(Oración antes del descanso nocturno)
INVOCACIÓN
INICIAL
V.
Dios mío, ven en mi auxilio
R.
Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
EXAMEN
DE CONCIENCIA
Hermanos,
habiendo llegado al final de esta jornada que Dios nos ha concedido,
reconozcamos sinceramente nuestros pecados.
Yo
confieso ante Dios todopoderoso
y
ante vosotros, hermanos,
que
he pecado mucho
de
pensamiento, palabra, obra y omisión:
por
mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por
eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a
los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos,
que
intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor.
V.
El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados
y nos lleve a la vida eterna.
R.
Amén.
Himno:
TÚ, A QUIEN HE BUSCADO, SEÑOR
Tú,
a quien he buscado, Señor,
en
este día,
a
quien he escuchado,
dame
el reposo de esta noche.
Tú,
a quien he cantado, Señor,
en
este día,
a
quien he orado,
dame
el reposo de esta noche.
Tú,
a quien yo he negado, Señor,
en
este día,
a
quien he amado,
dame
el reposo de esta noche. Amén.
SALMODIA
Ant
1. Tú, Señor, eres clemente y rico en misericordia.
Salmo
85 - ORACIÓN DE UN POBRE ANTE LAS DIFICULTADES.
Inclina
tu oído, Señor; escúchame,
que
soy un pobre desamparado;
protege
mi vida, que soy un fiel tuyo;
salva
a tu siervo, que confía en ti.
Tú
eres mi Dios, piedad de mí, Señor,
que
a ti te estoy llamando todo el día;
alegra
el alma de tu siervo,
pues
levanto mi alma hacia ti;
porque
tú, Señor, eres bueno y clemente,
rico
en misericordia con los que te invocan.
Señor,
escucha mi oración,
atiende
a la voz de mi súplica.
En
el día del peligro te llamo,
y
tú me escuchas.
No
tienes igual entre los dioses, Señor,
ni
hay obras como las tuyas.
Todos
los pueblos vendrán
a
postrarse en tu presencia, Señor;
bendecirán
tu nombre:
«Grande
eres tú, y haces maravillas;
tú
eres el único Dios.»
Enséñame,
Señor, tu camino,
para
que siga tu verdad;
mantén
mi corazón entero
en
el temor de tu nombre.
Te
alabaré de todo corazón, Dios mío;
daré
gloria a tu nombre por siempre,
por
tu grande piedad para conmigo,
porque
me salvaste del abismo profundo.
Dios
mío, unos soberbios se levantan contra mí,
una
banda de insolentes atenta contra mi vida,
sin
tenerte en cuenta a ti.
Pero
tú, Señor, Dios clemente y misericordioso,
lento
a la cólera, rico en piedad y leal,
mírame,
ten compasión de mí.
Da
fuerza a tu siervo,
salva
al hijo de tu esclava;
dame
una señal propicia,
que
la vean mis adversarios y se avergüencen,
porque
tú, Señor, me ayudas y consuelas.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Tú, Señor, eres clemente y rico en misericordia.
LECTURA
BREVE 1Ts 5, 9-10
Dios
nos ha puesto para obtener la salvación por nuestro Señor Jesucristo, que murió
por nosotros, para que, velando o durmiendo, vivamos junto con él.
RESPONSORIO
BREVE
V.
En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
R.
En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
V.
Tú, el Dios leal, nos librarás.
R.
Te encomiendo mi espíritu.
V.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R.
En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant.
Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con
Cristo y descansemos en paz.
CÁNTICO
DE SIMEÓN Lc 2, 29-32
Ahora,
Señor, según tu promesa,
puedes
dejar a tu siervo irse en paz,
porque
mis ojos han visto a tu Salvador,
a
quien has presentado ante todos los pueblos
luz
para alumbrar a las naciones
y
gloria de tu pueblo Israel.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con
Cristo y descansemos en paz.
ORACION
OREMOS,
Concede,
Señor, a nuestros cuerpos fatigados el descanso necesario, y haz que la
simiente del reino que con nuestro trabajo hemos sembrado hoy crezca y germine
para la cosecha de la vida eterna. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
BENDICIÓN
V.
El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte.
R.
Amén.
ANTIFONA
FINAL DE LA SANTISIMA VIRGEN
Salve,
Reina de los cielos
y
Señora de los ángeles;
salve
raíz, salve puerta,
que
dio paso a nuestra luz.
Alégrate,
virgen gloriosa,
entre
todas la más bella;
salve,
agraciada doncella,
ruega
a Cristo por nosotros.
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