De la Solemnidad. Salmos del Común de santos varones.
SAN JOSE, ESPOSO DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA. SOLEMNIDAD
OFICIO DE LECTURA
Si
el Oficio de Lectura es la primera oración del día:
V.
Señor abre mis labios
R.
Y mi boca proclamará tu alabanza
Se
añade el Salmo del Invitatorio con la siguiente antífona:
Ant.
Adoremos a Cristo, el Señor, en esta solemnidad de san José.
Salmo
94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid,
aclamemos al Señor,
demos
vítores a la Roca que nos salva;
entremos
a su presencia dándole gracias,
aclamándolo
con cantos.
Porque
el Señor es un Dios grande,
soberano
de todos los dioses:
tiene
en su mano las simas de la tierra,
son
suyas las cumbres de los montes;
suyo
es el mar, porque él lo hizo,
la
tierra firme que modelaron sus manos.
Venid,
postrémonos por tierra,
bendiciendo
al Señor, creador nuestro.
Porque
él es nuestro Dios,
y
nosotros su pueblo,
el
rebaño que él guía.
Ojalá
escuchéis hoy su voz:
«No
endurezcáis el corazón como en Meribá,
como
el día de Masá en el desierto;
cuando
vuestros padres me pusieron a prueba
y
dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante
cuarenta años
aquella
generación me repugnó, y dije:
Es
un pueblo de corazón extraviado,
que
no reconoce mi camino;
por
eso he jurado en mi cólera
que
no entrarán en mi descanso»
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Adoremos a Cristo, el Señor, en esta solemnidad de san José.
Si antes del Oficio de lectura se ha rezado ya alguna otra Hora:
V.
Dios mío, ven en mi auxilio
R.
Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno:
CUSTODIO PROVIDENTE Y FIEL DEL HIJO
Custodio
providente y fiel del Hijo,
amor
junto al Amor doquier presente,
silencio
del que ve la gloria inmensa
de
Dios omnipotente.
Esposo
enamorado de la Virgen,
la
mente ante el misterio reclinabas,
rosal
inmaculado que florece,
es
obra del Señor a quien amabas.
Callada
voluntad en Dios perdida,
amor
hecho mirada de confianza,
fiel
en el trabajo y en la prueba,
provéenos
de amor y de esperanza.
Protege
la asamblea de los justos,
reunidos
en la fe, cuerpo de Cristo;
sé
padre que nos lleve a nuestro Padre,
amor
del gran Amor que nos da el Hijo. Amén.
SALMODIA
Ant
1. Un ángel del Señor se apareció en sueños a José, y le dijo: «José, hijo de
David, no temas recibir a María como esposa; dará a luz un Hijo y le llamarás
Jesús.»
Salmo
20 - ACCIÓN DE GRACIAS POR LA VICTORIA DEL REY.
Señor,
el rey se alegra por tu fuerza,
¡y
cuánto goza con tu victoria!
Le
has concedido el deseo de su corazón,
no
le has negado lo que pedían sus labios.
Te
adelantaste a bendecirlo con el éxito,
y
has puesto en su cabeza una corona de oro fino.
Te
pidió vida, y se la has concedido,
años
que se prolongan sin término.
Tu
victoria ha engrandecido su fama,
lo
has vestido de honor y majestad.
Le
concedes bendiciones incesantes,
lo
colmas de gozo en tu presencia;
porque
el rey confía en el Señor,
y
con la gracia del Altísimo no fracasará.
Levántate,
Señor, con tu fuerza,
y
al son de instrumentos cantaremos tu poder.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Un ángel del Señor se apareció en sueños a José, y le dijo: «José, hijo de
David, no temas recibir a María como esposa; dará a luz un Hijo y le llamarás
Jesús.»
Ant
2. Al despertar José del sueño, hizo como le había ordenado el ángel del Señor
y llevó a María como esposa a su casa.
Salmo
91 I - ALABANZA A DIOS QUE CON SABIDURÍA Y JUSTICIA DIRIGE LA VIDA DE LOS
HOMBRES
Es
bueno dar gracias al Señor
y
tocar para tu nombre, oh Altísimo,
proclamar
por la mañana tu misericordia
y
de noche tu fidelidad,
con
arpas de diez cuerdas y laúdes
sobre
arpegios de cítaras.
Tus
acciones, Señor, son mi alegría,
y
mi júbilo, las obras de tus manos.
¡Qué
magníficas son tus obras, Señor,
qué
profundos tus designios!
El
ignorante no los entiende
ni
el necio se da cuenta.
Aunque
germinen como hierba los malvados
y
florezcan los malhechores,
serán
destruidos para siempre.
Tú,
en cambio, Señor,
eres
excelso por los siglos.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Al despertar José del sueño, hizo como le había ordenado el ángel del Señor y
llevó a María como esposa a su casa.
Ant
3. José subió de la ciudad de Nazaret a la ciudad de David que se llama Belén,
para empadronarse con María.
Salmo
91 II
Porque
tus enemigos, Señor, perecerán,
los
malhechores serán dispersados;
pero
a mí me das la fuerza de un búfalo
y
me unges con aceite nuevo.
Mis
ojos no temerán a mis enemigos,
mis
oídos escucharán su derrota.
El
justo crecerá como una palmera
y
se alzará como un cedro del Líbano:
plantado
en la casa del Señor,
crecerá
en los atrios de nuestro Dios;
en
la vejez seguirá dando fruto
y
estará lozano y frondoso,
para
proclamar que el Señor es justo,
que
en mi Roca no existe la maldad.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
José subió de la ciudad de Nazaret a la ciudad de David que se llama Belén,
para empadronarse con María.
V.
El justo florecerá como un lirio.
R.
Y se alegrará eternamente ante el Señor.
PRIMERA
LECTURA
De
la carta a los Hebreos 11, 1-16
LA
FE DE LOS ANTIGUOS PADRES
Hermanos:
La fe es la firme seguridad de los bienes que se esperan, la plena convicción
de las realidades que no se ven. A causa de ella fueron alabados nuestros
mayores. Por la fe sabemos que el universo fue formado por la palabra de Dios,
de modo que lo visible ha tenido su origen en una causa invisible.
Por
la fe ofreció Abel a Dios un sacrificio más excelente que el de Caín; por ella
fue proclamado justo, dando Dios mismo testimonio a favor de sus ofrendas, y
por la fe continúa hablando aun después de su muerte.
Por
la fe fue trasladado Henoc sin experimentar la muerte: «No fue hallado más,
porque Dios se lo llevó.» Pero antes de ser trasladado se da testimonio en su
favor de que «había sido grato a Dios». Ahora bien, sin la fe es imposible
agradar a Dios, pues el que se acerca a Dios debe creer que existe y que es
remunerador de los que lo buscan.
Por
la fe, movido de religioso temor, Noé fabrico el arca para salvar a su familia,
advertido por Dios de lo que aún no se veía venir; e, igualmente por la fe,
condenó al mundo y se hizo heredero de la justificación que se alcanza por la
fe.
Por
la fe obedeció Abraham al ser llamado por Dios, saliendo hacia la tierra que
había de recibir en herencia, y salió sin saber a dónde iba. Por la fe
peregrinó por la tierra prometida, como en tierra extraña, habitando en tiendas
con Isaac y Jacob, coherederos de las mismas promesas, pues esperaba entrar en
esa ciudad de sólidos cimientos, cuyo arquitecto y constructor es el mismo
Dios.
Por
la fe la misma Sara, a pesar de su avanzada edad, recibió el poder de ser
madre, pues tuvo fe en aquel que se lo había prometido. Y, por esto mismo, de
un solo hombre, ya incapaz de transmitir la vida, nacieron hijos, «numerosos
como las estrellas del cielo, incontables como las arenas del mar».
En
la fe murieron todos ellos, sin haber alcanzado la realización de las promesas,
pero las vieron desde lejos y las saludaron, reconociendo que eran «forasteros
y peregrinos sobre la tierra». En verdad que quienes así se expresan dan a
entender claramente que van en busca de una patria, pues, si hubiesen pensado
en aquella de la que habían salido, ocasiones tuvieron para volver a ella. Pero
ellos aspiraban a una patria mejor, es decir, a la celestial. Por eso Dios no
se desdeña de llamarse su Dios, pues les tenía ya preparada una ciudad.
RESPONSORIO
Rm 4, 20. 22; St 2, 22
R.
No lo hizo vacilar la incredulidad ante la promesa de Dios, sino que,
fortalecido por la fe, dio gloria a Dios; * por lo cual Dios se lo tomó como
justificación.
V.
La fe cooperaba con sus obras, y por sus obras su fe alcanzó la plenitud.
R.
Por lo cual Dios se lo tomó como justificación.
SEGUNDA
LECTURA
De
los Sermones de san Bernardino de Siena, presbítero
(Sermón
2, Sobre san José: Opera 7, 16. 27-30)
FIEL
CUIDADOR Y GUARDIÁN
Es
norma general de todas las gracias especiales comunicadas a cualquier creatura
racional que, cuando la gracia divina elige a alguien para algún oficio
especial o algún estado muy elevado, otorga todos los carismas que son
necesarios a aquella persona así elegida, y que la adornan con profusión.
Ello
se realizó de un modo eminente en la persona de san José, que hizo las veces de
padre de nuestro Señor Jesucristo y que fue verdadero esposo de la Reina del
mundo y Señora de los ángeles, que fue elegido por el Padre eterno como fiel
cuidador y guardián de sus más preciados tesoros, a saber, de su Hijo y de su
esposa; cargo que él cumplió con absoluta fidelidad. Por esto el Señor le dice:
Bien, siervo bueno y fiel, pasa al banquete de tu Señor.
Si
miramos la relación que tiene José con toda la Iglesia, ¿no es éste el hombre
especialmente elegido, por el cual y bajo el cual Cristo fue introducido en el
mundo de un modo regular y honesto? Por tanto, si toda la Iglesia está en deuda
con la Virgen Madre, ya que por medio de ella recibió a Cristo, de modo
semejante le debe a san José, después de ella, una especial gratitud y
reverencia.
Él,
en efecto, cierra el antiguo Testamento, ya que en él la dignidad patriarcal y
profética alcanza el fruto prometido. Además, él es el único que poseyó
corporalmente lo que la condescendencia divina había prometido a los patriarcas
y a los profetas.
Hemos
de suponer, sin duda alguna, que aquella misma familiaridad, respeto y altísima
dignidad que Cristo tributó a José mientras vivía aquí en la tierra, como un
hijo con su padre, no se la ha negado en el cielo; al contrario, la ha colmado
y consumado.
Por
esto, no sin razón añade el Señor: Pasa al banquete de tu Señor. Pues, aunque
el gozo festivo de la felicidad eterna entra en el corazón del hombre, el Señor
prefirió decirle: Pasa al banquete, para insinuar de un modo misterioso que
este gozo festivo no sólo se halla dentro de él, sino que lo rodea y absorbe
por todas partes, y que está sumergido en él como en un abismo infinito.
Acuérdate,
pues, de nosotros, bienaventurado José, e intercede con tus oraciones ante tu
Hijo; haz también que sea propicia a nosotros la santísima Virgen, tu esposa,
que es madre de aquel que con el Padre y el Espíritu Santo vive y reina por
siglos infinitos. Amén.
RESPONSORIO
R.
Dios me constituyó como padre del rey y como señor de toda su casa; * me elevó
para hacer llegar la salvación a muchos pueblos.
V.
El Señor ha sido el auxilio y refugio que me ha salvado.
R.
Me elevó para hacer llegar la salvación a muchos pueblos.
ORACIÓN.
OREMOS,
Dios
todopoderoso, que, en los albores del nuevo Testamento, encomendaste a san José
los misterios de nuestra salvación, haz que ahora tu Iglesia, sostenida por la
intercesión del esposo de María, lleve a su pleno cumplimiento la obra de la
salvación de los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los
siglos.
Amén
CONCLUSIÓN
V.
Bendigamos al Señor.
R.
Demos gracias a Dios.
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVOCACIÓN
INICIAL
V.
Señor abre mis labios
R.
Y mi boca proclamará tu alabanza
INVITATORIO
Ant.
Adoremos a Cristo, el Señor, en esta solemnidad de san José.
Salmo
94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid,
aclamemos al Señor,
demos
vítores a la Roca que nos salva;
entremos
a su presencia dándole gracias,
aclamándolo
con cantos.
Porque
el Señor es un Dios grande,
soberano
de todos los dioses:
tiene
en su mano las simas de la tierra,
son
suyas las cumbres de los montes;
suyo
es el mar, porque él lo hizo,
la
tierra firme que modelaron sus manos.
Venid,
postrémonos por tierra,
bendiciendo
al Señor, creador nuestro.
Porque
él es nuestro Dios,
y
nosotros su pueblo,
el
rebaño que él guía.
Ojalá
escuchéis hoy su voz:
«No
endurezcáis el corazón como en Meribá,
como
el día de Masá en el desierto;
cuando
vuestros padres me pusieron a prueba
y
dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante
cuarenta años
aquella
generación me repugnó, y dije:
Es
un pueblo de corazón extraviado,
que
no reconoce mi camino;
por
eso he jurado en mi cólera
que
no entrarán en mi descanso»
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Adoremos a Cristo, el Señor, en esta solemnidad de san José.
Himno:
ESCUCHEN QUÉ COSA Y COSA.
Escuchen
qué cosa y cosa
tan
maravillosa, aquesta:
un
padre que no ha engendrado
a
un Hijo, a quien otro engendra.
Un
hombre que da alimentos
al
mismo que lo alimenta;
cría
al que lo crió,
y
al mismo sustenta que lo sustenta.
Manda
a su propio Señor
y
a su Hijo Dios respeta;
tiene
por ama a una esclava,
y
por esposa a una reina.
Celos
tuvo y confianza,
seguridad
y sospechas,
riesgos
y seguridades,
necesidad
y riquezas.
Tuvo,
en fin, todas las cosas
que
pueden pensarse buenas;
y
es de María esposo y,
de
Dios, padre en la tierra. Amén.
SALMODIA
Ant
1. Los pastores vinieron presurosos y encontraron a María y a José, y al niño
acostado en un pesebre.
SALMO
62, 2-9 - EL ALMA SEDIENTA DE DIOS
¡Oh
Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi
alma está sedienta de ti;
mi
carne tiene ansia de ti,
como
tierra reseca, agostada, sin agua.
¡Cómo
te contemplaba en el santuario
viendo
tu fuerza y tu gloria!
Tu
gracia vale más que la vida,
te
alabarán mis labios.
Toda
mi vida te bendeciré
y
alzaré las manos invocándote.
Me
saciaré de manjares exquisitos,
y
mis labios te alabarán jubilosos.
En
el lecho me acuerdo de ti
y
velando medito en ti,
porque
fuiste mi auxilio,
y
a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi
alma está unida a ti,
y
tu diestra me sostiene.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Los pastores vinieron presurosos y encontraron a María y a José, y al niño
acostado en un pesebre.
Ant
2. José y María, la madre de Jesús, estaban maravillados de lo que se decía de
él, y Simeón los bendijo.
Cántico:
TODA LA CREACIÓN ALABE AL SEÑOR - Dn 3, 57-88. 56
Creaturas
todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo
con himnos por los siglos.
Ángeles
del Señor, bendecid al Señor;
cielos,
bendecid al Señor.
Aguas
del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos
del Señor, bendecid al Señor.
Sol
y luna, bendecid al Señor;
astros
del cielo, bendecid al Señor.
Lluvia
y rocío, bendecid al Señor;
vientos
todos, bendecid al Señor.
Fuego
y calor, bendecid al Señor;
fríos
y heladas, bendecid al Señor.
Rocíos
y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos
y hielos, bendecid al Señor.
Escarchas
y nieves, bendecid al Señor;
noche
y día, bendecid al Señor.
Luz
y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos
y nubes, bendecid al Señor.
Bendiga
la tierra al Señor,
ensálcelo
con himnos por los siglos.
Montes
y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto
germina en la tierra, bendiga al Señor.
Manantiales,
bendecid al Señor;
mares
y ríos, bendecid al Señor.
Cetáceos
y peces, bendecid al Señor;
aves
del cielo, bendecid al Señor.
Fieras
y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo
con himnos por los siglos.
Hijos
de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga
Israel al Señor.
Sacerdotes
del Señor, bendecid al Señor;
siervos
del Señor, bendecid al Señor.
Almas
y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos
y humildes de corazón, bendecid al Señor.
Ananías,
Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo
con himnos por los siglos.
Bendigamos
al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
ensalcémoslo
con himnos por los siglos.
Bendito
el Señor en la bóveda del cielo,
alabado
y glorioso y ensalzado por los siglos.
No
se dice Gloria al Padre.
Ant.
José y María, la madre de Jesús, estaban maravillados de lo que se decía de él,
y Simeón los bendijo.
Ant
3. Se levantó José y tomó de noche al niño y a su madre, y partió para Egipto,
y allí permaneció hasta la muerte de Herodes.
Salmo
149 - ALEGRÍA DE LOS SANTOS
Cantad
al Señor un cántico nuevo,
resuene
su alabanza en la asamblea de los fieles;
que
se alegre Israel por su Creador,
los
hijos de Sión por su Rey.
Alabad
su nombre con danzas,
cantadle
con tambores y cítaras;
porque
el Señor ama a su pueblo
y
adorna con la victoria a los humildes.
Que
los fieles festejen su gloria
y
canten jubilosos en filas:
con
vítores a Dios en la boca
y
espadas de dos filos en las manos:
para
tomar venganza de los pueblos
y
aplicar el castigo a las naciones,
sujetando
a los reyes con argollas,
a
los nobles con esposas de hierro.
Ejecutar
la sentencia dictada
es
un honor para todos sus fieles.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Se levantó José y tomó de noche al niño y a su madre, y partió para Egipto, y
allí permaneció hasta la muerte de Herodes.
LECTURA
BREVE 2S 7, 28-29
Mi
Señor, tú eres el Dios verdadero, tus palabras son de fiar, y has hecho esta
promesa a tu siervo. Dígnate, pues, bendecir a la casa de tu siervo, para que
esté siempre en tu presencia; ya que tú, mi Señor, lo has dicho, sea siempre
bendita la casa de tu siervo.
RESPONSORIO
BREVE
V.
Lo nombró administrador de su casa.
R.
Lo nombró administrador de su casa.
V.
Señor de todas sus posesiones.
R.
Administrador de su casa.
V.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R.
Lo nombró administrador de su casa.
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant.
José se estableció en una ciudad llamada Nazaret; así se cumplió lo que de
Cristo habían anunciado los profetas: que sería llamado Nazareno.
Cántico
de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc 1, 68-79
Bendito
sea el Señor, Dios de Israel,
porque
ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos
una fuerza de salvación
en
la casa de David, su siervo,
según
lo había predicho desde antiguo
por
boca de sus santos profetas:
Es
la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y
de la mano de todos los que nos odian;
ha
realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando
su santa alianza
y
el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para
concedernos que, libres de temor,
arrancados
de la mano de los enemigos,
le
sirvamos con santidad y justicia,
en
su presencia, todos nuestros días.
Y
a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque
irás delante del Señor
a
preparar sus caminos,
anunciando
a su pueblo la salvación,
el
perdón de sus pecados.
Por
la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos
visitará el sol que nace de lo alto,
para
iluminar a los que viven en tiniebla
y
en sombra de muerte,
para
guiar nuestros pasos
por
el camino de la paz.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
José se estableció en una ciudad llamada Nazaret; así se cumplió lo que de
Cristo habían anunciado los profetas: que sería llamado Nazareno.
PRECES
Acudamos
suplicantes al Señor, el único que puede hacernos justos, y digámosle
suplicantes:
Con
tu justicia, Señor, danos vida.
Tú,
Señor, que llamaste a nuestros padres en la fe para que caminasen en tu
presencia con un corazón sincero,
haz
que también nosotros, siguiendo sus huellas, seamos santos ante tus ojos.
Tú
que elegiste a José, varón justo, para que cuidara de tu Hijo durante su niñez
y adolescencia,
haz
que también nosotros nos consagremos al servicio del cuerpo de Cristo,
sirviendo a nuestros hermanos.
Tú
que entregaste la tierra a los hombres para que la llenaran y la sometieran,
ayúdanos
a trabajar con empeño en nuestro mundo, pero teniendo siempre nuestros ojos
puestos en tu gloria.
No
te olvides, Padre del universo, de la obra de tus manos
y
haz que todos los hombres, mediante su trabajo honesto, tengan una vida digna.
Se
pueden añadir algunas intenciones libres
Porque
somos miembros de la familia de Dios, nos atrevemos a decir:
Padre
nuestro...
ORACION
Dios
todopoderoso, que, en los albores del nuevo Testamento, encomendaste a san José
los misterios de nuestra salvación, haz que ahora tu Iglesia, sostenida por la
intercesión del esposo de María, lleve a su pleno cumplimiento la obra de la
salvación de los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los
siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V.
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R.
Amén.
HORA TERCIA
INVOCACIÓN
INICIAL
V.
Dios mío, ven en mi auxilio
R.
Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno:
AMIGO DE LOS HOMBRES, JESUCRISTO
Amigo
de los hombres, Jesucristo,
tú
solo das sentido a nuestra historia,
y,
con los ojos fijos al futuro,
la
Iglesia vive fiel a tu memoria.
Este
tiempo de ayuno te presenta
de
nosotros la parte más oscura,
y
tus manos clavadas al madero
nos
devuelven tu paz y tu ternura.
A
lo largo del día no nos dejes,
no
nos falte la luz de tu mirada:
llena
de amor los pasos que caminan
de
este mundo a la luz de tu alborada. Amén.
SALMODIA
Ant
1. Los padres de Jesús solían ir todos los años a Jerusalén para la fiesta de
la Pascua.
Salmo
119 - DESEO DE LA PAZ
En
mi aflicción llamé al Señor,
y
él me respondió.
Líbrame,
Señor, de los labios mentirosos,
de
la lengua traidora.
¿Qué
te va a dar o a mandar Dios,
lengua
traidora?
Flechas
de arquero, afiladas
con
ascuas de retama.
¡Ay
de mí, desterrado en Masac,
acampado
en Cadar!
Demasiado
llevo viviendo
con
los que odian la paz;
cuando
yo digo: «Paz»,
ellos
dicen: «Guerra».
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo
120 - EL GUARDIÁN DEL PUEBLO.
Levanto
mis ojos a los montes:
¿de
dónde me vendrá el auxilio?
El
auxilio me viene del Señor,
que
hizo el cielo y la tierra.
No
permitirá que resbale tu pie,
tu
guardián no duerme;
no
duerme ni reposa
el
guardián de Israel.
El
Señor te guarda a su sombra,
está
a tu derecha;
de
día el sol no te hará daño,
ni
la luna de noche.
El
Señor te guarda de todo mal,
él
guarda tu alma;
el
Señor guarda tus entradas y salidas,
ahora
y por siempre.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo
121 LA CIUDAD SANTA DE JERUSALÉN
¡Qué
alegría cuando me dijeron:
«Vamos
a la casa del Señor»!
Ya
están pisando nuestros pies
tus
umbrales, Jerusalén.
Jerusalén
está fundada
como
ciudad bien compacta.
Allá
suben las tribus,
las
tribus del Señor,
según
la costumbre de Israel,
a
celebrar el nombre del Señor;
en
ella están los tribunales de justicia
en
el palacio de David.
Desead
la paz a Jerusalén:
«Vivan
seguros los que te aman,
haya
paz dentro de tus muros,
seguridad
en tus palacios.»
Por
mis hermanos y compañeros,
voy
a decir: «La paz contigo.»
Por
la casa del Señor, nuestro Dios,
te
deseo todo bien.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Los padres de Jesús solían ir todos los años a Jerusalén para la fiesta de la
Pascua.
LECTURA
BREVE Pr 2, 7-8
Dios
reserva su auxilio para los rectos, es un escudo para los que proceden con
honradez, cuida a los justos y guarda el sendero de sus amigos.
V.
Lo nombró administrador de toda su casa.
R.
Señor de todas sus posesiones.
ORACIÓN
OREMOS,
Dios
todopoderoso, que, en los albores del nuevo Testamento, encomendaste a san José
los misterios de nuestra salvación, haz que ahora tu Iglesia, sostenida por la
intercesión del esposo de María, lleve a su pleno cumplimiento la obra de la
salvación de los hombres. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
CONCLUSIÓN
V.
Bendigamos al Señor.
R.
Demos gracias a Dios.
HORA SEXTA
INVOCACIÓN
INICIAL
V.
Dios mío, ven en mi auxilio
R.
Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno:
JESÚS, CONTIGO IREMOS AL DESIERTO
Jesús,
contigo iremos al desierto
en
medio de la villa populosa,
y
tú nos brindarás el pan sabroso
que
alimentó tu alma silenciosa.
Contigo
pasaremos el mar Rojo,
beberemos
el agua de la roca;
tú
serás el pastor y, en la montaña,
tú
serás nuestra gracia esplendorosa.
Contigo
humildemente hasta el Calvario,
contigo
por la vía dolorosa,
y
al final, oh Jesús, por tu promesa,
contigo
viviremos en tu gloria. Amén.
SALMODIA
Ant
1. Cuando ya volvían a su casa, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que
sus padres se diesen cuenta de ello.
Salmo
122 - EL SEÑOR, ESPERANZA DEL PUEBLO
A
ti levanto mis ojos,
a
ti que habitas en el cielo.
Como
están los ojos de los esclavos
fijos
en las manos de sus señores,
como
están los ojos de la esclava
fijos
en las manos de su señora,
así
están nuestros ojos
en
el Señor, Dios nuestro,
esperando
su misericordia.
Misericordia,
Señor, misericordia,
que
estamos saciados de desprecios;
nuestra
alma está saciada
del
sarcasmo de los satisfechos,
del
desprecio de los orgullosos.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo
123 - NUESTRO AUXILIO ES EL NOMBRE DEL SEÑOR
Si
el Señor no hubiera estado de nuestra parte
-que
lo diga Israel-,
si
el Señor no hubiera estado de nuestra parte,
cuando
nos asaltaban los hombres,
nos
habrían tragado vivos:
tanto
ardía su ira contra nosotros.
Nos
habrían arrollado las aguas,
llegándonos
el torrente hasta el cuello;
nos
habrían llegado hasta el cuello
las
aguas espumantes.
Bendito
el Señor, que no nos entregó
como
presa a sus dientes;
hemos
salvado la vida como un pájaro
de
la trampa del cazador:
la
trampa se rompió y escapamos.
Nuestro
auxilio es el nombre del Señor,
que
hizo el cielo y la tierra.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo
124 - EL SEÑOR VELA POR SU PUEBLO.
Los
que confían en el Señor son como el monte Sión:
no
tiembla, está asentado para siempre.
Jerusalén
está rodeada de montañas,
y
el Señor rodea a su pueblo
ahora
y por siempre.
No
pesará el cetro de los malvados
sobre
el lote de los justos,
no
sea que los justos extiendan
su
mano a la maldad.
Señor,
concede bienes a los buenos,
a
los sinceros de corazón;
y
a los que se desvían por sendas tortuosas,
que
los rechace el Señor con los malhechores.
¡Paz
a Israel!
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Cuando ya volvían a su casa, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que sus
padres se diesen cuenta de ello.
LECTURA
BREVE Sb 10, 10
La
Sabiduría guió al justo por caminos seguros cuando tuvo que huir y le descubrió
el reino de Dios; le dio el conocimiento de las cosas santas; le dio éxito en
sus trabajos y multiplicó el fruto de sus fatigas.
V.
En su casa habrá riquezas y abundancia.
R.
Su caridad es constante, sin falta.
ORACIÓN
OREMOS,
Dios
todopoderoso, que, en los albores del nuevo Testamento, encomendaste a san José
los misterios de nuestra salvación, haz que ahora tu Iglesia, sostenida por la
intercesión del esposo de María, lleve a su pleno cumplimiento la obra de la
salvación de los hombres. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
CONCLUSIÓN
V.
Bendigamos al Señor.
R.
Demos gracias a Dios.
HORA NONA
INVOCACIÓN
INICIAL
V.
Dios mío, ven en mi auxilio
R.
Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno:
OJOS DE AQUEL PUBLICANO
Ojos
de aquel publicano
hasta
la tierra caídos,
el
Dios de la luz os mira,
miradle
con regocijo.
Mano
que pide clemencia
hiriendo
el pecho contrito,
el
Señor te abre la puerta
de
su pecho compasivo.
Lengua
que en bajo murmullo
dices
tu dolor sentido,
el
Juez que sabe juzgar
ha
escuchado complacido.
Padre
del octavo día,
glorioso
siendo propicio,
perdónanos,
purifícanos,
por
el honor de tu Hijo. Amén.
SALMODIA
Ant
1. Al no dar con Jesús, sus padres se volvieron a Jerusalén, sin dejar de
buscarlo.
Salmo
125 - DIOS, ALEGRÍA Y ESPERANZA NUESTRA.
Cuando
el Señor cambió la suerte de Sión,
nos
parecía soñar:
la
boca se nos llenaba de risas,
la
lengua de cantares.
Hasta
los gentiles decían:
«El
Señor ha estado grande con ellos.»
El
Señor ha estado grande con nosotros,
y
estamos alegres.
Que
el Señor cambie nuestra suerte
como
los torrentes del Negueb.
Los
que sembraban con lágrimas
cosechan
entre cantares.
Al
ir, iban llorando,
llevando
la semilla;
al
volver, vuelven cantando,
trayendo
sus gavillas.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo
126 - EL ESFUERZO HUMANO ES INÚTIL SIN DIOS.
Si
el Señor no construye la casa,
en
vano se cansan los albañiles;
si
el Señor no guarda la ciudad,
en
vano vigilan los centinelas.
Es
inútil que madruguéis,
que
veléis hasta muy tarde,
los
que coméis el pan de vuestros sudores:
¡Dios
lo da a sus amigos mientras duermen!
La
herencia que da el Señor son los hijos;
una
recompensa es el fruto de las entrañas:
son
saetas en mano de un guerrero
los
hijos de la juventud.
Dichoso
el hombre que llena
con
ellas su aljaba:
no
quedará derrotado cuando litigue
con
su adversario en la plaza.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo
127 - PAZ DOMÉSTICA EN EL HOGAR DEL JUSTO
¡Dichoso
el que teme al Señor
y
sigue sus caminos!
Comerás
del fruto de tu trabajo,
serás
dichoso, te irá bien;
tu
mujer, como una vid fecunda,
en
medio de tu casa;
tus
hijos, como renuevos de olivo,
alrededor
de tu mesa:
ésta
es la bendición del hombre
que
teme al Señor.
Que
el Señor te bendiga desde Sión,
que
veas la prosperidad de Jerusalén
todos
los días de tu vida;
que
veas a los hijos de tus hijos.
¡Paz
a Israel!
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Al no dar con Jesús, sus padres se volvieron a Jerusalén, sin dejar de
buscarlo.
LECTURA
BREVE Sir 2, 18-19
Los
que temen al Señor no desobedecen sus palabras; los que lo aman siguen sus
caminos. Los que temen ofenderlo buscan lo que es de su agrado; los que lo aman
cumplen su ley.
V.
Tu victoria ha engrandecido su fama.
R.
Lo has vestido de honor y majestad.
ORACIÓN
OREMOS,
Dios
todopoderoso, que, en los albores del nuevo Testamento, encomendaste a san José
los misterios de nuestra salvación, haz que ahora tu Iglesia, sostenida por la intercesión
del esposo de María, lleve a su pleno cumplimiento la obra de la salvación de
los hombres. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
CONCLUSIÓN
V.
Bendigamos al Señor.
R.
Demos gracias a Dios.
II VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN
INICIAL
V.
Dios mío, ven en mi auxilio
R.
Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno:
¡OH QUÉ DICHOSO ESTE DÍA!
¡Oh
qué dichoso este día
en
que José, dulce suerte,
entre
Jesús y María
rinde
tributo a la muerte!
Tuvo
en la tierra su cielo;
por
un favor nunca visto,
con
la Virgen, su consuelo
fue
vivir sirviendo a Cristo.
Ya
con suprema leticia
los
justos lo aclamarán,
lleva
la buena noticia
hasta
el seno de Abraham.
Si
fue grande la agonía
que
sufrió en la encarnación,
será
inmensa la alegría
que
tendrá en resurrección.
Quiera
Dios que en nuestro trance
no
nos falte su favor,
y
piadoso nos alcance
ver
benigno al Redentor.
Que
en Jesús, José y María,
gloria
de la humanidad,
resplandezca
tu armonía,
¡oh
indivisa Trinidad! Amén.
SALMODIA
Ant
1. Hallaron a Jesús en el templo, sentado en medio de los doctores,
escuchándolos y haciéndoles preguntas.
Salmo
14 - ¿QUIÉN ES JUSTO ANTE EL SEÑOR?.
Señor,
¿quién puede hospedarse en tu tienda
y
habitar en tu monte santo?
El
que procede honradamente
y
practica la justicia,
el
que tiene intenciones leales
y
no calumnia con su lengua,
el
que no hace mal a su prójimo
ni
difama al vecino,
el
que considera despreciable al impío
y
honra a los que temen al Señor,
el
que no retracta lo que juró
aún
en daño propio,
el
que no presta dinero a usura
ni
acepta soborno contra el inocente.
El
que así obra nunca fallará.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Hallaron a Jesús en el templo, sentado en medio de los doctores, escuchándolos
y haciéndoles preguntas.
Ant
2. Su madre le dijo a Jesús: «Hijo mío, ¿por qué te has portado así con
nosotros? Tu padre y yo te buscábamos llenos de angustia.»
Salmo
111- FELICIDAD DEL JUSTO
Dichoso
quien teme al Señor
y
ama de corazón sus mandatos.
Su
linaje será poderoso en la tierra,
la
descendencia del justo será bendita.
En
su casa habrá riquezas y abundancia,
su
caridad es constante, sin falta.
En
las tinieblas brilla como una luz
el
que es justo, clemente y compasivo.
Dichoso
el que se apiada y presta,
y
administra rectamente sus asuntos.
El
justo jamás vacilará,
su
recuerdo será perpetuo.
No
temerá las malas noticias,
su
corazón está firme en el Señor.
Su
corazón está seguro, sin temor,
hasta
que vea derrotados a sus enemigos.
Reparte
limosna a los pobres;
su
caridad es constante, sin falta,
y
alzará la frente con dignidad.
El
malvado, al verlo, se irritará,
rechinará
los dientes hasta consumirse.
La
ambición del malvado fracasará.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Su madre le dijo a Jesús: «Hijo mío, ¿por qué te has portado así con nosotros?
Tu padre y yo te buscábamos llenos de angustia.»
Ant
3. Jesús bajó a Nazaret con sus padres, y vivía sumiso a ellos.
Cántico:
CANTO DE LOS VENCEDORES Ap 15, 3-4
Grandes
y maravillosas son tus obras,
Señor,
Dios omnipotente,
justos
y verdaderos tus caminos,
¡oh
Rey de los siglos!
¿Quién
no temerá, Señor,
y
glorificará tu nombre?
Porque
tú solo eres santo,
porque
vendrán todas las naciones
y
se postrarán en tu acatamiento,
porque
tus juicios se hicieron manifiestos.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Jesús bajó a Nazaret con sus padres, y vivía sumiso a ellos.
LECTURA
BREVE Col 3, 23-24
Lo
que hacéis, hacedlo con toda el alma, como para servir al Señor y no a los
hombres: sabiendo bien que recibiréis del Señor en recompensa la herencia.
Servid a Cristo Señor.
RESPONSORIO
BREVE
V.
El justo florecerá como un lirio.
R.
El justo florecerá como un lirio.
V.
Y se alegrará eternamente ante el señor.
R.
Como un lirio.
V.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R.
El justo florecerá como un lirio.
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant.
Jesús tenía unos treinta años y era considerado hijo de José.
Cántico
de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama
mi alma la grandeza del Señor,
se
alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque
ha mirado la humillación de su esclava.
Desde
ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque
el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su
nombre es santo,
y
su misericordia llega a sus fieles
de
generación en generación.
El
hace proezas con su brazo:
dispersa
a los soberbios de corazón,
derriba
del trono a los poderosos
y
enaltece a los humildes,
a
los hambrientos los colma de bienes
y
a los ricos los despide vacíos.
Auxilia
a Israel, su siervo,
acordándose
de su misericordia
-como
lo había prometido a nuestros padres-
en
favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Jesús tenía unos treinta años y era considerado hijo de José.
PRECES
Acudamos
suplicantes a Dios Padre todopoderoso, de quien procede toda la familia del
cielo y de la tierra, y digámosle suplicantes:
Padre
nuestro que estás en los cielos, escúchanos.
Padre
santo, tú que en la aurora del nuevo Testamento revelaste a José el misterio
mantenido en silencio desde el origen de los siglos,
ayúdanos
a conocer cada vez mejor a tu Hijo, verdadero Dios y verdadero hombre.
Padre
celestial, tú que alimentas las aves del cielo y vistes la hierba del campo,
concede
a todos los hombres el pan de cada día para su cuerpo y el alimento de la
eucaristía para su espíritu.
Creador
del universo, tú que entregaste al hombre la obra de tus manos,
haz
que los trabajadores puedan disfrutar de manera digna del fruto de su trabajo.
Señor,
tú que eres la fuente de toda la justicia y deseas que todos seamos justos,
por
intercesión de san José, ayúdanos a agradarte en todo.
Se
pueden añadir algunas intenciones libres
Haz,
Señor, que los moribundos y los que ya han muerto,
obtengan
tu misericordia eterna, por medio de tu Hijo, de María y de san José.
Porque
somos miembros de la familia de Dios, nos atrevemos a decir:
Padre
nuestro...
ORACION
Dios
todopoderoso, que, en los albores del nuevo Testamento, encomendaste a san José
los misterios de nuestra salvación, haz que ahora tu Iglesia, sostenida por la
intercesión del esposo de María, lleve a su pleno cumplimiento la obra de la
salvación de los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y
reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los
siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V.
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R.
Amén.
COMPLETAS
(Oración antes del descanso nocturno)
INVOCACIÓN
INICIAL
V.
Dios mío, ven en mi auxilio
R.
Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
EXAMEN
DE CONCIENCIA
Hermanos,
habiendo llegado al final de esta jornada que Dios nos ha concedido,
reconozcamos sinceramente nuestros pecados.
Yo
confieso ante Dios todopoderoso
y
ante vosotros, hermanos,
que
he pecado mucho
de
pensamiento, palabra, obra y omisión:
por
mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por
eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a
los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos,
que
intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor.
V.
El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados
y nos lleve a la vida eterna.
R.
Amén.
Himno:
TÚ, A QUIEN HE BUSCADO, SEÑOR
Tú,
a quien he buscado, Señor,
en
este día,
a
quien he escuchado,
dame
el reposo de esta noche.
Tú,
a quien he cantado, Señor,
en
este día,
a
quien he orado,
dame
el reposo de esta noche.
Tú,
a quien yo he negado, Señor,
en
este día,
a
quien he amado,
dame
el reposo de esta noche. Amen.
SALMODIA
Ant
1. Al amparo del Altísimo no temo el espanto nocturno.
Salmo
90 - A LA SOMBRA DEL OMNIPOTENTE.
Tú
que habitas al amparo del Altísimo,
que
vives a la sombra del Omnipotente,
di
al Señor: «Refugio mío, alcázar mío.
Dios
mío, confío en ti.»
Él
te librará de la red del cazador,
de
la peste funesta.
Te
cubrirá con sus plumas,
bajo
sus alas te refugiarás:
su
brazo es escudo y armadura.
No
temerás el espanto nocturno,
ni
la flecha que vuela de día,
ni
la peste que se desliza en las tinieblas,
ni
la epidemia que devasta a mediodía.
Caerán
a tu izquierda mil,
diez
mil a tu derecha;
a
ti no te alcanzará.
Tan
sólo abre tus ojos
y
verás la paga de los malvados,
porque
hiciste del Señor tu refugio,
tomaste
al Altísimo por defensa.
No
se te acercará la desgracia,
ni
la plaga llegará hasta tu tienda,
porque
a sus ángeles ha dado órdenes
para
que te guarden en tus caminos;
te
llevarán en sus palmas,
para
que tu pie no tropiece en la piedra;
caminarás
sobre áspides y víboras,
pisotearás
leones y dragones.
«Se
puso junto a mí: lo libraré;
lo
protegeré porque conoce mi nombre,
me
invocará y lo escucharé.
Con
él estaré en la tribulación,
lo
defenderé, lo glorificaré;
lo
saciaré de largos días,
y
le haré ver mi salvación.»
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Al amparo del Altísimo no temo el espanto nocturno.
LECTURA
BREVE Ap 22, 4-5
Verán
el rostro del Señor, y tendrán su nombre en la frente. Y no habrá más noche, y
no necesitarán luz de lámpara ni de sol, porque el Señor Dios alumbrará sobre
ellos, y reinarán por los siglos de los siglos.
RESPONSORIO
BREVE
V.
En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
R.
En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
V.
Tú, el Dios leal, nos librarás.
R.
Te encomiendo mi espíritu.
V.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R.
En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant.
Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con
Cristo y descansemos en paz.
CÁNTICO
DE SIMEÓN Lc 2, 29-32
Ahora,
Señor, según tu promesa,
puedes
dejar a tu siervo irse en paz,
porque
mis ojos han visto a tu Salvador,
a
quien has presentado ante todos los pueblos
luz
para alumbrar a las naciones
y
gloria de tu pueblo Israel.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con
Cristo y descansemos en paz.
ORACION
OREMOS,
Visita,
Señor, esta habitación: aleja de ella las insidias del enemigo; que tus santos
ángeles habiten en ella y nos guarden en paz y que tu bendición permanezca
siempre con nosotros. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
BENDICIÓN
V.
El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte.
R.
Amén.
ANTIFONA
FINAL DE LA SANTISIMA VIRGEN
Dios
te salve, Reina y Madre de misericordia,
vida,
dulzura y esperanza nuestra,
Dios
te salve.
A
ti llamamos los desterrados hijos de Eva,
a
ti suspiramos , gimiendo y llorando
en
este valle de lágrimas.
Ea,
pues, Señora, abogada nuestra,
vuelve
a nosotros tus ojos misericordiosos,
y
después de este destierro muéstranos a Jesús,
fruto
bendito de tu vientre.
¡Oh
clemente, oh piadosa,
oh
dulce Virgen María!
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