Del común de doctores de la Iglesia. Salterio III
SANTO TOMÁS DE AQUINO, presbítero y doctor de la Iglesia.
(MEMORIA)
Nació alrededor del año 1225, de la familia de los condes de
Aquino. Estudió primero en el monasterio de Montecasino, luego en Nápoles; más
tarde ingresó en la Orden de Predicadores, y completó sus estudios en París y
en Colonia, donde tuvo por maestro a san Alberto Magno. Escribió muchas obras
llenas de erudición y ejerció también el profesorado, contribuyendo en gran
manera al incremento de la filosofía y de la teología. Murió cerca de Terracina
el día 7 de marzo de 1274. Su memoria se celebra el día 28 de enero, por razón
de que en esa fecha tuvo lugar, el año 1369, el traslado de su cuerpo a Tolosa.
OFICIO DE LECTURA
Si
el Oficio de Lectura es la primera oración del día:
V.
Señor abre mis labios
R.
Y mi boca proclamará tu alabanza
Se
añade el Salmo del Invitatorio con la siguiente antífona:
Ant.
Venid, adoremos al Señor, fuente de la sabiduría.
Salmo
94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid,
aclamemos al Señor,
demos
vítores a la Roca que nos salva;
entremos
a su presencia dándole gracias,
aclamándolo
con cantos.
Porque
el Señor es un Dios grande,
soberano
de todos los dioses:
tiene
en su mano las simas de la tierra,
son
suyas las cumbres de los montes;
suyo
es el mar, porque él lo hizo,
la
tierra firme que modelaron sus manos.
Venid,
postrémonos por tierra,
bendiciendo
al Señor, creador nuestro.
Porque
él es nuestro Dios,
y
nosotros su pueblo,
el
rebaño que él guía.
Ojalá
escuchéis hoy su voz:
«No
endurezcáis el corazón como en Meribá,
como
el día de Masá en el desierto;
cuando
vuestros padres me pusieron a prueba
y
dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante
cuarenta años
aquella
generación me repugnó, y dije:
Es
un pueblo de corazón extraviado,
que
no reconoce mi camino;
por
eso he jurado en mi cólera
que
no entrarán en mi descanso»
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Venid, adoremos al Señor, fuente de la sabiduría.
Si antes del Oficio de lectura se ha rezado ya alguna otra Hora:
V.
Dios mío, ven en mi auxilio
R.
Señor, date prisa en socorrerme
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno:
HONDO SABER DE DIOS FUE VUESTRA CIENCIA
Hondo
saber de Dios fue vuestra ciencia.
su
espíritu de verdad os dio a beberla
en
la Revelación, que es su presencia
en
velos de palabra siempre nueva.
Abristeis
el camino para hallarla
a
todo el que de Dios hambre tenía,
palabra
del Señor que, al contemplarla,
enciende
nuestras luces que iluminan.
Saber
de Dios en vida convertido
es
la virtud del justo, que, a su tiempo,
si
Dios le dio la luz, fue lo debido
que
fuera su verdad, su pensamiento.
Demos
gracias a Dios humildemente,
y
al Hijo, su verdad que a todos guía,
dejemos
que su Luz, faro esplendente,
nos
guíe por el mar de nuestra vida. Amén.
SALMODIA
Ant
1. Se levanta Dios y huyen de su presencia los que lo odian.
Salmo
67 I - ENTRADA TRIUNFAL DEL SEÑOR
Se
levanta Dios y se dispersan sus enemigos,
huyen
de su presencia los que lo odian;
como
el humo se disipa, se disipan ellos;
como
se derrite la cera ante el fuego,
así
perecen los impíos ante Dios.
En
cambio, los justos se alegran,
gozan
en la presencia de Dios,
rebosando
de alegría.
Cantad
a Dios, tocad en su honor,
alfombrad
el camino del que avanza por el desierto;
su
nombre es el Señor:
alegraos
en su presencia.
Padre
de huérfanos, protector de viudas,
Dios
vive en su santa morada.
Dios
prepara casa a los desvalidos,
libera
a los cautivos y los enriquece;
sólo
los rebeldes
se
quedan en la tierra abrasada.
¡Oh
Dios!, cuando salías al frente de tu pueblo
y
avanzabas por el desierto,
la
tierra tembló, el cielo destiló
ante
Dios, el Dios del Sinaí;
ante
Dios, el Dios de Israel.
Derramaste
en tu heredad, ¡oh Dios!, una lluvia copiosa,
aliviaste
la tierra extenuada;
y
tu rebaño habitó en la tierra
que
tu bondad, ¡oh Dios!, preparó para los pobres.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Se levanta Dios y huyen de su presencia los que lo odian.
Ant
2. Nuestro Dios es un Dios que salva, el Señor Dios nos hace escapar de la
muerte.
Salmo
67 II
El
Señor pronuncia un oráculo,
millares
pregonan la alegre noticia:
«Los
reyes, los ejércitos van huyendo, van huyendo;
las
mujeres reparten el botín.
Mientras
reposabais en los apriscos,
las
alas de la paloma se cubrieron de plata,
el
oro destellaba en su plumaje.
Mientras
el Todopoderoso dispersaba a los reyes,
la
nieve bajaba sobre el Monte Umbrío.»
Las
montañas de Basán son altísimas,
las
montañas de Basán son escarpadas;
¿por
qué tenéis envidia, montañas escarpadas,
del
monte escogido por Dios para habitar,
morada
perpetua del Señor?
Los
carros de Dios son miles y miles:
Dios
marcha del Sinaí al santuario.
Subiste
a la cumbre llevando cautivos,
te
dieron tributo de hombres:
incluso
los que se resistían
a
que el Señor Dios tuviera una morada.
Bendito
el Señor cada día,
Dios
lleva nuestras cargas, es nuestra salvación.
Nuestro
Dios es un Dios que salva,
el
Señor Dios nos hace escapar de la muerte.
Dios
aplasta las cabezas de sus enemigos,
los
cráneos de los malvados contumaces.
Dice
el Señor: «Los traeré desde Basán,
los
traeré desde el fondo del mar;
teñirás
tus pies en la sangre del enemigo,
y
los perros la lamerán con sus lenguas.»
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Nuestro Dios es un Dios que salva, el Señor Dios nos hace escapar de la muerte.
Ant
3. Reyes de la tierra, cantad a Dios, tocad para el Señor.
Salmo
67 III
Aparece
tu cortejo, ¡oh Dios!,
el
cortejo de mi Dios, de mi Rey,
hacia
el santuario.
Al
frente marchan los cantores;
los
últimos, los tocadores de arpa;
en
medio las muchachas van tocando panderos.
«En
el bullicio de la fiesta bendecid a Dios,
al
Señor, estirpe de Israel.»
Va
delante Benjamín, el más pequeño;
los
príncipes de Judá con sus tropeles;
los
príncipes de Zabulón,
los
príncipes de Neftalí.
¡Oh
Dios!, despliega tu poder,
tu
poder, ¡oh Dios!, que actúa en favor nuestro.
A
tu templo de Jerusalén
traigan
los reyes su tributo.
Reprime
a la Fiera del Cañaveral,
al
tropel de los toros,
a
los Novillos de los pueblos.
Que
se te rindan con lingotes de plata:
dispersa
las naciones belicosas.
Lleguen
los magnates de Egipto,
Etiopía
extienda sus manos a Dios.
Reyes
de la tierra, cantad a Dios,
tocad
para el Señor,
que
avanza por los cielos,
los
cielos antiquísimos,
que
lanza su voz, su voz poderosa:
«Reconoced
el poder de Dios.»
Sobre
Israel resplandece su majestad,
y
su poder sobre las nubes.
Desde
el santuario Dios impone reverencia:
es
el Dios de Israel
quien
da fuerza y poder a su pueblo.
¡Dios
sea bendito!
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Reyes de la tierra, cantad a Dios, tocad para el Señor.
V.
Voy a escuchar lo que dice el Señor.
R.
Dios anuncia la paz a su pueblo.
PRIMERA
LECTURA
Del
libro del Génesis 21, 1-21
NACIMIENTO
DE ISAAC
En
aquellos días, el Señor se fijó en Sara, como lo había dicho; el Señor cumplió
a Sara lo que le había prometido. Ella concibió y dio a luz un hijo a Abraham,
ya viejo, en el tiempo que había dicho Dios. Abraham llamó al hijo que le había
nacido, que le había dado Sara, Isaac. Abraham circuncidó a Isaac, su hijo, el
octavo día, como lo había mandado Dios. Abraham tenía cien años, cuando le
nació su hijo Isaac. Sara dijo:
«Dios
me ha hecho bailar de alegría, y el que se entere se alegrará conmigo.»
Y
añadió:
«¡Quién
le hubiera dicho a Abraham que Sara iba a criar hijos!, pues le ha dado un hijo
en su vejez.»
El
chico creció y lo destetaron. Y Abraham dio un gran banquete el día que
destetaron a Isaac. Pero Sara vio que el hijo de Hagar, la egipcia, y de
Abraham jugaba con Isaac; y dijo a Abraham:
«Expulsa
a esa criada y a su hijo; porque el hijo de esa criada no va a repartirse la
herencia con mi hijo Isaac.»
Abraham
se llevó un disgusto, pues era hijo suyo. Pero Dios dijo a Abraham:
«No
te aflijas por el muchacho y la criada; haz todo lo que dice Sara, porque Isaac
es quien continúa tu descendencia. También al hijo de la criada lo convertiré
en un gran pueblo, pues es descendiente tuyo.»
Abraham
madrugó, tomó pan y un odre de agua, se lo cargó a hombros de Hagar y la
despidió con el muchacho. Ella marchó y fue vagando por el desierto de Berseba.
Cuando se le acabó el agua del odre, colocó al niño debajo de unas matas, se
apartó y se sentó a solas, a la distancia de un tiro de arco. Pues se decía:
«No
puedo ver morir a mi hijo.»
Y
se sentó a distancia. El niño rompió a llorar; Dios oyó la voz del niño, y el
ángel de Dios llamó a Hagar desde el cielo, y le dijo:
«¿Qué
te pasa, Hagar? No temas; porque Dios ha oído la voz del chico, allí donde está.
Levántate, toma al niño y cógelo fuerte de la mano, porque haré que sea un
pueblo grande.»
Dios
le abrió los ojos, y divisó un pozo de agua; fue allá, llenó el odre y dio de
beber al muchacho.
Dios
estaba con el muchacho, que creció, habitó en el desierto y se hizo un experto
arquero; vivió en el desierto de Farán, y su madre le buscó una mujer egipcia.
RESPONSORIO
Cf. Ga 4, 22. 31. 28
R.
Abraham tuvo dos hijos, uno de la esclava y otro de la que era libre. * Para
que seamos libres, nos ha liberado Cristo.
V.
Nosotros somos hijos de la promesa, figurados en Isaac.
R.
Para que seamos libres, nos ha liberado Cristo.
SEGUNDA
LECTURA
De
las Conferencias de santo Tomás de Aquino, presbítero
(Conferencia
6 sobre el Credo)
EN
LA CRUZ HALLAMOS EL EJEMPLO DE TODAS LAS VIRTUDES
¿Era
necesario que el Hijo de Dios padeciera por nosotros? Lo era, ciertamente, y
por dos razones fáciles de deducir: la una, para remediar nuestros pecados; la
otra, para darnos ejemplo de cómo hemos de obrar.
Para
remediar nuestros pecados, en efecto, porque en la pasión de Cristo encontramos
el remedio contra todos los males que nos sobrevienen a causa del pecado.
La
segunda razón tiene también su importancia, ya que la pasión de Cristo basta
para servir de guía y modelo a toda nuestra vida. Pues todo aquel que quiera
llevar una vida perfecta no necesita hacer otra cosa que despreciar lo que
Cristo despreció en la cruz y apetecer lo que Cristo apeteció. En la cruz
hallamos el ejemplo de todas las virtudes.
Si
buscas un ejemplo de amor: Nadie tiene más amor que el que da la vida por sus
amigos. Esto es lo que hizo Cristo en la cruz. Y por esto, si él entregó su vida
por nosotros, no debemos considerar gravoso cualquier mal que tengamos que
sufrir por él.
Si
buscas un ejemplo de paciencia, encontrarás el mejor de ellos en la cruz. Dos
cosas son las que nos dan la medida de la paciencia: sufrir pacientemente grandes
males, o sufrir, sin rehuirlos, unos males que podrían evitarse. Ahora bien,
Cristo, en la cruz, sufrió grandes males y los soportó pacientemente, ya que en
su pasión no profería amenazas; como cordero llevado al matadero, enmudecía y
no abría la boca. Grande fue la paciencia de Cristo en la cruz: corramos
también nosotros con firmeza y constancia la carrera para nosotros preparada.
Llevemos los ojos fijos en Jesús, caudillo y consumador de la fe, quien, para
ganar el gozo que se le ofrecía, sufrió con toda constancia la cruz, pasando
por encima de su ignominia.
Si
buscas un ejemplo de humildad, mira al crucificado: él, que era Dios, quiso ser
juzgado bajo el poder de Poncio Pilato y morir.
Si
buscas un ejemplo de obediencia, imita a aquel que se hizo obediente al Padre
hasta la muerte: Como por la desobediencia de un solo hombre -es decir, de
Adán- todos los demás quedaron constituidos pecadores, así también por la
obediencia de uno solo todos quedarán constituidos justos.
Si
buscas un ejemplo de desprecio de las cosas terrenales, imita a aquel que es
Rey de reyes y Señor de señores, en el cual están escondidos todos los tesoros
de la sabiduría y de la ciencia, desnudo en la cruz, burlado, escupido,
flagelado, coronado de espinas, a quien, finalmente, dieron a beber hiel y
vinagre.
No
te aficiones a los vestidos y riquezas, ya que se reparten mi ropa; ni a los
honores, ya que él experimentó las burlas y azotes; ni a las dignidades, ya
que, entretejiendo una corona de espinas, la pusieron sobre mi cabeza; ni a los
placeres, ya que para mi sed me dieron vinagre.
RESPONSORIO
Sb 7, 7-8; 9, 17
R.
Supliqué y se me concedió la prudencia, invoqué y vino a mi un espíritu de
sabiduría. * La preferí a los cetros y a los tronos, y en su comparación tuve
en nada la riqueza.
V.
Señor, ¿quién hubiera conocido tu voluntad, si tú no le hubieses dado la
sabiduría y no le hubieses enviado de lo alto tu Espíritu Santo?
R.
La preferí a los cetros y a los tronos, y en su comparación tuve en nada la
riqueza.
ORACIÓN.
OREMOS,
Señor
Dios nuestro, que hiciste admirable a santo Tomás de Aquino por su sed de
santidad y por su amor a las ciencias sagradas, te pedimos que nos des su luz
para entender sus enseñanzas y fuerza para imitar su vida. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y
es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
CONCLUSIÓN
V.
Bendigamos al Señor.
R.
Demos gracias a Dios.
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVOCACIÓN
INICIAL
V.
Señor abre mis labios
R.
Y mi boca proclamará tu alabanza
INVITATORIO
Ant.
Venid, adoremos al Señor, fuente de la sabiduría.
Salmo
94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid,
aclamemos al Señor,
demos
vítores a la Roca que nos salva;
entremos
a su presencia dándole gracias,
aclamándolo
con cantos.
Porque
el Señor es un Dios grande,
soberano
de todos los dioses:
tiene
en su mano las simas de la tierra,
son
suyas las cumbres de los montes;
suyo
es el mar, porque él lo hizo,
la
tierra firme que modelaron sus manos.
Venid,
postrémonos por tierra,
bendiciendo
al Señor, creador nuestro.
Porque
él es nuestro Dios,
y
nosotros su pueblo,
el
rebaño que él guía.
Ojalá
escuchéis hoy su voz:
«No
endurezcáis el corazón como en Meribá,
como
el día de Masá en el desierto;
cuando
vuestros padres me pusieron a prueba
y
dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante
cuarenta años
aquella
generación me repugnó, y dije:
Es
un pueblo de corazón extraviado,
que
no reconoce mi camino;
por
eso he jurado en mi cólera
que
no entrarán en mi descanso»
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Venid, adoremos al Señor, fuente de la sabiduría.
Himno:
PARA VOSOTROS, EL MISTERIO DEL PADRE.
Para
vosotros, el misterio del Padre;
con
vosotros, la luz del Verbo;
en
vosotros, la llama del Amor
que
es fuego.
¡Hontanares
de Dios!,
¡hombres
del Evangelio!,
¡humildes
inteligencias luminosas!,
¡grandes
hombres de barro tierno!
El
mundo tiene hambre de infinito
y
sed de cielo;
las
criaturas nos atan a lo efímero
y
nos vamos perdiendo en el tiempo.
Para
nosotros,
el
misterio que aprendisteis del Padre;
con
nosotros, la luz que os dio el Verbo;
en
nosotros, el Amor ingénito.
¡Hombres
de Cristo, maestros de la Iglesia!
dadnos
una vida y un anhelo,
la
angustia por la verdad,
por
el error el miedo.
Dadnos
una vida de rodillas
ante
el misterio,
una
visión de este mundo de muerte
y
una esperanza de cielo.
Padre,
te pedimos para la Iglesia
la
ciencia de estos maestros. Amén.
SALMODIA
Ant
1. Señor, has sido bueno con tu tierra, has perdonado la culpa de tu pueblo.
Salmo
84 - NUESTRA SALVACIÓN ESTA CERCA
Señor,
has sido bueno con tu tierra,
has
restaurado la suerte de Jacob,
has
perdonado la culpa de tu pueblo,
has
sepultado todos sus pecados,
has
reprimido tu cólera,
has
frenado el incendio de tu ira.
Restáuranos,
Dios salvador nuestro;
cesa
en tu rencor contra nosotros.
¿Vas
a estar siempre enojado,
o
a prolongar tu ira de edad en edad?
¿No
vas a devolvernos la vida,
para
que tu pueblo se alegre contigo?
Muéstranos,
Señor, tu misericordia
y
danos tu salvación.
Voy
a escuchar lo que dice el Señor:
«Dios
anuncia la paz
a
su pueblo y a sus amigos
y
a los que se convierten de corazón.»
La
salvación está ya cerca de sus fieles,
y
la gloria habitará en nuestra tierra;
la
misericordia y la fidelidad se encuentran,
la
justicia y la paz se besan;
la
fidelidad brota de la tierra,
y
la justicia mira desde el cielo;
el
Señor dará la lluvia,
y
nuestra tierra dará su fruto.
La
justicia marchará ante él,
la
salvación seguirá sus pasos.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Señor, has sido bueno con tu tierra, has perdonado la culpa de tu pueblo.
Ant
2. Mi alma te ansía de noche, Señor; mi espíritu madruga por ti.
Càntico:
HIMNO DESPUÉS DE LA VICTORIA SOBRE EL ENEMIGO Is 26, 1-4. 7-9. 12
Tenemos
una ciudad fuerte,
ha
puesto para salvarla murallas y baluartes:
Abrid
las puertas para que entre un pueblo justo,
que
observa la lealtad;
su
ánimo está firme y mantiene la paz,
porque
confía en ti.
Confiad
siempre en el Señor,
porque
el Señor es la Roca perpetua:
La
senda del justo es recta.
Tú
allanas el sendero del justo;
en
la senda de tus juicios, Señor, te esperamos,
ansiando
tu nombre y tu recuerdo.
Mi
alma te ansía de noche,
mi
espíritu en mi interior madruga por ti,
porque
tus juicios son luz de la tierra,
y
aprenden justicia los habitantes del orbe.
Señor,
tú nos darás la paz,
porque
todas nuestras empresas
nos
las realizas tú.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Mi alma te ansía de noche, Señor; mi espíritu madruga por ti.
Ant
3. Ilumina, Señor, tu rostro sobre nosotros.
Salmo
66 - QUE TODOS LOS PUEBLOS ALABEN AL SEÑOR.
El
Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine
su rostro sobre nosotros;
conozca
la tierra tus caminos,
todos
los pueblos tu salvación.
¡Oh
Dios!, que te alaben los pueblos,
que
todos los pueblos te alaben.
Que
canten de alegría las naciones,
porque
riges el mundo con justicia,
riges
los pueblos con rectitud
y
gobiernas las naciones de la tierra.
¡Oh
Dios!, que te alaben los pueblos,
que
todos los pueblos te alaben.
La
tierra ha dado su fruto,
nos
bendice el Señor, nuestro Dios.
Que
Dios nos bendiga; que le teman
hasta
los confines del orbe.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Ilumina, Señor, tu rostro sobre nosotros.
LECTURA
BREVE Sb 7, 13-14
Aprendí
la sabiduría sin malicia, reparto sin envidia, y no me guardo sus riquezas.
Porque es un tesoro inagotable para los hombres: los que lo adquieren se atraen
la amistad de Dios, porque el don de su enseñanza los recomienda.
RESPONSORIO
BREVE
V.
El pueblo cuenta su sabiduría.
R.
El pueblo cuenta su sabiduría.
V.
La asamblea pregona su alabanza.
R.
Cuenta su sabiduría.
V.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R.
El pueblo cuenta su sabiduría.
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant.
Bendito sea el Señor, Por cuyo amor santo Tomás estudió con esfuerzo, oró
asiduamente y trabajó sin desfallecer.
Cántico
de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc 1, 68-79
Bendito
sea el Señor, Dios de Israel,
porque
ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos
una fuerza de salvación
en
la casa de David, su siervo,
según
lo había predicho desde antiguo
por
boca de sus santos profetas:
Es
la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y
de la mano de todos los que nos odian;
ha
realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando
su santa alianza
y
el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para
concedernos que, libres de temor,
arrancados
de la mano de los enemigos,
le
sirvamos con santidad y justicia,
en
su presencia, todos nuestros días.
Y
a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque
irás delante del Señor
a
preparar sus caminos,
anunciando
a su pueblo la salvación,
el
perdón de sus pecados.
Por
la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos
visitará el sol que nace de lo alto,
para
iluminar a los que viven en tiniebla
y
en sombra de muerte,
para
guiar nuestros pasos
por
el camino de la paz.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Bendito sea el Señor, Por cuyo amor santo Tomás estudió con esfuerzo, oró
asiduamente y trabajó sin desfallecer.
PRECES
Demos
gracias a Cristo, el buen pastor que entregó la vida por sus ovejas, y
supliquémosle diciendo:
Apacienta
a tu pueblo, Señor.
Señor
Jesucristo, tú que en los santos pastores nos has revelado tu misericordia y tu
amor,
haz
que por ellos, continúe llegando a nosotros tu acción misericordiosa.
Señor
Jesucristo, tú que a través de los santos pastores sigues siendo el único
pastor de tu pueblo,
no
dejes de guiarnos siempre por medio de ellos.
Señor
Jesucristo, tú que por medio de los santos pastores eres el médico de los
cuerpos y de las almas,
haz
que nunca falten a tu Iglesia los ministros que nos guíen por las sendas de una
vida santa.
Señor
Jesucristo, tú que has adoctrinado a la Iglesia con la prudencia y el amor de
los santos,
haz
que, guiados por nuestros pastores, progresemos en la santidad.
Se
pueden añadir algunas intenciones libres
Oremos
confiadamente al Padre, como Cristo nos enseñó:
Padre
nuestro...
ORACION
Señor
Dios nuestro, que hiciste admirable a santo Tomás de Aquino por su sed de
santidad y por su amor a las ciencias sagradas, te pedimos que nos des su luz
para entender sus enseñanzas y fuerza para imitar su vida. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y
es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V.
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R.
Amén.
HORA TERCIA
INVOCACIÓN
INICIAL
V.
Dios mío, ven en mi auxilio
R.
Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno:
EL TRABAJO, SEÑOR, DE CADA DÍA
El
trabajo, Señor, de cada día
nos
sea por tu amor santificado,
convierte
su dolor en alegría
de
amor, que para dar tú nos has dado.
Paciente
y larga es nuestra tarea
en
la noche oscura del amor que espera;
dulce
huésped del alma, al que flaquea
dale
tu luz, tu fuerza que aligera.
En
el alto gozoso del camino,
demos
gracias a Dios, que nos concede
la
esperanza sin fin del don divino;
todo
lo puede en él quien nada puede. Amén.
SALMODIA
Ant
1. Llamé, y él me respondió.
Salmo
119 - DESEO DE LA PAZ
En
mi aflicción llamé al Señor,
y
él me respondió.
Líbrame,
Señor, de los labios mentirosos,
de
la lengua traidora.
¿Qué
te va a dar o a mandar Dios,
lengua
traidora?
Flechas
de arquero, afiladas
con
ascuas de retama.
¡Ay
de mí, desterrado en Masac,
acampado
en Cadar!
Demasiado
llevo viviendo
con
los que odian la paz;
cuando
yo digo: «Paz»,
ellos
dicen: «Guerra».
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Llamé, y él me respondió.
Ant
2. El Señor guarda tus entradas y salidas.
Salmo
120 - EL GUARDIÁN DEL PUEBLO.
Levanto
mis ojos a los montes:
¿de
dónde me vendrá el auxilio?
El
auxilio me viene del Señor,
que
hizo el cielo y la tierra.
No
permitirá que resbale tu pie,
tu
guardián no duerme;
no
duerme ni reposa
el
guardián de Israel.
El
Señor te guarda a su sombra,
está
a tu derecha;
de
día el sol no te hará daño,
ni
la luna de noche.
El
Señor te guarda de todo mal,
él
guarda tu alma;
el
Señor guarda tus entradas y salidas,
ahora
y por siempre.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
El Señor guarda tus entradas y salidas.
Ant
3. Me he alegrado por lo que me dijeron.
Salmo
121 LA CIUDAD SANTA DE JERUSALÉN
¡Qué
alegría cuando me dijeron:
«Vamos
a la casa del Señor»!
Ya
están pisando nuestros pies
tus
umbrales, Jerusalén.
Jerusalén
está fundada
como
ciudad bien compacta.
Allá
suben las tribus,
las
tribus del Señor,
según
la costumbre de Israel,
a
celebrar el nombre del Señor;
en
ella están los tribunales de justicia
en
el palacio de David.
Desead
la paz a Jerusalén:
«Vivan
seguros los que te aman,
haya
paz dentro de tus muros,
seguridad
en tus palacios.»
Por
mis hermanos y compañeros,
voy
a decir: «La paz contigo.»
Por
la casa del Señor, nuestro Dios,
te
deseo todo bien.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Me he alegrado por lo que me dijeron.
LECTURA
BREVE Jr 22, 3
Haced
justicia y derecho, librad al oprimido de la mano del opresor; no abuséis del
forastero, del huérfano y de la viuda; no derraméis sangre inocente en este
lugar.
V.
El Señor juzgará el orbe con justicia.
R.
Y regirá las naciones con rectitud.
ORACIÓN
OREMOS,
Dios
todopoderoso y eterno, que a la hora de tercia enviaste tu Espíritu Paráclito a
los apóstoles, derrama también sobre nosotros ese Espíritu de amor para que
demos siempre fiel testimonio ante los hombres de aquel amor que es el
distintivo de los discípulos de tu Hijo. Él, que vive y reina por los siglos de
los siglos.
Amén.
CONCLUSIÓN
V.
Bendigamos al Señor.
R.
Demos gracias a Dios.
HORA SEXTA
INVOCACIÓN
INICIAL
V.
Dios mío, ven en mi auxilio
R.
Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno:
ESTE MUNDO DEL HOMBRE EN QUE ÉL SE AFANA.
Este
mundo del hombre, en que él se afana
tras
la felicidad que tanto ansía,
tú
lo vistes, Señor, de luz temprana
y
de radiante sol al mediodía.
Así
el poder de tu presencia encierra
el
secreto más hondo de esta vida;
un
nuevo cielo y una nueva tierra
colmarán
nuestro anhelo sin medida.
Poderoso
Señor de nuestra historia,
no
tardes en venir gloriosamente;
tu
luz resplandeciente y tu victoria
inunden
nuestra vida eternamente. Amén.
SALMODIA
Ant
1. Amar es cumplir la ley entera.
Salmo
118, 97-104
¡Cuánto
amo tu voluntad!:
todo
el día la estoy meditando;
tu
mandato me hace más sabio que mis enemigos,
siempre
me acompaña;
soy
más docto que todos mis maestros,
porque
medito tus preceptos.
Soy
más sagaz que los ancianos,
porque
cumplo tus leyes;
aparto
mi pie de toda senda mala,
para
guardar tu palabra;
no
me aparto de tus mandamientos,
porque
tú me has instruido.
¡Qué
dulce al paladar tu promesa:
más
que miel en la boca!
Considero
tus decretos,
y
odio el camino de la mentira.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Amar es cumplir la ley entera.
Ant
2. Acuérdate, Señor, de la comunidad que adquiriste desde antiguo.
Salmo
73 I - LAMENTACIÓN ANTE EL TEMPLO DEVASTADO
¿Por
qué, ¡oh Dios!, nos tienes siempre abandonados,
y
está ardiendo tu cólera contra las ovejas de tu rebaño?
Acuérdate
de la comunidad que adquiriste desde antiguo,
de
la tribu que rescataste para posesión tuya,
del
monte Sión donde pusiste tu morada.
Dirige
tus pasos a estas ruinas sin remedio;
el
enemigo ha arrasado del todo el santuario.
Rugían
los agresores en medio de tu asamblea,
levantaron
sus propios estandartes.
En
la entrada superior
abatieron
a hachazos el entramado;
después,
con martillos y mazas,
destrozaron
todas las esculturas.
Prendieron
fuego a tu santuario,
derribaron
y profanaron la morada de tu nombre.
Pensaban:
«Acabaremos con ellos»,
e
incendiaron todos los templos del país.
Ya
no vemos nuestros signos, ni hay profeta:
nadie
entre nosotros sabe hasta cuándo.
¿Hasta
cuándo, Dios mío, nos va a afrentar el enemigo?
¿No
cesará de despreciar tu nombre el adversario?
¿Por
qué retraes tu mano izquierda
y
tienes tu derecha escondida en el pecho?
Pero
tú, Dios mío, eres rey desde siempre,
tú
ganaste la victoria en medio de la tierra.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Acuérdate, Señor, de la comunidad que adquiriste desde antiguo.
Ant
3. Levántate, Señor, defiende tu causa.
Salmo
73 II
Tú
hendiste con fuerza el mar,
rompiste
la cabeza del dragón marino;
tú
aplastaste la cabeza del Leviatán,
se
la echaste en pasto a las bestias del mar;
tú
alumbraste manantiales y torrentes,
tú
secaste ríos inagotables.
Tuyo
es el día, tuya la noche,
tú
colocaste la luna y el sol;
tú
plantaste los linderos del orbe,
tú
formaste el verano y el invierno.
Tenlo
en cuenta, Señor, que el enemigo te ultraja,
que
un pueblo insensato desprecia tu nombre;
no
entregues a los buitres la vida de tu tórtola,
ni
olvides sin remedio la vida de tus pobres.
Piensa
en tu alianza: que los rincones del país
están
llenos de violencias.
Que
el humilde no se marche defraudado,
que
pobres y afligidos alaben tu nombre.
Levántate,
¡oh Dios!, defiende tu causa:
recuerda
los ultrajes continuos del insensato;
no
olvides las voces de tus enemigos,
el
tumulto creciente de los rebeldes contra ti.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Levántate, Señor, defiende tu causa.
LECTURA
BREVE Dt 15, 7-8
Si
hay entre los tuyos un pobre, un hermano, en una ciudad tuya, en esa tierra
tuya que va a darte el Señor, tu Dios, no endurezcas el corazón ni cierres la
mano a tu hermano pobre.
V.
Señor, tú escuchas los deseos de los humildes.
R.
Les prestas oído y los animas.
ORACIÓN
OREMOS,
Dios
nuestro, que revelaste a Pedro tu plan de salvar a todas las naciones, danos tu
gracia para que todas nuestras acciones sean agradables a tus ojos y útiles a
tu designio de amor y salvación universal. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
CONCLUSIÓN
V.
Bendigamos al Señor.
R.
Demos gracias a Dios.
HORA NONA
INVOCACIÓN
INICIAL
V.
Dios mío, ven en mi auxilio
R.
Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno:
OH JESÚS, QUE EN TU CRUZ HAS DEMOSTRADO
Oh
Jesús, que en tu cruz has demostrado
tu
gran amor, tu gran misericordia,
y
tu fuerza nos das para seguirte
por
el mismo camino hacia la gloria.
Que
fielmente cumplamos en tu Iglesia
nuestra
parte en tu obra salvadora,
y,
al llegar a la tarde de la vida,
en
gozo eterno el Padre nos acoja.
Gracias,
Padre, a ti porque nos llamas,
a
Jesús, que en su sangre nos redime,
y
al Espíritu Santo, luz y guía
de
este pueblo que al cielo se dirige. Amén.
SALMODIA
Ant
1. El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres.
Salmo
125 - DIOS, ALEGRÍA Y ESPERANZA NUESTRA.
Cuando
el Señor cambió la suerte de Sión,
nos
parecía soñar:
la
boca se nos llenaba de risas,
la
lengua de cantares.
Hasta
los gentiles decían:
«El
Señor ha estado grande con ellos.»
El
Señor ha estado grande con nosotros,
y
estamos alegres.
Que
el Señor cambie nuestra suerte
como
los torrentes del Negueb.
Los
que sembraban con lágrimas
cosechan
entre cantares.
Al
ir, iban llorando,
llevando
la semilla;
al
volver, vuelven cantando,
trayendo
sus gavillas.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres.
Ant
2. El Señor nos construya la casa y nos guarde la ciudad.
Salmo
126 - EL ESFUERZO HUMANO ES INÚTIL SIN DIOS.
Si
el Señor no construye la casa,
en
vano se cansan los albañiles;
si
el Señor no guarda la ciudad,
en
vano vigilan los centinelas.
Es
inútil que madruguéis,
que
veléis hasta muy tarde,
los
que coméis el pan de vuestros sudores:
¡Dios
lo da a sus amigos mientras duermen!
La
herencia que da el Señor son los hijos;
una
recompensa es el fruto de las entrañas:
son
saetas en mano de un guerrero
los
hijos de la juventud.
Dichoso
el hombre que llena
con
ellas su aljaba:
no
quedará derrotado cuando litigue
con
su adversario en la plaza.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
El Señor nos construya la casa y nos guarde la ciudad.
Ant
3. Dichoso el que teme al Señor.
Salmo
127 - PAZ DOMÉSTICA EN EL HOGAR DEL JUSTO
¡Dichoso
el que teme al Señor
y
sigue sus caminos!
Comerás
del fruto de tu trabajo,
serás
dichoso, te irá bien;
tu
mujer, como una vid fecunda,
en
medio de tu casa;
tus
hijos, como renuevos de olivo,
alrededor
de tu mesa:
ésta
es la bendición del hombre
que
teme al Señor.
Que
el Señor te bendiga desde Sión,
que
veas la prosperidad de Jerusalén
todos
los días de tu vida;
que
veas a los hijos de tus hijos.
¡Paz
a Israel!
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Dichoso el que teme al Señor.
LECTURA
BREVE Pr 22, 22-23
No
robes al pobre, porque es pobre, no oprimas al desgraciado en el tribunal,
porque el Señor defenderá su causa y pondrá zancadillas a los que se las
ponían.
V.
Librará al pobre que clamaba.
R.
Y salvará la vida de los pobres.
ORACIÓN
OREMOS,
Dios
nuestro, que enviaste un ángel al centurión Cornelio para que le revelara el
camino de la salvación, ayúdanos a trabajar cada día con mayor entrega en la
salvación de los hombres, para que, junto con todos nuestros hermanos,
incorporados a la Iglesia de tu Hijo, podamos llegar a ti. Por Cristo nuestro
Señor.
Amén.
CONCLUSIÓN
V.
Bendigamos al Señor.
R.
Demos gracias a Dios.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN
INICIAL
V.
Dios mío, ven en mi auxilio
R.
Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno:
VERBO DE DIOS, ETERNA LUZ DIVINA.
Verbo
de Dios, eterna luz divina,
fuente
eternal de toda verdad pura,
gloria
de Dios, que el cosmos ilumina,
antorcha
toda luz en noche oscura.
Palabra
eternamente pronunciada
en
la mente del Padre, ¡oh regocijo!,
que
en el tiempo a los hombres nos fue dada
en
el seno de Virgen, hecha Hijo.
Las
tinieblas de muerte y de pecado,
en
que yacía el hombre, así vencido,
su
verdad y su luz han disipado,
con
su vida y su muerte ha redimido.
Con
destellos de luz que Dios envía,
no
dejéis de brillar, faros divinos;
de
los hombres y pueblos sed su guía,
proclamad
la verdad en los caminos. Amén.
SALMODIA
Ant
1. El Señor rodea a su pueblo.
Salmo
124 - EL SEÑOR VELA POR SU PUEBLO.
Los
que confían en el Señor son como el monte Sión:
no
tiembla, está asentado para siempre.
Jerusalén
está rodeada de montañas,
y
el Señor rodea a su pueblo
ahora
y por siempre.
No
pesará el cetro de los malvados
sobre
el lote de los justos,
no
sea que los justos extiendan
su
mano a la maldad.
Señor,
concede bienes a los buenos,
a
los sinceros de corazón;
y
a los que se desvían por sendas tortuosas,
que
los rechace el Señor con los malhechores.
¡Paz
a Israel!
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
El Señor rodea a su pueblo.
Ant
2. Si no volvéis a ser como niños, no entraréis en el reino de los cielos.
Salmo
130 - COMO UN NIÑO, ISRAEL SE ABANDONÓ EN BRAZOS DE DIOS.
Señor,
mi corazón no es ambicioso,
ni
mis ojos altaneros;
no
pretendo grandezas
que
superan mi capacidad;
sino
que acallo y modero mis deseos,
como
un niño en brazos de su madre.
Espere
Israel en el Señor
ahora
y por siempre.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Si no volvéis a ser como niños, no entraréis en el reino de los cielos.
Ant
3. Has hecho de nosotros, Señor, un reino de sacerdotes para nuestro Dios.
Cántico:
HIMNO A DIOS CREADOR Ap. 4, 11; 5, 9-10. 12
Eres
digno, Señor Dios nuestro, de recibir la gloria,
el
honor y el poder,
porque
tú has creado el universo;
porque
por tu voluntad lo que no existía fue creado.
Eres
digno de tomar el libro y abrir sus sellos,
porque
fuiste degollado
y
por tu sangre compraste para Dios
hombres
de toda raza, lengua, pueblo y nación;
y
has hecho de ellos para nuestro Dios
un
reino de sacerdotes
y
reinan sobre la tierra.
Digno
es el Cordero degollado
de
recibir el poder, la riqueza y la sabiduría,
la
fuerza y el honor, la gloria y la alabanza.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Has hecho de nosotros, Señor, un reino de sacerdotes para nuestro Dios.
LECTURA
BREVE St 3, 17-18
La
sabiduría que viene de arriba ante todo es pura y, además, es amante de la paz,
comprensiva, dócil, llena de misericordia y buenas obras, constante, sincera.
Los que procuran la paz están sembrando la paz; y su fruto es la justicia.
RESPONSORIO
BREVE
V.
En la asamblea le da la palabra.
R.
En la asamblea le da la palabra.
V.
Lo llena de espíritu, sabiduría e inteligencia.
R.
Le da la palabra.
V.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R.
En la asamblea le da la palabra.
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant.
Dios le concedió una sabiduría e inteligencia extraordinarias, en las que
profundizó portentosamente y comunicó luego con generosidad.
Cántico
de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama
mi alma la grandeza del Señor,
se
alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque
ha mirado la humillación de su esclava.
Desde
ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque
el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su
nombre es santo,
y
su misericordia llega a sus fieles
de
generación en generación.
El
hace proezas con su brazo:
dispersa
a los soberbios de corazón,
derriba
del trono a los poderosos
y
enaltece a los humildes,
a
los hambrientos los colma de bienes
y
a los ricos los despide vacíos.
Auxilia
a Israel, su siervo,
acordándose
de su misericordia
-como
lo había prometido a nuestros padres-
en
favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Dios le concedió una sabiduría e inteligencia extraordinarias, en las que
profundizó portentosamente y comunicó luego con generosidad.
PRECES
Glorifiquemos
a Cristo, constituido pontífice en favor de los hombres en lo que se refiere a
Dios, y supliquémosle humildemente diciendo:
Salva
a tu pueblo, Señor.
Tú
que por medio de pastores santos y eximios has glorificado a tu Iglesia,
haz
que todos los cristianos resplandezcan por su virtud.
Tú
que por la oración de los santos pastores, que a semejanza de Moisés oraban por
el pueblo, perdonaste los pecados de tus fieles,
purifica
y santifica también ahora a la santa Iglesia por la intercesión de los santos.
Tú
que de entre los fieles elegiste a los santos pastores y, por tu Espíritu, los
consagraste como ministros en bien de sus hermanos,
llena
también de tu Espíritu a todos los pastores del pueblo de Dios.
Tú
que fuiste la heredad de los santos pastores,
no
permitas que ninguno de los que fueron adquiridos por tu sangre viva alejado de
ti.
Se
pueden añadir algunas intenciones libres
Tú
que por medio de los pastores de la Iglesia das la vida eterna a tus ovejas
para que nadie las arrebate de tu mano,
salva
a los difuntos, por quienes entregaste tu vida.
Digamos
juntos la oración que Cristo nos enseñó como modelo de toda oración:
Padre
nuestro...
ORACION
Señor
Dios nuestro, que hiciste admirable a santo Tomás de Aquino por su sed de
santidad y por su amor a las ciencias sagradas, te pedimos que nos des su luz
para entender sus enseñanzas y fuerza para imitar su vida. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y
es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V.
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R.
Amén.
COMPLETAS
(Oración antes del descanso nocturno)
INVOCACIÓN
INICIAL
V.
Dios mío, ven en mi auxilio
R.
Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
EXAMEN
DE CONCIENCIA
Hermanos,
habiendo llegado al final de esta jornada que Dios nos ha concedido,
reconozcamos sinceramente nuestros pecados.
Yo
confieso ante Dios todopoderoso
y
ante vosotros, hermanos,
que
he pecado mucho
de
pensamiento, palabra, obra y omisión:
por
mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por
eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a
los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos,
que
intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor.
V.
El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados
y nos lleve a la vida eterna.
R.
Amén.
Himno:
SE INCLINA YA MI FRENTE
Se
inclina ya mi frente,
sellado
está el trabajo;
Señor,
tu pecho sea
la
gracia del descanso.
Mis
ojos se retiran,
la
voz deja su canto,
pero
el amor enciende
su
lámpara velando.
Lucero
que te fuiste,
con
gran amor amado,
en
tu gloria dormimos
y
en sueños te adoramos. Amén.
SALMODIA
Ant
1. No me escondas tu rostro, ya que confío en ti.
Salmo
142, 1-11 - LAMENTACIÓN Y SÚPLICA ANTE LA ANGUSTIA
Señor,
escucha mi oración;
tú
que eres fiel, atiende a mi súplica;
tú
que eres justo, escúchame.
No
llames a juicio a tu siervo,
pues
ningún hombre vivo es inocente frente a ti.
El
enemigo me persigue a muerte,
empuja
mi vida al sepulcro,
me
confina a las tinieblas
como
a los muertos ya olvidados.
mi
aliento desfallece,
mi
corazón dentro de mí está yerto.
Recuerdo
los tiempos antiguos,
medito
todas tus acciones,
considero
las obras de tus manos
y
extiendo mis brazos hacia ti:
tengo
sed de ti como tierra reseca.
Escúchame
en seguida, Señor,
que
me falta el aliento.
No
me escondas tu rostro,
igual
que a los que bajan a la fosa.
En
la mañana hazme escuchar tu gracia,
ya
que confío en ti;
indícame
el camino que he de seguir,
pues
levanto mi alma a ti.
Líbrame
del enemigo, Señor,
que
me refugio en ti.
Enséñame
a cumplir tu voluntad,
ya
que tú eres mi Dios.
Tu
espíritu, que es bueno,
me
guíe por tierra llana.
Por
tu nombre, Señor, consérvame vivo;
por
tu clemencia, sácame de la angustia.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
No me escondas tu rostro, ya que confío en ti.
LECTURA
BREVE 1Pe 5,8-9
Sed
sobrios, estad despiertos: vuestro enemigo, el diablo, como león rugiente,
ronda buscando a quien devorar; resistidle, firmes en la fe.
RESPONSORIO
BREVE
V.
En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
R.
En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
V.
Tú, el Dios leal, nos librarás.
R.
Te encomiendo mi espíritu.
V.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R.
En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant.
Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con
Cristo y descansemos en paz.
CÁNTICO
DE SIMEÓN Lc 2, 29-32
Ahora,
Señor, según tu promesa,
puedes
dejar a tu siervo irse en paz,
porque
mis ojos han visto a tu Salvador,
a
quien has presentado ante todos los pueblos
luz
para alumbrar a las naciones
y
gloria de tu pueblo Israel.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con
Cristo y descansemos en paz.
ORACION
OREMOS,
Ilumina,
Señor, nuestra noche y concédenos un descanso tranquilo; que mañana nos
levantemos en tu nombre y podamos contemplar, con salud y gozo, el clarear del
nuevo día. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
BENDICIÓN
V.
El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte.
R.
Amén.
ANTIFONA
FINAL DE LA SANTISIMA VIRGEN
Bajo
tu amparo nos acogemos,
santa
Madre de Dios,
no
desprecies las oraciones
que
te dirigimos en nuestras necesidades,
antes
bien líbranos de todo peligro,
oh
Virgen gloriosa y bendita.
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