De la Solemnidad.
EL NACIMIENTO DE SAN JUAN BAUTISTA (SOLEMNIDAD).
San Juan Bautista, es el único santo que se conmemora el día de
su nacimiento, porque fue santificado en el vientre de su madre por la visita
del Salvador. Su nacimiento es motivo de inmensa alegría para la humanidad por
el anuncio que trae de la próxima Redención. El arcángel Gabriel anunció a
Zacarías que su mujer estéril, iba a concebir y agregó: «Le darás el nombre de
Juan y será para ti objeto de júbilo y alegría; muchos se regocijarán por su
nacimiento puesto que será grande delante del Señor». Al nacer, Zacarías
proclamó el «Benedictus», que repetimos a diario en el oficio.
OFICIO DE LECTURA
INVITATORIO
Si
ésta es la primera oración del día:
V.
Señor abre mis labios
R.
Y mi boca proclamará tu alabanza
Se
añade el Salmo del Invitatorio con la siguiente antífona:
Ant.
Venid, adoremos al Cordero de Dios, a quien Juan anunció lleno de alegría.
Salmo
94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid,
aclamemos al Señor,
demos
vítores a la Roca que nos salva;
entremos
a su presencia dándole gracias,
aclamándolo
con cantos.
Porque
el Señor es un Dios grande,
soberano
de todos los dioses:
tiene
en su mano las simas de la tierra,
son
suyas las cumbres de los montes;
suyo
es el mar, porque él lo hizo,
la
tierra firme que modelaron sus manos.
Venid,
postrémonos por tierra,
bendiciendo
al Señor, creador nuestro.
Porque
él es nuestro Dios,
y
nosotros su pueblo,
el
rebaño que él guía.
Ojalá
escuchéis hoy su voz:
«No
endurezcáis el corazón como en Meribá,
como
el día de Masá en el desierto;
cuando
vuestros padres me pusieron a prueba
y
dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante
cuarenta años
aquella
generación me repugnó, y dije:
Es
un pueblo de corazón extraviado,
que
no reconoce mi camino;
por
eso he jurado en mi cólera
que
no entrarán en mi descanso»
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Venid, adoremos al Cordero de Dios, a quien Juan anunció lleno de alegría.
Si antes se ha rezado ya alguna otra Hora:
V.
Dios mío, ven en mi auxilio
R.
Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno:
VOZ MÁS RICA QUE UN CONCIERTO
Voz
más rica que un concierto
y
que sube hasta el Jordán
es
la voz, a campo abierto,
del
que clama en el desierto,
y
que lo llamaron Juan.
Vio
cómo el cielo se abría
sobre
el Cordero de Dios,
y
su voz le anunciaría.
¡Oh
radiante profecía
que
por siempre unió a los dos!
Más
aún, en su presencia,
con
humilde sumisión,
pide
el que es Dios por esencia
bautismo
de penitencia
para
empezar su misión.
Juan
bautiza al Deseado,
¡doble
abismo de humildad!:
ante
el Hijo muy amado,
por
el Padre proclamado,
se
rindió su caridad.
¡Oh
sin par doxología!:
voz
del Padre en el Jordán,
el
Hijo que la acogía
y
la Paloma que ardía
sobre
Jesús y san Juan. Amén.
SALMODIA
Ant
1. El Señor me llamó desde el vientre de mi madre, cuando aún estaba yo en el
seno materno pronunció mi nombre.
Salmo
20, 2-8. 14 - ACCIÓN DE GRACIAS POR LA VICTORIA DEL REY.
Señor,
el rey se alegra por tu fuerza,
¡y
cuánto goza con tu victoria!
Le
has concedido el deseo de su corazón,
no
le has negado lo que pedían sus labios.
Te
adelantaste a bendecirlo con el éxito,
y
has puesto en su cabeza una corona de oro fino.
Te
pidió vida, y se la has concedido,
años
que se prolongan sin término.
Tu
victoria ha engrandecido su fama,
lo
has vestido de honor y majestad.
Le
concedes bendiciones incesantes,
lo
colmas de gozo en tu presencia;
porque
el rey confía en el Señor,
y
con la gracia del Altísimo no fracasará.
Levántate,
Señor, con tu fuerza,
y
al son de instrumentos cantaremos tu poder.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
El Señor me llamó desde el vientre de mi madre, cuando aún estaba yo en el seno
materno pronunció mi nombre.
Ant
2. El Señor hizo de mi boca una espada afilada, me escondió en la sombra de su
mano.
Salmo
91 - I
Es
bueno dar gracias al Señor
y
tocar para tu nombre, oh Altísimo,
proclamar
por la mañana tu misericordia
y
de noche tu fidelidad,
con
arpas de diez cuerdas y laúdes
sobre
arpegios de cítaras.
Tus
acciones, Señor, son mi alegría,
y
mi júbilo, las obras de tus manos.
¡Qué
magníficas son tus obras, Señor,
qué
profundos tus designios!
El
ignorante no los entiende
ni
el necio se da cuenta.
Aunque
germinen como hierba los malvados
y
florezcan los malhechores,
serán
destruidos para siempre.
Tú,
en cambio, Señor,
eres
excelso por los siglos.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
El Señor hizo de mi boca una espada afilada, me escondió en la sombra de su
mano.
Ant
3. Juan declaró como testigo: «El que ha de venir después de mí existía antes
que yo.»
Salmo
91 - II
Porque
tus enemigos, Señor, perecerán,
los
malhechores serán dispersados;
pero
a mí me das la fuerza de un búfalo
y
me unges con aceite nuevo.
Mis
ojos no temerán a mis enemigos,
mis
oídos escucharán su derrota.
El
justo crecerá como una palmera
y
se alzará como un cedro del Líbano:
plantado
en la casa del Señor,
crecerá
en los atrios de nuestro Dios;
en
la vejez seguirá dando fruto
y
estará lozano y frondoso,
para
proclamar que el Señor es justo,
que
en mi Roca no existe la maldad.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Juan declaró como testigo: «El que ha de venir después de mí existía antes que
yo.»
V.
Éste vino como testigo enviado a declarar en favor de la luz.
R.
Para que por su medio todos abrazasen la fe.
PRIMERA
LECTURA
Del
libro del profeta Jeremías 1, 4-10. 17-19
LA
VOCACIÓN DEL PROFETA
Recibí
esta palabra del Señor:
«Antes
de formarte en el vientre, te escogí; antes de que salieras del seno materno,
te consagré: te nombré profeta de los gentiles.»
Yo
repuse:
«¡Ay,
Señor mío! Mira que no sé hablar, que soy un muchacho.»
El
Señor me contestó:
«No
digas: "Soy un muchacho", que adonde yo te envíe irás, y lo que yo te
mande lo dirás. No les tengas miedo, yo estoy contigo para librarte -oráculo
del Señor-.»
El
Señor extendió la mano y me tocó la boca; y me dijo:
«Mira:
yo pongo mis palabras en tu boca, hoy te establezco sobre pueblos y reyes, para
arrancar y arrasar, para destruir y demoler, para edificar y plantar. Pero tú
cíñete los lomos, ponte en pie y diles lo que yo te mando. No les tengas miedo,
que yo no te haré desmayar delante de ellos. Mira: Yo te convierto hoy en plaza
fuerte, en columna de hierro, en muralla de bronce, frente a todo el país:
frente a los reyes y príncipes de Judá, frente a los sacerdotes y la gente del
pueblo; lucharán contra ti, pero no podrán contigo, porque yo estoy contigo
para librarte -oráculo del Señor-.»
RESPONSORIO
Jr 1, 5. 9. 10
R.
Antes de formarte en el vientre, te escogí; antes de que salieras del seno
materno, te consagré: * te nombré profeta de los gentiles.
V.
Yo pongo mis palabras en tu boca, yo te establezco sobre pueblos y reyes.
R.
Te nombré profeta de los gentiles.
SEGUNDA
LECTURA
De
los Sermones de san Agustín, obispo
(Sermón
293, 1-3: PL 38, 1327-1328)
LA
VOZ DEL QUE CLAMA EN EL DESIERTO
La
Iglesia celebra el nacimiento de Juan como algo sagrado, y él es el único de
los santos cuyo nacimiento se festeja; celebramos el nacimiento de Juan y el de
Cristo. Ello no deja de tener su significado, y, si nuestras explicaciones no
alcanzaran a estar a la altura de misterio tan elevado, no hemos de perdonar
esfuerzo para profundizarlo y sacar provecho de él.
Juan
nace de una anciana estéril; Cristo, de una jovencita virgen. El futuro padre
de Juan no cree el anuncio de su nacimiento y se queda mudo; la Virgen cree el
del nacimiento de Cristo y lo concibe por la fe. Esto es, en resumen, lo que
intentaremos penetrar y analizar; y, si el poco tiempo y las pocas facultades
de que disponemos no nos permiten llegar hasta las profundidades de este
misterio tan grande, mejor os adoctrinará aquel que habla en vuestro interior,
aun en ausencia nuestra, aquel que es el objeto de vuestros piadosos
pensamientos, aquel que habéis recibido en vuestro corazón y del cual habéis
sido hechos templo.
Juan
viene a ser como la línea divisoria entre los dos Testamentos, el antiguo y el
nuevo. Así lo atestigua el mismo Señor, cuando dice: La ley y los profetas
llegan hasta Juan. Por tanto, él es como la personificación de lo antiguo y el
anuncio de lo nuevo. Porque personifica lo antiguo, nace de padres ancianos;
porque personifica lo nuevo, es declarado profeta en el seno de su madre. Aún
no ha nacido y, al venir la Virgen María, salta de gozo en las entrañas de su
madre. Con ello queda ya señalada su misión, aun antes de nacer; queda
demostrado de quién es precursor, antes de que él lo vea. Estas cosas
pertenecen al orden de lo divino y sobrepasan la capacidad de la humana
pequeñez. Finalmente, nace, se le impone el nombre, queda expedita la lengua de
su padre. Estos acontecimientos hay que entenderlos con toda la fuerza de su
significado.
Zacarías
calla y pierde el habla hasta que nace Juan, el precursor del Señor, y abre su
boca. Este silencio de Zacarías significaba que, antes de la predicación de
Cristo, el sentido de las profecías estaba en cierto modo latente, oculto,
encerrado. Con el advenimiento de aquel a quien se referían estas profecías,
todo se hace claro. El hecho de que en el nacimiento de Juan se abre la boca de
Zacarías tiene el mismo significado que el rasgarse el velo al morir Cristo en
la cruz. Si Juan se hubiera anunciado a sí mismo, la boca de Zacarías habría
continuado muda. Si se desata su lengua es porque ha nacido aquel que es la
voz; en efecto, cuando Juan cumplía ya su misión de anunciar al Señor, le
dijeron: Dinos quién eres. Y él respondió: Yo soy la voz del que clama en el
desierto. Juan era la voz; pero el Señor era la Palabra que existía ya al
comienzo de las cosas. Juan era una voz pasajera, Cristo la Palabra eterna
desde el principio.
RESPONSORIO
Lc 1, 76-77
R.
A ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, * porque irás delante del Señor a
preparar sus caminos.
V.
Anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados.
R.
Porque irás delante del Señor a preparar sus caminos.
Himno:
SEÑOR, DIOS ETERNO
Señor,
Dios eterno, alegres te cantamos,
a
ti nuestra alabanza,
a
ti, Padre del cielo, te aclama la creación.
Postrados
ante ti, los ángeles te adoran
y
cantan sin cesar:
Santo,
santo, santo es el Señor,
Dios
del universo;
llenos
están el cielo y la tierra de tu gloria.
A
ti, Señor, te alaba el coro celestial de los apóstoles,
la
multitud de los profetas te enaltece,
y
el ejército glorioso de los mártires te aclama.
A
ti la Iglesia santa,
por
todos los confines extendida,
con
júbilo te adora y canta tu grandeza:
Padre,
infinitamente santo,
Hijo
eterno, unigénito de Dios,
santo
Espíritu de amor y de consuelo.
Oh
Cristo, tú eres el Rey de la gloria,
tú
el Hijo y Palabra del Padre,
tú
el Rey de toda la creación.
Tú,
para salvar al hombre,
tomaste
la condición de esclavo
en
el seno de una virgen.
Tú
destruiste la muerte
y
abriste a los creyentes las puertas de la gloria.
Tú
vives ahora,
inmortal
y glorioso, en el reino del Padre.
Tú
vendrás algún día,
como
juez universal.
Muéstrate,
pues, amigo y defensor
de
los hombres que salvaste.
Y
recíbelos por siempre allá en tu reino,
con
tus santos y elegidos.
La
parte que sigue puede omitirse, si se cree oportuno.
Salva
a tu pueblo, Señor,
y
bendice a tu heredad.
Sé
su pastor,
y
guíalos por siempre.
Día
tras día te bendeciremos
y
alabaremos tu nombre por siempre jamás.
Dígnate,
Señor,
guardarnos
de pecado en este día.
Ten
piedad de nosotros, Señor,
ten
piedad de nosotros.
Que
tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como
lo esperamos de ti.
A
ti, Señor, me acojo,
no
quede yo nunca defraudado.
ORACIÓN.
OREMOS,
Dios
todopoderoso, que suscitaste a san Juan Bautista, para que le preparara a
Cristo un pueblo bien dispuesto, concede a tu pueblo el don de la alegría
espiritual y guíanos por el camino de la salvación y de la paz. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
CONCLUSIÓN
V.
Bendigamos al Señor.
R.
Demos gracias a Dios.
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
(Si
Laudes no es la primera oración del día
se
sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V.
Señor abre mis labios
R.
Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant.
Venid, adoremos al Cordero de Dios, a quien Juan anunció lleno de alegría.
Salmo
94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid,
aclamemos al Señor,
demos
vítores a la Roca que nos salva;
entremos
a su presencia dándole gracias,
aclamándolo
con cantos.
Porque
el Señor es un Dios grande,
soberano
de todos los dioses:
tiene
en su mano las simas de la tierra,
son
suyas las cumbres de los montes;
suyo
es el mar, porque él lo hizo,
la
tierra firme que modelaron sus manos.
Venid,
postrémonos por tierra,
bendiciendo
al Señor, creador nuestro.
Porque
él es nuestro Dios,
y
nosotros su pueblo,
el
rebaño que él guía.
Ojalá
escuchéis hoy su voz:
«No
endurezcáis el corazón como en Meribá,
como
el día de Masá en el desierto;
cuando
vuestros padres me pusieron a prueba
y
dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante
cuarenta años
aquella
generación me repugnó, y dije:
Es
un pueblo de corazón extraviado,
que
no reconoce mi camino;
por
eso he jurado en mi cólera
que
no entrarán en mi descanso»
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Venid, adoremos al Cordero de Dios, a quien Juan anunció lleno de alegría.
Himno:
¿QUÉ SERÁ ESTE NIÑO?
«¿Qué
será este niño?», decía la gente
al
ver a su padre mudo de estupor.
«¿Si
será un profeta?, ¿si será un vidente?»
¡De
una madre estéril nace el Precursor!
Antes
de nacer, sintió su llegada,
al
fuego del niño lo cantó Isabel,
y
llamó a la Virgen: «Bienaventurada»,
porque
ella era el arca donde estaba él.
El
ya tan antiguo y nuevo Testamento
en
él se soldaron como en piedra imán;
muchos
se alegraron de su nacimiento:
fue
ese mensajero que se llamó Juan.
Lo
envió el Altísimo para abrir las vías
del
que trae al mundo toda redención:
como
el gran profeta, como el mismo Elías,
a
la faz del Hijo de su corazón.
El
no era la luz: vino a ser testigo
de
la que ya habita claridad sin fin;
él
no era el Señor: vino a ser su amigo,
su
siervo, su apóstol y su paladín.
Cántanle
los siglos, como Zacarías:
«Y
tú serás, niño, quien marche ante él;
eres
el heraldo que anuncia al Mesías,
eres
la esperanza del nuevo Israel.»
El
mundo se llena de gran regocijo,
Juan
es el preludio de la salvación;
alabanza
al Padre que nos dio tal Hijo,
la
gloria al Espíritu que fraguó la acción. Amén.
SALMODIA
Ant
1. Le pondrás el nombre de Juan y su nacimiento será motivo de alegría para
muchos.
SALMO
62, 2-9 - EL ALMA SEDIENTA DE DIOS
¡Oh
Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi
alma está sedienta de ti;
mi
carne tiene ansia de ti,
como
tierra reseca, agostada, sin agua.
¡Cómo
te contemplaba en el santuario
viendo
tu fuerza y tu gloria!
Tu
gracia vale más que la vida,
te
alabarán mis labios.
Toda
mi vida te bendeciré
y
alzaré las manos invocándote.
Me
saciaré de manjares exquisitos,
y
mis labios te alabarán jubilosos.
En
el lecho me acuerdo de ti
y
velando medito en ti,
porque
fuiste mi auxilio,
y
a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi
alma está unida a ti,
y
tu diestra me sostiene.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Le pondrás el nombre de Juan y su nacimiento será motivo de alegría para
muchos.
Ant
2. Precederá al Señor en su venida con el espíritu y el poder de Elías,
preparando al Señor un pueblo bien dispuesto.
Cántico:
TODA LA CREACIÓN ALABE AL SEÑOR - Dn 3, 57-88. 56
Creaturas
todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo
con himnos por los siglos.
Ángeles
del Señor, bendecid al Señor;
cielos,
bendecid al Señor.
Aguas
del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos
del Señor, bendecid al Señor.
Sol
y luna, bendecid al Señor;
astros
del cielo, bendecid al Señor.
Lluvia
y rocío, bendecid al Señor;
vientos
todos, bendecid al Señor.
Fuego
y calor, bendecid al Señor;
fríos
y heladas, bendecid al Señor.
Rocíos
y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos
y hielos, bendecid al Señor.
Escarchas
y nieves, bendecid al Señor;
noche
y día, bendecid al Señor.
Luz
y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos
y nubes, bendecid al Señor.
Bendiga
la tierra al Señor,
ensálcelo
con himnos por los siglos.
Montes
y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto
germina en la tierra, bendiga al Señor.
Manantiales,
bendecid al Señor;
mares
y ríos, bendecid al Señor.
Cetáceos
y peces, bendecid al Señor;
aves
del cielo, bendecid al Señor.
Fieras
y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo
con himnos por los siglos.
Hijos
de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga
Israel al Señor.
Sacerdotes
del Señor, bendecid al Señor;
siervos
del Señor, bendecid al Señor.
Almas
y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos
y humildes de corazón, bendecid al Señor.
Ananías,
Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo
con himnos por los siglos.
Bendigamos
al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
ensalcémoslo
con himnos por los siglos.
Bendito
el Señor en la bóveda del cielo,
alabado
y glorioso y ensalzado por los siglos.
No
se dice Gloria al Padre.
Ant.
Precederá al Señor en su venida con el espíritu y el poder de Elías, preparando
al Señor un pueblo bien dispuesto.
Ant
3. A ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos.
Salmo
149 - ALEGRÍA DE LOS SANTOS
Cantad
al Señor un cántico nuevo,
resuene
su alabanza en la asamblea de los fieles;
que
se alegre Israel por su Creador,
los
hijos de Sión por su Rey.
Alabad
su nombre con danzas,
cantadle
con tambores y cítaras;
porque
el Señor ama a su pueblo
y
adorna con la victoria a los humildes.
Que
los fieles festejen su gloria
y
canten jubilosos en filas:
con
vítores a Dios en la boca
y
espadas de dos filos en las manos:
para
tomar venganza de los pueblos
y
aplicar el castigo a las naciones,
sujetando
a los reyes con argollas,
a
los nobles con esposas de hierro.
Ejecutar
la sentencia dictada
es
un honor para todos sus fieles.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
A ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a
preparar sus caminos.
LECTURA
BREVE Ml 4, 5-6
Mirad,
os enviaré al profeta Elías antes de que llegue el día del Señor, grande y
terrible. Convertirá el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de
los hijos hacia los padres, para que no tenga que venir yo a destruir la
tierra.
RESPONSORIO
BREVE
V.
Será grande a los ojos del Señor y estará lleno del Espíritu Santo.
R.
Será grande a los ojos del Señor y estará lleno del Espíritu Santo.
V.
Precederá al Señor en su venida, preparándole un pueblo bien dispuesto.
R.
Y estará lleno del Espíritu Santo.
V.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R.
Será grande a los ojos del Señor y estará lleno del Espíritu Santo.
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant.
Zacarías recuperó el uso de la lengua e, inspirado, dijo: «Bendito sea el
Señor, Dios de Israel.»
Cántico
de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc 1, 68-79
Bendito
sea el Señor, Dios de Israel,
porque
ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos
una fuerza de salvación
en
la casa de David, su siervo,
según
lo había predicho desde antiguo
por
boca de sus santos profetas:
Es
la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y
de la mano de todos los que nos odian;
ha
realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando
su santa alianza
y
el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para
concedernos que, libres de temor,
arrancados
de la mano de los enemigos,
le
sirvamos con santidad y justicia,
en
su presencia, todos nuestros días.
Y
a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque
irás delante del Señor
a
preparar sus caminos,
anunciando
a su pueblo la salvación,
el
perdón de sus pecados.
Por
la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos
visitará el sol que nace de lo alto,
para
iluminar a los que viven en tiniebla
y
en sombra de muerte,
para
guiar nuestros pasos
por
el camino de la paz.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Zacarías recuperó el uso de la lengua e, inspirado, dijo: «Bendito sea el
Señor, Dios de Israel.»
PRECES
Oremos
a Cristo, el Señor, que envió a Juan a preparar sus caminos delante de él, y digámosle:
Visítanos,
Sol que naces de lo alto.
Tú
que hiciste saltar de gozo a Juan cuando estaba en el vientre de su madre,
haz
que siempre nos alegremos de que hayas venido al mundo.
Tú
que nos mostraste el camino de la conversión por la palabra y por el ejemplo
del Bautista,
ilumina
nuestros corazones, para que se conviertan a las enseñanzas de tu reino.
Tú
que quieres mostrarte a los hombres por la predicación de los hombres,
envía
a todo el mundo profetas que anuncien tu Evangelio.
Tú
que quisiste ser bautizado por Juan en el Jordán para llevar a término toda
justicia,
haz
que trabajemos por la justicia de tu reino.
Se
pueden añadir algunas intenciones libres
Dirijamos
nuestra oración al Padre que está en los cielos, diciendo:
Padre
nuestro...
ORACION
Dios
todopoderoso, que suscitaste a san Juan Bautista, para que le preparara a
Cristo un pueblo bien dispuesto, concede a tu pueblo el don de la alegría
espiritual y guíanos por el camino de la salvación y de la paz. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V.
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R.
Amén.
HORA TERCIA
INVOCACIÓN
INICIAL
V.
Dios mío, ven en mi auxilio
R.
Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno:
VEN ESPÍRITU SANTO, LUZ Y GOZO
Ven,
Espíritu Santo, luz y gozo,
Amor,
que en tus incendios nos abrasas:
renueva
el alma de este pueblo tuyo
que
por mis labios canta tu alabanza.
En
sus fatigas diarias, sé descanso;
en
su lucha tenaz, vigor y gracia:
haz
germinar la caridad del Padre,
que
engendra flores y que quema zarzas.
Ven,
Amor, que iluminas el camino,
compañero
divino de las almas:
ven
con tu viento a sacudir al mundo
y
a abrir nuevos senderos de esperanza. Amén.
SALMODIA
Ant
1. Será grande a los ojos del Señor y estará lleno del Espíritu Santo ya desde
el seno de su madre.
Salmo
119 - DESEO DE LA PAZ
En
mi aflicción llamé al Señor,
y
él me respondió.
Líbrame,
Señor, de los labios mentirosos,
de
la lengua traidora.
¿Qué
te va a dar o a mandar Dios,
lengua
traidora?
Flechas
de arquero, afiladas
con
ascuas de retama.
¡Ay
de mí, desterrado en Masac,
acampado
en Cadar!
Demasiado
llevo viviendo
con
los que odian la paz;
cuando
yo digo: «Paz»,
ellos
dicen: «Guerra».
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo
120 - EL GUARDIÁN DEL PUEBLO.
Levanto
mis ojos a los montes:
¿de
dónde me vendrá el auxilio?
El
auxilio me viene del Señor,
que
hizo el cielo y la tierra.
No
permitirá que resbale tu pie,
tu
guardián no duerme;
no
duerme ni reposa
el
guardián de Israel.
El
Señor te guarda a su sombra,
está
a tu derecha;
de
día el sol no te hará daño,
ni
la luna de noche.
El
Señor te guarda de todo mal,
él
guarda tu alma;
el
Señor guarda tus entradas y salidas,
ahora
y por siempre.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo
121 LA CIUDAD SANTA DE JERUSALÉN
¡Qué
alegría cuando me dijeron:
«Vamos
a la casa del Señor»!
Ya
están pisando nuestros pies
tus
umbrales, Jerusalén.
Jerusalén
está fundada
como
ciudad bien compacta.
Allá
suben las tribus,
las
tribus del Señor,
según
la costumbre de Israel,
a
celebrar el nombre del Señor;
en
ella están los tribunales de justicia
en
el palacio de David.
Desead
la paz a Jerusalén:
«Vivan
seguros los que te aman,
haya
paz dentro de tus muros,
seguridad
en tus palacios.»
Por
mis hermanos y compañeros,
voy
a decir: «La paz contigo.»
Por
la casa del Señor, nuestro Dios,
te
deseo todo bien.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Será grande a los ojos del Señor y estará lleno del Espíritu Santo ya desde el
seno de su madre.
LECTURA
BREVE Is 49, 1
Escuchadme,
islas; atended, pueblos lejanos: el Señor me llamó desde el vientre de mi
madre, cuando aún estaba yo en el seno materno pronunció mi nombre.
V.
Ví al Espíritu Santo descender y posarse sobre él.
R.
Él es quien bautiza con Espíritu Santo.
ORACIÓN
OREMOS,
Dios
todopoderoso, que suscitaste a san Juan Bautista, para que le preparara a
Cristo un pueblo bien dispuesto, concede a tu pueblo el don de la alegría
espiritual y guíanos por el camino de la salvación y de la paz. Por Cristo
nuestro Señor.
Amén.
CONCLUSIÓN
V.
Bendigamos al Señor.
R.
Demos gracias a Dios.
HORA SEXTA
INVOCACIÓN
INICIAL
V.
Dios mío, ven en mi auxilio
R.
Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno:
ESTE MUNDO DEL HOMBRE EN QUE ÉL SE AFANA.
Este
mundo del hombre, en que él se afana
tras
la felicidad que tanto ansía,
tú
lo vistes, Señor, de luz temprana
y
de radiante sol al mediodía.
Así
el poder de tu presencia encierra
el
secreto más hondo de esta vida;
un
nuevo cielo y una nueva tierra
colmarán
nuestro anhelo sin medida.
Poderoso
Señor de nuestra historia,
no
tardes en venir gloriosamente;
tu
luz resplandeciente y tu victoria
inunden
nuestra vida eternamente. Amén.
SALMODIA
Ant
1. Tan pronto como llegaron a mis oídos las palabras de tu saludo, dio luego el
niño en mi seno saltos de alegría. Aleluya.
Salmo
122 - EL SEÑOR, ESPERANZA DEL PUEBLO
A
ti levanto mis ojos,
a
ti que habitas en el cielo.
Como
están los ojos de los esclavos
fijos
en las manos de sus señores,
como
están los ojos de la esclava
fijos
en las manos de su señora,
así
están nuestros ojos
en
el Señor, Dios nuestro,
esperando
su misericordia.
Misericordia,
Señor, misericordia,
que
estamos saciados de desprecios;
nuestra
alma está saciada
del
sarcasmo de los satisfechos,
del
desprecio de los orgullosos.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo
123 - NUESTRO AUXILIO ES EL NOMBRE DEL SEÑOR
Si
el Señor no hubiera estado de nuestra parte
-que
lo diga Israel-,
si
el Señor no hubiera estado de nuestra parte,
cuando
nos asaltaban los hombres,
nos
habrían tragado vivos:
tanto
ardía su ira contra nosotros.
Nos
habrían arrollado las aguas,
llegándonos
el torrente hasta el cuello;
nos
habrían llegado hasta el cuello
las
aguas espumantes.
Bendito
el Señor, que no nos entregó
como
presa a sus dientes;
hemos
salvado la vida como un pájaro
de
la trampa del cazador:
la
trampa se rompió y escapamos.
Nuestro
auxilio es el nombre del Señor,
que
hizo el cielo y la tierra.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo
124 - EL SEÑOR VELA POR SU PUEBLO.
Los
que confían en el Señor son como el monte Sión:
no
tiembla, está asentado para siempre.
Jerusalén
está rodeada de montañas,
y
el Señor rodea a su pueblo
ahora
y por siempre.
No
pesará el cetro de los malvados
sobre
el lote de los justos,
no
sea que los justos extiendan
su
mano a la maldad.
Señor,
concede bienes a los buenos,
a
los sinceros de corazón;
y
a los que se desvían por sendas tortuosas,
que
los rechace el Señor con los malhechores.
¡Paz
a Israel!
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Tan pronto como llegaron a mis oídos las palabras de tu saludo, dio luego el
niño en mi seno saltos de alegría. Aleluya.
LECTURA
BREVE Is 49, 5-6
Habla
el Señor, que desde el seno materno me hizo su siervo: «Te hago luz de las
naciones, para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra.»
V.
El Señor me llamó desde el vientre de mi madre.
R.
Cuando aún estaba yo en el seno materno pronunció mi nombre.
ORACIÓN
OREMOS,
Dios
todopoderoso, que suscitaste a san Juan Bautista, para que le preparara a Cristo
un pueblo bien dispuesto, concede a tu pueblo el don de la alegría espiritual y
guíanos por el camino de la salvación y de la paz. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
CONCLUSIÓN
V.
Bendigamos al Señor.
R.
Demos gracias a Dios.
HORA NONA
INVOCACIÓN
INICIAL
V.
Dios mío, ven en mi auxilio
R.
Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno:
OH JESÚS, QUE EN TU CRUZ HAS DEMOSTRADO
Oh
Jesús, que en tu cruz has demostrado
tu
gran amor, tu gran misericordia,
y
tu fuerza nos das para seguirte
por
el mismo camino hacia la gloria.
Que
fielmente cumplamos en tu Iglesia
nuestra
parte en tu obra salvadora,
y,
al llegar a la tarde de la vida,
en
gozo eterno el Padre nos acoja.
Gracias,
Padre, a ti porque nos llamas,
a
Jesús, que en su sangre nos redime,
y
al Espíritu Santo, luz y guía
de
este pueblo que al cielo se dirige. Amén.
SALMODIA
Ant
1. Este niño será grande a los ojos del Señor, pues una providencia especial se
manifiesta sobre él.
Salmo
125 - DIOS, ALEGRÍA Y ESPERANZA NUESTRA.
Cuando
el Señor cambió la suerte de Sión,
nos
parecía soñar:
la
boca se nos llenaba de risas,
la
lengua de cantares.
Hasta
los gentiles decían:
«El
Señor ha estado grande con ellos.»
El
Señor ha estado grande con nosotros,
y
estamos alegres.
Que
el Señor cambie nuestra suerte
como
los torrentes del Negueb.
Los
que sembraban con lágrimas
cosechan
entre cantares.
Al
ir, iban llorando,
llevando
la semilla;
al
volver, vuelven cantando,
trayendo
sus gavillas.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo
126 - EL ESFUERZO HUMANO ES INÚTIL SIN DIOS.
Si
el Señor no construye la casa,
en
vano se cansan los albañiles;
si
el Señor no guarda la ciudad,
en
vano vigilan los centinelas.
Es
inútil que madruguéis,
que
veléis hasta muy tarde,
los
que coméis el pan de vuestros sudores:
¡Dios
lo da a sus amigos mientras duermen!
La
herencia que da el Señor son los hijos;
una
recompensa es el fruto de las entrañas:
son
saetas en mano de un guerrero
los
hijos de la juventud.
Dichoso
el hombre que llena
con
ellas su aljaba:
no
quedará derrotado cuando litigue
con
su adversario en la plaza.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo
127 - PAZ DOMÉSTICA EN EL HOGAR DEL JUSTO
¡Dichoso
el que teme al Señor
y
sigue sus caminos!
Comerás
del fruto de tu trabajo,
serás
dichoso, te irá bien;
tu
mujer, como una vid fecunda,
en
medio de tu casa;
tus
hijos, como renuevos de olivo,
alrededor
de tu mesa:
ésta
es la bendición del hombre
que
teme al Señor.
Que
el Señor te bendiga desde Sión,
que
veas la prosperidad de Jerusalén
todos
los días de tu vida;
que
veas a los hijos de tus hijos.
¡Paz
a Israel!
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Este niño será grande a los ojos del Señor, pues una providencia especial se
manifiesta sobre él.
LECTURA
BREVE Is 49, 7b
Te
verán los reyes y se pondrán de pie, te verán los príncipes y se postrarán;
porque el Señor es fiel, porque el Santo de Israel te ha elegido.
V.
Mira: yo pongo las palabras en tu boca.
R.
Hoy te establezco sobre pueblos y reyes.
ORACIÓN
OREMOS,
Dios
todopoderoso, que suscitaste a san Juan Bautista, para que le preparara a
Cristo un pueblo bien dispuesto, concede a tu pueblo el don de la alegría
espiritual y guíanos por el camino de la salvación y de la paz. Por Cristo
nuestro Señor.
Amén.
CONCLUSIÓN
V.
Bendigamos al Señor.
R.
Demos gracias a Dios.
II VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN
INICIAL
V.
Dios mío, ven en mi auxilio
R.
Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno:
PROFETA DE SOLEDADES
Profeta
de soledades,
labio
hiciste de tus iras
para
fustigar mentiras
y
para gritar verdades.
Desde
el vientre escogido
fuiste
tú el pregonero,
para
anunciar al mundo
la
presencia del Verbo.
El
desierto encendido
fue
tu ardiente maestro,
para
allanar montañas
y
encender los senderos.
Cuerpo
de duro roble,
alma
azul de silencio;
miel
silvestre de rocas
y
un jubón de camello.
No
fuiste, Juan, la caña
tronchada
por el viento;
sí
la palabra ardiente
tu
palabra de acero.
En
el Jordán lavaste
al
más puro Cordero,
que
apacienta entre lirios
y
duerme en los almendros.
En
tu figura hirsuta
se
esperanzó tu pueblo:
para
una raza nueva
abriste
cielos nuevos.
Sacudiste
el azote
ante
el poder soberbio;
y
ante el Sol que nacía
se
apagó tu lucero.
Por
fin, en un banquete
y
en el placer de un ebrio,
el
vino de tu sangre
santificó
el desierto.
Profeta
de soledades,
labio
hiciste de tus iras
para
fustigar mentiras
y
para gritar verdades. Amén.
SALMODIA
Ant
1. Apareció un hombre, enviado por Dios, que se llamaba Juan.
Salmo
14 - ¿QUIÉN ES JUSTO ANTE EL SEÑOR?
Señor,
¿quién puede hospedarse en tu tienda
y
habitar en tu monte santo?
El
que procede honradamente
y
practica la justicia,
el
que tiene intenciones leales
y
no calumnia con su lengua,
el
que no hace mal a su prójimo
ni
difama al vecino,
el
que considera despreciable al impío
y
honra a los que temen al Señor,
el
que no retracta lo que juró
aún
en daño propio,
el
que no presta dinero a usura
ni
acepta soborno contra el inocente.
El
que así obra nunca fallará.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Apareció un hombre, enviado por Dios, que se llamaba Juan.
Ant
2. Juan vino como testigo para declarar en favor de la verdad.
Salmo
111- FELICIDAD DEL JUSTO
Dichoso
quien teme al Señor
y
ama de corazón sus mandatos.
Su
linaje será poderoso en la tierra,
la
descendencia del justo será bendita.
En
su casa habrá riquezas y abundancia,
su
caridad es constante, sin falta.
En
las tinieblas brilla como una luz
el
que es justo, clemente y compasivo.
Dichoso
el que se apiada y presta,
y
administra rectamente sus asuntos.
El
justo jamás vacilará,
su
recuerdo será perpetuo.
No
temerá las malas noticias,
su
corazón está firme en el Señor.
Su
corazón está seguro, sin temor,
hasta
que vea derrotados a sus enemigos.
Reparte
limosna a los pobres;
su
caridad es constante, sin falta,
y
alzará la frente con dignidad.
El
malvado, al verlo, se irritará,
rechinará
los dientes hasta consumirse.
La
ambición del malvado fracasará.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Juan vino como testigo para declarar en favor de la verdad.
Ant
3. Juan era la lámpara que arde y que ilumina.
Cántico:
CANTO DE LOS VENCEDORES Ap 15, 3-4
Grandes
y maravillosas son tus obras,
Señor,
Dios omnipotente,
justos
y verdaderos tus caminos,
¡oh
Rey de los siglos!
¿Quién
no temerá, Señor,
y
glorificará tu nombre?
Porque
tú solo eres santo,
porque
vendrán todas las naciones
y
se postrarán en tu acatamiento,
porque
tus juicios se hicieron manifiestos.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Juan era la lámpara que arde y que ilumina.
LECTURA
BREVE Hch 13, 23-25
Según
lo prometido, Dios sacó para Israel de la descendencia de David un Salvador,
Jesús. Y su precursor fue Juan. Ya éste, antes de presentarse Jesús, había
predicado a todo el pueblo de Israel un bautismo como señal de arrepentimiento.
Y, cuando estaba para terminar su misión, solía decir: «No soy yo el que
vosotros os imagináis. Pero, mirad, viene otro después de mí; y yo no soy digno
de desatar su calzado.»
RESPONSORIO
BREVE
V.
Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas.
R.
Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas.
V.
El que viene después de mí ya existía antes que yo.
R.
Enderezad sus sendas.
V.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R.
Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas.
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant.
El niño que nos ha nacido es más que un profeta; es aquel de quien dice el
Salvador: «Entre los nacidos de mujer no ha surgido nadie mayor que Juan
Bautista».
Cántico
de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama
mi alma la grandeza del Señor,
se
alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque
ha mirado la humillación de su esclava.
Desde
ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque
el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su
nombre es santo,
y
su misericordia llega a sus fieles
de
generación en generación.
El
hace proezas con su brazo:
dispersa
a los soberbios de corazón,
derriba
del trono a los poderosos
y
enaltece a los humildes,
a
los hambrientos los colma de bienes
y
a los ricos los despide vacíos.
Auxilia
a Israel, su siervo,
acordándose
de su misericordia
-como
lo había prometido a nuestros padres-
en
favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
El niño que nos ha nacido es más que un profeta; es aquel de quien dice el
Salvador: «Entre los nacidos de mujer no ha surgido nadie mayor que Juan
Bautista».
PRECES
Oremos
confiados al Señor, que eligió a Juan Bautista para anunciar a los hombres el
reino de Cristo, y digámosle:
Guía,
Señor, nuestros pasos por el camino de la paz.
Tú,
Señor, que llamaste a Juan cuando estaba aún en las entrañas maternas y lo
elegiste para que preparara los caminos de tu Hijo,
danos
ánimos para seguir siempre a Cristo con la misma fidelidad con que Juan lo
precedió.
Tú
que concediste al Bautista reconocer al Cordero de Dios,
concede
a la Iglesia anunciar a Cristo de tal manera que los hombres de nuestro tiempo
puedan reconocerlo.
Tú
que dispusiste que Juan menguase y que Cristo creciera,
enséñanos
a saber humillarnos, para que brille Cristo a los ojos de los hombres.
Tú
que, por el martirio de Juan, quisiste manifestar la justicia,
concédenos
testificar tu verdad con valentía, sin temor a la tribulación.
Se
pueden añadir algunas intenciones libres
Acuérdate,
Señor, de los que han salido ya de este mundo
y
colócalos en el reino de la luz y de la paz.
Dirijamos
nuestra oración al Padre que está en los cielos diciendo:
Padre
nuestro...
ORACION
Dios
todopoderoso, que suscitaste a san Juan Bautista, para que le preparara a
Cristo un pueblo bien dispuesto, concede a tu pueblo el don de la alegría
espiritual y guíanos por el camino de la salvación y de la paz. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V.
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R.
Amén.
COMPLETAS
(Oración antes del descanso nocturno)
INVOCACIÓN
INICIAL
V.
Dios mío, ven en mi auxilio
R.
Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
EXAMEN
DE CONCIENCIA
Hermanos,
habiendo llegado al final de esta jornada que Dios nos ha concedido,
reconozcamos sinceramente nuestros pecados.
Yo
confieso ante Dios todopoderoso
y
ante vosotros, hermanos,
que
he pecado mucho
de
pensamiento, palabra, obra y omisión:
por
mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por
eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a
los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos,
que
intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor.
V.
El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados
y nos lleve a la vida eterna.
R.
Amén.
Himno:
SE INCLINA YA MI FRENTE
Se
inclina ya mi frente,
sellado
está el trabajo;
Señor,
tu pecho sea
la
gracia del descanso.
Mis
ojos se retiran,
la
voz deja su canto,
pero
el amor enciende
su
lámpara velando.
Lucero
que te fuiste,
con
gran amor amado,
en
tu gloria dormimos
y
en sueños te adoramos. Amén.
SALMODIA
Ant
1. Al amparo del Altísimo no temo el espanto nocturno.
Salmo
90 - A LA SOMBRA DEL OMNIPOTENTE.
Tú
que habitas al amparo del Altísimo,
que
vives a la sombra del Omnipotente,
di
al Señor: «Refugio mío, alcázar mío.
Dios
mío, confío en ti.»
Él
te librará de la red del cazador,
de
la peste funesta.
Te
cubrirá con sus plumas,
bajo
sus alas te refugiarás:
su
brazo es escudo y armadura.
No
temerás el espanto nocturno,
ni
la flecha que vuela de día,
ni
la peste que se desliza en las tinieblas,
ni
la epidemia que devasta a mediodía.
Caerán
a tu izquierda mil,
diez
mil a tu derecha;
a
ti no te alcanzará.
Tan
sólo abre tus ojos
y
verás la paga de los malvados,
porque
hiciste del Señor tu refugio,
tomaste
al Altísimo por defensa.
No
se te acercará la desgracia,
ni
la plaga llegará hasta tu tienda,
porque
a sus ángeles ha dado órdenes
para
que te guarden en tus caminos;
te
llevarán en sus palmas,
para
que tu pie no tropiece en la piedra;
caminarás
sobre áspides y víboras,
pisotearás
leones y dragones.
«Se
puso junto a mí: lo libraré;
lo
protegeré porque conoce mi nombre,
me
invocará y lo escucharé.
Con
él estaré en la tribulación,
lo
defenderé, lo glorificaré;
lo
saciaré de largos días,
y
le haré ver mi salvación.»
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Al amparo del Altísimo no temo el espanto nocturno.
Ant
2. Durante la noche, bendecid al Señor.
Salmo
133 - ORACIÓN VESPERTINA EN EL TEMPLO
Y
ahora bendecid al Señor,
los
siervos del Señor,
los
que pasáis la noche
en
la casa del Señor:
Levantad
las manos hacia el santuario,
y
bendecid al Señor.
El
Señor te bendiga desde Sión:
el
que hizo cielo y tierra.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Durante la noche, bendecid al Señor.
LECTURA
BREVE Ap 22, 4-5
Verán
el rostro del Señor, y tendrán su nombre en la frente. Y no habrá más noche, y
no necesitarán luz de lámpara ni de sol, porque el Señor Dios alumbrará sobre
ellos, y reinarán por los siglos de los siglos.
RESPONSORIO
BREVE
V.
En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
R.
En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
V.
Tú, el Dios leal, nos librarás.
R.
Te encomiendo mi espíritu.
V.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R.
En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant.
Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con
Cristo y descansemos en paz.
CÁNTICO
DE SIMEÓN Lc 2, 29-32
Ahora,
Señor, según tu promesa,
puedes
dejar a tu siervo irse en paz,
porque
mis ojos han visto a tu Salvador,
a
quien has presentado ante todos los pueblos
luz
para alumbrar a las naciones
y
gloria de tu pueblo Israel.
Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como
era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con
Cristo y descansemos en paz.
ORACION
OREMOS,
Visita, Señor, esta habitación: aleja de ella las insidias del enemigo; que tus santos ángeles habiten en ella y nos guarden en paz y que tu bendición permanezca siempre con nosotros. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Visita, Señor, esta habitación: aleja de ella las insidias del enemigo; que tus santos ángeles habiten en ella y nos guarden en paz y que tu bendición permanezca siempre con nosotros. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
BENDICIÓN
V.
El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte.
R.
Amén.
ANTIFONA
FINAL DE LA SANTISIMA VIRGEN
Bajo
tu amparo nos acogemos,
santa
Madre de Dios,
no
desprecies las oraciones
que
te dirigimos en nuestras necesidades,
antes
bien líbranos de todo peligro,
oh
Virgen gloriosa y bendita.
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