De la fiesta.
EL BAUTISMO DEL SEÑOR. (FIESTA)
OFICIO DE LECTURA
INVITATORIO
Si ésta es la primera oración del día:
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Se añade el Salmo del Invitatorio con la siguiente
antífona:
Ant. Venid, adoremos a Cristo, el Hijo amado, en
quien el Padre tiene sus complacencias.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
Ant. Venid, adoremos a Cristo, el Hijo amado, en
quien el Padre tiene sus complacencias.
Si antes se ha rezado ya alguna otra Hora:
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno: HOY DOS EXTREMOS SE HAN VISTO
Hoy dos extremos se han visto,
cuales nunca se verán:
Cristo arrodillado a Juan,
y Juan bautizando a Cristo.
El mar y abismo profundo
de la pureza infinita,
que las inmundicias quita
y los pecados del mundo,
hoy del Bautista se ha visto
ser lavado en el Jordán;
Cristo arrodillado a Juan,
y Juan bautizando a Cristo.
Bautiza la voz al Verbo,
el criado al Criador;
ved qué humildad de Señor
y qué autoridad de siervo.
Favor otra vez no visto
entre los hijos de Adán,
Cristo arrodillado a Juan,
y Juan bautizando a Cristo.
Los cielos se abren,
y allí la voz del Padre ha entonado:
«Aqueste es mi Hijo amado,
en el cual me complací.»
Y el Paracleto se ha visto,
testificando que están
Cristo arrodillado a Juan,
y Juan bautizando a Cristo.
Qué grande misterio encierra
el Jordán; cantad, criaturas:
«Gloria a Dios en las alturas
y paz al hombre en la tierra.» Amén.
SALMODIA
Ant 1. La voz del Señor sobre las aguas, el Dios de
la gloria hace oír su trueno.
Salmo 28 - MANIFESTACIÓN DE DIOS EN LA TEMPESTAD.
Hijos de Dios, aclamad al Señor,
aclamad la gloria y el poder del Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor,
postraos ante el Señor en el atrio sagrado.
La voz del Señor sobre las aguas,
el Dios de la gloria hace oír su trueno,
el Señor sobre las aguas torrenciales.
La voz del Señor es potente,
la voz del Señor es magnífica,
la voz del Señor descuaja los cedros,
el Señor descuaja los cedros del Líbano.
Hace brincar al Líbano como a un novillo,
al Sarión como a una cría de búfalo.
La voz del Señor lanza llamas de fuego,
la voz del Señor sacude el desierto,
el Señor sacude el desierto de Cadés.
La voz del Señor retuerce los robles,
el Señor descorteza las selvas.
En su templo un grito unánime: ¡Gloria!
El trono del Señor está encima de la tempestad,
el Señor se sienta como rey eterno.
El Señor da fuerza a su pueblo,
el Señor bendice a su pueblo con la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
Ant. La voz del Señor sobre las aguas, el Dios de
la gloria hace oír su trueno.
Ant 2. Que se postre ante ti, Señor, la tierra
entera, y se alegre porque has venido como luz de todos los siglos.
Salmo 65 I - HIMNO PARA UN SACRIFICO DE ACCIÓN DE
GRACIAS
Aclama al Señor, tierra entera;
tocad en honor de su nombre,
cantad himnos a su gloria.
Decid a Dios: «¡Qué terribles son tus obras,
por tu inmenso poder tus enemigos se rinden!»
Que se postre ante ti la tierra entera,
que toquen en tu honor,
que toquen para tu nombre.
Venid a ver las obras de Dios,
sus temibles proezas en favor de los hombres:
transformó el mar en tierra firme,
a pie atravesaron el río.
Alegrémonos con Dios,
que con su poder gobierna eternamente;
sus ojos vigilan a las naciones,
para que no se subleven los rebeldes.
Bendecid, pueblos, a nuestro Dios,
haced resonar sus alabanzas,
porque él nos ha devuelto la vida
y no dejó que tropezaran nuestros pies.
¡Oh Dios!, nos pusiste a prueba,
nos refinaste como refinan la plata;
nos empujaste a la trampa,
nos echaste a cuestas un fardo:
sobre nuestro cuello cabalgaban,
pasamos por fuego y por agua,
pero nos has dado respiro.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
Ant. Que se postre ante ti, Señor, la tierra
entera, y se alegre porque has venido como luz de todos los siglos.
Ant 3. Bendito sea Dios, que nos ha devuelto la
vida y nos ha dado respiro.
Salmo 65 II
Entraré en tu casa con víctimas,
para cumplirte mis votos:
los que pronunciaron mis labios
y prometió mi boca en el peligro.
Te ofreceré víctimas cebadas,
te quemaré carneros,
inmolaré bueyes y cabras.
Fieles de Dios, venid a escuchar,
os contaré lo que ha hecho conmigo:
a él gritó mi boca
y lo ensalzó mi lengua.
Si hubiera tenido yo mala intención,
el Señor no me habría escuchado;
pero Dios me escuchó,
y atendió a mi voz suplicante.
Bendito sea Dios, que no rechazó mi súplica
ni me retiró su favor.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
Ant. Bendito sea Dios, que nos ha devuelto la vida
y nos ha dado respiro.
V. Éste es mi Hijo amado.
R. Escuchadlo.
PRIMERA LECTURA
Del libro del profeta Isaías 42, 1-9; 49, 1-9
EL SIERVO HUMILDE DEL SEÑOR ES LA LUZ DE LAS
NACIONES
Mirad a mi siervo, a quien sostengo; a mi elegido,
en quien tengo mis complacencias. En él he puesto mi espíritu, para que haga
brillar la justicia en las naciones.
No gritará, no clamará, no voceará por las calles.
No romperá la caña resquebrajada, no apagará la mecha aún humeante. Promoverá
con firmeza la justicia, no titubeará ni se doblegará hasta implantar el
derecho en la tierra, y sus leyes que esperan las islas.
Así dice el Señor Dios, que creó y desplegó los
cielos, que consolidó la tierra y todo lo que en ella brota, que dio el respiro
al pueblo que la habita y el aliento a los que se mueven en ella:
«Yo, el Señor, fiel a mi designio de salvación, te
he llamado en la justicia, te he tomado de la mano, te he formado y te he
puesto como alianza del pueblo y luz de las naciones, para que abras los ojos
de los ciegos, saques a los cautivos de la prisión, y de la mazmorra a los que
habitan las tinieblas. Yo soy el Señor, éste es mi nombre, no cedo mi gloria a
ningún otro ni mi honor a los ídolos. Lo antiguo ya ha sucedido y algo nuevo yo
anuncio, antes de que brote os lo hago oír.»
Escuchadme, islas; atended, pueblos lejanos: el
Señor me llamó desde el vientre de mi madre, cuando aún estaba yo en el seno
materno pronunció mi nombre. Hizo de mi boca una espada afilada, me escondió en
la sombra de su mano; me hizo flecha bruñida, me guardó en su aljaba y me dijo:
«Tú eres mi siervo, en ti manifestaré mi gloria.» Mientras yo pensaba: «En vano
me he cansado, en viento y en nada he gastado mis fuerzas», en realidad el
Señor se ocupaba de mi causa, Dios tenía en sus manos mi recompensa; yo era
glorificado ante sus ojos, mi Dios era mi fortaleza.
Y ahora habla el Señor, que desde el seno materno
me hizo su siervo para que le trajese a Jacob, para que le reuniese a Israel en
torno suyo:
«Es poco que seas mi siervo para restablecer a las
tribus de Jacob y hacer volver a los supervivientes de Israel; te hago luz de
las naciones, para que mi salvación alcance hasta el confín de la
tierra.»
Así dice el Señor, el redentor y Santo de Israel,
al despreciado y aborrecido de las naciones, al esclavo de los tiranos:
«Te verán los reyes y se pondrán de pie, te verán
los príncipes y se postrarán; porque el Señor es fiel, porque el Santo de
Israel te ha elegido.»
Así dice el Señor:
«En el tiempo de gracia te he respondido, en el día
de salvación te he auxiliado; te he defendido y te he constituido como alianza
del pueblo, para restaurar el país, para repartir las heredades desoladas, para
decir a los cautivos: "Salid", y a los que están en tinieblas:
"Venid a la luz"; aun por los caminos pastarán, tendrán praderas en
todas las dunas.»
RESPONSORIO Cf. Mt 3, 16. 17; Lc 3, 22
R. Hoy se abrieron los cielos cuando fue bautizado
el Señor en el Jordán, y el Espíritu de Dios bajó sobre él en forma de paloma,
y se oyó la voz del Padre que decía: * «Éste es mi Hijo amado, en quien tengo
mis complacencias.»
V. El Espíritu Santo descendió sobre él en forma
visible, como una paloma, y se dejó oír una voz del cielo:
R. Éste es mi Hijo amado, en quien tengo mis
complacencias.
SEGUNDA LECTURA
De las Disertaciones de san Gregorio de Nacianzo,
obispo
(Disertación 39, En las santas Luminarias, 14-16.
20: PG 36, 350-351. 354. 358-359)
EL BAUTISMO DE CRISTO
Cristo es hoy iluminado, dejemos que esta luz
divina nos penetre también a nosotros; Cristo es bautizado, bajemos con él al
agua, para luego subir también con él.
Juan está bautizando, y Jesús acude a él;
posiblemente para santificar al mismo que lo bautiza; con toda seguridad para
sepultar en el agua a todo el viejo Adán; antes de nosotros y por nosotros, el
que era espíritu y carne santifica el Jordán, para así iniciarnos por el Espíritu
y el agua en los sagrados misterios.
El Bautista se resiste, Jesús insiste. Soy yo quien
debo ser bautizado por ti, le dice la lámpara al Sol, la voz a la Palabra, el
amigo al Esposo, el más grande entre los nacidos de mujer al Primogénito de
toda creatura, el que había saltado de gozo ya en el seno materno al que había
sido adorado también en el seno de su madre, el que lo había precedido y lo
precederá al que se había manifestado y se manifestará. Soy yo quien debo ser
bautizado por ti; podía haber añadido: «Y por causa de ti.» Él, en efecto,
sabía con certeza que recibiría más tarde el bautismo del martirio y que, como
a Pedro, le serían lavados no sólo los pies, sino todo su cuerpo.
Pero, además, Jesús sube del agua; lo cual nos
recuerda que hizo subir al mundo con él hacia lo alto, porque en aquel momento
ve también cómo el cielo se rasga y se abre, aquel cielo que Adán había cerrado
para sí y para su posteridad, como había hecho que se le cerrase la entrada al
paraíso con una espada de fuego.
El Espíritu atestigua la divinidad de Cristo,
acudiendo a él como a su igual; y una voz bajó del cielo, ya que del cielo
procedía aquel de quien testificaba esta voz; y el Espíritu se apareció en
forma corporal de una paloma, para honrar así el cuerpo de Cristo, que es
también divino por su excepcional unión con Dios. Muchos siglos atrás fue
asimismo una paloma la que anunció el fin del diluvio.
Honremos hoy, pues, el bautismo de Cristo y
celebremos como es debido esta festividad.
Procurad una limpieza de espíritu siempre en
aumento. Nada agrada tanto a Dios como la conversión y salvación del hombre, ya
que para él tienen lugar todas estas palabras y misterios; sed como lumbreras
en medio del mundo, como una fuerza vital para los demás hombres; si así lo
hacéis, llegaréis a ser luces perfectas en la presencia de aquella gran luz,
impregnados de sus resplandores celestiales, iluminados de un modo más claro y
puro por la Trinidad, de la cual habéis recibido ahora, con menos plenitud, un
único rayo proveniente de la única Divinidad, en Cristo Jesús, nuestro Señor, a
quien sea la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén.
RESPONSORIO
R. Hoy se han abierto los cielos y el mar se
dulcificó, la tierra canta de alegría y los montes y colinas se llenan de
júbilo: * porque Cristo fue bautizado por Juan en el Jordán.
V. ¿Qué te pasa, mar, por qué huyes? Y tú, Jordán,
¿por qué te echas atrás?
R. Porque Cristo fue bautizado por Juan en el
Jordán.
ORACIÓN.
OREMOS,
Dios todopoderoso y eterno, que proclamaste
solemnemente a Cristo como tu Hijo amado, cuando era bautizado en el Jordán y
descendía el Espíritu Santo sobre él, concede a tus hijos de adopción,
renacidos del agua y del Espíritu Santo, que se conserven siempre dignos de tu
complacencia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
CONCLUSIÓN
V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el
Oficio de Lectura)
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Venid, adoremos a Cristo, el Hijo amado, en
quien el Padre tiene sus complacencias.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
Ant. Venid, adoremos a Cristo, el Hijo amado, en
quien el Padre tiene sus complacencias.
Himno: A LA ORILLA DEL JORDÁN.
A la orilla del Jordán,
descalza el alma y los pies,
bajan buscando pureza
doce tribus de Israel.
Piensan que a la puerta está
el Mesías del Señor
y que para recibirle
gran limpieza es menester.
Bajan hombres y mujeres,
pobres y ricos también,
y Juan, sobre todos ellos,
derrama el agua y la fe.
Mas ¿por qué se ha de lavar
a la Pureza, por qué?
Porque el bautismo hoy empieza
y ha comenzado por él. Amén.
SALMODIA
Ant 1. El soldado bautizaba a su Rey, el siervo a
su Señor, Juan al Salvador: el agua del Jordán se estremece, la Paloma da
testimonio, la voz del Padre declara: «Éste es mi Hijo.»
SALMO 62, 2-9 - EL ALMA SEDIENTA DE DIOS
¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.
¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.
Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré de manjares exquisitos,
y mis labios te alabarán jubilosos.
En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
Ant. El soldado bautizaba a su Rey, el siervo a su
Señor, Juan al Salvador: el agua del Jordán se estremece, la Paloma da
testimonio, la voz del Padre declara: «Éste es mi Hijo.»
Ant 2. Al manifestarse al mundo la gloria de
Cristo, las aguas del Jordán fueron santificadas: sacad aguas con gozo de las
fuentes del Salvador; Cristo, el Señor, ha santificado la creación entera.
Cántico: TODA LA CREACIÓN ALABE AL SEÑOR - Dn 3,
57-88. 56
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.
Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.
Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.
Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.
Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.
Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.
Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.
Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.
Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.
Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.
Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.
Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.
Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.
Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.
Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.
No se dice Gloria al Padre.
Ant. Al manifestarse al mundo la gloria de Cristo,
las aguas del Jordán fueron santificadas: sacad aguas con gozo de las fuentes
del Salvador; Cristo, el Señor, ha santificado la creación entera.
Ant 3. Te glorificamos, Señor, Dios y redentor, a
ti que con el Espíritu y el fuego purificas a los hombres de su pecado.
Salmo 149 - ALEGRÍA DE LOS SANTOS
Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.
Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.
Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:
para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.
Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
Ant. Te glorificamos, Señor, Dios y redentor, a ti
que con el Espíritu y el fuego purificas a los hombres de su pecado.
LECTURA BREVE Is 61, 1-2a
El Espíritu del Señor está sobre mí, porque el
Señor me ha ungido. Me ha enviado para dar la buena noticia a los pobres, para
vendar los corazones desgarrados, para proclamar la amnistía a los cautivos, la
libertad a los prisioneros, para proclamar el año de gracia del Señor.
RESPONSORIO BREVE
V. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de
nosotros.
R. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de
nosotros.
V. Tú que hoy te has manifestado.
R. Ten piedad de nosotros.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de
nosotros.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Cristo es bautizado y el universo entero se
purifica; el Señor nos obtiene el perdón de los pecados: purifiquémonos todos
por el agua y el Espíritu.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con
nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
Ant. Cristo es bautizado y el universo entero se
purifica; el Señor nos obtiene el perdón de los pecados: purifiquémonos todos
por el agua y el Espíritu.
PRECES
Roguemos a nuestro Redentor, bautizado por Juan en
el Jordán, y digámosle:
Señor, ten piedad.
Cristo Jesús, que al manifestarte al mundo has
iluminado a todos los hombres,
concede luz abundante a cuantos hoy se relacionen
con nosotros.
Cristo Jesús, que para enseñarnos un camino de
humildad te humillaste recibiendo el bautismo de Juan,
danos un espíritu de humilde servicio para con
todos los hombres.
Cristo Jesús, que por tu bautismo nos purificaste
de todo pecado y nos hiciste hijos del Padre,
concede el espíritu de adopción a todos los que
buscan a Dios con sinceridad.
Cristo Jesús, que en tu bautismo abriste una puerta
de salvación para los cristianos y santificaste la creación entera,
haz de todos nosotros ministros de tu Evangelio en
el mundo.
Cristo Jesús, que en tu bautismo nos revelaste a la
Trinidad,
renueva el espíritu de adopción y el sacerdocio
real de los bautizados.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Gracias a Jesucristo somos hijos de Dios; por eso
nos atrevemos a decir:
Padre nuestro...
ORACION
Dios todopoderoso y eterno, que proclamaste
solemnemente a Cristo como tu Hijo amado, cuando era bautizado en el Jordán y
descendía el Espíritu Santo sobre él, concede a tus hijos de adopción,
renacidos del agua y del Espíritu Santo, que se conserven siempre dignos de tu
complacencia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y
nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
HORA TERCIA
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno: OH SANTO ESPÍRITU, QUE CON EL PADRE
Oh Santo Espíritu, que con el Padre
y el Hijo eres un solo Dios eterno:
dígnate ya bajar hasta nosotros
y entrar y derramarte en nuestros pechos.
Que la mente, la lengua y el sentido
den testimonio de tu nombre excelso,
y que las llamas del amor despunten,
y que al prójimo abrasen con su fuego.
Escúchanos, oh Padre piadosísimo,
y haz que se cumpla nuestro buen deseo,
tú que reinas sin tiempo con tu Hijo
Jesucristo y el Santo Paracleto. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Juan se resistía y decía a Jesús: «Soy yo
quien debe ser bautizado por ti, y ¿eres tú quien viene a mí?»
Salmo 119 - DESEO DE LA PAZ
En mi aflicción llamé al Señor,
y él me respondió.
Líbrame, Señor, de los labios mentirosos,
de la lengua traidora.
¿Qué te va a dar o a mandar Dios,
lengua traidora?
Flechas de arquero, afiladas
con ascuas de retama.
¡Ay de mí, desterrado en Masac,
acampado en Cadar!
Demasiado llevo viviendo
con los que odian la paz;
cuando yo digo: «Paz»,
ellos dicen: «Guerra».
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
Salmo 120 - EL GUARDIÁN DEL PUEBLO.
Levanto mis ojos a los montes:
¿de dónde me vendrá el auxilio?
El auxilio me viene del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.
No permitirá que resbale tu pie,
tu guardián no duerme;
no duerme ni reposa
el guardián de Israel.
El Señor te guarda a su sombra,
está a tu derecha;
de día el sol no te hará daño,
ni la luna de noche.
El Señor te guarda de todo mal,
él guarda tu alma;
el Señor guarda tus entradas y salidas,
ahora y por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
Salmo 121 LA CIUDAD SANTA DE JERUSALÉN
¡Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor»!
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén.
Jerusalén está fundada
como ciudad bien compacta.
Allá suben las tribus,
las tribus del Señor,
según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia
en el palacio de David.
Desead la paz a Jerusalén:
«Vivan seguros los que te aman,
haya paz dentro de tus muros,
seguridad en tus palacios.»
Por mis hermanos y compañeros,
voy a decir: «La paz contigo.»
Por la casa del Señor, nuestro Dios,
te deseo todo bien.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
Ant. Juan se resistía y decía a Jesús: «Soy yo
quien debe ser bautizado por ti, y ¿eres tú quien viene a mí?»
LECTURA BREVE Is 11, 1-3a
Saldrá un renuevo del tronco de Jesé, y de su raíz
brotará un vástago. Sobre él se posará el espíritu del Señor: espíritu de
sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de fortaleza, espíritu de
ciencia y de temor del Señor.
V. Es preciso que él crezca.
R. Y que yo disminuya.
ORACIÓN
OREMOS,
Dios todopoderoso y eterno, que proclamaste
solemnemente a Cristo como tu Hijo amado, cuando era bautizado en el Jordán y
descendía el Espíritu Santo sobre él, concede a tus hijos de adopción,
renacidos del agua y del Espíritu Santo, que se conserven siempre dignos de tu
complacencia. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
CONCLUSIÓN
V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.
HORA SEXTA
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno: CUANDO LA LUZ DEL DÍA ESTÁ EN SU CUMBRE
Cuando la luz del día está en su cumbre,
eres, Señor Jesús, luz y alegría
de quienes en la fe y en la esperanza
celebran ya la fiesta de la Vida.
Eres resurrección, palabra y prenda
de ser y de vivir eternamente;
sembradas de esperanzas nuestras vidas,
serán en ti cosecha para siempre.
Ven ya, Señor Jesús, Salvador nuestro,
de tu radiante luz llena este día,
camino de alegría y de esperanza,
cabal acontecer de nueva vida.
Concédenos, oh Padre omnipotente,
por tu Hijo Jesucristo, hermano nuestro,
vivir ahora el fuego de tu Espíritu,
haciendo de esta tierra un cielo nuevo. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Respondió Jesús, y le dijo: «Haz ahora lo
que te digo, pues conviene que cumplamos de esta manera la voluntad de Dios.»
Salmo 22 - EL BUEN PASTOR
El Señor es mi Pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas;
me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan.
Preparas una mesa ante mí
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa.
Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
SALMO 75 I - ACCIÓN DE GRACIAS POR LA VICTORIA
Dios se manifiesta en Judá,
su fama es grande en Israel;
su tabernáculo está en Jerusalén,
su morada en Sión:
allí quebró los relámpagos del arco,
el escudo, la espada y la guerra.
Tú eres deslumbrante, magnífico,
con montones de botín conquistados.
Los valientes duermen su sueño,
y a los guerreros no les responden sus brazos.
Con un bramido, ¡oh Dios de Jacob!,
inmovilizaste carros y caballos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
SALMO 75 II
Tú eres terrible: ¿quién resiste frente a ti
al ímpetu de tu ira?
Desde el cielo proclamas la sentencia:
la tierra teme sobrecogida,
cuando Dios se pone en pie para juzgar,
para salvar a los humildes de la tierra.
La cólera humana tendrá que alabarte,
los que sobrevivan al castigo te rodearán.
Haced votos al Señor y cumplidlos,
y traigan los vasallos tributo al Temible:
él deja sin aliento a los príncipes,
y es temible para los reyes del orbe.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
Ant. Respondió Jesús, y le dijo: «Haz ahora lo que
te digo, pues conviene que cumplamos de esta manera la voluntad de Dios.»
LECTURA BREVE Is 42, 1
Mirad a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido, en
quien tengo mis complacencias. En él he puesto mi espíritu, para que haga
brillar la justicia en las naciones.
V. Mirad a mi siervo, a quien sostengo.
R. Mi elegido, en quien tengo mis complacencias.
ORACIÓN
OREMOS,
Dios todopoderoso y eterno, que proclamaste
solemnemente a Cristo como tu Hijo amado, cuando era bautizado en el Jordán y
descendía el Espíritu Santo sobre él, concede a tus hijos de adopción,
renacidos del agua y del Espíritu Santo, que se conserven siempre dignos de tu
complacencia. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
CONCLUSIÓN
V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.
HORA NONA
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno: OH DIOS, TENAZ VIGOR DE TODA COSA
Oh Dios, tenaz vigor de toda cosa,
que inmóvil en ti mismo permaneces,
y que el orden del tiempo determinas
por medio de la luz que nace y muere.
Dígnate concedernos, en la tarde,
Luz con que nuestra vida nunca cese,
y haz que el bien infinito de la gloria
siga a la gracia de una santa muerte.
Glorificado seas, Jesucristo,
nacido del más puro y santo vientre,
y que sean también glorificados
el Padre y el Espíritu por siempre. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Juan habla como testigo y dice: «Vi al
Espíritu Santo descender y posarse sobre él como una paloma.»
Salmo 125 - DIOS, ALEGRÍA Y ESPERANZA NUESTRA.
Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares.
Hasta los gentiles decían:
«El Señor ha estado grande con ellos.»
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres.
Que el Señor cambie nuestra suerte
como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares.
Al ir, iban llorando,
llevando la semilla;
al volver, vuelven cantando,
trayendo sus gavillas.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
Salmo 126 - EL ESFUERZO HUMANO ES INÚTIL SIN DIOS.
Si el Señor no construye la casa,
en vano se cansan los albañiles;
si el Señor no guarda la ciudad,
en vano vigilan los centinelas.
Es inútil que madruguéis,
que veléis hasta muy tarde,
los que coméis el pan de vuestros sudores:
¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen!
La herencia que da el Señor son los hijos;
una recompensa es el fruto de las entrañas:
son saetas en mano de un guerrero
los hijos de la juventud.
Dichoso el hombre que llena
con ellas su aljaba:
no quedará derrotado cuando litigue
con su adversario en la plaza.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
Salmo 127 - PAZ DOMÉSTICA EN EL HOGAR DEL JUSTO
¡Dichoso el que teme al Señor
y sigue sus caminos!
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás dichoso, te irá bien;
tu mujer, como una vid fecunda,
en medio de tu casa;
tus hijos, como renuevos de olivo,
alrededor de tu mesa:
ésta es la bendición del hombre
que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida;
que veas a los hijos de tus hijos.
¡Paz a Israel!
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
Ant. Juan habla como testigo y dice: «Vi al
Espíritu Santo descender y posarse sobre él como una paloma.»
LECTURA BREVE Is 49, 6
El Señor me dijo: «Es poco que seas mi siervo para
restablecer a las tribus de Jacob y hacer volver a los supervivientes de
Israel; te hago luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta el
confín de la tierra.»
V. Haré posar mi Espíritu sobre él.
R. Y dará a conocer mi ley a todas las naciones.
ORACIÓN
OREMOS,
Dios todopoderoso y eterno, que proclamaste
solemnemente a Cristo como tu Hijo amado, cuando era bautizado en el Jordán y
descendía el Espíritu Santo sobre él, concede a tus hijos de adopción,
renacidos del agua y del Espíritu Santo, que se conserven siempre dignos de tu
complacencia. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
CONCLUSIÓN
V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.
II VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno: PORQUE EL BAUTISMO HOY EMPIEZA
Porque el bautismo hoy empieza
y él lo quiere inaugurar,
hoy se ha venido a lavar
el Autor de la limpieza.
Aunque es santo y redentor,
nos da ejemplo singular:
se quiere hoy purificar
como cualquier pecador.
Aunque él mismo es la Hermosura
y no hay hermosura par,
hoy quiere al agua bajar
y hermosear nuestra basura.
Nadie lo hubiera pensado:
vino el pecado a quitar,
y se hace ahora pasar
por pecador y pecado.
Gracias, Bondad y Belleza,
pues te quisiste humillar
y no te pesó lavar
tu santidad y pureza. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Se oyó una voz que venía del cielo y se oyó
la voz del Padre: «Éste es mi hijo amado, en quien tengo mis complacencias,
escuchadlo.»
Salmo 109, 1-5. 7 - EL MESÍAS, REY Y SACERDOTE.
Oráculo del Señor a mi Señor:
«Siéntate a mi derecha,
y haré de tus enemigos
estrado de tus pies.»
Desde Sión extenderá el Señor
el poder de tu cetro:
somete en la batalla a tus enemigos.
«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,
entre esplendores sagrados;
yo mismo te engendré, como rocío,
antes de la aurora.»
El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:
«Tú eres sacerdote eterno
según el rito de Melquisedec.»
El Señor a tu derecha, el día de su ira,
quebrantará a los reyes.
En su camino beberá del torrente,
por eso levantará la cabeza.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
Ant. Se oyó una voz que venía del cielo y se oyó la
voz del Padre: «Éste es mi hijo amado, en quien tengo mis complacencias,
escuchadlo.»
Ant 2. En el río Jordán aplastó nuestro Salvador la
cabeza del antiguo dragón y nos libró a todos de su esclavitud.
Salmo 111- FELICIDAD DEL JUSTO
Dichoso quien teme al Señor
y ama de corazón sus mandatos.
Su linaje será poderoso en la tierra,
la descendencia del justo será bendita.
En su casa habrá riquezas y abundancia,
su caridad es constante, sin falta.
En las tinieblas brilla como una luz
el que es justo, clemente y compasivo.
Dichoso el que se apiada y presta,
y administra rectamente sus asuntos.
El justo jamás vacilará,
su recuerdo será perpetuo.
No temerá las malas noticias,
su corazón está firme en el Señor.
Su corazón está seguro, sin temor,
hasta que vea derrotados a sus enemigos.
Reparte limosna a los pobres;
su caridad es constante, sin falta,
y alzará la frente con dignidad.
El malvado, al verlo, se irritará,
rechinará los dientes hasta consumirse.
La ambición del malvado fracasará.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
Ant. En el río Jordán aplastó nuestro Salvador la
cabeza del antiguo dragón y nos libró a todos de su esclavitud.
Ant 3. Hoy se nos revela un gran misterio, porque
el Creador del universo nos purifica de nuestros pecados en el Jordán.
Cántico: CANTO DE LOS VENCEDORES Ap 15, 3-4
Grandes y maravillosas son tus obras,
Señor, Dios omnipotente,
justos y verdaderos tus caminos,
¡oh Rey de los siglos!
¿Quién no temerá, Señor,
y glorificará tu nombre?
Porque tú solo eres santo,
porque vendrán todas las naciones
y se postrarán en tu acatamiento,
porque tus juicios se hicieron manifiestos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
Ant. Hoy se nos revela un gran misterio, porque el
Creador del universo nos purifica de nuestros pecados en el Jordán.
LECTURA BREVE Hch 10, 37-38
Vosotros sabéis lo acaecido en toda Judea: cómo
Jesús de Nazaret empezó su actividad por Galilea después del Bautismo predicado
por Juan; cómo Dios lo ungió con poder del Espíritu Santo; cómo pasó haciendo
el bien y devolviendo la salud a todos los que estaban esclavizados por el
demonio, porque Dios estaba con él.
RESPONSORIO BREVE
V. Éste es el que vino por el agua y por la sangre.
R. Éste es el que vino por el agua y por la sangre.
V. Jesucristo, nuestro Señor.
R. El que vino por el agua y por la sangre.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Éste es el que vino por el agua y por la sangre.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Cristo Jesús nos amó, nos ha librado de
nuestros pecados por su sangre, nos ha convertido en un reino y nos ha hecho
sacerdotes de Dios, su Padre; a él la gloria y el poder por los siglos de los
siglos.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc
1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
Ant. Cristo Jesús nos amó, nos ha librado de
nuestros pecados por su sangre, nos ha convertido en un reino y nos ha hecho
sacerdotes de Dios, su Padre; a él la gloria y el poder por los siglos de los
siglos.
PRECES
Roguemos a nuestro Redentor, bautizado por Juan en
el Jordán, y supliquémosle, diciendo:
Envía, Señor, tu Espíritu sobre nosotros.
Cristo, siervo de Dios, en quien el Padre tiene
todo su gozo,
envía tu Espíritu sobre nosotros.
Cristo, elegido de Dios, tú que no rompiste la caña
resquebrajada ni apagaste la mecha humeante,
compadécete de cuantos te buscan con sinceridad.
Cristo, Hijo de Dios, a quien el Padre ha elegido
como nueva alianza del pueblo y luz de las naciones,
abre por el bautismo los ojos de los que no ven.
Cristo, salvador de los hombres, a quien el Padre
ungió con el Espíritu Santo y envió para salvación del mundo,
haz que todos los hombres te conozcan y crean en ti
para que así obtengan la vida eterna.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Cristo, esperanza nuestra, que llevas la luz de la
salvación a los pueblos que yacen en las tinieblas de la ignorancia,
recibe en tu reino a nuestros difuntos.
Ya que somos la familia de Dios, digamos con grande
confianza a nuestro Padre del cielo:
Padre nuestro...
ORACION
Dios todopoderoso y eterno, que proclamaste
solemnemente a Cristo como tu Hijo amado, cuando era bautizado en el Jordán y
descendía el Espíritu Santo sobre él, concede a tus hijos de adopción,
renacidos del agua y del Espíritu Santo, que se conserven siempre dignos de tu
complacencia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y
nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
COMPLETAS
(Oración antes del descanso nocturno)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
EXAMEN DE CONCIENCIA
Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada
que Dios nos ha concedido, reconozcamos sinceramente nuestros pecados.
Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante vosotros, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión:
por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos,
que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor.
V. El Señor todopoderoso tenga misericordia de
nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
Himno: CUANDO ACABAMOS EL DÍA
Cuando acabamos el día
te suplicamos, Señor,
nos hagas de centinela
y otorgues tu protección.
Que te sintamos: contigo
sueñe nuestro corazón
para cantar tus loores
de nuevo al salir el sol.
Danos vida saludable,
alienta nuestro calor,
tu claridad ilumine
la oscuridad que llegó.
Dánoslo, Padre piadoso,
por Jesucristo, el Señor,
que reina con el Espíritu
Santo vivificador. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Al amparo del Altísimo no temo el espanto
nocturno.
Salmo 90 - A LA SOMBRA DEL OMNIPOTENTE.
Tú que habitas al amparo del Altísimo,
que vives a la sombra del Omnipotente,
di al Señor: «Refugio mío, alcázar mío.
Dios mío, confío en ti.»
Él te librará de la red del cazador,
de la peste funesta.
Te cubrirá con sus plumas,
bajo sus alas te refugiarás:
su brazo es escudo y armadura.
No temerás el espanto nocturno,
ni la flecha que vuela de día,
ni la peste que se desliza en las tinieblas,
ni la epidemia que devasta a mediodía.
Caerán a tu izquierda mil,
diez mil a tu derecha;
a ti no te alcanzará.
Tan sólo abre tus ojos
y verás la paga de los malvados,
porque hiciste del Señor tu refugio,
tomaste al Altísimo por defensa.
No se te acercará la desgracia,
ni la plaga llegará hasta tu tienda,
porque a sus ángeles ha dado órdenes
para que te guarden en tus caminos;
te llevarán en sus palmas,
para que tu pie no tropiece en la piedra;
caminarás sobre áspides y víboras,
pisotearás leones y dragones.
«Se puso junto a mí: lo libraré;
lo protegeré porque conoce mi nombre,
me invocará y lo escucharé.
Con él estaré en la tribulación,
lo defenderé, lo glorificaré;
lo saciaré de largos días,
y le haré ver mi salvación.»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
Ant. Al amparo del Altísimo no temo el espanto nocturno.
LECTURA BREVE Ap 22, 4-5
Verán el rostro del Señor, y tendrán su nombre en
la frente. Y no habrá más noche, y no necesitarán luz de lámpara ni de sol,
porque el Señor Dios alumbrará sobre ellos, y reinarán por los siglos de los
siglos.
RESPONSORIO BREVE
V. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
V. Tú, el Dios leal, nos librarás.
R. Te encomiendo mi espíritu.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos
mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
CÁNTICO DE SIMEÓN Lc 2, 29-32
Ahora, Señor, según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo irse en paz,
porque mis ojos han visto a tu Salvador,
a quien has presentado ante todos los pueblos
luz para alumbrar a las naciones
y gloria de tu pueblo Israel.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos
mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
ORACION
OREMOS,
Humildemente te pedimos, Señor, que después de
haber celebrado en este día los misterios de la resurrección de tu Hijo, sin
temor alguno, descansemos en tu paz, y mañana nos levantemos alegres para
cantar nuevamente tus alabanzas. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
BENDICIÓN
V. El Señor todopoderoso nos conceda una noche
tranquila y una santa muerte.
R. Amén.
ANTIFONA FINAL DE LA SANTISIMA VIRGEN
Bajo tu amparo nos acogemos,
santa Madre de Dios,
no desprecies las oraciones
que te dirigimos en nuestras necesidades,
antes bien líbranos de todo peligro,
oh Virgen gloriosa y bendita.
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