Del Propio del día -
Salterio IV
OFICIO
DE LECTURA
INVITATORIO
Si ésta es la
primera oración del día:
V. Señor abre mis
labios
R. Y mi boca
proclamará tu alabanza
Se añade el Salmo
del Invitatorio con la siguiente antífona:
Ant. El Señor está
cerca, venid adorémosle.
Salmo 94
INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos
al Señor,
demos vítores a la
Roca que nos salva;
entremos a su
presencia dándole gracias,
aclamándolo con
cantos.
Porque el Señor es
un Dios grande,
soberano de todos
los dioses:
tiene en su mano
las simas de la tierra,
son suyas las
cumbres de los montes;
suyo es el mar,
porque él lo hizo,
la tierra firme
que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos
por tierra,
bendiciendo al
Señor, creador nuestro.
Porque él es
nuestro Dios,
y nosotros su
pueblo,
el rebaño que él
guía.
Ojalá escuchéis
hoy su voz:
«No endurezcáis el
corazón como en Meribá,
como el día de
Masá en el desierto;
cuando vuestros
padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí,
aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta
años
aquella generación
me repugnó, y dije:
Es un pueblo de
corazón extraviado,
que no reconoce mi
camino;
por eso he jurado
en mi cólera
que no entrarán en
mi descanso»
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor está
cerca, venid adorémosle.
Si antes se ha
rezado ya alguna otra Hora:
V. Dios mío, ven
en mi auxilio
R. Señor, date
prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno: ALEGRÍA DE
NIEVE
Alegría de nieve
por los caminos.
Todo espera la
gracia
del Bien Nacido.
Miserables los
hombres,
dura la tierra.
Cuanta más nieve
cae,
más cielo cerca.
La tierra tan
dormida
ya se despierta.
Y hasta el hombre
más muerto
se despereza.
Ya los montes se
allanan
y las colinas,
y el corazón del
hombre
vuelve a la vida.
Gloria al Padre y
al Hijo,
gloria al
Espíritu,
que han mirado a
la tierra
compadecidos.
Amén.
SALMODIA
Ant 1. Nuestros
padres nos contaron el poder del Señor y las maravillas que realizó.
Salmo 77, 1-39 I
BONDAD DE DIOS E INFIDELIDAD DEL PUEBLO ATRAVÉS DE LA HISTORIA DE LA SALVACIÓN
Escucha, pueblo
mío, mi enseñanza,
inclina el oído a
las palabras de mi boca:
que voy a abrir mi
boca a las sentencias,
para que broten
los enigmas del pasado.
Lo que oímos y
aprendimos,
lo que nuestros
padres nos contaron,
no lo ocultaremos
a sus hijos,
lo contaremos a la
futura generación:
las alabanzas del
Señor, su poder,
las maravillas que
realizó;
porque él
estableció una norma para Jacob,
dió una ley a
Israel.
El mandó a
nuestros padres
que lo enseñaran a
sus hijos,
para que lo
supiera la generación siguiente;
los hijos que
nacieran después.
Que surjan y lo
cuenten a sus hijos,
para que pongan en
Dios su confianza
y no olviden las
acciones de Dios,
sino que guarden
sus mandamientos;
para que no imiten
a sus padres,
generación rebelde
y pertinaz;
generación de
corazón inconstante,
de espíritu infiel
a Dios.
Los arqueros de la
tribu de Efraím
volvieron la
espalda en la batalla;
no guardaron la
alianza de Dios,
se negaron a
seguir su ley,
echando en olvido
sus acciones,
las maravillas que
les había mostrado,
cuando hizo
portentos a vista de sus padres,
en el país de
Egipto, en el campo de Soán:
hendió el mar para
abrirles paso,
sujetando las
aguas como muros;
los guiaba de día
con una nube,
de noche con el
resplandor del fuego;
hendió la roca en
el desierto,
y les dió a beber
raudales de agua;
sacó arroyos de la
peña,
hizo correr las
aguas como ríos.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Nuestros
padres nos contaron el poder del Señor y las maravillas que realizó.
Ant 2. Los hijos
comieron el maná y bebieron de la roca espiritual que los seguía.
Salmo 77 II
Pero ellos
volvieron a pecar contra él,
y en el desierto
se rebelaron contra el Altísimo:
tentaron a Dios en
sus corazones,
pidiendo una
comida a su gusto;
hablaron contra
Dios: «¿podrá Dios
preparar una mesa
en el desierto?
Él hirió la roca,
brotó agua
y desbordaron los
torrentes;
pero ¿podrá
también darnos pan,
proveer de carne a
su pueblo?»
Lo oyó el Señor, y
se indignó;
un fuego se
encendió contra Jacob,
hervía su cólera
contra Israel,
porque no tenían
fe en Dios
ni confiaban en su
auxilio.
Pero dió orden a
las altas nubes,
abrió las
compuertas del cielo:
hizo llover sobre
ellos maná,
les dió un trigo
celeste;
y el hombre comió
pan de ángeles,
les mandó
provisiones hasta la hartura.
Hizo soplar desde
el cielo el levante,
y dirigió con su
fuerza el viento sur;
hizo llover carne
como una polvareda,
y volátiles como
arena del mar;
los hizo caer en
mitad del campamento,
alrededor de sus
tiendas.
Ellos comieron y
se hartaron,
así satisfizo su
avidez;
pero con la avidez
recién saciada,
con la comida aún
en la boca,
la ira de Dios
hirvió contra ellos:
mató a los más
robustos,
doblegó a la flor
de Israel.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Los hijos
comieron el maná y bebieron de la roca espiritual que los seguía.
Ant 3. Se
acordaron de que Dios era su roca y su redentor.
Salmo 77 III
Y, con todo,
volvieron a pecar,
y no dieron fe a
sus milagros:
entonces consumió
sus días en un soplo,
sus años en un
momento;
y, cuando los
hacía morir, lo buscaban,
y madrugaban para
volverse hacia Dios;
se acordaban de
que Dios era su roca,
el Dios Altísimo,
su redentor.
Lo adulaban con
sus bocas,
pero sus lenguas
mentían:
su corazón no era
sincero con él,
ni eran fieles a
su alianza.
Él, en cambio,
sentía lástima,
perdonaba la culpa
y no los destruía:
una y otra vez
reprimió su cólera,
y no despertaba
todo su furor;
acordándose de que
eran de carne,
un aliento fugaz
que no torna.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Se acordaron
de que Dios era su roca y su redentor.
V. Derrama, Señor,
tu misericordia sobre nosotros.
R. Danos tu salvación,
según tu promesa.
PRIMERA LECTURA
Del libro del
profeta Isaías 43, 18-28
RENOVACIÓN DE
ISRAEL
Esto dice el
Señor:
«No recordéis lo
de antaño, no penséis en lo antiguo; mirad que realizo algo nuevo; ya está
brotando, ¿no lo notáis?
Abriré un camino
por el desierto, ríos en el yermo; me glorificarán las bestias del campo,
chacales y avestruces, porque ofreceré agua en el desierto, ríos en el yermo,
para apagar la sed de mi pueblo, de mi escogido, el pueblo que yo formé, para
que proclamara mi alabanza.
Tú no me
invocabas, Jacob; ni te esforzabas por mí, Israel; no me ofrecías ovejas en
holocausto, no me honrabas con tus sacrificios. Yo no te avasallé exigiéndote
ofrendas, ni te cansé pidiéndote incienso; no me comprabas canela con dinero,
no me saciabas con la grasa de tus sacrificios; pero me avasallabas con tus
pecados y me cansabas con tus culpas.
Yo, yo era quien
por mi cuenta borraba tus crímenes y no me acordaba de tus pecados; recuérdamelo
tú, y discutiremos; cuéntamelo tú, y saldrás absuelto.
Ya tu primer padre
pecó, tus jefes se rebelaron contra mí; por eso profané a príncipes
consagrados, entregué a Jacob al exterminio y a Israel a los insultos.»
RESPONSORIO
Is 43, 19. 25; Jn 1, 29
R. Mirad que
realizo algo nuevo; ya está brotando, ¿no lo notáis? * Yo, yo era quien por mi
cuenta borraba tus crímenes y no me acordaba de tus pecados.
V. Éste es el
Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
R. Yo, yo era
quien por mi cuenta borraba tus crímenes y no me acordaba de tus pecados.
SEGUNDA LECTURA
Del Tratado de san
Hipólito, presbítero, Contra la herejía de Noeto
(Cap. 9-12: PG 10,
815-819)
MANIFESTACIÓN DEL
MISTERIO ESCONDIDO
Hay un único Dios,
hermanos, que sólo puede ser conocido a través de las Escrituras santas. Por
ello debemos esforzarnos por penetrar en todas las cosas que nos anuncian las
divinas Escrituras y procurar profundizar en lo que nos enseñan. Debemos
conocer al Padre como él desea ser conocido, debemos glorificar al Hijo como el
Padre desea que lo glorifiquemos, debemos recibir al Espíritu Santo como el
Padre desea dárnoslo. En todo debemos proceder no según nuestro arbitrio ni
según nuestros propios sentimientos ni haciendo violencia a los deseos de Dios,
sino según los caminos que el mismo Señor nos ha dado a conocer en las santas
Escrituras.
Cuando sólo
existía Dios y nada había aún que coexistiera con él, el Señor quiso crear el mundo.
Lo creó por su inteligencia, por su voluntad y por su palabra; y el mundo llegó
a la existencia tal como él lo quiso y cuando él lo quiso. Nos basta, por
tanto, saber que, al principio, nada coexistía con Dios, nada había fuera de
él. Pero Dios, siendo único, era también múltiple. Porque con él estaba su
sabiduría, su razón, su poder y su consejo; todo esto estaba en él, y él era
todas estas cosas. Y, cuando quiso y como quiso, y en el tiempo por él mismo
predeterminado, manifestó al mundo su Palabra, por quien fueron hechas todas
las cosas.
Y como Dios
contenía en sí mismo a la Palabra, aunque ella fuera invisible para el mundo
creado, cuando Dios hizo oír su voz, la Palabra se hizo entonces visible; así,
de la luz que es el Padre salió la luz que es el Hijo, y la imagen del Señor
fue como reproducida en el ser de la creatura; de esta manera el que al
principio era sólo visible para el Padre empezó a ser visible también para el
mundo, para que éste, al contemplarlo, pudiera alcanzar la salvación.
El sentido de todo
esto es que, al entrar en el mundo, la Palabra quiso aparecer como Hijo de
Dios; pues, en efecto, todas las cosas fueron hechas por el Hijo, pero él es
engendrado únicamente por el Padre.
Dios dio la ley y
los profetas, impulsando a éstos a hablar bajo la moción del Espíritu Santo,
para que, habiendo recibido la inspiración del poder del Padre, anunciaran su
consejo y su voluntad.
La Palabra, pues,
se hizo visible, como dice san Juan. Y repitió en síntesis todo lo que dijeron
los profetas, demostrando así que es realmente la Palabra por quien fueron
hechas todas las cosas. Dice: Ya al comienzo de las cosas existía la Palabra, y
la Palabra estaba con Dios y la Palabra era Dios; por ella empezaron a existir
todas las cosas, y ninguna de las que existen empezó a ser sino por ella. Y más
adelante: El mundo empezó por ella a existir, pero el mundo no la reconoció.
Vino a los suyos y los suyos no la recibieron.
RESPONSORIO
Cf. Is 9, 6. 7; Jn 1, 4
R. Nos nacerá un
niño y será llamado «Dios poderoso», * se sentará sobre el trono de David, su
padre, y grande será su poder: llevará sobre sus hombros el señorío.
V. Él era la
fuente de la vida, y esta vida era la luz para los hombres.
R. Se sentará
sobre el trono de David, su padre, y grande será su poder: llevará sobre sus
hombros el señorío.
ORACIÓN.
OREMOS,
Dios todopoderoso
y eterno, estando ya próximo el aniversario del nacimiento de tu Hijo en carne
mortal, te pedimos nos hagas sentir la abundancia de su amor, que lo hizo
encarnarse en el seno de la Virgen María y habitar entre nosotros. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
CONCLUSIÓN
V. Bendigamos al
Señor.
R. Demos gracias a
Dios.
LAUDES
(Oración de la
mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es
la primera oración del día
se sigue el
esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor abre mis
labios
R. Y mi boca
proclamará tu alabanza
Ant. El Señor está
cerca, venid adorémosle.
Salmo 94
INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos
al Señor,
demos vítores a la
Roca que nos salva;
entremos a su
presencia dándole gracias,
aclamándolo con
cantos.
Porque el Señor es
un Dios grande,
soberano de todos
los dioses:
tiene en su mano
las simas de la tierra,
son suyas las
cumbres de los montes;
suyo es el mar,
porque él lo hizo,
la tierra firme
que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos
por tierra,
bendiciendo al
Señor, creador nuestro.
Porque él es
nuestro Dios,
y nosotros su
pueblo,
el rebaño que él
guía.
Ojalá escuchéis
hoy su voz:
«No endurezcáis el
corazón como en Meribá,
como el día de
Masá en el desierto;
cuando vuestros
padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí,
aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta
años
aquella generación
me repugnó, y dije:
Es un pueblo de
corazón extraviado,
que no reconoce mi
camino;
por eso he jurado
en mi cólera
que no entrarán en
mi descanso»
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor está
cerca, venid adorémosle.
Himno: LA PENA QUE
LA TIERRA SOPORTABA
La pena que la
tierra soportaba,
a causa del
pecado, se ha trocado
en canto que brota
jubiloso
en labios de María
pronunciado.
El sí de las
promesas ha llegado,
la alianza se
cumple, poderosa,
el Verbo eterno de
los cielos
con nuestra débil
carne se desposa.
Misterio que sólo
la fe alcanza,
María es nuevo
templo de la gloria,
rocío matinal,
nube que pasa,
luz nueva en
presencia misteriosa.
A Dios sea la
gloria eternamente,
al Hijo suyo amado
Jesucristo,
que quiso nacer
para nosotros
y darnos su
Espíritu divino. Amén.
SALMODIA
Ant 1. De Sión
vendrá el Señor que ha de reinar: su nombre será Emmanuel.
Salmo 50 -
CONFESIÓN DEL PECADOR ARREPENTIDO
Misericordia, Dios
mío, por tu bondad;
por tu inmensa
compasión borra mi culpa;
lava del todo mi
delito,
limpia mi pecado.
Pues yo reconozco
mi culpa,
tengo siempre
presente mi pecado:
contra ti, contra
ti solo pequé,
cometí la maldad
que aborreces.
En la sentencia
tendrás razón,
en el juicio
brillará tu rectitud.
Mira, que en la
culpa nací,
pecador me
concibió mi madre.
Te gusta un
corazón sincero,
y en mi interior
me inculcas sabiduría.
Rocíame con el
hisopo: quedaré limpio;
lávame: quedaré
más blanco que la nieve.
Hazme oír el gozo
y la alegría,
que se alegren los
huesos quebrantados.
Aparta de mi
pecado tu vista,
borra en mí toda
culpa.
¡Oh Dios!, crea en
mí un corazón puro,
renuévame por
dentro con espíritu firme;
no me arrojes
lejos de tu rostro,
no me quites tu
santo espíritu.
Devuélveme la
alegría de tu salvación,
afiánzame con
espíritu generoso:
enseñaré a los
malvados tus caminos,
los pecadores
volverán a ti.
Líbrame de la
sangre, ¡oh Dios,
Dios, Salvador
mío!,
y cantará mi
lengua tu justicia.
Señor, me abrirás
los labios,
y mi boca
proclamará tu alabanza.
Los sacrificios no
te satisfacen;
si te ofreciera un
holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es
un espíritu quebrantado:
un corazón
quebrantado y humillado
tú no lo
desprecias.
Señor, por tu
bondad, favorece a Sión,
reconstruye las
murallas de Jerusalén:
entonces aceptarás
los sacrificios rituales,
ofrendas y
holocaustos,
sobre tu altar se
inmolarán novillos.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. De Sión
vendrá el Señor que ha de reinar: su nombre será Emmanuel.
Ant 2. Perseverad
constantes, a vosotros vendrá el auxilio del Señor.
Cántico: ACCIÓN DE
GRACIAS POR LA LIBERACIÓN DEL PUEBLO - Tb 13, 10-15. 17-19
Anuncien todos los
pueblos sus maravillas
y alábenle sus
elegidos en Jerusalén,
la ciudad del
Santo;
por las obras de
tus hijos te azotará,
pero de nuevo se
compadecerá
de los hijos de
los justos.
Confiesa
dignamente al Señor
y bendice al Rey
de los siglos,
para que de nuevo
sea en ti
edificado su
tabernáculo con alegría,
para que alegre en
ti a los cautivos
y muestre en ti su
amor hacia los desdichados,
por todas las
generaciones y generaciones.
Brillarás cual luz
de lámpara
y todos los
confines de la tierra vendrán a ti.
Pueblos numerosos
vendrán de lejos
al nombre del
Señor, nuestro Dios,
trayendo ofrendas en
sus manos,
ofrendas para el
rey del cielo.
Las generaciones
de las generaciones
exultarán en ti.
Y benditos para
siempre todos los que te aman.
Alégrate y salta
de gozo por los hijos de los justos,
que serán
congregados,
y al Señor de los
justos bendecirán.
Dichosos los que
te aman;
en tu paz se
alegrarán.
Dichosos cuantos
se entristecieron por tus azotes,
pues en ti se
alegrarán
contemplando toda
tu gloria,
y se regocijarán
para siempre.
Bendice, alma mía,
a Dios, rey grande,
porque Jerusalén
con zafiros y esmeraldas
será reedificada,
con piedras
preciosas sus muros
y con oro puro sus
torres y sus almenas.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Perseverad
constantes, a vosotros vendrá el auxilio del Señor.
Ant 3. Yo miro
atento al Señor, espero en Dios, mi salvador.
Salmo 147 -
RESTAURACIÓN DE JERUSALÉN.
Glorifica al
Señor, Jerusalén;
alaba a tu Dios,
Sión:
que ha reforzado
los cerrojos de tus puertas
y ha bendecido a
tus hijos dentro de ti;
ha puesto paz en
tus fronteras,
te sacia con flor
de harina.
Él envía su
mensaje a la tierra,
y su palabra corre
veloz;
manda la nieve
como lana,
esparce la
escarcha como ceniza;
hace caer el hielo
como migajas
y con el frío
congela las aguas;
envía una orden, y
se derriten;
sopla su aliento,
y corren.
Anuncia su palabra
a Jacob,
sus decretos y
mandatos a Israel;
con ninguna nación
obró así,
ni les dio a
conocer sus mandatos.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Yo miro
atento al Señor, espero en Dios, mi salvador.
LECTURA BREVE
Jr 30, 21-22
Esto dice el
Señor: «Saldrá de Jacob un príncipe, su señor saldrá de en medio de él; me lo
acercaré y se llegará a mí. Vosotros seréis mi pueblo y yo seré vuestro Dios.»
RESPONSORIO BREVE
V. Sobre ti,
Jerusalén, amanecerá el Señor.
R. Sobre ti,
Jerusalén, amanecerá el Señor.
V. Su gloria
aparecerá sobre ti.
R. Amanecerá el
Señor.
V. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Sobre ti,
Jerusalén, amanecerá el Señor.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Se ha
cumplido ya todo lo que el ángel dijo de la Virgen María.
Cántico de Zacarías.
EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc 1, 68-79
Bendito sea el
Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado
y redimido a su pueblo.
suscitándonos una
fuerza de salvación
en la casa de
David, su siervo,
según lo había
predicho desde antiguo
por boca de sus santos
profetas:
Es la salvación
que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de
todos los que nos odian;
ha realizado así
la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su
santa alianza
y el juramento que
juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos
que, libres de temor,
arrancados de la
mano de los enemigos,
le sirvamos con
santidad y justicia,
en su presencia,
todos nuestros días.
Y a ti, niño, te
llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás
delante del Señor
a preparar sus
caminos,
anunciando a su
pueblo la salvación,
el perdón de sus
pecados.
Por la entrañable
misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el
sol que nace de lo alto,
para iluminar a
los que viven en tiniebla
y en sombra de
muerte,
para guiar
nuestros pasos
por el camino de
la paz.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Se ha
cumplido ya todo lo que el ángel dijo de la Virgen María.
PRECES
Oremos, hermanos,
a Cristo, nuestro redentor, que ha venido para darnos la justificación, y
digámosle con júbilo:
Ven, Señor Jesús.
Señor, cuya venida
en la carne anunciaron antiguamente los profetas,
haz germinar en
nosotros la semilla de las virtudes.
Concede a los que
anunciamos al mundo tu salvación
que encontremos
también en ti nuestra salvación.
Tú que viniste a
librar a los oprimidos,
cura las dolencias
de los que sufren.
Tú que
reconciliaste al mundo con Dios en tu primera venida,
absuélvenos de
toda condenación cuando vengas como juez.
Se pueden añadir
algunas intenciones libres
Repitamos las
palabras de Jesús, pidiendo al Padre que venga su reino:
Padre nuestro...
ORACION
Dios todopoderoso
y eterno, estando ya próximo el aniversario del nacimiento de tu Hijo en carne
mortal, te pedimos nos hagas sentir la abundancia de su amor, que lo hizo
encarnarse en el seno de la Virgen María y habitar entre nosotros. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos
bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
HORA
TERCIA
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven
en mi auxilio
R. Señor, date
prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno: EL TRABAJO,
SEÑOR, DE CADA DÍA
El trabajo, Señor,
de cada día
nos sea por tu
amor santificado,
convierte su dolor
en alegría
de amor, que para
dar tú nos has dado.
Paciente y larga
es nuestra tarea
en la noche oscura
del amor que espera;
dulce huésped del
alma, al que flaquea
dale tu luz, tu
fuerza que aligera.
En el alto gozoso
del camino,
demos gracias a
Dios, que nos concede
la esperanza sin
fin del don divino;
todo lo puede en
él quien nada puede. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Los
profetas anunciaron que el Salvador nacería de María Virgen.
Salmo 118, 161-168
Los nobles me
perseguían sin motivo,
pero mi corazón
respetaba tus palabras;
yo me alegraba con
tu promesa,
como el que
encuentra un rico botín;
detesto y
aborrezco la mentira,
y amo tu voluntad.
Siete veces al día
te alabo
por tus justos
mandamientos;
mucha paz tienen
los que aman tus leyes,
y nada los hace
tropezar;
aguardo tu
salvación, Señor,
y cumplo tus
mandatos.
Mi alma guarda tus
preceptos
y los ama
intensamente;
guardo tus
decretos,
y tú tienes
presente mis caminos.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 132 -
FELICIDAD DE LA CONCORDIA FRATERNA
Ved qué paz y qué
alegría,
convivir los
hermanos unidos.
Es ungüento
precioso en la cabeza,
que va bajando por
la barba,
que baja por la
barba de Aarón,
hasta la franja de
su ornamento.
Es rocío del
Hermón, que va bajando
sobre el monte
Sión.
Porque allí manda
el Señor la bendición:
la vida para
siempre.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 139, 1-9.
13-14 - TÚ ERES MI REFUGIO
Líbrame, Señor,
del malvado,
guárdame del
hombre violento,
que planean
maldades en su corazón
y todo el día
provocan contiendas;
afilan sus lenguas
como serpientes,
con veneno de
víboras en los labios.
Defiéndeme, Señor,
de la mano perversa,
guárdame de los
hombres violentos,
que preparan
zancadillas a mis pasos.
Los soberbios me
esconden trampas;
los perversos me
tienden una red
y por el camino me
colocan lazos.
Pero yo digo al
Señor: «Tú eres mi Dios»;
Señor, atiende a
mis gritos de socorro;
Señor Dios, mi
fuerte salvador,
que cubres mi
cabeza el día de la batalla.
Señor, no le
concedas sus deseos al malvado,
no des éxito a sus
proyectos.
Yo sé que el Señor
hace justicia al afligido
y defiende el
derecho del pobre.
Los justos
alabarán tu nombre,
los honrados
habitarán en tu presencia.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Los profetas
anunciaron que el Salvador nacería de María Virgen.
LECTURA BREVE
Jr 29, 11. 13
Sé muy bien lo que
pienso hacer con vosotros: designios de paz y no de aflicción, daros un
porvenir y una esperanza. Me buscaréis y me encontraréis si me buscáis de todo
corazón.
V. Los gentiles
temerán tu nombre, Señor.
R. Los reyes del
mundo tu gloria.
ORACIÓN
OREMOS,
Dios todopoderoso
y eterno, estando ya próximo el aniversario del nacimiento de tu Hijo en carne
mortal, te pedimos nos hagas sentir la abundancia de su amor, que lo hizo
encarnarse en el seno de la Virgen María y habitar entre nosotros. Por Cristo
nuestro Señor.
Amén.
CONCLUSIÓN
V. Bendigamos al
Señor.
R. Demos gracias a
Dios.
HORA
SEXTA
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven
en mi auxilio
R. Señor, date
prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno: ESTE MUNDO
DEL HOMBRE EN QUE ÉL SE AFANA.
Este mundo del
hombre, en que él se afana
tras la felicidad
que tanto ansía,
tú lo vistes,
Señor, de luz temprana
y de radiante sol
al mediodía.
Así el poder de tu
presencia encierra
el secreto más
hondo de esta vida;
un nuevo cielo y
una nueva tierra
colmarán nuestro
anhelo sin medida.
Poderoso Señor de
nuestra historia,
no tardes en venir
gloriosamente;
tu luz resplandeciente
y tu victoria
inunden nuestra
vida eternamente. Amén.
SALMODIA
Ant 1. El Ángel
Gabriel saludó a María, diciendo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está
contigo, bendita tú entre las mujeres.»
Salmo 122 - EL
SEÑOR, ESPERANZA DEL PUEBLO
A ti levanto mis
ojos,
a ti que habitas
en el cielo.
Como están los
ojos de los esclavos
fijos en las manos
de sus señores,
como están los
ojos de la esclava
fijos en las manos
de su señora,
así están nuestros
ojos
en el Señor, Dios
nuestro,
esperando su
misericordia.
Misericordia,
Señor, misericordia,
que estamos
saciados de desprecios;
nuestra alma está
saciada
del sarcasmo de
los satisfechos,
del desprecio de
los orgullosos.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 123 -
NUESTRO AUXILIO ES EL NOMBRE DEL SEÑOR
Si el Señor no
hubiera estado de nuestra parte
-que lo diga
Israel-,
si el Señor no
hubiera estado de nuestra parte,
cuando nos asaltaban
los hombres,
nos habrían
tragado vivos:
tanto ardía su ira
contra nosotros.
Nos habrían
arrollado las aguas,
llegándonos el
torrente hasta el cuello;
nos habrían
llegado hasta el cuello
las aguas
espumantes.
Bendito el Señor,
que no nos entregó
como presa a sus
dientes;
hemos salvado la
vida como un pájaro
de la trampa del
cazador:
la trampa se
rompió y escapamos.
Nuestro auxilio es
el nombre del Señor,
que hizo el cielo
y la tierra.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 124 - EL
SEÑOR VELA POR SU PUEBLO.
Los que confían en
el Señor son como el monte Sión:
no tiembla, está
asentado para siempre.
Jerusalén está
rodeada de montañas,
y el Señor rodea a
su pueblo
ahora y por
siempre.
No pesará el cetro
de los malvados
sobre el lote de
los justos,
no sea que los
justos extiendan
su mano a la
maldad.
Señor, concede
bienes a los buenos,
a los sinceros de
corazón;
y a los que se
desvían por sendas tortuosas,
que los rechace el
Señor con los malhechores.
¡Paz a Israel!
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Ángel
Gabriel saludó a María, diciendo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está
contigo, bendita tú entre las mujeres.»
LECTURA BREVE
Jr 30, 18
Esto dice el
Señor: «Yo cambiaré la suerte de las tiendas de Jacob, me compadeceré de sus
moradas.»
V. Acuérdate de
nosotros, Señor, por amor a tu pueblo.
R. Visítanos con
tu salvación.
ORACIÓN
OREMOS,
Dios todopoderoso
y eterno, estando ya próximo el aniversario del nacimiento de tu Hijo en carne
mortal, te pedimos nos hagas sentir la abundancia de su amor, que lo hizo
encarnarse en el seno de la Virgen María y habitar entre nosotros. Por Cristo
nuestro Señor.
Amén.
CONCLUSIÓN
V. Bendigamos al
Señor.
R. Demos gracias a
Dios.
HORA
NONA
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven
en mi auxilio
R. Señor, date
prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno: FUNDAMENTO
DE TODO LO QUE EXISTE
Fundamento de todo
lo que existe,
de tu pueblo
elegido eterna roca,
de los tiempos
Señor, que prometiste
dar tu vigor al
que con fe te invoca.
Mira al hombre que
es fiel y no te olvida,
tu Espíritu, tu
paz háganlo fuerte
para amarte y
servirte en esta vida
y gozarte después
de santa muerte.
Jesús, Hijo del
Padre, ven aprisa
en este atardecer
que se avecina,
serena claridad y
dulce brisa
será tu amor que
todo lo domina. Amén.
SALMODIA
Ant 1. María dijo:
«¿Qué significa este saludo? Me quedo perpleja ante estas palabras de que daré
a luz un Rey sin perder mi virginidad.»
Salmo 125 - DIOS,
ALEGRÍA Y ESPERANZA NUESTRA.
Cuando el Señor
cambió la suerte de Sión,
nos parecía soñar:
la boca se nos
llenaba de risas,
la lengua de
cantares.
Hasta los gentiles
decían:
«El Señor ha
estado grande con ellos.»
El Señor ha estado
grande con nosotros,
y estamos alegres.
Que el Señor
cambie nuestra suerte
como los torrentes
del Negueb.
Los que sembraban
con lágrimas
cosechan entre
cantares.
Al ir, iban
llorando,
llevando la
semilla;
al volver, vuelven
cantando,
trayendo sus
gavillas.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 126 - EL
ESFUERZO HUMANO ES INÚTIL SIN DIOS.
Si el Señor no construye
la casa,
en vano se cansan
los albañiles;
si el Señor no
guarda la ciudad,
en vano vigilan
los centinelas.
Es inútil que
madruguéis,
que veléis hasta
muy tarde,
los que coméis el
pan de vuestros sudores:
¡Dios lo da a sus
amigos mientras duermen!
La herencia que da
el Señor son los hijos;
una recompensa es
el fruto de las entrañas:
son saetas en mano
de un guerrero
los hijos de la
juventud.
Dichoso el hombre
que llena
con ellas su
aljaba:
no quedará
derrotado cuando litigue
con su adversario
en la plaza.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 127 - PAZ
DOMÉSTICA EN EL HOGAR DEL JUSTO
¡Dichoso el que
teme al Señor
y sigue sus
caminos!
Comerás del fruto
de tu trabajo,
serás dichoso, te
irá bien;
tu mujer, como una
vid fecunda,
en medio de tu
casa;
tus hijos, como
renuevos de olivo,
alrededor de tu
mesa:
ésta es la
bendición del hombre
que teme al Señor.
Que el Señor te
bendiga desde Sión,
que veas la
prosperidad de Jerusalén
todos los días de
tu vida;
que veas a los
hijos de tus hijos.
¡Paz a Israel!
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. María dijo:
«¿Qué significa este saludo? Me quedo perpleja ante estas palabras de que daré
a luz un Rey sin perder mi virginidad.»
LECTURA BREVE
Ba 3, 5-6a
No te acuerdes de
las iniquidades de nuestros padres, sino acuérdate de tu mano y de tu nombre en
esta hora. Pues eres el Señor, Dios nuestro.
V. Ven, Señor, y
no tardes.
R. Perdona los
pecados de tu pueblo.
ORACIÓN
OREMOS,
Dios todopoderoso
y eterno, estando ya próximo el aniversario del nacimiento de tu Hijo en carne
mortal, te pedimos nos hagas sentir la abundancia de su amor, que lo hizo
encarnarse en el seno de la Virgen María y habitar entre nosotros. Por Cristo
nuestro Señor.
Amén.
CONCLUSIÓN
V. Bendigamos al
Señor.
R. Demos gracias a
Dios.
VÍSPERAS
(Oración de la
tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven
en mi auxilio
R. Señor, date
prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno: ESCUCHA,
CASA DE DAVID
Escucha, casa de
David:
La Virgen pura se
halla encinta;
Dios la acaricia y
la fecunda
y la hace Madre de
la vida.
La Virgen grávida
nos lleva
en el secreto de
su dicha;
la Virgen fiel nos
abre ruta
por su obediencia
de discípula.
Espera en calma la
agraciada,
con ella el mundo
se arrodilla;
levanta el pobre
la mirada,
con ella pide la
venida.
Nacido en tiempos
sin aurora,
el Hijo espera con
María.
¡Oh Dios de amor,
nuestra esperanza,
cambia tu espera
en parusía!
¡A ti, Jesús, Hijo
esperado,
aparecido en nuestros
días,
con santo júbilo
cantamos!
¡Ven en tu reino,
ven de prisa! Amén.
SALMODIA
Ant 1. De Sión
vendrá el Señor que ha de reinar: su nombre será Emmanuel.
Salmo 144 I -
HIMNO A LA GRANDEZA DE DIOS
Te ensalzaré, Dios
mío, mi rey;
bendeciré tu nombre
por siempre jamás.
Día tras día te
bendeciré
y alabaré tu
nombre por siempre jamás.
Grande es el
Señor, merece toda alabanza,
es incalculable su
grandeza;
una generación
pondera tus obras a la otra,
y le cuenta tus
hazañas.
Alaban ellos la
gloria de tu majestad,
y yo repito tus
maravillas;
encarecen ellos
tus temibles proezas,
y yo narro tus
grandes acciones;
difunden la
memoria de tu inmensa bondad,
y aclaman tus
victorias.
El Señor es
clemente y misericordioso,
lento a la cólera
y rico en piedad;
el Señor es bueno
con todos,
es cariñoso con
todas sus creaturas.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. De Sión
vendrá el Señor que ha de reinar: su nombre será Emmanuel.
Ant 2. Perseverad
constantes, a vosotros vendrá el auxilio del Señor.
Salmo 144 II
Que todas tus
creaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan
tus fieles;
que proclamen la
gloria de tu reinado,
que hablen de tus
hazañas;
explicando tus
proezas a los hombres,
la gloria y
majestad de tu reinado.
Tu reinado es un
reinado perpetuo,
tu gobierno va de
edad en edad.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Perseverad
constantes, a vosotros vendrá el auxilio del Señor.
Ant 3. Yo miro
atento al Señor, espero en Dios, mi salvador.
Cántico: CANTO DE
LOS VENCEDORES Ap 15, 3-4
Grandes y
maravillosas son tus obras,
Señor, Dios
omnipotente,
justos y
verdaderos tus caminos,
¡oh Rey de los
siglos!
¿Quién no temerá,
Señor,
y glorificará tu
nombre?
Porque tú solo
eres santo,
porque vendrán
todas las naciones
y se postrarán en
tu acatamiento,
porque tus juicios
se hicieron manifiestos.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Yo miro
atento al Señor, espero en Dios, mi salvador.
LECTURA BREVE
2Pe 3,8b-9
Para el Señor un
día es como mil años, y mil años como un día. No es tardo el Señor en el
cumplimiento de sus promesas, como algunos piensan. Lo que hace es aguardarnos
pacientemente, porque no quiere que nadie perezca, sino que todos vengáis a
arrepentiros.
RESPONSORIO BREVE
V. Ven a
salvarnos, Señor Dios de los ejércitos.
R. Ven a
salvarnos, Señor Dios de los ejércitos.
V. Que brille tu
rostro y nos salve.
R. Señor Dios de
los ejércitos.
V. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Ven a
salvarnos, Señor Dios de los ejércitos.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Oh Emmanuel,
rey y legislador nuestro, esperanza de las naciones y salvador de los pueblos,
ven a salvarnos, Señor, Dios nuestro.
Cántico de María.
ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma
la grandeza del Señor,
se alegra mi
espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado
la humillación de su esclava.
Desde ahora me
felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso
ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es
santo,
y su misericordia
llega a sus fieles
de generación en
generación.
El hace proezas
con su brazo:
dispersa a los
soberbios de corazón,
derriba del trono
a los poderosos
y enaltece a los
humildes,
a los hambrientos
los colma de bienes
y a los ricos los
despide vacíos.
Auxilia a Israel,
su siervo,
acordándose de su
misericordia
-como lo había
prometido a nuestros padres-
en favor de
Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Oh Emmanuel,
rey y legislador nuestro, esperanza de las naciones y salvador de los pueblos,
ven a salvarnos, Señor, Dios nuestro.
PRECES
Roguemos a nuestro
Redentor, que viene a dar la Buena Noticia a los pobres, y digámosle:
Manifiesta, Señor,
tu gloria a los hombres.
Manifiéstate,
Señor, a todos los que no te conocen,
para que también
ellos vean tu salvación.
Que tu nombre,
Señor, se anuncie hasta los confines de la tierra
y que todos los
hombres descubran el camino que conduce a ti.
Tú que viniste la
vez primera para salvar al mundo,
ven de nuevo para
salvar a los que en ti creen.
Aquella libertad
que tu venida dio a los redimidos
consérvala y
defiéndela siempre con tu poder.
Se pueden añadir
algunas intenciones libres
Tú que ya viniste
en la carne y vendrás de nuevo a juzgar al mundo,
da en tu venida el
premio eterno a los difuntos.
Llenos del
Espíritu de Jesucristo, nos atrevemos a decir:
Padre nuestro...
ORACION
Dios todopoderoso
y eterno, estando ya próximo el aniversario del nacimiento de tu Hijo en carne
mortal, te pedimos nos hagas sentir la abundancia de su amor, que lo hizo
encarnarse en el seno de la Virgen María y habitar entre nosotros. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos
bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
COMPLETAS
(Oración antes del
descanso nocturno)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven
en mi auxilio
R. Señor, date
prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
EXAMEN DE
CONCIENCIA
Hermanos, habiendo
llegado al final de esta jornada que Dios nos ha concedido, reconozcamos
sinceramente nuestros pecados.
Yo confieso ante
Dios todopoderoso
y ante vosotros,
hermanos,
que he pecado
mucho
de pensamiento,
palabra, obra y omisión:
por mi culpa, por
mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso ruego a
santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a
los santos y a vosotros, hermanos,
que intercedáis
por mí ante Dios, nuestro Señor.
V. El Señor
todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos
lleve a la vida eterna.
R. Amén.
Himno: CUANDO LA
LUZ DEL SOL ES YA PONIENTE
Cuando la luz del
sol es ya poniente,
gracias, Señor, es
nuestra melodía;
recibe, como
ofrenda, amablemente,
nuestro dolor,
trabajo y alegría.
Si poco fue el
amor en nuestro empeño
de darle vida al
día que fenece,
convierta en
realidad lo que fue un sueño
tu gran amor que
todo lo engrandece.
Tu cruz, Señor,
redime nuestra suerte
de pecadora en
justa, e ilumina
la senda de la
vida y de la muerte
del hombre que en
la fe lucha y camina.
Jesús, Hijo del
Padre, cuando avanza
la noche oscura
sobre nuestro día,
concédenos la paz
y la esperanza
de esperar cada
noche tu gran día. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Señor, Dios
mío, de día te pido auxilio, de noche grito en tu presencia.
Salmo 87 - ORACIÓN
DE UN HOMBRE GRAVEMENTE ENFERMO
Señor, Dios mío,
de día te pido auxilio,
de noche grito en
tu presencia;
llegue hasta ti mi
súplica,
inclina tu oído a
mi clamor.
Porque mi alma
está colmada de desdichas,
y mi vida está al
borde del abismo;
ya me cuentan con
los que bajan a la fosa,
soy como un
inválido.
Tengo mi cama
entre los muertos,
como los caídos
que yacen en el sepulcro,
de los cuales ya
no guardas memoria,
porque fueron
arrancados de tu mano.
Me has colocado en
lo hondo de la fosa,
en las tinieblas
del fondo;
tu cólera pesa
sobre mí,
me echas encima
todas tus olas.
Has alejado de mí
a mis conocidos,
me has hecho
repugnante para ellos:
encerrado, no
puedo salir,
y los ojos se me
nublan de pesar.
Todo el día te
estoy invocando,
tendiendo las
manos hacia ti.
¿Harás tú
maravillas por los muertos?
¿Se alzarán las
sombras para darte gracias?
¿Se anuncia en el
sepulcro tu misericordia,
o tu fidelidad en
el reino de la muerte?
¿Se conocen tus
maravillas en la tiniebla
o tu justicia en
el país del olvido?
Pero yo te pido
auxilio,
por la mañana irá
a tu encuentro mi súplica.
¿Por qué, Señor,
me rechazas
y me escondes tu
rostro?
Desde niño fui
desgraciado y enfermo,
me doblo bajo el
peso de tus terrores,
pasó sobre mí tu
incendio,
tus espantos me
han consumido:
me rodean como las
aguas todo el día,
me envuelven todos
a una;
alejaste de mí
amigos y compañeros:
mi compañía son
las tinieblas.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Señor, Dios
mío, de día te pido auxilio, de noche grito en tu presencia.
LECTURA BREVE
Jr 14, 9
Tú estás en medio
de nosotros, Señor, tu nombre ha sido invocado sobre nosotros: no nos
abandones, Señor Dios nuestro.
RESPONSORIO BREVE
V. En tus manos,
Señor, encomiendo mi espíritu.
R. En tus manos,
Señor, encomiendo mi espíritu.
V. Tú, el Dios
leal, nos librarás.
R. Te encomiendo
mi espíritu.
V. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. En tus manos,
Señor, encomiendo mi espíritu.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Sálvanos,
Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y
descansemos en paz.
CÁNTICO DE SIMEÓN
Lc 2, 29-32
Ahora, Señor,
según tu promesa,
puedes dejar a tu
siervo irse en paz,
porque mis ojos
han visto a tu Salvador,
a quien has
presentado ante todos los pueblos
luz para alumbrar
a las naciones
y gloria de tu
pueblo Israel.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Sálvanos,
Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y
descansemos en paz.
ORACION
OREMOS,
Señor, Dios
todopoderoso: ya que con nuestro descanso vamos a imitar a tu Hijo que reposó
en el sepulcro, te pedimos que, al levantarnos mañana, lo imitemos también
resucitando a una vida nueva. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
BENDICIÓN
V. El Señor
todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte.
R. Amén.
ANTIFONA FINAL DE
LA SANTISIMA VIRGEN
Dios te salve,
Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y
esperanza nuestra,
Dios te salve.
A ti llamamos los
desterrados hijos de Eva,
a ti suspiramos ,
gimiendo y llorando
en este valle de
lágrimas.
Ea, pues, Señora,
abogada nuestra,
vuelve a nosotros
tus ojos misericordiosos,
y después de este
destierro muéstranos a Jesús,
fruto bendito de
tu vientre.
¡Oh clemente, oh
piadosa,
oh dulce Virgen
María!
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