Del Común de
pastores para un santo presbítero y del Común de doctores de la Iglesia.
Salterio III
SAN JUAN DE LA
CRUZ, presbítero y doctor de la Iglesia. (MEMORIA)
Nació en
Fontiveros (España) hacia el año 1542. Transcurrido un tiempo de vida
carmelitana, a partir del año 1568 fue el primero entre sus hermanos de
religión que se dedicó a la reforma de su Orden, persuadido por santa Teresa de
Avila; esta reforma le costó innumerables sufrimientos y dificultades. El año
1591 murió en Úbeda, ilustre por su santidad y doctrina, como lo atestiguan las
obras espirituales por él escritas.
OFICIO
DE LECTURA
INVITATORIO
Si ésta es la
primera oración del día:
V. Señor abre mis
labios
R. Y mi boca
proclamará tu alabanza
Se añade el Salmo
del Invitatorio con la siguiente antífona:
Ant. Venid,
adoremos al Señor, fuente de la sabiduría.
Salmo 94
INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos
al Señor,
demos vítores a la
Roca que nos salva;
entremos a su
presencia dándole gracias,
aclamándolo con
cantos.
Porque el Señor es
un Dios grande,
soberano de todos
los dioses:
tiene en su mano
las simas de la tierra,
son suyas las
cumbres de los montes;
suyo es el mar,
porque él lo hizo,
la tierra firme
que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos
por tierra,
bendiciendo al
Señor, creador nuestro.
Porque él es
nuestro Dios,
y nosotros su
pueblo,
el rebaño que él
guía.
Ojalá escuchéis
hoy su voz:
«No endurezcáis el
corazón como en Meribá,
como el día de
Masá en el desierto;
cuando vuestros
padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí,
aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta
años
aquella generación
me repugnó, y dije:
Es un pueblo de
corazón extraviado,
que no reconoce mi
camino;
por eso he jurado
en mi cólera
que no entrarán en
mi descanso»
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Venid,
adoremos al Señor, fuente de la sabiduría.
Si antes se ha
rezado ya alguna otra Hora:
V. Dios mío, ven
en mi auxilio
R. Señor, date
prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno: HONDO SABER
DE DIOS FUE VUESTRA CIENCIA
Hondo saber de
Dios fue vuestra ciencia.
su espíritu de
verdad os dio a beberla
en la Revelación,
que es su presencia
en velos de
palabra siempre nueva.
Abristeis el
camino para hallarla
a todo el que de
Dios hambre tenía,
palabra del Señor
que, al contemplarla,
enciende nuestras
luces que iluminan.
Saber de Dios en
vida convertido
es la virtud del
justo, que, a su tiempo,
si Dios le dio la
luz, fue lo debido
que fuera su
verdad, su pensamiento.
Demos gracias a
Dios humildemente,
y al Hijo, su
verdad que a todos guía,
dejemos que su
Luz, faro esplendente,
nos guíe por el
mar de nuestra vida. Amén.
SALMODIA
Ant 1. La
misericordia y la fidelidad te preceden, Señor.
Salmo 88, 2-38 I -
HIMNO AL DIOS FIEL A LAS PROMESAS HECHAS A DAVID
Cantaré
eternamente las misericordias del Señor,
anunciaré tu
fidelidad por todas las edades.
Pues dijiste:
«Cimentado está por siempre mi amor,
asentada más que
el cielo mi lealtad.»
Sellé una alianza
con mi elegido,
jurando a David,
mi siervo:
«Te fundaré un
linaje perpetuo,
edificaré tu trono
para todas las edades.»
El cielo proclama
tus maravillas, Señor,
y tu fidelidad, en
la asamblea de los ángeles.
¿Quién sobre las
nubes se compara a Dios?
¿Quién como el
Señor entre los seres divinos?
Dios es temible en
el consejo de los ángeles,
es grande y
terrible para toda su corte.
Señor de los
ejércitos, ¿quién como tú?
El poder y la
fidelidad te rodean.
Tú domeñas la
soberbia del mar
y amansas la
hinchazón del oleaje;
tú traspasaste y
destrozaste a Rahab,
tu brazo potente
desbarató al enemigo.
Tuyo es el cielo,
tuya es la tierra;
tú cimentaste el
orbe y cuanto contiene;
tú has creado el
norte y el sur,
el Tabor y el
Hermón aclaman tu nombre.
Tienes un brazo
poderoso:
fuerte es tu
izquierda y alta tu derecha.
Justicia y derecho
sostienen tu trono,
misericordia y
fidelidad te preceden.
Dichoso el pueblo
que sabe aclamarte:
caminará, ¡oh
Señor!, a la luz de tu rostro;
tu nombre es su
gozo cada día,
tu justicia es su
orgullo.
Porque tú eres su
honor y su fuerza,
y con tu favor
realzas nuestro poder.
Porque el Señor es
nuestro escudo,
y el Santo de
Israel nuestro rey.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. La
misericordia y la fidelidad te preceden, Señor.
Ant 2. El Hijo de
Dios nació según la carne de la estirpe de David.
Salmo 88, 2-38 II
Un día hablaste en
visión a tus amigos:
«He ceñido la
corona a un héroe,
he levantado a un
soldado sobre el pueblo.»
Encontré a David,
mi siervo,
y lo he ungido con
óleo sagrado;
para que mi mano
esté siempre con él
y mi brazo lo haga
valeroso;
no lo engañará el
enemigo
ni los malvados lo
humillarán;
ante él desharé a
sus adversarios
y heriré a los que
lo odian.
Mi fidelidad y
misericordia lo acompañarán,
por mi nombre
crecerá su poder:
extenderé su
izquierda hasta el mar,
y su derecha hasta
el Gran Río.
Él me invocará:
«Tú eres mi padre,
mi Dios, mi Roca
salvadora»;
y yo lo nombraré
mi primogénito,
excelso entre los
reyes de la tierra.
Le mantendré
eternamente mi favor,
y mi alianza con
él será estable;
le daré una
posteridad perpetua
y un trono
duradero como el cielo.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Hijo de
Dios nació según la carne de la estirpe de David.
Ant 3. Juré una
vez a David, mi siervo: «Tu linaje será perpetuo.»
Salmo 88, 2-38 III
Si sus hijos
abandonan mi ley
y no siguen mis
mandamientos,
si profanan mis
preceptos
y no guardan mis
mandatos,
castigaré con la
vara sus pecados
y a latigazos sus
culpas;
pero no les
retiraré mi favor
ni desmentiré mi
fidelidad,
no violaré mi
alianza
ni cambiaré mis
promesas.
Una vez juré por
mi santidad
no faltar a mi
palabra con David:
«Su linaje será
perpetuo,
y su trono como el
sol en mi presencia,
como la luna, que
siempre permanece:
su solio será más
firme que el cielo.»
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Juré una vez
a David, mi siervo: «Tu linaje será perpetuo.»
V. Señor, Dios
nuestro, restáuranos.
R. Haz brillar tu
rostro sobre nosotros y sálvanos.
PRIMERA LECTURA
Del libro del
profeta Miqueas 5, 1-8
EL MESÍAS SERÁ LA
PAZ
Esto dice el
Señor:
«¡Fortifícate,
Fortaleza! Se ha puesto asedio contra nosotros, hieren con vara en la mejilla
al juez de Israel. Pero de ti, Belén de Efratá, pequeña entre las aldeas de
Judá, de ti me saldrá el jefe de Israel. Su origen es antiguo, de tiempo
inmemorial. El Señor los abandonará hasta el tiempo en que dé a luz la que ha
de dar a luz. Entonces el resto de sus hermanos volverá a los hijos de Israel.
Él se alzará y pastoreará el rebaño con el poder del Señor, con la majestad del
nombre del Señor su Dios.
Habitarán
tranquilos, porque se mostrará él grande hasta los confines de la tierra, y él
será nuestra paz.
Si Asur se atreve
a invadir nuestra tierra, a pisar nuestros palacios, le enfrentaremos siete
pastores y ocho príncipes, que por la espada dominarán la tierra de Asiria, y
la tierra de Nemrod con el acero. Así nos liberará de Asiria cuando invada
nuestra tierra, cuando pise nuestras fronteras.
El resto de Jacob
será en medio de la multitud de los pueblos como rocío del Señor, como lluvia
sobre la hierba, que no necesita esperar en lo hombres, ni contar con los
humanos.
El resto de Jacob
será en medio de las naciones como un león entre las fieras salvajes, como un
cachorro en una manada de ovejas, que penetra, pisotea y arrebata, sin que
nadie pueda arrancarle su presa.»
RESPONSORIO
Cf. Mi 5, 2. 4. 5; Za 9, 10
R. Belén, ciudad
del Dios altísimo, de ti saldrá el jefe de Israel, cuyo origen es antiguo, de
tiempo inmemorial; se mostrará grande hasta los confines de la tierra. * Y él
será nuestra paz.
V. Dictará la paz
a las naciones y su dominio llegará de un mar a otro mar.
R. Y él será
nuestra paz.
SEGUNDA LECTURA
Del Cántico
espiritual de san Juan de la Cruz, presbítero
(Canciones 37, 4 Y
36, 13, declaración)
EL CONOCIMIENTO
DEL MISTERIO ESCONDIDO EN CRISTO JESÚS
Por más misterios
y maravillas que han descubierto los santos doctores Y entendido las santas
almas en este estado de vida, les quedó todo lo más por decir y aun por
entender, y así hay mucho que ahondar en Cristo, porque es como una abundante
mina con muchos senos de tesoros, que por más que ahonden, nunca les hallan fin
ni término, antes van en cada seno hallando nuevas venas de nuevas riquezas acá
y allá. Que por eso dijo san Pablo del mismo Cristo, diciendo: En Cristo moran
todos los tesoros y sabiduría escondidos, en los cuales el alma no puede entrar
ni puede llegar a ellos, si no pasa primero por la estrechura del padecer
interior y exterior a la divina Sabiduría.
Porque aun a lo
que en esta vida se puede alcanzar de estos misterios de Cristo, no se puede llegar
sin haber padecido mucho y recibido muchas mercedes intelectuales y sensitivas
de Dios, y habiendo precedido mucho ejercicio espiritual, porque todas estas
mercedes son más bajas que la sabiduría de los misterios de Cristo, porque
todas son como disposiciones para venir a ella.
¡Oh, si se acabase
ya de entender cómo no se puede llegar a la espesura y sabiduría de las
riquezas de Dios, que son de muchas maneras, si no es entrando en la espesura
del padecer de muchas maneras, poniendo en eso el alma su consolación y deseo!
¡Y cómo el alma que de veras desea sabiduría divina desea primero el padecer,
para entrar en ella, en la espesura de la cruz!
Que por eso san
Pablo amonestaba a los de Éfeso que no desfalleciesen en las tribulaciones, que
estuviesen bien fuertes y arraigados en la caridad, para que pudiesen
comprender con todos los santos qué cosa sea la anchura y la longura y la
altura y la profundidad, y para saber también la supereminente caridad de la
ciencia de Cristo, para ser llenos de todo henchimiento de Dios.
Porque para entrar
en estas riquezas de su sabiduría, la puerta es la cruz, que es angosta. Y
desear entrar por ella es de pocos; mas desear los deleites a que se viene por
ella es de muchos.
RESPONSORIO
1Co 2, 9-10
R. Ni el ojo vio,
ni el oído oyó, ni vino a la mente del hombre * lo que Dios ha preparado para
los que le aman.
V. Pero a nosotros
nos lo ha revelado por su Espíritu.
R. Lo que Dios ha
preparado para los que le aman.
ORACIÓN.
OREMOS,
Oh Dios, que
inspiraste a san Juan un amor extraordinario a la cruz y a la renuncia de sí
mismo, concédenos seguir incesantemente su ejemplo, para alcanzar la gloria
eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
CONCLUSIÓN
V. Bendigamos al
Señor.
R. Demos gracias a
Dios.
LAUDES
(Oración de la
mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es
la primera oración del día
se sigue el esquema
del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor abre mis
labios
R. Y mi boca
proclamará tu alabanza
Ant. Venid,
adoremos al Señor, fuente de la sabiduría.
Salmo 94
INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos
al Señor,
demos vítores a la
Roca que nos salva;
entremos a su
presencia dándole gracias,
aclamándolo con
cantos.
Porque el Señor es
un Dios grande,
soberano de todos
los dioses:
tiene en su mano
las simas de la tierra,
son suyas las
cumbres de los montes;
suyo es el mar,
porque él lo hizo,
la tierra firme
que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos
por tierra,
bendiciendo al
Señor, creador nuestro.
Porque él es
nuestro Dios,
y nosotros su
pueblo,
el rebaño que él
guía.
Ojalá escuchéis
hoy su voz:
«No endurezcáis el
corazón como en Meribá,
como el día de
Masá en el desierto;
cuando vuestros
padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí,
aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta
años
aquella generación
me repugnó, y dije:
Es un pueblo de
corazón extraviado,
que no reconoce mi
camino;
por eso he jurado
en mi cólera
que no entrarán en
mi descanso»
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Venid,
adoremos al Señor, fuente de la sabiduría.
Himno: PARA
VOSOTROS, EL MISTERIO DEL PADRE.
Para vosotros, el
misterio del Padre;
con vosotros, la
luz del Verbo;
en vosotros, la
llama del Amor
que es fuego.
¡Hontanares de
Dios!,
¡hombres del
Evangelio!,
¡humildes inteligencias
luminosas!,
¡grandes hombres
de barro tierno!
El mundo tiene
hambre de infinito
y sed de cielo;
las criaturas nos
atan a lo efímero
y nos vamos
perdiendo en el tiempo.
Para nosotros,
el misterio que
aprendisteis del Padre;
con nosotros, la
luz que os dio el Verbo;
en nosotros, el
Amor ingénito.
¡Hombres de
Cristo, maestros de la Iglesia!
dadnos una vida y
un anhelo,
la angustia por la
verdad,
por el error el
miedo.
Dadnos una vida de
rodillas
ante el misterio,
una visión de este
mundo de muerte
y una esperanza de
cielo.
Padre, te pedimos
para la Iglesia
la ciencia de
estos maestros. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Alegra el
alma de tu siervo, pues levanto mi alma hacia ti, Señor.
Salmo 85 - ORACIÓN
DE UN POBRE ANTE LAS DIFICULTADES.
Inclina tu oído,
Señor; escúchame,
que soy un pobre
desamparado;
protege mi vida,
que soy un fiel tuyo;
salva a tu siervo,
que confía en ti.
Tú eres mi Dios,
piedad de mí, Señor,
que a ti te estoy
llamando todo el día;
alegra el alma de
tu siervo,
pues levanto mi
alma hacia ti;
porque tú, Señor,
eres bueno y clemente,
rico en
misericordia con los que te invocan.
Señor, escucha mi
oración,
atiende a la voz
de mi súplica.
En el día del
peligro te llamo,
y tú me escuchas.
No tienes igual
entre los dioses, Señor,
ni hay obras como
las tuyas.
Todos los pueblos
vendrán
a postrarse en tu
presencia, Señor;
bendecirán tu
nombre:
«Grande eres tú, y
haces maravillas;
tú eres el único
Dios.»
Enséñame, Señor,
tu camino,
para que siga tu
verdad;
mantén mi corazón
entero
en el temor de tu
nombre.
Te alabaré de todo
corazón, Dios mío;
daré gloria a tu
nombre por siempre,
por tu grande
piedad para conmigo,
porque me salvaste
del abismo profundo.
Dios mío, unos
soberbios se levantan contra mí,
una banda de insolentes
atenta contra mi vida,
sin tenerte en
cuenta a ti.
Pero tú, Señor,
Dios clemente y misericordioso,
lento a la cólera,
rico en piedad y leal,
mírame, ten
compasión de mí.
Da fuerza a tu
siervo,
salva al hijo de
tu esclava;
dame una señal
propicia,
que la vean mis
adversarios y se avergüencen,
porque tú, Señor,
me ayudas y consuelas.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Alegra el
alma de tu siervo, pues levanto mi alma hacia ti, Señor.
Ant 2. Dichoso el
hombre que procede con justicia y habla con rectitud.
Cántico: DIOS
JUZGARÁ CON JUSTICIA Is 33, 13-16
Los lejanos,
escuchad lo que he hecho;
los cercanos,
reconoced mi fuerza.
Temen en Sión los
pecadores,
y un temblor se
apodera de los perversos:
«¿Quién de
nosotros habitará un fuego devorador,
quién de nosotros
habitará una hoguera perpetua?».
El que procede con
justicia y habla con rectitud
y rehúsa el lucro
de la opresión;
el que sacude la
mano rechazando el soborno
y tapa su oído a
propuestas sanguinarias,
el que cierra los
ojos para no ver la maldad:
ése habitará en lo
alto,
tendrá su alcázar
en un picacho rocoso,
con abasto de pan
y provisión de agua.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dichoso el
hombre que procede con justicia y habla con rectitud.
Ant 3. Aclamad al
Rey y Señor.
Salmo 97 - EL
SEÑOR, JUEZ VENCEDOR
Cantad al Señor un
cántico nuevo,
porque ha hecho
maravillas:
su diestra le ha
dado la victoria,
su santo brazo.
El Señor da a
conocer su victoria,
revela a las
naciones su justicia:
se acordó de su
misericordia y su fidelidad
en favor de la
casa de Israel.
Los confines de la
tierra han contemplado
la victoria de
nuestro Dios.
Aclama al Señor,
tierra entera;
gritad, vitoread,
tocad:
tocad la cítara
para el Señor,
suenen los
instrumentos:
con clarines y al
son de trompetas
aclamad al Rey y
Señor.
Retumbe el mar y
cuanto contiene,
la tierra y
cuantos la habitan;
aplaudan los ríos,
aclamen los montes
al Señor, que
llega para regir la tierra.
Regirá el orbe con
justicia
y los pueblos con
rectitud.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Aclamad al
Rey y Señor.
LECTURA BREVE
Sb 7, 13-14
Aprendí la
sabiduría sin malicia, reparto sin envidia, y no me guardo sus riquezas. Porque
es un tesoro inagotable para los hombres: los que lo adquieren se atraen la
amistad de Dios, porque el don de su enseñanza los recomienda.
RESPONSORIO BREVE
V. El pueblo
cuenta su sabiduría.
R. El pueblo
cuenta su sabiduría.
V. La asamblea
pregona su alabanza.
R. Cuenta su
sabiduría.
V. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. El pueblo
cuenta su sabiduría.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Los sabios
brillarán con esplendor de cielo, y los que enseñan la justicia a las multitudes
serán como estrellas por toda la eternidad.
Cántico de
Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc 1, 68-79
Bendito sea el
Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado
y redimido a su pueblo.
suscitándonos una
fuerza de salvación
en la casa de
David, su siervo,
según lo había
predicho desde antiguo
por boca de sus
santos profetas:
Es la salvación
que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de
todos los que nos odian;
ha realizado así
la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su
santa alianza
y el juramento que
juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos
que, libres de temor,
arrancados de la
mano de los enemigos,
le sirvamos con
santidad y justicia,
en su presencia,
todos nuestros días.
Y a ti, niño, te
llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás
delante del Señor
a preparar sus
caminos,
anunciando a su
pueblo la salvación,
el perdón de sus
pecados.
Por la entrañable
misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el
sol que nace de lo alto,
para iluminar a
los que viven en tiniebla
y en sombra de
muerte,
para guiar
nuestros pasos
por el camino de
la paz.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Los sabios
brillarán con esplendor de cielo, y los que enseñan la justicia a las
multitudes serán como estrellas por toda la eternidad.
PRECES
Demos gracias a
Cristo, el buen pastor que entregó la vida por sus ovejas, y supliquémosle
diciendo:
Apacienta a tu
pueblo, Señor.
Señor Jesucristo,
tú que en los santos pastores nos has revelado tu misericordia y tu amor,
haz que, por
ellos, continúe llegando a nosotros tu acción misericordiosa.
Señor Jesucristo,
tú que a través de los santos pastores sigues siendo el único pastor de tu
pueblo,
no dejes de
guiarnos siempre por medio de ellos.
Señor Jesucristo,
tú que por medio de los santos pastores eres el médico de los cuerpos y de las
almas,
haz que nunca
falten en tu Iglesia los ministros que nos guíen por las sendas de una vida
santa.
Señor Jesucristo,
tú que has adoctrinado a la Iglesia con la prudencia y el amor de los
santos,
haz que, guiados
por nuestros pastores, progresemos en la santidad.
Se pueden añadir
algunas intenciones libres
Oremos
confiadamente al Padre, como Cristo nos enseñó:
Padre nuestro...
ORACION
Oh Dios, que
inspiraste a san Juan un amor extraordinario a la cruz y a la renuncia de sí
mismo, concédenos seguir incesantemente su ejemplo, para alcanzar la gloria
eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos
bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
HORA
TERCIA
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven
en mi auxilio
R. Señor, date
prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno: EL TRABAJO,
SEÑOR, DE CADA DÍA
El trabajo, Señor,
de cada día
nos sea por tu
amor santificado,
convierte su dolor
en alegría
de amor, que para
dar tú nos has dado.
Paciente y larga
es nuestra tarea
en la noche oscura
del amor que espera;
dulce huésped del
alma, al que flaquea
dale tu luz, tu
fuerza que aligera.
En el alto gozoso
del camino,
demos gracias a
Dios, que nos concede
la esperanza sin
fin del don divino;
todo lo puede en
él quien nada puede. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Los
profetas anunciaron que el Salvador nacería de María Virgen.
Salmo 119 - DESEO
DE LA PAZ
En mi aflicción
llamé al Señor,
y él me respondió.
Líbrame, Señor, de
los labios mentirosos,
de la lengua
traidora.
¿Qué te va a dar o
a mandar Dios,
lengua traidora?
Flechas de
arquero, afiladas
con ascuas de
retama.
¡Ay de mí,
desterrado en Masac,
acampado en Cadar!
Demasiado llevo
viviendo
con los que odian
la paz;
cuando yo digo:
«Paz»,
ellos dicen:
«Guerra».
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 120 - EL
GUARDIÁN DEL PUEBLO.
Levanto mis ojos a
los montes:
¿de dónde me
vendrá el auxilio?
El auxilio me
viene del Señor,
que hizo el cielo
y la tierra.
No permitirá que
resbale tu pie,
tu guardián no
duerme;
no duerme ni
reposa
el guardián de
Israel.
El Señor te guarda
a su sombra,
está a tu derecha;
de día el sol no
te hará daño,
ni la luna de
noche.
El Señor te guarda
de todo mal,
él guarda tu alma;
el Señor guarda
tus entradas y salidas,
ahora y por
siempre.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 121 LA
CIUDAD SANTA DE JERUSALÉN
¡Qué alegría
cuando me dijeron:
«Vamos a la casa
del Señor»!
Ya están pisando
nuestros pies
tus umbrales,
Jerusalén.
Jerusalén está
fundada
como ciudad bien
compacta.
Allá suben las
tribus,
las tribus del
Señor,
según la costumbre
de Israel,
a celebrar el
nombre del Señor;
en ella están los
tribunales de justicia
en el palacio de
David.
Desead la paz a
Jerusalén:
«Vivan seguros los
que te aman,
haya paz dentro de
tus muros,
seguridad en tus
palacios.»
Por mis hermanos y
compañeros,
voy a decir: «La
paz contigo.»
Por la casa del
Señor, nuestro Dios,
te deseo todo
bien.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Los profetas
anunciaron que el Salvador nacería de María Virgen.
LECTURA BREVE
Is 2, 11
Los ojos
orgullosos serán humillados, será doblegada la arrogancia humana; sólo el Señor
será ensalzado aquel día.
V. Los gentiles
temerán tu nombre, Señor.
R. Los reyes del
mundo tu gloria.
ORACIÓN
OREMOS,
Concédenos, Dios
todopoderoso, que la ya cercana solemnidad del nacimiento de tu Hijo nos depare
los auxilios que necesitamos en esta vida y nos alcance el premio de la eterna
felicidad. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
CONCLUSIÓN
V. Bendigamos al
Señor.
R. Demos gracias a
Dios.
HORA
SEXTA
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven
en mi auxilio
R. Señor, date
prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno: OH SEÑOR,
DIOS ETERNO Y BONDADOSO
Oh Señor, Dios
eterno y bondadoso,
tú diriges los
tiempos y la vida;
son por ti
luminosas las mañanas,
con tu sol das el
fuego al mediodía.
Que tu paz se
derrame en nuestras almas
y que apague el
ardor de la discordia;
que descansen los
cuerpos fatigados,
anhelando el
reposo de tu gloria.
Tu amistad danos,
Padre omnipotente,
sea Cristo la
senda que sigamos,
ilumine el
Espíritu el desierto
en que todos a ti
peregrinamos. Amén.
SALMODIA
Ant 1. El Ángel
Gabriel saludó a María, diciendo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está
contigo, bendita tú entre las mujeres.»
Salmo 122 - EL
SEÑOR, ESPERANZA DEL PUEBLO
A ti levanto mis
ojos,
a ti que habitas
en el cielo.
Como están los
ojos de los esclavos
fijos en las manos
de sus señores,
como están los
ojos de la esclava
fijos en las manos
de su señora,
así están nuestros
ojos
en el Señor, Dios
nuestro,
esperando su
misericordia.
Misericordia,
Señor, misericordia,
que estamos
saciados de desprecios;
nuestra alma está
saciada
del sarcasmo de
los satisfechos,
del desprecio de
los orgullosos.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 123 -
NUESTRO AUXILIO ES EL NOMBRE DEL SEÑOR
Si el Señor no
hubiera estado de nuestra parte
-que lo diga
Israel-,
si el Señor no
hubiera estado de nuestra parte,
cuando nos asaltaban
los hombres,
nos habrían
tragado vivos:
tanto ardía su ira
contra nosotros.
Nos habrían
arrollado las aguas,
llegándonos el
torrente hasta el cuello;
nos habrían
llegado hasta el cuello
las aguas
espumantes.
Bendito el Señor,
que no nos entregó
como presa a sus
dientes;
hemos salvado la
vida como un pájaro
de la trampa del
cazador:
la trampa se
rompió y escapamos.
Nuestro auxilio es
el nombre del Señor,
que hizo el cielo
y la tierra.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 124 - EL
SEÑOR VELA POR SU PUEBLO.
Los que confían en
el Señor son como el monte Sión:
no tiembla, está
asentado para siempre.
Jerusalén está
rodeada de montañas,
y el Señor rodea a
su pueblo
ahora y por
siempre.
No pesará el cetro
de los malvados
sobre el lote de
los justos,
no sea que los
justos extiendan
su mano a la
maldad.
Señor, concede
bienes a los buenos,
a los sinceros de
corazón;
y a los que se
desvían por sendas tortuosas,
que los rechace el
Señor con los malhechores.
¡Paz a Israel!
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Ángel
Gabriel saludó a María, diciendo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está
contigo, bendita tú entre las mujeres.»
LECTURA BREVE
Is 12, 2
Él es mi Dios y
salvador: confiaré y no temeré, porque mi fuerza y mi poder es el Señor, él fue
mi salvación.
V. Acuérdate de
nosotros, Señor, por amor a tu pueblo.
R. Visítanos con
tu salvación.
ORACIÓN
OREMOS,
Concédenos, Dios
todopoderoso, que la ya cercana solemnidad del nacimiento de tu Hijo nos depare
los auxilios que necesitamos en esta vida y nos alcance el premio de la eterna
felicidad. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
CONCLUSIÓN
V. Bendigamos al
Señor.
R. Demos gracias a
Dios.
HORA
NONA
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven
en mi auxilio
R. Señor, date
prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno: OH DIOS,
TENAZ VIGOR DE TODA COSA
Oh Dios, tenaz
vigor de toda cosa,
que inmóvil en ti
mismo permaneces,
y que el orden del
tiempo determinas
por medio de la
luz que nace y muere.
Dígnate
concedernos, en la tarde,
Luz con que
nuestra vida nunca cese,
y haz que el bien
infinito de la gloria
siga a la gracia
de una santa muerte.
Glorificado seas,
Jesucristo,
nacido del más
puro y santo vientre,
y que sean también
glorificados
el Padre y el
Espíritu por siempre. Amén.
SALMODIA
Ant 1. María dijo:
«¿Qué significa este saludo? Me quedo perpleja ante estas palabras de que daré
a luz un Rey sin perder mi virginidad.»
Salmo 118, 105-112
- HIMNO A LA LEY DIVINA
Lámpara es tu
palabra para mis pasos,
luz en mi sendero;
lo juro y lo
cumpliré:
guardaré tus
justos mandamientos;
¡estoy tan
afligido!
Señor, dame vida
según tu promesa.
Acepta, Señor, los
votos que pronuncio,
enséñame tus
mandatos;
mi vida está
siempre en peligro,
pero no olvido tu
voluntad;
los malvados me
tendieron un lazo,
pero no me desvié
de tus decretos.
Tus preceptos son
mi herencia perpetua,
la alegría de mi
corazón;
inclino mi corazón
a cumplir tus leyes,
siempre y
cabalmente.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 69 - DIOS
MÍO, VEN EN MI AUXILIO
Dios mío, dígnate
librarme;
Señor, date prisa
en socorrerme.
Sufran una derrota
ignominiosa
los que me
persiguen a muerte;
vuelvan la espalda
afrentados
los que traman mi
daño;
que se retiren
avergonzados
los que se ríen de
mí.
Alégrense y gocen
contigo
todos los que te
buscan;
y digan siempre:
«Dios es grande»
los que desean tu
salvación.
Yo soy pobre y
desdichado:
Dios mío,
socórreme,
que tú eres mi
auxilio y mi liberación.
¡Señor, no tardes!
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 74 - EL
SEÑOR, JUEZ SUPREMO
Te damos gracias,
¡oh Dios!, te damos gracias,
invocando tu
nombre, pregonando tus maravillas.
«Cuando elija la
ocasión,
yo juzgaré
rectamente.
Aunque tiemble la
tierra con sus habitantes,
yo he afianzado
sus columnas.»
Digo a los
jactanciosos: no os jactéis;
a los malvados: no
alcéis la testuz,
no alcéis la
testuz contra el cielo,
no digáis insolencias
contra la Roca.
La justicia no
vendrá
ni del oriente ni
del occidente,
ni del desierto ni
de los montes,
sólo Dios
gobierna:
a uno humilla, a
otro ensalza.
El Señor tiene una
copa en la mano,
un vaso lleno de
vino drogado:
lo da a beber
hasta las heces
a todos los
malvados de la tierra.
Y yo siempre
proclamaré su grandeza,
y tañeré para el
Dios de Jacob:
derribaré el poder
de los malvados,
y se alzará el
poder del justo.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. María dijo:
«¿Qué significa este saludo? Me quedo perpleja ante estas palabras de que daré
a luz un Rey sin perder mi virginidad.»
LECTURA BREVE
Dn 9, 19
¡Señor, escucha!
¡Señor, perdona! ¡Señor, atiende y obra! ¡No tardes más, por ti mismo, oh Dios
mío, pues tu nombre se invoca sobre tu pueblo!
V. Ven, Señor, y
no tardes.
R. Perdona los
pecados de tu pueblo.
ORACIÓN
OREMOS,
Concédenos, Dios
todopoderoso, que la ya cercana solemnidad del nacimiento de tu Hijo nos depare
los auxilios que necesitamos en esta vida y nos alcance el premio de la eterna
felicidad. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
CONCLUSIÓN
V. Bendigamos al
Señor.
R. Demos gracias a
Dios.
VÍSPERAS
(Oración de la
tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven
en mi auxilio
R. Señor, date
prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno: VERBO DE
DIOS, ETERNA LUZ DIVINA.
Verbo de Dios,
eterna luz divina,
fuente eternal de
toda verdad pura,
gloria de Dios,
que el cosmos ilumina,
antorcha toda luz
en noche oscura.
Palabra
eternamente pronunciada
en la mente del
Padre, ¡oh regocijo!,
que en el tiempo a
los hombres nos fue dada
en el seno de
Virgen, hecha Hijo.
Las tinieblas de
muerte y de pecado,
en que yacía el
hombre, así vencido,
su verdad y su luz
han disipado,
con su vida y su
muerte ha redimido.
Con destellos de
luz que Dios envía,
no dejéis de
brillar, faros divinos;
de los hombres y
pueblos sed su guía,
proclamad la
verdad en los caminos. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Los que
sembraban con lágrimas cosechan entre cantares.
Salmo 125 - DIOS,
ALEGRÍA Y ESPERANZA NUESTRA.
Cuando el Señor
cambió la suerte de Sión,
nos parecía soñar:
la boca se nos
llenaba de risas,
la lengua de
cantares.
Hasta los gentiles
decían:
«El Señor ha
estado grande con ellos.»
El Señor ha estado
grande con nosotros,
y estamos alegres.
Que el Señor
cambie nuestra suerte
como los torrentes
del Negueb.
Los que sembraban
con lágrimas
cosechan entre
cantares.
Al ir, iban
llorando,
llevando la
semilla;
al volver, vuelven
cantando,
trayendo sus
gavillas.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Los que
sembraban con lágrimas cosechan entre cantares.
Ant 2. Que el
Señor nos construya la casa y nos guarde la ciudad.
Salmo 126 - EL
ESFUERZO HUMANO ES INÚTIL SIN DIOS.
Si el Señor no
construye la casa,
en vano se cansan
los albañiles;
si el Señor no
guarda la ciudad,
en vano vigilan
los centinelas.
Es inútil que
madruguéis,
que veléis hasta
muy tarde,
los que coméis el
pan de vuestros sudores:
¡Dios lo da a sus
amigos mientras duermen!
La herencia que da
el Señor son los hijos;
una recompensa es
el fruto de las entrañas:
son saetas en mano
de un guerrero
los hijos de la
juventud.
Dichoso el hombre
que llena
con ellas su
aljaba:
no quedará
derrotado cuando litigue
con su adversario
en la plaza.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Que el Señor
nos construya la casa y nos guarde la ciudad.
Ant 3. Él es el
primogénito de toda creatura, es el primero en todo.
Cántico: HIMNO A
CRISTO, PRIMOGÉNITO DE TODA CREATURA Y PRIMER RESUCITADO DE ENTRE LOS MUERTOS.
Cf. Col 1, 12-20
Damos gracias a
Dios Padre,
que nos ha hecho
capaces de compartir
la herencia del
pueblo santo en la luz.
Él nos ha sacado
del dominio de las tinieblas,
y nos ha
trasladado al reino de su Hijo querido,
por cuya sangre
hemos recibido la redención,
el perdón de los
pecados.
Él es imagen de
Dios invisible,
primogénito de
toda creatura;
pues por medio de
él fueron creadas todas las cosas:
celestes y
terrestres, visibles e invisibles,
Tronos,
Dominaciones, Principados, Potestades;
todo fue creado
por él y para él.
Él es anterior a todo,
y todo se mantiene en él.
Él es también la
cabeza del cuerpo de la Iglesia.
Él es el
principio, el primogénito de entre los muertos,
y así es el
primero en todo.
Porque en él quiso
Dios que residiera toda plenitud.
Y por él quiso
reconciliar consigo todas las cosas:
haciendo la paz
por la sangre de su cruz
con todos los
seres, así del cielo como de la tierra.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Él es el
primogénito de toda creatura, es el primero en todo.
LECTURA BREVE
St 3, 17-18
La sabiduría que
viene de arriba ante todo es pura y, además, es amante de la paz, comprensiva,
dócil, llena de misericordia y buenas obras, constante, sincera. Los que
procuran la paz están sembrando la paz; y su fruto es la justicia.
RESPONSORIO BREVE
V. En la asamblea
le da la palabra.
R. En la asamblea
le da la palabra.
V. Lo llena de
espíritu, sabiduría e inteligencia.
R. Le da la
palabra.
V. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. En la asamblea
le da la palabra.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Oh doctor
admirable, luz de la Iglesia santa, san Juan de la Cruz, fiel cumplidor de la
ley, ruega por nosotros al Hijo de Dios.
Cántico de María.
ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma
la grandeza del Señor,
se alegra mi
espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado
la humillación de su esclava.
Desde ahora me
felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso
ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es
santo,
y su misericordia
llega a sus fieles
de generación en
generación.
El hace proezas
con su brazo:
dispersa a los
soberbios de corazón,
derriba del trono
a los poderosos
y enaltece a los
humildes,
a los hambrientos
los colma de bienes
y a los ricos los
despide vacíos.
Auxilia a Israel,
su siervo,
acordándose de su
misericordia
-como lo había
prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham
y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Oh doctor
admirable, luz de la Iglesia santa, san Juan de la Cruz, fiel cumplidor de la
ley, ruega por nosotros al Hijo de Dios.
PRECES
Glorifiquemos a
Cristo, constituido pontífice en favor de los hombres en lo que se refiere a
Dios, y supliquémosle humildemente diciendo:
Salva a tu pueblo,
Señor.
Tú que por medio
de pastores santos y eximios has glorificado a tu Iglesia,
haz que todos los
cristianos resplandezcan por su virtud.
Tú que por la
oración de los santos pastores, que a semejanza de Moisés oraban por el pueblo,
perdonaste los pecados de tus fieles,
purifica y santifica
también ahora a la santa Iglesia por la intercesión de los santos.
Tú que de entre
los fieles elegiste a los santos pastores y, por tu Espíritu, los consagraste
como ministros en bien de sus hermanos,
llena también de
tu Espíritu a todos los pastores del pueblo de Dios.
Tú que fuiste la
heredad de los santos pastores,
no permitas que
ninguno de los que fueron adquiridos por tu sangre viva alejado de ti.
Se pueden añadir
algunas intenciones libres
Tú que por medio
de los pastores de la Iglesia das la vida eterna a tus ovejas para que nadie
las arrebate de tu mano,
salva a los
difuntos, por quienes entregaste tu vida.
Digamos juntos la
oración que Cristo nos enseñó como modelo de toda oración:
Padre nuestro...
ORACION
Oh Dios, que
inspiraste a san Juan un amor extraordinario a la cruz y a la renuncia de sí
mismo, concédenos seguir incesantemente su ejemplo, para alcanzar la gloria
eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos
bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
COMPLETAS
(Oración antes del
descanso nocturno)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven
en mi auxilio
R. Señor, date
prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
EXAMEN DE
CONCIENCIA
Hermanos, habiendo
llegado al final de esta jornada que Dios nos ha concedido, reconozcamos
sinceramente nuestros pecados.
Yo confieso ante
Dios todopoderoso
y ante vosotros,
hermanos,
que he pecado
mucho
de pensamiento,
palabra, obra y omisión:
por mi culpa, por
mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso ruego a
santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a
los santos y a vosotros, hermanos,
que intercedáis
por mí ante Dios, nuestro Señor.
V. El Señor
todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos
lleve a la vida eterna.
R. Amén.
Himno: CUANDO
ACABAMOS EL DÍA
Cuando acabamos el
día
te suplicamos,
Señor,
nos hagas de
centinela
y otorgues tu
protección.
Que te sintamos:
contigo
sueñe nuestro
corazón
para cantar tus
loores
de nuevo al salir
el sol.
Danos vida
saludable,
alienta nuestro
calor,
tu claridad
ilumine
la oscuridad que
llegó.
Dánoslo, Padre
piadoso,
por Jesucristo, el
Señor,
que reina con el
Espíritu
Santo vivificador.
Amén.
SALMODIA
Ant 1. Sé tú,
Señor, la roca de mi refugio, un baluarte donde me salve.
Salmo 30, 2-6 -
SÚPLICA CONFIADA Y ACCIÓN DE GRACIAS.
A ti, Señor, me
acojo:
no quede yo nunca
defraudado;
tú, que eres
justo, ponme a salvo,
inclina tu oído
hacia mí;
ven aprisa a
librarme,
sé la roca de mi
refugio,
un baluarte donde
me salve,
tú que eres mi
roca y mi baluarte;
por tu nombre
dirígeme y guíame:
sácame de la red
que me han tendido,
porque tú eres mi
amparo.
En tus manos
encomiendo mi espíritu:
tú, el Dios leal,
me librarás.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Sé tú, Señor,
la roca de mi refugio, un baluarte donde me salve.
Ant 2. Desde lo
hondo a ti grito, Señor.
Salmo 129 - DESDE
LO HONDO A TI GRITO, SEÑOR.
Desde lo hondo a
ti grito, Señor;
Señor, escucha mi
voz;
estén tus oídos
atentos
a la voz de mi
súplica.
Si llevas cuenta
de los delitos, Señor,
¿quién podrá
resistir?
Pero de ti procede
el perdón,
y así infundes
respeto.
Mi alma espera en
el Señor,
espera en su
palabra;
mi alma aguarda al
Señor,
más que el
centinela la aurora.
Aguarde Israel al
Señor,
como el centinela
la aurora;
porque del Señor
viene la misericordia,
la redención
copiosa;
y él redimirá a
Israel
de todos sus
delitos.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Desde lo
hondo a ti grito, Señor.
LECTURA BREVE
Ef 4, 26-27
No lleguéis a
pecar; que la puesta del sol no os sorprenda en vuestro enojo. No dejéis lugar
al diablo.
RESPONSORIO BREVE
V. En tus manos,
Señor, encomiendo mi espíritu.
R. En tus manos,
Señor, encomiendo mi espíritu.
V. Tú, el Dios
leal, nos librarás.
R. Te encomiendo
mi espíritu.
V. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. En tus manos,
Señor, encomiendo mi espíritu.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Sálvanos,
Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y
descansemos en paz.
CÁNTICO DE SIMEÓN
Lc 2, 29-32
Ahora, Señor,
según tu promesa,
puedes dejar a tu
siervo irse en paz,
porque mis ojos
han visto a tu Salvador,
a quien has
presentado ante todos los pueblos
luz para alumbrar
a las naciones
y gloria de tu
pueblo Israel.
Gloria al Padre, y
al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Sálvanos,
Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y
descansemos en paz.
ORACION
OREMOS,
Señor Jesucristo,
tú que eres manso y humilde de corazón ofreces a los que vienen a ti un yugo
llevadero y una carga ligera; dígnate, pues, aceptar los deseos y las acciones
del día que hemos terminado: que podamos descansar durante la noche para que
así, renovado nuestro cuerpo y nuestro espíritu, perseveremos constantes en tu
servicio. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
BENDICIÓN
V. El Señor
todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte.
R. Amén.
ANTIFONA FINAL DE LA
SANTISIMA VIRGEN
Salve, Reina de
los cielos
y Señora de los
ángeles;
salve raíz, salve
puerta,
que dio paso a
nuestra luz.
Alégrate, virgen
gloriosa,
entre todas la más
bella;
salve, agraciada
doncella,
ruega a Cristo por
nosotros.
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