Del Propio del día - Salterio IV
OFICIO DE LECTURA
Si el Oficio de Lectura es la primera oración del
día:
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Se añade el Salmo del Invitatorio con la siguiente
antífona:
Ant. Hoy sabréis que vendrá el Señor, y mañana
veréis su gloria.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
Si antes del Oficio de lectura se ha rezado ya
alguna otra Hora:
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno: ALEGRÍA DE NIEVE
Alegría de nieve
por los caminos.
Todo espera la gracia
del Bien Nacido.
Miserables los hombres,
dura la tierra.
Cuanta más nieve cae,
más cielo cerca.
La tierra tan dormida
ya se despierta.
Y hasta el hombre más muerto
se despereza.
Ya los montes se allanan
y las colinas,
y el corazón del hombre
vuelve a la vida.
Gloria al Padre y al Hijo,
gloria al Espíritu,
que han mirado a la tierra
compadecidos. Amén.
SALMODIA
Ant 1. No fue su brazo el que les dio la victoria,
sino tu diestra y la luz de tu rostro.
Salmo 43 I ORACIÓN DEL PUEBLO DE DIOS QUE SUFRE ENTREGADO
A SUS ENEMIGOS
¡Oh Dios!, nuestros oídos lo oyeron,
nuestros padres nos lo han contado:
la obra que realizaste en sus días,
en los años remotos.
Tú mismo, con tu mano, desposeíste a los gentiles,
y los plantaste a ellos;
trituraste a las naciones,
y los hiciste crecer a ellos.
Porque no fue su espada la que ocupó la tierra,
ni su brazo el que les dio la victoria;
sino tu diestra y tu brazo y la luz de tu rostro,
porque tú los amabas.
Mi rey y mi Dios eres tú,
que das la victoria a Jacob:
con tu auxilio embestimos al enemigo,
en tu nombre pisoteamos al agresor.
Pues yo no confío en mi arco,
ni mi espada me da la victoria;
tú nos das la victoria sobre el enemigo
y derrotas a nuestros adversarios.
Dios ha sido siempre nuestro orgullo,
y siempre damos gracias a tu nombre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
Ant. No fue su brazo el que les dio la victoria,
sino tu diestra y la luz de tu rostro.
Ant 2. No apartará el Señor su rostro de vosotros,
si os convertís a él.
Salmo 43 II
Ahora, en cambio, nos rechazas y nos avergüenzas,
y ya no sales, Señor, con nuestras tropas:
nos haces retroceder ante el enemigo,
y nuestro adversario nos saquea.
Nos entregas como ovejas a la matanza
y nos has dispersado por las naciones;
vendes a tu pueblo por nada,
no lo tasas muy alto.
Nos haces el escarnio de nuestros vecinos,
irrisión y burla de los que nos rodean;
nos has hecho el refrán de los gentiles,
nos hacen muecas las naciones.
Tengo siempre delante mi deshonra,
y la vergüenza me cubre la cara
al oír insultos e injurias,
al ver a mi rival y a mi enemigo.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
Ant. No apartará el Señor su rostro de vosotros, si
os convertís a él.
Ant 3. Levántate, Señor, no nos rechaces más.
Salmo 43 III
Todo esto nos viene encima,
sin haberte olvidado
ni haber violado tu alianza,
sin que se volviera atrás nuestro corazón
ni se desviaran de tu camino nuestros pasos;
y tú nos arrojaste a un lugar de chacales
y nos cubriste de tinieblas.
Si hubiéramos olvidado el nombre de nuestro Dios
y extendido las manos a un dios extraño,
el Señor lo habría averiguado,
pues él penetra los secretos del corazón.
Por tu causa nos degüellan cada día,
nos tratan como a ovejas de matanza.
Despierta, Señor, ¿por qué duermes?
Levántate, no nos rechaces más.
¿Por qué nos escondes tu rostro
y olvidas nuestra desgracia y opresión?
Nuestro aliento se hunde en el polvo,
nuestro vientre está pegado al suelo.
Levántate a socorrernos,
redímenos por tu misericordia.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
Ant. Levántate, Señor, no nos rechaces más.
V. El Señor anuncia su palabra a Jacob.
R. Sus decretos y mandatos a Israel.
PRIMERA LECTURA
Del libro del profeta Isaías 51, 17 -- 52, 1-2.
7-10
JERUSALÉN ES EVANGELIZADA
Despierta, despierta, ponte en pie, Jerusalén, que
bebiste de la mano del Señor la copa de su ira y apuraste hasta el fondo el
cáliz del vértigo. Entre los hijos que engendró, no hay quien la guíe; entre
los hijos que crió, no hay quien la lleve de la mano.
Esos dos males te han sucedido: saqueo y
destrucción, hambre y espada: ¿quién se compadece de ti?, ¿quién te consuela?
Tus hijos yacen desfallecidos en las esquinas de las calles, como antílopes en
la red, repletos de la ira del Señor, de la amenaza de tu Dios.
Por tanto, escucha esto, pobrecilla, embriagada,
mas no de vino. Así dice el Señor, tu Dios, defensor de tu pueblo:
«Mira, yo quito de tu mano la copa del vértigo, no
volverás a beber del vaso de mi ira; lo pondré en la mano de tus verdugos, que
te decían: "Póstrate para que paseemos encima"; y tú presentabas la
espalda como suelo, como calzada para los transeúntes.»
Despierta, despierta; revístete de fortaleza, Sión;
vístete el traje de gala, Jerusalén, ciudad santa; porque no volverán a entrar
en ti incircuncisos ni impuros.
Sacúdete el polvo, ponte en pie, Jerusalén cautiva;
desata las correas de tu cuello, cautiva hija de Sión. ¡Qué hermosos son sobre
los montes los pies del mensajero que anuncia la paz, que trae la dicha, que
anuncia la salvación, que dice a Sión: «Ya reina tu Dios»!
Escucha: tus vigías gritan, cantan a coro, porque
ven cara a cara al Señor que vuelve a Sión.
Prorrumpid a una en gritos de júbilo, soledades de
Jerusalén, porque el Señor consuela a su pueblo y ha rescatado a Jerusalén: el
Señor desnuda su santo brazo a la vista de todas las naciones, y verán los
confines de la tierra la victoria de nuestro Dios.
RESPONSORIO Cf. Ex 19, 10. 11; Dt 7,
15; cf. Dn 9, 24
R. Purificaos, hijos de Israel: porque mañana
descenderá el Señor, * y alejará de vosotros toda enfermedad.
V. Mañana quedará borrada la iniquidad de la tierra
y sobre nosotros reinará el Salvador del mundo.
R. Y alejará de vosotros toda enfermedad.
SEGUNDA LECTURA
De los Sermones de san Agustín, obispo
(Sermón 185: PL 38, 997-999)
LA VERDAD BROTA DE LA TIERRA Y LA JUSTICIA MIRA
DESDE EL CIELO
Despierta, hombre: por ti Dios se hizo hombre.
Despierta, tú que duermes, surge de entre los muertos; y Cristo con su luz te
alumbrará. Te lo repito: por ti Dios se hizo hombre.
Estarías muerto para siempre, si él no hubiera
nacido en el tiempo. Nunca hubieras sido librado de la carne del pecado, si él
no hubiera asumido una carne semejante a la del pecado. Estarías condenado a
una miseria eterna, si no hubieras recibido tan gran misericordia. Nunca
hubieras vuelto a la vida, si él no se hubiera sometido voluntariamente a tu
muerte. Hubieras perecido, si él no te hubiera auxiliado. Estarías perdido sin
remedio, si él no hubiera venido a salvarte.
Celebremos, pues, con alegría la venida de nuestra
salvación y redención. Celebremos este día de fiesta, en el cual el grande y
eterno Día, engendrado por el que también es grande y eterno Día, vino al día
tan breve de esta nuestra vida temporal.
Él se ha hecho para nosotros justicia,
santificación y redención. y así -como dice la Escritura- «el que se gloria que
se gloríe en el Señor.»
La verdad brota, realmente, de la tierra, pues
Cristo, que dijo: Yo soy la verdad, nació de la Virgen. Y la justicia mira
desde el cielo, pues nadie es justificado por si mismo, sino por su fe en aquel
que por nosotros ha nacido. La verdad brota de la tierra, porque la Palabra se
hizo carne. Y la justicia mira desde el cielo, porque toda dádiva preciosa y
todo don perfecto provienen de arriba. La verdad brota de la tierra, es decir,
la carne de Cristo es engendrada en María. Y la justicia mira desde el cielo,
porque nadie puede apropiarse nada, si no le es dado del cielo.
Ya que hemos recibido la justificación por la fe,
estamos en paz con Dios, porque la justicia y la paz se besan. Por medio de
nuestro Señor Jesucristo, porque la verdad brota de la tierra. Por él hemos
obtenido el acceso a esta gracia en que estamos: y nos gloriamos apoyados en la
esperanza de la gloria de Dios. Fíjate que no dice «nuestra gloria», sino la
gloria de Dios, porque la justicia no procede de nosotros, sino que mira desde
el cielo. Por ello el que se gloria que se gloríe no en sí mismo, sino en el
Señor.
Por eso también, cuando el Señor nació de la
Virgen, los ángeles entonaron este himno: Gloria a Dios en el cielo, y en la
tierra paz a los hombres que ama el Señor.
¿Cómo vino la paz a la tierra? Sin duda porque la
verdad brota de la tierra, es decir, Cristo nace de María. Él es nuestra paz,
él ha hecho de los dos pueblos una sola cosa, para que todos seamos hombres de
buena voluntad, unidos unos a los otros con el suave vínculo de la unidad.
Alegrémonos, pues, por este don, para que nuestra gloria sea el testimonio que
nos da nuestra conciencia; y así nos gloriaremos en el Señor, y no en nosotros.
Por eso dice el salmista: Tú eres mi gloria, tú mantienes alta mi cabeza.
¿Qué mayor gracia pudo hacernos Dios? Teniendo un
Hijo único lo hizo Hijo del hombre, para que el hijo del hombre se hiciera hijo
de Dios.
Busca dónde está tu mérito, busca de dónde procede,
busca cuál es tu justicia: y verás que no puedes encontrar otra cosa que no sea
pura gracia de Dios.
RESPONSORIO Is 11, 1. 5. 2
R. Saldrá un renuevo del tronco de Jesé, y de su
raíz brotará un vástago. * La justicia será el ceñidor de su cintura, y la
lealtad el cinturón de sus caderas.
V. Sobre él se posará el espíritu del Señor:
espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de
fortaleza.
R. La justicia será el ceñidor de su cintura, y la
lealtad el cinturón de sus caderas.
ORACIÓN.
OREMOS,
Jesús, Señor nuestro, ven pronto, no tardes más,
para que se reanimen con tu venida los que confían en tu amor. Tú que vives y
reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios, por los siglos
de los siglos.
Amén
CONCLUSIÓN
V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
INVITATORIO
Ant. Hoy sabréis que vendrá el Señor, y mañana
veréis su gloria.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
Himno: QUE VIENE CRISTO REPITEN.
Que viene Cristo repiten
con su clamor los profetas,
previniendo que la gracia
de la redención se acerca.
Se anuncia nuestro mañana,
los corazones se alegran,
anunciadores de gloria
miles de voces resuenan.
Fue el primer advenimiento
no de castigo ni de pena,
sino por curar heridas
salvando a quién pereciera.
Mas que ha de venir de nuevo
su venida nos alerta,
a coronar a los justos
y a darles la recompensa.
Luz perenne se nos brinda,
la salvación centellea,
y un resplandor nos convoca
a las mansiones etéreas.
Oh Cristo, anhelamos verte
cual Dios en visión perpetua,
porque este gozo será
bienaventuranza eterna. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Tú Belén, tierra de Judá, de ningún modo
eres la menor, porque de ti saldrá un jefe, que gobernará a mi pueblo Israel.
Salmo 142, 1-11 - LAMENTACIÓN Y SÚPLICA ANTE LA
ANGUSTIA
Señor, escucha mi oración;
tú que eres fiel, atiende a mi súplica;
tú que eres justo, escúchame.
No llames a juicio a tu siervo,
pues ningún hombre vivo es inocente frente a ti.
El enemigo me persigue a muerte,
empuja mi vida al sepulcro,
me confina a las tinieblas
como a los muertos ya olvidados.
mi aliento desfallece,
mi corazón dentro de mí está yerto.
Recuerdo los tiempos antiguos,
medito todas tus acciones,
considero las obras de tus manos
y extiendo mis brazos hacia ti:
tengo sed de ti como tierra reseca.
Escúchame en seguida, Señor,
que me falta el aliento.
No me escondas tu rostro,
igual que a los que bajan a la fosa.
En la mañana hazme escuchar tu gracia,
ya que confío en ti;
indícame el camino que he de seguir,
pues levanto mi alma a ti.
Líbrame del enemigo, Señor,
que me refugio en ti.
Enséñame a cumplir tu voluntad,
ya que tú eres mi Dios.
Tu espíritu, que es bueno,
me guíe por tierra llana.
Por tu nombre, Señor, consérvame vivo;
por tu clemencia, sácame de la angustia.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
Ant. Tú Belén, tierra de Judá, de ningún modo eres la
menor, porque de ti saldrá un jefe, que gobernará a mi pueblo Israel.
Ant 2. Levantaos, alzad la cabeza; se acerca
vuestra liberación.
Cántico: CONSUELO Y GOZO PARA LA CIUDAD SANTA. Is
66, 10-14a
Festejad a Jerusalén, gozad con ella,
todos los que la amáis,
alegraos de su alegría,
los que por ella llevasteis luto;
a su pecho seréis alimentados
y os saciaréis de sus consuelos
y apuraréis las delicias
de sus pechos abundantes.
Porque así dice el Señor:
«Yo haré derivar hacia ella
como un río la paz,
como un torrente en crecida,
las riquezas de las naciones.
Llevarán en brazos a sus criaturas
y sobre las rodillas las acariciarán;
como a un niño a quien su madre consuela,
así os consolaré yo
y en Jerusalén seréis consolados.
Al verlo se alegrará vuestro corazón
y vuestros huesos florecerán como un prado.»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
Ant. Levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra
liberación.
Ant 3. «Mañana será el día de vuestra salvación»,
dice el Señor de los ejércitos.
Salmo 146 - PODER Y BONDAD DEL SEÑOR
Alabad al Señor, que la música es buena;
nuestro Dios merece una alabanza armoniosa.
El Señor reconstruye Jerusalén,
reúne a los deportados de Israel;
él sana los corazones destrozados,
venda sus heridas.
Cuenta el número de las estrellas,
a cada una la llama por su nombre.
Nuestro Señor es grande y poderoso,
su sabiduría no tiene medida.
El Señor sostiene a los humildes,
humilla hasta el polvo a los malvados.
Entonad la acción de gracias al Señor,
tocad la cítara para nuestro Dios,
que cubre el cielo de nubes,
preparando la lluvia para la tierra;
que hace brotar hierba en los montes,
para los que sirven al hombre;
que da su alimento al ganado,
y a las crías de cuervo que graznan.
No aprecia el vigor de los caballos,
no estima los músculos del hombre:
el Señor aprecia a sus fieles,
que confían en su misericordia.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
Ant. «Mañana será el día de vuestra salvación»,
dice el Señor de los ejércitos.
LECTURA BREVE Is 11, 1-3a
Saldrá un renuevo del tronco de Jesé, y de su raíz
brotará un vástago. Sobre él se posará el espíritu del Señor: espíritu de
sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de fortaleza, espíritu de
ciencia y de temor del Señor.
RESPONSORIO BREVE
V. Mañana quedará borrada la iniquidad de la
tierra.
R. Mañana quedará borrada la iniquidad de la
tierra.
V. Y sobre nosotros reinará el Salvador del mundo.
R. Quedará borrada la iniquidad de la tierra.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Mañana quedará borrada la iniquidad de la
tierra.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. A María le llegó el tiempo de su
alumbramiento, y dio a luz a su Hijo primogénito.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con
nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
Ant. A María le llegó el tiempo de su
alumbramiento, y dio a luz a su Hijo primogénito.
PRECES
Hermanos, oremos con todo nuestro espíritu a Cristo
redentor, que vendrá con gran poder y gloria, y digámosle:
Ven, Señor Jesús.
Señor Jesucristo, que vendrás con poder desde el
cielo,
mira nuestra pequeñez y haz que seamos dignos de
tus dones.
Tú que viniste a anunciar la Buena Noticia a los
hombres,
danos fuerza para que también nosotros anunciemos
el Evangelio a nuestros hermanos.
Tú que desde el trono del Padre todo lo gobiernas,
haz que aguardemos con alegría la dicha que
esperamos, tu aparición gloriosa.
Consuélanos, Señor, con los dones de tu divinidad,
a los que anhelamos la gracia de tu venida.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Pidamos que el reino de Dios llegue a todos los
hombres:
Padre nuestro...
ORACION
Jesús, Señor nuestro, ven pronto, no tardes más,
para que se reanimen con tu venida los que confían en tu amor. Tú que vives y
reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios, por los siglos
de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y
nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
HORA TERCIA
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno: EL TRABAJO, SEÑOR, DE CADA DÍA
El trabajo, Señor, de cada día
nos sea por tu amor santificado,
convierte su dolor en alegría
de amor, que para dar tú nos has dado.
Paciente y larga es nuestra tarea
en la noche oscura del amor que espera;
dulce huésped del alma, al que flaquea
dale tu luz, tu fuerza que aligera.
En el alto gozoso del camino,
demos gracias a Dios, que nos concede
la esperanza sin fin del don divino;
todo lo puede en él quien nada puede. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Los profetas anunciaron que el Salvador
nacería de María Virgen.
Salmo 119 - DESEO DE LA PAZ
En mi aflicción llamé al Señor,
y él me respondió.
Líbrame, Señor, de los labios mentirosos,
de la lengua traidora.
¿Qué te va a dar o a mandar Dios,
lengua traidora?
Flechas de arquero, afiladas
con ascuas de retama.
¡Ay de mí, desterrado en Masac,
acampado en Cadar!
Demasiado llevo viviendo
con los que odian la paz;
cuando yo digo: «Paz»,
ellos dicen: «Guerra».
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
Salmo 120 - EL GUARDIÁN DEL PUEBLO.
Levanto mis ojos a los montes:
¿de dónde me vendrá el auxilio?
El auxilio me viene del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.
No permitirá que resbale tu pie,
tu guardián no duerme;
no duerme ni reposa
el guardián de Israel.
El Señor te guarda a su sombra,
está a tu derecha;
de día el sol no te hará daño,
ni la luna de noche.
El Señor te guarda de todo mal,
él guarda tu alma;
el Señor guarda tus entradas y salidas,
ahora y por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
Salmo 121 LA CIUDAD SANTA DE JERUSALÉN
¡Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor»!
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén.
Jerusalén está fundada
como ciudad bien compacta.
Allá suben las tribus,
las tribus del Señor,
según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia
en el palacio de David.
Desead la paz a Jerusalén:
«Vivan seguros los que te aman,
haya paz dentro de tus muros,
seguridad en tus palacios.»
Por mis hermanos y compañeros,
voy a decir: «La paz contigo.»
Por la casa del Señor, nuestro Dios,
te deseo todo bien.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
Ant. Los profetas anunciaron que el Salvador
nacería de María Virgen.
LECTURA BREVE Is 4, 2
Aquel día, el vástago del Señor será joya y gloria,
fruto del país, honor y ornamento para los supervivientes de Israel.
V. Los gentiles temerán tu nombre, Señor.
R. Los reyes del mundo tu gloria.
ORACIÓN
OREMOS,
Jesús, Señor nuestro, ven pronto, no tardes más,
para que se reanimen con tu venida los que confían en tu amor. Tú que vives y
reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
CONCLUSIÓN
V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.
HORA SEXTA
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno: OH SEÑOR, DIOS ETERNO Y BONDADOSO
Oh Señor, Dios eterno y bondadoso,
tú diriges los tiempos y la vida;
son por ti luminosas las mañanas,
con tu sol das el fuego al mediodía.
Que tu paz se derrame en nuestras almas
y que apague el ardor de la discordia;
que descansen los cuerpos fatigados,
anhelando el reposo de tu gloria.
Tu amistad danos, Padre omnipotente,
sea Cristo la senda que sigamos,
ilumine el Espíritu el desierto
en que todos a ti peregrinamos. Amén.
SALMODIA
Ant 1. El Ángel Gabriel saludó a María, diciendo:
«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo, bendita tú entre las
mujeres.»
Salmo 122 - EL SEÑOR, ESPERANZA DEL PUEBLO
A ti levanto mis ojos,
a ti que habitas en el cielo.
Como están los ojos de los esclavos
fijos en las manos de sus señores,
como están los ojos de la esclava
fijos en las manos de su señora,
así están nuestros ojos
en el Señor, Dios nuestro,
esperando su misericordia.
Misericordia, Señor, misericordia,
que estamos saciados de desprecios;
nuestra alma está saciada
del sarcasmo de los satisfechos,
del desprecio de los orgullosos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
Salmo 123 - NUESTRO AUXILIO ES EL NOMBRE DEL SEÑOR
Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte
-que lo diga Israel-,
si el Señor no hubiera estado de nuestra parte,
cuando nos asaltaban los hombres,
nos habrían tragado vivos:
tanto ardía su ira contra nosotros.
Nos habrían arrollado las aguas,
llegándonos el torrente hasta el cuello;
nos habrían llegado hasta el cuello
las aguas espumantes.
Bendito el Señor, que no nos entregó
como presa a sus dientes;
hemos salvado la vida como un pájaro
de la trampa del cazador:
la trampa se rompió y escapamos.
Nuestro auxilio es el nombre del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
Salmo 124 - EL SEÑOR VELA POR SU PUEBLO.
Los que confían en el Señor son como el monte Sión:
no tiembla, está asentado para siempre.
Jerusalén está rodeada de montañas,
y el Señor rodea a su pueblo
ahora y por siempre.
No pesará el cetro de los malvados
sobre el lote de los justos,
no sea que los justos extiendan
su mano a la maldad.
Señor, concede bienes a los buenos,
a los sinceros de corazón;
y a los que se desvían por sendas tortuosas,
que los rechace el Señor con los malhechores.
¡Paz a Israel!
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Ángel Gabriel saludó a María, diciendo:
«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo, bendita tú entre las
mujeres.»
LECTURA BREVE Is 4, 3
A los que queden en Sión, a los restantes en
Jerusalén, los llamarán santos: serán inscritos para vivir en Jerusalén.
V. Acuérdate de nosotros, Señor, por amor a tu pueblo.
R. Visítanos con tu salvación.
ORACIÓN
OREMOS,
Jesús, Señor nuestro, ven pronto, no tardes más,
para que se reanimen con tu venida los que confían en tu amor. Tú que vives y
reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
CONCLUSIÓN
V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.
HORA NONA
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno: OH DIOS, TENAZ VIGOR DE TODA COSA
Oh Dios, tenaz vigor de toda cosa,
que inmóvil en ti mismo permaneces,
y que el orden del tiempo determinas
por medio de la luz que nace y muere.
Dígnate concedernos, en la tarde,
Luz con que nuestra vida nunca cese,
y haz que el bien infinito de la gloria
siga a la gracia de una santa muerte.
Glorificado seas, Jesucristo,
nacido del más puro y santo vientre,
y que sean también glorificados
el Padre y el Espíritu por siempre. Amén.
SALMODIA
Ant 1. María dijo: «¿Qué significa este saludo? Me
quedo perpleja ante estas palabras de que daré a luz un Rey sin perder mi
virginidad.»
Salmo 118, 153-160
Mira mi abatimiento y líbrame,
porque no olvido tu voluntad;
defiende mi causa y rescátame,
con tu promesa dame vida;
la justicia está lejos de los malvados
que no buscan tus leyes.
Grande es tu ternura, Señor,
con tus mandamientos dame vida;
muchos son los enemigos que me persiguen,
pero yo no me aparto de tus preceptos;
viendo a los renegados sentía indignación,
porque no guardan tus mandatos.
Mira cómo amo tus decretos,
Señor, por tu misericordia dame vida;
el compendio de tu palabra es la verdad,
y tus justos juicios son eternos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
Salmo 127 - PAZ DOMÉSTICA EN EL HOGAR DEL JUSTO
¡Dichoso el que teme al Señor
y sigue sus caminos!
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás dichoso, te irá bien;
tu mujer, como una vid fecunda,
en medio de tu casa;
tus hijos, como renuevos de olivo,
alrededor de tu mesa:
ésta es la bendición del hombre
que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida;
que veas a los hijos de tus hijos.
¡Paz a Israel!
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
Salmo 128 - ESPERANZA DE UN PUEBLO OPRIMIDO
¡Cuánta guerra me han hecho desde mi juventud
-que lo diga Israel-,
cuánta guerra me han hecho desde mi juventud,
pero no pudieron conmigo!
Sobre mis espaldas metieron el arado
y alargaron los surcos.
Pero el Señor, que es justo,
rompió las coyundas de los malvados.
Retrocedan, avergonzados,
los que odian a Sión;
sean como la hierba del tejado,
que se seca y nadie la siega;
que no llena la mano del segador
ni la brazada del que agavilla;
ni le dicen los que pasan:
«Que el Señor te bendiga.»
Os bendecimos en el nombre del Señor.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
Ant. María dijo: «¿Qué significa este saludo? Me
quedo perpleja ante estas palabras de que daré a luz un Rey sin perder mi
virginidad.»
LECTURA BREVE Is 61, 11
Como el suelo hecha sus brotes, como un jardín hace
brotar sus semillas, así el Señor hará brotar la justicia y los himnos, ante
todos los pueblos.
V. Ven, Señor, y no tardes.
R. Perdona los pecados de tu pueblo.
ORACIÓN
OREMOS,
Jesús, Señor nuestro, ven pronto, no tardes más,
para que se reanimen con tu venida los que confían en tu amor. Tú que vives y
reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
CONCLUSIÓN
V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.
I VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno: HOY NACE EL SOL DIVINAL.
Hoy nace el sol divinal
de la Virgen sin mancilla;
hoy el eterno se humilla
y se hace hombre mortal.
Hoy la reina celestial
pare al rey del firmamento,
sin recibir detrimento
su pureza virginal.
Adórote, Verbo eterno,
Hijo del muy alto Padre,
nacido de pobre madre
en la yema del invierno.
Gracias te doy, Niño tierno,
pues con tu divinidad
juntaste mi humanidad,
por librarme del infierno. Amén.
SALMODIA
Ant 1. El Rey de la paz ha sido glorificado y toda
la tierra desea contemplar su rostro.
Salmo 112 - ALABADO SEA EL NOMBRE DEL SEÑOR
Alabad, siervos del Señor,
alabad el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor,
ahora y por siempre:
de la salida del sol hasta su ocaso,
alabado sea el nombre del Señor.
El Señor se eleva sobre todos los pueblos,
su gloria sobre los cielos.
¿Quién como el Señor Dios nuestro,
que se eleva en su trono
y se abaja para mirar
al cielo y a la tierra?
Levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para sentarlo con los príncipes,
los príncipes de su pueblo;
a la estéril le da un puesto en la casa,
como madre feliz de hijos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Rey de la paz ha sido glorificado y toda la
tierra desea contemplar su rostro.
Ant 2. Envía su mensaje a la tierra, y su palabra
corre veloz.
Salmo 147 - RESTAURACIÓN DE JERUSALÉN.
Glorifica al Señor, Jerusalén;
alaba a tu Dios, Sión:
que ha reforzado los cerrojos de tus puertas
y ha bendecido a tus hijos dentro de ti;
ha puesto paz en tus fronteras,
te sacia con flor de harina.
Él envía su mensaje a la tierra,
y su palabra corre veloz;
manda la nieve como lana,
esparce la escarcha como ceniza;
hace caer el hielo como migajas
y con el frío congela las aguas;
envía una orden, y se derriten;
sopla su aliento, y corren.
Anuncia su palabra a Jacob,
sus decretos y mandatos a Israel;
con ninguna nación obró así,
ni les dio a conocer sus mandatos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
Ant. Envía su mensaje a la tierra, y su palabra
corre veloz.
Ant 3. El que era la Palabra substancial del Padre,
engendrado antes del tiempo, hoy se ha anonadado a sí mismo, haciéndose carne
por nosotros.
Cántico: CRISTO, SIERVO DE DIOS, EN SU MISTERIO
PASCUAL - Flp 2, 6-11
Cristo, a pesar de su condición divina,
no hizo alarde de su categoría de Dios,
al contrario, se anonadó a sí mismo,
y tomó la condición de esclavo,
pasando por uno de tantos.
Y así, actuando como un hombre cualquiera,
se rebajó hasta someterse incluso a la muerte
y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo levantó sobre todo
y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»;
de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se
doble
en el cielo, en la tierra, en el abismo
y toda lengua proclame:
Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
Ant. El que era la Palabra substancial del Padre,
engendrado antes del tiempo, hoy se ha anonadado a sí mismo, haciéndose carne
por nosotros.
LECTURA BREVE Ga 4, 4-5
Cuando se cumplió el tiempo, envió Dios a su Hijo,
nacido de una mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que estaban bajo
la ley, para que recibiéramos el ser hijos por adopción.
RESPONSORIO BREVE
V. Hoy sabréis que vendrá el Señor.
R. Hoy sabréis que vendrá el Señor.
V. Y mañana veréis su gloria.
R. Hoy sabréis que vendrá el Señor.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Hoy sabréis que vendrá el Señor.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Cuando salga el sol, veréis al Rey de reyes,
que viene del Padre, como el esposo que sale de su alcoba.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc
1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
Ant. Cuando salga el sol, veréis al Rey de reyes,
que viene del Padre, como el esposo que sale de su alcoba.
PRECES
Adoremos a Cristo, que se anonadó a sí mismo y tomó
la condición de esclavo, probado en todo exactamente como nosotros, menos en el
pecado, y supliquémosle con fe ardiente, diciendo:
Por tu nacimiento, socorre Señor, a quienes has
redimido.
Tú que al entrar en el mundo has inaugurado el tiempo
nuevo anunciado por los profetas,
haz que tu Iglesia se rejuvenezca siempre.
Tú que asumiste las debilidades de los hombres,
dígnate ser luz para los que no ven, fuerza para
los débiles, consuelo para los tristes.
Tú que naciste pobre y humilde,
mira con amor a los pobres y dígnate
consolarlos.
Tú que anuncias a todos la alegría de una vida sin
fin por tu nacimiento terreno,
alegra a los agonizantes con la esperanza de un
nacimiento a una vida eterna.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Tú que descendiste al mundo para que los hombres
pudiesen ascender al cielo,
admite en tu gloria a todos los difuntos.
Porque Dios ha infundido en nuestros corazones un
espíritu filial, nos atrevemos a decir:
Padre nuestro...
ORACION
Dios nuestro, que cada año nos alegras con la
festividad llena de esperanza de nuestra redención, concédenos que así como
ahora acogemos a tu Hijo llenos de júbilo como redentor, así también lo
recibamos llenos de confianza cuando vuelva como juez. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y
es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y
nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
COMPLETAS
(Oración antes del descanso nocturno)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
EXAMEN DE CONCIENCIA
Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada
que Dios nos ha concedido, reconozcamos sinceramente nuestros pecados.
Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante vosotros, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión:
por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos,
que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor.
V. El Señor todopoderoso tenga misericordia de
nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
Himno: CUANDO ACABAMOS EL DÍA
Cuando acabamos el día
te suplicamos, Señor,
nos hagas de centinela
y otorgues tu protección.
Que te sintamos: contigo
sueñe nuestro corazón
para cantar tus loores
de nuevo al salir el sol.
Danos vida saludable,
alienta nuestro calor,
tu claridad ilumine
la oscuridad que llegó.
Dánoslo, Padre piadoso,
por Jesucristo, el Señor,
que reina con el Espíritu
Santo vivificador. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Ten piedad de mí, Señor, y escucha mi
oración.
Salmo 4 - ACCIÓN DE GRACIAS.
Escúchame cuando te invoco, Dios, defensor mío;
tú que en el aprieto me diste anchura,
ten piedad de mí y escucha mi oración.
Y vosotros, ¿hasta cuándo ultrajaréis mi honor,
amaréis la falsedad y buscaréis el engaño?
Sabedlo: el Señor hizo milagros en mi favor,
y el Señor me escuchará cuando lo invoque.
Temblad y no pequéis, reflexionad
en el silencio de vuestro lecho;
ofreced sacrificios legítimos
y confiad en el Señor.
Hay muchos que dicen: «¿Quién nos hará ver la
dicha,
si la luz de tu rostro ha huido de nosotros?»
Pero tú, Señor, has puesto en mi corazón más
alegría
que si abundara en trigo y en vino.
En paz me acuesto y en seguida me duermo,
porque tú sólo, Señor, me haces vivir tranquilo.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
Ant. Ten piedad de mí, Señor, y escucha mi oración.
Ant 2. Durante la noche, bendecid al Señor.
Salmo 133 - ORACIÓN VESPERTINA EN EL TEMPLO
Y ahora bendecid al Señor,
los siervos del Señor,
los que pasáis la noche
en la casa del Señor:
Levantad las manos hacia el santuario,
y bendecid al Señor.
El Señor te bendiga desde Sión:
el que hizo cielo y tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
Ant. Durante la noche, bendecid al Señor.
LECTURA BREVE Dt 6, 4-7
Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es
solamente uno. Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón, con toda el alma,
con todas las fuerzas. Las palabras que hoy te digo quedarán en tu memoria; se
las repetirás a tus hijos y hablarás de ellas estando en casa y yendo de
camino, acostado y levantado.
RESPONSORIO BREVE
V. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
V. Tú, el Dios leal, nos librarás.
R. Te encomiendo mi espíritu.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos
mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
CÁNTICO DE SIMEÓN Lc 2, 29-32
Ahora, Señor, según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo irse en paz,
porque mis ojos han visto a tu Salvador,
a quien has presentado ante todos los pueblos
luz para alumbrar a las naciones
y gloria de tu pueblo Israel.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los
siglos de los siglos. Amén.
Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos
mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
ORACION
OREMOS,
Visita, Señor, esta habitación: aleja de ella las
insidias del enemigo; que tus santos ángeles habiten en ella y nos guarden en
paz y que tu bendición permanezca siempre con nosotros. Por Cristo nuestro
Señor.
Amén.
BENDICIÓN
V. El Señor todopoderoso nos conceda una noche
tranquila y una santa muerte.
R. Amén.
ANTIFONA FINAL DE LA SANTISIMA VIRGEN
Bajo tu amparo nos acogemos,
santa Madre de Dios,
no desprecies las oraciones
que te dirigimos en nuestras necesidades,
antes bien líbranos de todo peligro,
oh Virgen gloriosa y
bendita.
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